A monseñor Uriarte le preocupa que se acabe con Eta policialmente
Monseñor Uriarte sabe ya que sus horas al frente de la diócesis de San Sebastián están contadas. Monseñor Monteiro se encargó de decir que su sustitución está ya encima de la mesa en Roma, ante lo cual es cuestión de semanas que el Papa nombre a su sucesor. Pero mientras tal cosa ocurre, sigue siendo el pastor legítimo de todos los católicos guipuzcoanos. Lástima que, como su antecesor -cuyo nombre prefiero no escribir-, don Juan María sea más pastor de unos que de otros. Cuando se dice que los obispos españoles han sido peones del PP, se suele ignorar que si hay un obispo en España cuyo discurso es calcado al de un partido político, concretamente el PNV, ese es monseñor Uriarte.
Ahora bien, vamos al fondo de lo que plantea este obispo. Habla de dialogar en vez de aplicar sólo la ley. Ocurre que los españoles no tenemos memoria de pez y sabemos ya cuál es el resultado del diálogo con ETA comparado con el uso de todas los instrumentos del estado de derecho. Y, oh la lá, resulta que cuando se ha hablado con los terroristas, no se ha conseguido nada, absolutamente nada para acabar con la lacra que representan. Sin embargo, cuando se ha aplicado la ley, los resultados han sido fabulosos. No como para pensar que Eta va a desaparecer por completo, cosa harto difícil debido a lo sencillo que resulta matar, pero sí como para creer que sus actividades serán mínimas y que sus miembros saben que les espera la cárcel por tal cantidad de años que cuando salgan serán ancianos. A pesar de ello, el obispo habla del diálogo como camino ineludible para la paz. Y, aún más, considera que aplicar sólo la ley es una tentación a evitar. No ha dicho que es pecado de puro milagro, pero yo creo que eso es lo que piensa