Monseñor Sebastián reprende a Masiá en su propio blog
El todavía jesuita y sacerdote Juan Masiá ha vuelto a usar su blog para poner en boca de Cristo una afirmación contraria a la fe de la Iglesia. Concretamente esta:
“Madre, dice Jesús desde el otro lado de la mesa, tú ya sabes, por la experiencia de cuatro partos que tuviste, que cuando la mujer va a dar a luz se siente triste, porque le ha llegado su hora; pero, cuando nace la criatura, ya no se acuerda del apuro, por la alegría de dar nueva vida al mundo”
Cuando uno de los comentaristas le ha replicado con la doctrina católica acerca de la perpetua virginidad de María, el soberbio jesuita le ha respondido con desprecio:
Pero, hombre, ¿cómo es posible que le angustie tanto el que José y María se quisieran como su padre y madre?… Si no se hunde por eso la fe en Jesús, verdadero rostro de Dios, verdaderamente humano y divino… Vamos, tranquilo, Luis, échate una siesta, que debes andar falto de sueño y cuando te despiertes puedes seguir poniendo letreros incordiantes, se quedarán sin borrar, para más inri…
Juan Masiá
Pero hete aquí que a Masiá le han puesto otro comentario crítico, que reza así:
Lo siento, pero mi conciencia no me permite dejar de decir algo. Es muy triste ver a un sacerdote tomar a broma algunas afirmaciones de la fe católica que tienen un profundo arraigo y una hermosa significación en la revelación y en la espiritualidad cristianas. Y es triste también ver a tantas personas que dan más crédito a un señor particular que el magisterio y a la tradición de la Iglesia. Así no resolvemos nada ni ganamos en nada. Lamentable.
Dado que son muchos los fieles católicos que le reprochan al padre Masiá su constante ataque a la fe católica, la cosa no tendría nada de particular si no fuera porque quien ha escrito eso es don Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona-Tudela. Que yo sepa, es la primera vez que un sucesor de los apóstoles, condición para la que no hay jubilación alguna, entra en un blog a reprender públicamente a un sacerdote que no sólo vive alejado de la fe católica, sino que conduce a sus lectores a ese alejamiento.