Movilización social contra el aborto
Que Dios saca bien del mal es algo que los cristianos sabemos no sólo porque lo dice la Escritura sino porque la mayoría lo hemos experimentado en nuestras vidas. En relación con el aborto en España, los que creemos en la dignidad de la vida humana desde el mismo momento de su concepción llevamos demasiados años sin apenas hacer nada para evitar esa masacre, ese holocausto continuo. De vez en cuando, al publicarse las cifras de abortos del año anterior, algunos poníamos el grito en el cielo, escribíamos algún artículo y hacíamos de “voz que predica en el desierto", sin apenas público que nos prestara atención. En las concentraciones que los grupos provida llevaban a cabo ante clínicas abortistas apenas se reunían unas pocas decenas de personas.
Eso no significa que no sea de justicia reconocer la labor que llevan a cabo esos grupos que dedican todos sus esfuerzos a luchar contra el aborto y a ayudar de la mujer embarazada con problemas. Sin ellos la situación sería aún más dantesca. Han sido el pequeño remanente siempre fiel a la cultura de la vida, tan entredicho en nuestra sociedad.