Campañas contra el Sida
Una de las cosas más curiosas en todo lo relacionado con el Sida es el ataque furibundo que la Iglesia Católica sufre constantemente cuando se opone a apoyar las campañas que promueven el uso de condones para evitar el contagio de la enfermedad. La Iglesia siempre ha propuesto la única solución realmente eficaz para impedir el avance del Sida: fidelidad y castidad. Es obvio que quien es fiel a su pareja y no va por ahí relacionándose sexualmente con todo el que se pone a tiro, no pillará el virus. Igual de obvio es que aquellos a los que la moral sexual católica les importa más bien poco, difícilmente harán caso de lo que la Iglesia diga sobre los preservativos. Por tanto, ¿a qué viene ese histerismo de los “pro-condoneros"?
No se puede negar que el uso del preservativo es una protección contra el Sida. Y no se puede negar que no es una protección total. Hace un par de años escribí al departamento técnico de una de las empresas más conocidas que viven de fabricar y vender preservativos. Les pregunté cuál era la tasa de eficacia de sus productos en situaciones de uso óptimo. O sea, ¿cuántas veces se rompe la gomita aunque se sigan a la perfección todas las instrucciones? La respuesta me sorprendió porque venía de quienes pueden ser muy optimistas: entre un 3 y un 5%. Es decir, de cada cien veces que se usa un condón, entre 3 y 5 se rompe. Supongo que la cifra real es mayor, porque en determinadas situaciones la ansiedad no ayuda precisamente a ponerse bien la gomita de marras. Pero concedamos pulpo como animal de compañía y aceptamos lo del 3-5%. Una persona que tiene abundantes relaciones de riesgo se encontrará antes o después con una situación real de posible contagio. Eso hay que decirlo. Todo aquel que va por la vida acostándose con personas que se dedican precisamente a acostarse con otras, está en claro peligro de enfermar de Sida y de otras enfermedades de transmisión sexual.
Es por eso que los países africanos que han incorporado a sus campañas anti-sida el factor “fidelidad y castidad", informando de verdad de los riesgos que existen aun usando condones, han visto radicalmente reducidas sus tasas de nuevos contagios. Los que llevan una vida sexual hiper-activa y en ámbitos de riesgo evidente quizás se lo piensen dos veces antes de seguir por ese camino si saben que la ruleta rusa a la que juegan acabará, antes o después, llevándoles ante la perspectiva de morir o de vivir esclavizados a una enfermedad crónica de, por el momento, imposible curación. Y además, una vez que alguien tiene Sida, debería de plantearse de verdad que seguir manteniendo relaciones a troche y moche le convierte en un arma de destrucción masiva.
Es mucho el dinero que se mueve detrás del “póntelo, pónselo". En España hemos visto que las campañas de ¿educación? sexual de jóvenes y adolescentes no sólo no han impedido la proliferación de embarazos no deseados -que acaban en abortos en la mayor parte de las ocasiones-, sino muy al contrario los mismos se han disparado. Decirles a los jóvenes que practicar el sexo no tiene “riesgos” es una invitación a que se dejen llevar por sus hormonas. El Sida hizo que muchos poli-fornicadores se retiraran de una vida sexualmente disoluta. El hacerles creer que el condón les libra de todo es mentira, un error y una irresponsabilidad. Lo ideal es que sean las convicciones morales las que lleven a cualquiera a dejar una vida en la que el sexo se animaliza. Pero si no lo dejan por la moral, que lo dejen por el miedo.
Luis Fernando Pérez Bustamante
45 comentarios
Saludos
Así que, tú me dirás.
De todas formas, es un caso extremo sobre el que no tengo claro si la Iglesia tiene una postura totalmente definida. Hace poco creo que salió una noticia de que los obispos filipinos habían dicho que en ese caso la mujer no peca.
Y esto último, a mi modo de ver, es lo más ridículo e injusto. ¡Cuántas personas habrán contraído el SIDA a pesar de utilizar el condón! ¿No debería pesar sobre la conciencia de los que -desde hace ya demasiados años- están con la broma de la gomita? "Tómese usted este yogur, pues hemos reducido la probabilidad de que sea venenoso al 3%" ¡Por favor...!
Pero es que, además, ese porcentaje de fallos hay que ponderarlo con el número de 'ensayos', que -precisamente por la pretendida garantía y la banalización- no hace más que aumentar. Un 3%, con una exposición a situaciones de riesgo de frecuencia mayor -espoleada por esas compañas-, pongamos diez veces superior a lo "normal", se convierte en un 30%.
Cualquier niño de ESO (con o sin condón en el bolsillo, de los repartido en clase de EpC) es capaz de entenderlo. Y -se convendrá conmigo- precisamente por el nocivo "pónt/selo", estos niños de ESO han multiplicado esa frecuencia en mucho más que diez veces lo que resultaba "normal" antes de las campañas.
Si se pudiera certificar que usando la goma también se producen contagios, más de un político vendedor de condones no dormiría tranquilo.
Pero la matemática sigue: a partir del acto número 17, usando siempre preservativo, y usándolo bien, la probabilidad de no quedar expuesto al virus es menor que 0.5, o sea esencialmente, ya es más probable infectarse que no.
Si una persona tiene relaciones con infectados digamos 5 veces al mes, al cabo de cuatro meses, y repito: usando bien el preservativo, con todas los procedimientos y sin permitir mezcla de humedad entre los implicados, con todo eso, al cabo de sólo cuatro meses la probabilidad de no haber estado expuesto al virus es de 0.4. Al cabo de un año de vida sexual activa, a ese ritmo, que no consideraría yo desaforado, la probabilidad de NO haber estado directamente en posibilidad de contagio es menor al 1%.
Dicho de otro modo: una persona que tenga relaciones sexuales cinco o más veces al mes con personas infectadas, a pesar de que use preservativo tiene una probabilidad del 99% de haber recibido el virus al cabo de sólo un año.
Ahora bien, a esto hay que añadir las probabilidades de que el virus se desarrolle, porque claramente no se desarrolla en todos los casos, pero, pregunto yo: ¿Conocen estas cifras los del póntelo / pónselo? Si las conocen, ¿por qué no las dicen? Mi única explicación es: sí las conocen y no las dicen por las presiones económicas, de los lobbies y en general, de lo politicamente correcto.
Se puede decir que el uso del preservativo es contrario a la moral de una Iglesia. Pero no mentir acerca de su fiabilidad para, como usted mismo dice, meter miedo. Eso creo que también es inmoral.
El señor Nelson puede ahora rehacer sus cálculos.
Ruego también a don Andrés40, nos refiera los datos del colegio, fechas y nombre de la compañía que reparte o ha repartido preservativos en una clase.
En sus consideraciones morales no entro, pero falsear informaciones para met miedos infundados es tan inmoral que suena a interesado.
Si les resulta preocupante el sida y los beneficios de las empresas del ramo, que son escandalosamente ciertos, en eso tienen mucha razón, hagan también campañas en favor de la liberalización de patentes, de la bajada de precios de los medicamentos que mantienen bajo control una enfermedad ya crónica en el primer mundo pero aún rápidamente mortal en los países pobres. Eso concedería mucha credibilidad a sus otras campañas y quizá necesitasen mentir menos.
Aunque el SIDA afecta especialmente a los homosexuales, su difusión no procede de la homosexualidad, sino de la promiscuidad sexual y de la droga, que en nuestros días casi siempre van juntas. La Iglesia siempre ha condenado ambas y ha advertido de sus riesgos, tanto en el plano físico como, sobre todo, en el moral. En cambio la progresía y la izquierda han ensalzado y procurado extender al máximo tanto la promiscuidad como la droga, presentándolas como elementos de “liberación”. Son dos posiciones opuestas, y vaya por delante que cada uno puede defender la que le dé la gana, pero sin engañar sobre las consecuencias. Y, sobre todo, sin pretender acallar la otra postura. Porque el tono empleado por nuestros jacobinos tiene bastante de amenaza, de alarmante amenaza, contra la libertad de expresión de los católicos y de los obispos.
Desde el punto de vista de la Iglesia, y creo que desde el de cualquiera con sentido común, la política “progre” de alentar tales cosas es tan absurda como la de promover al mismo tiempo el alcoholismo y las pastillas contra la resaca, o la venta de comida en mal estado y la de vasos de leche para paliar sus efectos. La Iglesia opina que, aunque todos estemos expuestos a caer en tales cosas y siempre habrá, pase lo que pase, personas muy promiscuas y consumidores de droga, esas conductas no deben alentarse, y menos desde el gobierno y con fondos públicos, que es lo que realmente se hace cuando se lanzan campañas en pro del consumo de condones sin advertir de las causas del mal.
Hace poco un teólogo de la línea de Prisa (de los que nunca denuncian la permanente línea de Prisa de ridiculizar y socavar la religión) advertía paternalmente a los obispos por no tener en cuenta la teoría del mal menor: entre coger el SIDA y utilizar el condón, mejor el condón. No sé lo que dirán los obispos al respecto, pero el argumento, indiscutiblemente correcto en los casos particulares, deja de serlo como teoría general. Los obispos no pueden unirse a la campaña en pro del condón sin renunciar a lo esencial de su prédica. Si alguien opta por la promiscuidad, mejor que use el condón, lo mismo que si opta por el alcoholismo, mejor que consuma también pastillas contra la resaca; pero lo que los obispos denuncian, si los he entendido bien, es que el mal reside en la promiscuidad sexual.
Claro está que con ello los obispos van un tanto contra corriente. Una de las manifestaciones más pueriles de la vanidad, masculina sobre todo, consiste en presumir de aventuras sexuales, y ello a tal punto que en el siglo XVII había quienes ostentaban con orgullo las huellas de la sífilis como prueba de lo mucho que… “hacían el amor”, por así decirlo. Eso siempre existirá, y puede ser lógico que la progresía lo fomente. Pero resultaría bastante asombroso que los obispos les acompañasen en la empresa.
Estimado Sr. Pérez, En primer lugar, quiero disculparme por la tardanza de la respuesta,motivada por un problema en la recepción del correo electrónico. En respuesta a su consulta respecto al nivel de eficacia de los preservativos, decirle que los estudios realizados por la FPA (FamilyPlaning Association) demuestran que la efectivad de los preservativos en la prevención del embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual está entorno al 98%. Quedamos a su disposición para cualquier consulta que desee realizarnos.
Atentamente
Jeny Villanueva - Responsable TécnicoSSL Healthcare Brands, S.A.U.
Bien, si quiere lo dejamos en el 2%. El argumento sigue siendo el mismo. ¿Usted jugaría a la ruleta rusa con una pistola con un cargador de 100 balas con dos ocupadas?
Nelson, si quieres haz el cálculo con ese porcentaje.
PD: No digo el nombre de la otra compañía porque al no conservar el email no puedo demostrar que lo que digo es cierto y no quiero líos legales.
Lobato, propóngase como conejillo de indias: certifique ante notario su uso constante del condón y, cuando al fin se enside, haga causa noble la de sentar en el banquillo a todos los procondonistas. En los USA seguro que conseguiría más indemnización que los de las tabacaleras.
Con este mal menor sí que zanjariamos de una vez las dichosas campañitas.
MÉXICO D.F., 05 Ago. 08 / 06:12 pm (ACI).- El Obispo de Cuernavaca (México), Mons. Florencio Olvera Ochoa, señaló esta semana, con ocasión de la cumbre internacional sobre el SIDA/VIH que se realiza en México, que es urgente rechazar el mal llamado "sexo seguro", y optar en cambio por el sexo responsable.
"La solución no es atragantar de preservativos y anticonceptivos a nuestros menores de 12 y 14 años, porque esta es una medida que abre el paso a la promiscuidad y el libertinaje", advirtió el Prelado.
A propósito del Encuentro Mundial sobre el SIDA que tiene lugar en México desde este fin de semana, Mons. Olvera preguntó: "¿Qué sacamos en México y (en el estado de) Morelos, si únicamente atascamos de preservativos y de anticonceptivos a los niños? ¿Ésa es la solución?"
El Obispo cuestionó la mentalidad del llamado "sexo seguro" que, según explicó "sólo propone que te pongas ‘protección’ y le des vuelo a la hilacha (rienda suelta) y al libertinaje ¿Y pretendemos que no pase nada?"
"Lo que la Iglesia propone, para que se nos grave a todos: busca el sexo responsable", agregó.
Mons. Olvera recordó que la Iglesia Católica ha sido atacada por promover el sexo responsable y el matrimonio: "Que los esposos se quieran y se ayuden, hasta en la cama, y luego a enfrentar la vida, y no un sexo que nada más te libre de contagios, para qué si se vive en el libertinaje y el pecado".
"Por eso –agregó– todo parte de la educación: Prepárate para que cuando tengas la edad necesaria puedas estar con tu esposa o esposo".
Finalmente, Mons. Olvera Ochoa convocó a los católicos rezar y trabajar para que se encuentre una cura para el SIDA; pero insistió que la primera tarea de la Iglesia es educar el hogar y la familia. "Cristo se compadece y le duele el SIDA, y más le duele la manera como algunos quieren resolverlo", agregó. "Quieren sexo libertino y después tendrán las consecuencias. Más tarde no nos quejemos", concluyó.
Holmes KK et al. Effectiveness of condoms in preventing sexually transmitted infections. Bulletin of the World Health Organization 2004
y Weller SC, Davis-Beaty K. Condom effectiveness in reducing heterosexual HIV transmission. The Cochrane Database of Systematic Reviews 2008 Issue 3
A mí me resultó tremendo que estos últimos estudios, utilizados por UNAIDS y WHO, abiertamente pro-condón, basan sus conclusiones en el siguiente porcentaje:
En 1999, estimaban que con el "uso consistente del condón", el riesgo de transmisión del sida se reducía al 87%, con un rango del 60% al 97% según fuese esa consistencia óptima o pésima -calidad del condón, uso correcto, usarlo siempre, pareja constante, edad media, cultura occidental-
Pero en 2004, estimaron que el riesgo se reducía al 80%, con un rango del 35% al 94%. ¿Cuáles serán los resultados en el año 2009, vista la "consistencia" variable de la situación?
En cuanto a la posibilidad de transmisión del SIDA, creo fiable la tasa que da el profesor Jokin de Irala, un 5,7% al año en las mejores circunstancias. La reducción del 80% significa que quedaría un riesgo anual de infectarse del 1,14%: (5,7x0,8=4,56) y (5,7-4,56=1,14).
Evidentemente, como dice Luis Fernando,
es mucho el dinero que se mueve detrás del “póntelo, pónselo", tanto como para mentir descarada y reiteradamente a jóvenes y mayores, en España y en el mundo mundial. En estas condiciones, la Iglesia es la única garante de la verdad, y hacer caso a sus enseñanzas, la única garante de la salud y de la vida digna.
La amoralidad sexual actual no se distingue de la moral sexual cristiana en un porcentaje u otro: es una cosmovisión completamente opuesta, y la Iglesia no puede transigir con ella. Hay que amar al pecador pero odiar al pecado. Si comenzamos a ceder en los principios matrimoniales para serles más agradables al mundo, entonces dejaremos de servir a Dios.
Asun: hasta donde yo sé, un matrimonio con ese problema u otro similar está llamado a la castidad. Si el amor conyugal peligra por la castidad matrimonial, entonces un director espiritual debe asesorar a los cónyuges. Imagino que en esa circunstancia puede estar autorizado excepcionalmente el uso puntual de métodos que eviten el contagio, aunque impidan la concepción, para salvar un matrimonio, del mismo modo que la Iglesia autoriza excepcionalmente que se usen medicamentos que alivian sufrimiento aunque puedan acortar la vida. No obstante, pretender crear una norma o generalización en ese sentido, por la triste experiencia de otros intentos similares, no hace sino abrir las puertas a la descristianización de la sexualidad entre los católicos.
entonces era falso el porcentaje con el que nada menos que llegó a doblar el real. Además, en el correo de durex que transcribe, no se habla de condiciones óptimas de uso, ni de que los fallos se deban a rotura, como usted aseguraba. Yo le digo que ese 2% , la mitad nada menos del 4, es un dato obtenido de las estadísticas de encuestas, no de condiciones de laboratorio. Ningún producto que les fallara el 2% de los usos óptimos de laboratorio, saldría a la venta.
El señor fray Nelson parece que calcula esas cifras, que la realidad desmiente, sobre la base de que todo usuario de preservativos está prfeviamente infectado de sida. Lo cual es falsísimo.
Al señor andres40, le ruego disculpe el error de los acentos, pero no creo que sea tan grave como para burlarse de mí en esos términos, no entiendo tanta acritud. Lo que yo le digo es que ninguan compañía de preservativos los reparte en colegios, jamás, ya que como toda empresa quiere aumentar tanto como sea posible sus ganancias. Y ese tipo de marketing es tan arriesgado que ofrece más deventajas que otra cosa, sobre todo de imagen. Y no sólo no reparten preservativos sino que no permitirían que su marca se repartiera por otras instituciones como ayuntamientos, gobierno, etcétera. Si llegara a oídos de una compañía que su marca se reparte en colegios, lo impedirían.
¿Por qué no se limitan a difundir sus ideas morales sin mentir para meter miedo como dice este señor P.Bustamante? Digan: es inmoral, por esto, estos y esto. Pero del 2 al 3 va un 50% de aumento y del 2 al 4, dobla, un 100% de aumento. Lo de los colegios es mentira. Y lo cierto es la inmensidad del negocio farmacéutico en general, de los condones y de los simples paracetamoles. Eso es rigurosamente cierto. Como que hay bebé del tercer mundo que mueren por un subidón de fiebre que aquí curamos con un baratísimo antitérmico que allí es objeto de lujo.
Espero que sí.
Pregunta: Con todo, no hay que eludir las cuestiones más delicadas. Los lectores de Alba son personas inteligentes y merecen que se llegue hasta el fondo. Entonces, ¿qué pasa con las relaciones conyugales cuando existe riesgo de contagio del SIDA por estar uno de los esposos infectado por una transfusión sanguínea u otra circunstancia cualquiera?
Hace años participé en la elaboración de unas orientaciones, a la luz de la doctrina de la Iglesia Católica, respecto a este tema, entonces ya decíamos: las relaciones conyugales forman parte esencial del derecho que mutuamente y de modo exclusivo se otorgan los esposos al casarse. Los casados tienen el derecho y el deber de expresarse su amor también mediante la unión sexual: este trato corporal íntimo especifica el amor matrimonial frente a otras formas de amor, como la amistad. Pero cuando uno de los esposos está infectado por el virus del SIDA, las relaciones sexuales se convierten en gravemente peligrosas para el cónyuge sano, de forma que el cónyuge infectado que exige al sano la relación genital, lo está exponiendo a un grave riesgo de contraer una enfermedad que, hoy por hoy, no tiene curación.
Entran así en conflicto el derecho a la donación conyugal y la obligación de no hacer daño al otro en el ejercicio de los propios derechos. Este conflicto se resuelve afirmando que el cónyuge infectado de SIDA no tiene derecho a exigir al sano que asuma el riesgo de ser contagiado, pues nadie puede exigir sus derechos frente a otro, cuando esto implica riesgo grave para la vida o la salud del obligado. Nadie está obligado a arriesgar su vida por atender a sus obligaciones, a no ser que el negarse a asumir ese riesgo ponga en peligro bienes de similar relevancia cuya protección le esté encomendada; es el caso de los bomberos, los policías, los socorristas, etc. Obligar a alguien a correr riesgo de perder la salud o la vida fuera de estas circunstancias es un abuso del derecho, y no puede ser una obligación moral.
Ahora bien, aunque el cónyuge enfermo de SIDA no pueda exigir al sano la relación sexual, éste sí puede lícitamente concederla, aceptando por amor el riesgo para su propia vida, a fin de salvar el resto de los bienes del matrimonio: la fidelidad conyugal, la expresión del mutuo amor y la estabilidad matrimonial.
Pregunta: No podemos cerrar en falso este tema. Si lo indicado hasta ahora respecto al preservativo se ha dicho en el contexto de las relaciones conyugales libremente consentidas: ¿qué pasa cuando se trata de violaciones, adulterios, promiscuidad sexual, relaciones homosexuales y fornicación en general?, ¿no harían bien en usar preservativos para evitar riesgos adicionales de contagio del SIDA?
Me gusta llegar hasta el final aclarando las cosas. Toda relación sexual entre dos personas del mismo sexo o entre un hombre y una mujer no casados entre sí es contraria a la norma moral, custodiada por la virtud de la castidad. Esta calificación no se ve afectada por usar o no usar preservativo. Ahora bien, al pecado contra la castidad puede añadirse la connotación -nuevamente contraria a la moral- de provocar el riesgo de transmitir una enfermedad tan nociva como el SIDA. En estos casos (violaciones, adulterios, promiscuidad sexual, relaciones homosexuales y fornicación en general), el uso del preservativo no convierte estos actos siempre inmorales en buenos, pero, su uso podría disminuir algo la probabilidad de una ulterior consecuencia dañina y pecaminosa de un acto malo, a saber, el poner en serio peligro la salud o la vida del otro, debido, en concreto, al contagio del virus del SIDA u otra enfermedad de transmisión sexual.
Pero dicho esto, “la conclusión NO ES: la Iglesia dice, por fin, que se puede violar o adulterar o fornicar o practicar la sodomía con preservativo”, todo esto constituye materia muy grave de pecado. La conclusión es que hay que vivir en castidad, es decir: abstinencia antes del matrimonio y fidelidad absoluta, respetando los aspectos unitivo y procreativo, una vez casados.
Hagamos entonces el cálculo con el 2% de fallos que DUREX ha informado. La probabilidad de NO infectarse en la primera relación es del 98%, es decir 0.98. Continuamos con nuestro estimado de 5 relaciones al mes; 60 al año: una cifra conservadora para muchos sectores de la población.
Al cabo de cuatro meses, la probabilidad de NO haber estado en contacto directo con el virus es de 0.667; la probabilidad de sí haberlo estado es entonces aproximadamente de una contra dos.
Al cabo de un año la probabilidad de NO haber estado en contacto directo con el virus es de 0.298; la probabilidad de ya haberlo estado es lo contrario de antes: dos contra una.
A los dos años de tener relaciones habituales con personas infectadas la probabilidad de NO haber estado en contacto directo con el virus es de 0.089; la probabilidad de ya haber estado directamente expuesto es de más del 99%.
Han sido servidos, señores.
Pero ahora dígame si he entendido bien lo que dice LF que ha dicho Reig Pla:
"Ahora bien, aunque el cónyuge enfermo de SIDA no pueda exigir al sano la relación sexual, éste sí puede lícitamente concederla, aceptando por amor el riesgo para su propia vida, a fin de salvar el resto de los bienes del matrimonio: la fidelidad conyugal, la expresión del mutuo amor y la estabilidad matrimonial."
¿Eso, insistiendo en que no use preservativo?
En ese caso no tengo palabras para decir lo que me parece Reig Pla. Porque si tan importante es la estabilidad del matrimonio como para arriesgar la vida del cónyuge sano, que la arriesgue, es decir que tenga las relaciones con preservativo, que como dice Nelson es un riesgo que corre. Lo que no puede hacer es suicidarse por el bien del matrimonio teniendo relaciones sin preservativo.
Ahora, si la estabilidad es tan importante...bien merece protegerse la vida con un preservativo.
No me puedo creer que Reig Pla esté diciendo lo que parece que dice.
Es de locos.
Me quedo con los obispos de Filipinas.
Siguiendo con estadísticas, preguntémonos cuántos años tiene una pareja casada una vida sexual activa. Mi sensación es que darles "permiso" de usar el preservativo es alimentar una esperanza muy baja y engañosa, que desaparece bastante antes de los dos años.
Con un agravante, o dos. Primero, que usualmente quien se infecta después fallece después, o sea que la pareja que así quede portadora o afectada del virus, seguramente sentirá el derecho de "no quedarse solo" sino más bien "rehacer su vida." Pues bien, a los dos años o menos de estar rehaciendo su vida con otra persona ya seguramente la habrá contagiado, o por lo menos, la habrá hecho portadora.
Y lo segundo: las fallas de los preservativos implican que los embarazos son posibles. Si la madre está contagiada, tendremos o un aborto más, o un bebé más que nace con SIDA.
A uno le puede parecer muy inhumano pedir abstinencia, pero el camino este de los preservativos yo no lo ven tan humano...
Lo que quiero decir es que crear
Realmente lo que Iglesia condena la fornicacion, o sea que uno peca no por ponerse la gomita sino por la realizacion del acto sexual fuera del matrimonio.
Asi que dado que vas a pecar, pontelo a no ser que encima ademas de pecador vayas a pillar el SIDA y morirte antes de convertirte. O peor aun, la mujer se quede embarazada y se opta por abortar, porque en ese caso se comete un crimen que es aun mas grave que fornicar.
Asimismo totalmente de acuerdo acerca de la castidad, es un autentico don. Y desde luego lo unico que parara el SIDA.
Si tiene muchos riesgos el preservativo, deben saberlo. Y si quiere arriesgarse el cónyuge por amor, se arriesgará, sabiendo hasta qué punto corre un riesgo. Pero repito que no tiene por qué suicidarse, aparte de procurar no quedarse embarazada y transmitirlo al hijo. Mejor la abstinencia, vale, pero claritas las cosas respecto al preservativo, también.
Paz y bien
"El segundo es un estudio realizado en Italia, que consistió en el seguimiento durante 24 meses a 305 parejas (mujeres seronegativas, hombres seropositivos). En esta investigación, la transmisión del VIH hacia la mujer fue de 1.7% entre las parejas que usaron condón en todas sus relaciones sexuales y 10.1% en aquellas que reportaron no uso."
Digo, me llama la atención porque concuerda con la predicción matemática, habida cuenta de que la exposición directa al virus no produce inevitablemente la enfermedad. Repito: ¿vale la pena vender esa esperanza? ¿No es más razonable cerrar filas en torno a raíces más profundas, pero más prometedoras, o sea: educación en la temperancia?
Añado a Fray Nelson.
No vale la pena -es una injusticia, un abuso, de los ricos y poderosos contra los pobres y sometidos- insistir en aumentar el uso del preservativo. Y es más razonable -es más justo y más efectivo- insistir o más bien comenzar a implementar las conductas de temperancia, incluyendo la abstinencia y la pareja única y estable.
Mejor la abstinencia, vale, pero claritas las cosas respecto al preservativo, también. Bien, el caso es que de la abstinencia y la fidelidad sólo se ocupa la Iglesia, o mejor dicho, los católicos. Del preservativo se ocupan los gobiernos nacionales y la ONU, con la colaboración de los mercaderes del sexo, del condón y del aborto.
Mira las publicaciones que se reparten en los centros de salud, en los institutos, en los autobuses de campañas anti-sida.
Un ejemplillo entre mil iguales: Nicaragua, se pregunta a jóvenes entre 15 y 24 años qué se puede hacer para prevenir el sida: el 68 % sólo conoce el uso del condón; el 20% también conoce el tener una sóla pareja; el 8% también conoce que puede guardar abstinencia sexual. Lógicamente, el 92% de varones y el 67% de mujeres dice haber comenzado sus relaciones sexuales antes de los 20 años. Por supuesto, las conclusiones de la encuesta son aumentar la información sobre el uso del condón para "prevenir el sida".
No sé si has leído que TODO el tiempo he insistido en la diferencia entre "contacto directo con el virus" (lo que he calculado en las probabilidades) y "desarrollo de la enfermedad" (que es lo que cuentan las estadísticas de Juvenal).
Te voy a demostrar lo correcto de mis cuentas. La probabilidad de exposición es lo que yo he calculado; la probabilidad de infección es lo que Juvenal ha mostrado. ¿Cómo se relacioan estas dos? El problema ha llegado hasta las cortes en EEUU. Te cito del prestigioso "New York Legal Update":
The New York courts have previously determined that nurses who have been negligently exposed to the HIV virus through a scientifically accepted method of transmission of the virus may recover damages for emotional distress because of the fear of developing AIDS. But one appellate court has limited the time period for which one can recover such damages to 6 months after the exposure because the scientific evidence suggests that 95% of HIV-positive individuals will test positive within six months after exposure. Thus, an individual exposed to the virus can be reasonably assured that he or she is free of infection if tests conducted six months after the exposure are negative (see, Brown v New York City Health and Hosps. Corp., 225 AD2d 36 [2d Dept 1996]).
Al cabo de dos años mi predicción es que el 99% ha estado expuesto al virus; de esos, según el documento del New Yorok Legal, un 95% serán portadores temporales no infectados, lo cual predice que cerca de un 3% del número original se infectará usando apropiadamente el preservativo.
Juvenal en cambio decía que la eficacia del preservativo en el orden del 98% era
anual. Según eso, al cabo de dos años (margen de tiempo del estudio en Italia), el número de expuestos al virus sería del 3 o 4 %. A su vez, y según las cifras de la corte de New York, el número de contaminados debería ser máximo el 5% de ese 4%. Si Juvenal estuviera correcto, o tú lo estuvieras, Kepa, el total de personas infectadas deberías ser el 5% del 4%, eso equivale a 20/10000, o sea: 0.02%. Un resultado que no concuerda en absoluto con las estadísticas disponibles.
No importa como lo pongas Kepa (y no aludo a nada en especial), el preservativo ofrece una esperanza engañosa a todos--menos a los dueños de las multinacionales, y a los gobiernos en trance de presentarse como modernos.
Por lo demás, no se que hacer de estas palabras tuyas; creo que por sí solas describen una postura frente a la vida: "Toda una vida de abstinencia no vocacional me parece una pesadilla mucho peor que morirse algo antes (cada cual tendrá sus preferencias en esto)." O sea: señora, contágiese, agonice años con su SIDA, si no puede contenerse, contagie a otros, pero que todo sea ofrecido en el altar del sexo...
Tú lo ves todo desde la óptica masculina, pero yo lo veo desde la femenina, y está claro que en ese caso es mucho más probable que el marido la contagie, pues has dicho que era 10 veces más probable. Añadiremos que por lo general creo que los que se ponen más problemáticos con la abstinencia son los hombres, de modo que lo de REig Pla es una invitación al suicidio de las mujeres con pareja seropositiva. Insisto en que se lo pongan. Me parece el colmo tanto cinismo. Si se arriesgan por el bien del matrimonio, que se arriesguen lo mínimo.
Por último, Fray Nelson, el debate sobre las cifras muestra discrepancias pequeñas: parece claro que la tasa de contagio de un conyuge sano por parte de su conyuge infectado oscila entre el 0,8% hasta el 4%, a largo plazo. La tasa de contagio en el mismo caso sin usar preservativo tenderá al largo plazo hasta el 90% (suponiendo personas inmunes). La diferencia es abrumadora. Y esto aquí es un problema excepcional, pero le recuerdo que hay países africanos donde el 30% de la población está infectada. Es decir, allí es un problema presente en la mayoría de los matrimonios. ¿Se van a abstener de mantener relaciones sexuales durante toda su vida el 70% de las parejas de Uganda? Pues me da a mi que no parece muy razonable pensarlo, aunque quien sabe...
Asun, me parece que Reig Pla en su respuesta omite cualquier referencia al uso del preservativo cuando habla de que un conyuge puede arriesgarse por amor. Es decir, no sabemos si da por hecho que ese conyuge usará condón, o si da por hecho que no lo usará. No se puede deducir de la respuesta cual es su opinión.
Tu uso del término "a largo plazo" es irresponsable. Esos números no permanecen limitados como tú lo sugieres. Recuerda lo dicho sobre crecimiento asintótico.
Y sobre todo, ten en cuenta que no has mencionado por qué no se invierten más esfuerzos donde sí se produce un cambio social real, es decir, a través en la educación de la abstinencia y al fidelidad. Es algo que me asombra: es un camino que ni siquiera se menciona, como si no valiera la pena discutirlo.
Efectivamente, los cálculos no son mi fuerte, así que me fiaba de la memoria, que me patina menos.
"According to a 2000 report by the National Institutes of Health, correct and consistent use of latex condoms reduces the risk of HIV/AIDS transmission by approximately 85% relative to risk when unprotected, putting the seroconversion rate (infection rate) at 0.9 per 100 person-years with condom, down from 6.7 per 100 person-years."
Era cierta, por tanto la cifra que a mi me sonaba del 0,9%, pero es a un año vista, y por tanto, acumulativa y creciente con los años. Tiene usted razón en eso.
Por último, no se me enfade, que pienso exactamente igual que usted sobre la prevención de esta enfermedad, y creo que la Iglesia, a contracorriente, tiene en este debate toda la razón de su parte. Nuestro único punto de discrepancia radica en la mejor solución al problema de un matrimonio con un conyuge seropositivo (cuestión no baladí en Africa), y este es un debate abierto, porque no hay pronunciamento oficial de Roma (aunque los actos magisteriales, y las opiniones cualificadas de cardenales y obispos parecen -lo siento- ir más por la línea que yo defiendo -uso del preservativo en el matrimonio como reducción de riesgos, siempre que así lo acepte el conyuge sano- que por la que usted defiende -abstinencia de relaciones sexuales-.
Salud, y bendiciones.
Veo que su moral impide mantener relaciones sexuales con presrvativo incluso dentro del matrimonio fiel, en caso de que uno de ambos sea seropositivo. Aunque no lo comparto ni puedo entenderlo, al menos es afirmación moral y nada más. Lo malo es cuando inetentan demostrar que el contacto con el virus es el mismo al cabo de 120 relaciones sexuales. Eso sí me parece mal porque es insistir en la moral por el miedo, que deja de ser moral, es lo del fin que justifica los medios. Las cifras están desmentidas por la realidad, para empezar. Y el resto del discurso es alucinante: al parecer los matrimonios sólo mantienen relaciones sexuales los dos primeros años, lo cual es completamente falso; luego el contagiado se muere, lo cual también es falso, y el superviviente sigue infectando de dos en dos años, falso nuevamente, a más gente. Al mismo tiempo, otro sacerdote dice que le cónyuge no infectado puede, por amor, arriesgarse al contagio para preservar valores superiores como la fidelidad de matrimonio. Es decir, si se negara a mantener relaciones sin preservativo, ¿pondría en riesgo la fidelidad? No lo entiendo. Tan católicos como para no usar preservativos bajo ningún concepto, pero se entiende que se caiga en una cana al aire si tu cónyuge no quiere exponerse al contagio. He tenido que leerlo varias veces para creer lo que leía. En resumen es que los cálculos son falsos. Que el dato del 2% se refiere a encuestas sobre un uso general, no sobre una relación; y ahí entran desde de uso cotidiano de parejas estables durante muchos años, muchos,no dos años, que no sé de dónde se sacan tal cosa, hasta usos esporádicos en prostitución,o novios de temporadas breves con relaciones infrecuentes. En fin, de todo. O lo que es lo mismo: una persona que emplee el método del preservativo tiene a lo largo de toda su actividad sexual con preservativo, sean dos relaciones o sean dos mil, un 2% de posibilidades de embarazo o infeccción de cualquier cosa que se transmita por vía sexual. Todo agente patógeno, incluidos simples hongos, tan frecuentes, o herpes genitales, y también los embarazos no buscados, todo ello se incluye en el 2%.
Otra cosa que parecen ignorar es que se pueden mantener relciones sexuales sin coito. Cosa de lo más normal.
Finalmente me alegro de que hayan dejado de usar el argumento de los intereses económicos de las compañías , aunque es cierto y sería un buen argumento contra el uso del condón, salvo si lo emplean personas que muestran un interés nulo en las compañías farmacéuticas que se enriquecen en el primer mundo incluso inventando enfermedaes para que los que tenemos dinero les compremos bobadas, pero no liberan patentes ni ceden posibilidad alguna de abaratar antibióticos de amplio espectro, antitérmicos y otros medicamentos imprescindibles sobre todo para la infancia que muere masivamente antes de los cinco años por una simple diarrea o unas anginas sin tratamiento.
Científicamente hablando, el mejor método para evitar la transmisión de enfermedades sexuales es el modelo cristiano de sexualidad: la castidad fuera del matrimonio evita por completo la aparición de ETS.
Resulta curioso que se acuse a la Iglesia de anticientífican o enemiga de la salud: si se siguiesen sus postulados, no existirían las enfermedades de transmisión sexual. La razón es simple: para el pensamiento progresista el sexo libre (la fornicación) es un derecho que se debe preservar aunque comporte un incremento de las enfermedades sexuales, mayor mortalidad y mayor gasto sanitario. La moral cristiana va a la raíz del problema, la amoralidad progresista se dedica a poner parches.
A mí lo que me sorprende es el empeño en falsear datos para meter miedo, que es el fin expreso de lo que escriben el autor, el sacerdote y el otro señor que inventa lo del reparto de preservativos en colegios. Digo yo que bastaría proclamar su moral y su indudable eficacia para el tema del que se trata. Nadie puede poner en duda que la moral católica es lo más eficaz para evitar contagios sexuales, quizá no otros males, pero ese sí. Aunque si algún católico dice que preferiría la muerte a la abstinencia , no sé.
Y al argumento del enriquecimiento indecente de las compañías que fabrican y venden preservativos, que es cierto y muy valioso como argumento, añadir la preocupación por la inmoralidad general de las compañías farmacéuticas, por mor de la veracidad y de la credibilidad de esa preocupación. La mortalidad infantil en el tercer mundo sigue debiéndose masivamente a enfermedades banales incurables por falta de medicamentos corrientes. Pero si no tienen que ver con la fornicación, no preocupan a los profetas apocalípticos.
¿Tú sí lees lo que se ha escrito antes? Las fuentes sobre el 2% real de infección y las razones para afirmar cómo se acumula, igual que sucede con todo cálculo iterativo de probabilidades, están expuestas en estos mismos comentarios.
Que es una verdad desagradable para lo que mucha gente quisiera, no lo niego. Pero eso no quita la solidez de lo afirmado.
Pretender que las campañas sobre el uso del preservativo animan a mantener relaciones sexuales es tan absurdo como decir que las campañas sobre el uso del cinturón de seguridad o el casco animan a correr más y ser más imprudentes en la carretera porque vas protegido.
Yo he sido adolescente en la educación pública en los ´80 y nunca entendí que por informarme sobre los anticonceptivos me animaran a fornicar alegremente, simplemente se trata de que si decides hacerlo puedes tomar precauciones. Para ser realmente libre y poder escoger tienes que estar informado ¿Qué mérito tiene llegar virgen a los 30 por miedo al SIDA o al infierno?
-no les importa el sida
-no les importan las ganacias de las empresas "condoneras"
-LES OBSESIONA EL SEXO
Eso es todo
El miedo es el arma de toda la vida
SR. nachet. "Pero usted mismo hablaba de que una vida entera de abstinecia le parecía peor que la muerte".
Repase usted los mensajes porque sin duda se ha confundido de autor, me está atribuyendo una frase que no he escrito en ningún momento.
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