Arzallus, la cara de una moneda cuyo reverso es Eta

Hay personas cuya sola presencia incita al odio entre personas que no tienen por costumbre odiar y que vivirían mejor sin tener que sufrir la tentación de caer en esa práctica poco deseable para la salud espiritual y mental. Yo reconozco que Xavier Arzallus es uno de los individuos que más repugnancia me producen. Es como cuando a un niño le ponen delante un plato de comida que no le gusta y dice “¡¡No tero…CACA!!". Pues yo veo a Arzallus y me pasa lo mismo.

Lo que diferencia a Arzallus de un terrorista es que éste último hace el trabajo sucio para que el primero pueda ser alguien políticamente. Pero son hijos del mismo padre. En una entrevista a El Mundo, el alma mater del nacionalismo vasco de las últimas décadas (yo creo que sigue mandando), dice que él podía haber sido de Eta pero que decidió no serlo. ¿En serio que no lo es? Yo creo que ETA es el reverso de una moneda cuya cara es el nacionalismo supuestamente democrático. Son la misma cosa. Sirven para lo mismo. Los hijos de Sabino Arana han sido fieles al ideario de su protonazi padre. Pero ellos han tenido como madre a una prostituta que vendió su santidad a cambio del placer de considerarse madre de un engendro histórico. Me refiero a parte de la iglesia vasca. Arzallus, ex jesuita, asegura que los fundadores de Eta eran nacionalistas radicales y católicos. Nos guste más o nos guste menos, una parte de la Iglesia Católica en el País Vasco, gracias a Dios no toda, engendró a esos hijos de Satanás. Y entre los miembros actuales (con el emérito Setién a la cabeza) de dicha iglesia local todavía quedan muchos rescoldos que se entregan en brazos del odio sabiniano hacia los seres de otras razas inferiores. Valga como muestra su siguiente afirmación: “El bizkaino degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que le civilice“.

Arzallus aprecia a sus compañeros de camino hacia la independencia de un pueblo vasco entregado voluntariamente a sus amos. Dice que los etarras “viven mal y no son cobardes, simplemente están acosados". Oh, pobrecitos hijos del gran patriarca, que viven perseguidos por el estado opresor. ¡Cómo no tener cierta simpatía por ellos!, pensará don Xavier. Este hijo predilecto del racista Arana sabe de sobra que con ese tipo de declaraciones provoca más sufrimiento en las víctima de los etarras. De hecho, estoy convencido de que es lo que busca. Como él no ha tenido jamás el valor de coger un arma, pues se dedica a mearse en la sangre de las víctimas defendiendo a sus asesinos. Esa es su forma de ser nacionalista y vasco. Y miles y miles de ciudadanos de las vascongadas le ríen sus gracias y votan a su partido. Señal de que el “problema vasco” difícilmente tiene solución. Con gente tan enferma moralmente es complicado encontrar una salida.

Eta no es el problema, sino uno de sus síntomas. El problema se llama nacionalismo vasco de corte sabinoaranista. La iglesia vasca que se prostituyó puede ser un antídoto si se libra (y digo librar en sentido literal) de sus excrecencias pasadas. Pero eso llevará tiempo. Un tiempo que me temo no tenemos.

Luis Fernando Pérez Bustamante