Además de brujas, incendiarias
Cuando Juan Manuel de Prada escribió su magistral artículo “Brujas on the waves”, probablemente no sabía que las pro-abortistas valencianas, además de brujas son incendiarias. En el aquelarre abortista que organizaron para recibir al barco de la muerte, esas hijas de las tinieblas, probablemente acompañadas por algún nigromante, repartieron cajas de cerillas donde aparecía el lema “La única iglesia que ilumina es la que arde".
Su odio hacia la Iglesia nace del hecho de que los cristianos somos la única barrera contra el ímpetu victorioso de las hordas de la cultura de la muerte. Y no quieren obstáculo alguno que pueda impedir, o siquiera detener temporalmente, su avance. Atila era una ursulina misericordiosa comparado con esas hechiceras promotoras del asesinato uterino. Por donde ellas pasan la vida desaparece y sólo queda el hedor de sus almas putrefactas, que espantaría hasta al cerdo más dado a revolcarse en desechos orgánicos.
Habrá quien piense que no se debe dar demasiada importancia a las brujas y sus cajas de cerillas. Pero no queramos saber lo que habría pasado si alguno de nosotros hubiéramos propuesto hundir el barco de la muerte con todo su personal dentro. Ocuparíamos la portada de los medios progresistas, apareceríamos en las noticias de la Primera, de la 2, de Tele 5, de la Sexta y de Antena 3. Seríamos objeto de las diatribas venenosas de la albóndiga rabiosa de dedos rechonchos, esa que casi siempre va acompañada del masón cuya cara sirve para hacernos idea de la pinta del Urías Heep del “David Copperfield” de Dickens.
Ciertamente la Iglesia que mejor ilumina es la que arde, pero no por el fuego provocado por estas hijas del Herodes que aniquiló a los inocentes en Belén. La Iglesia arde de verdad cuando se deja incendiar por el fuego del Espíritu Santo, aquel del que Cristo dijo que “convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn 16,8) porque “el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Jn 16,11). Que ese fuego incendie nuestros corazones para que podamos ser como aquellos a los que un rey pagano arrojó a un horno ardiendo y salieron indemnes (Dan 3).
Luis Fernando Pérez
19 comentarios
Esto de las cajas de cerillas no es un tema baladí. Ni siquiera una caricatura grotesca de lo que en unos días será Halloween. Significa un ataque directo y sin miramientos a la Iglesia Católica y a todos los que defendemos la vida. Estas asesinas, al igual que matan a sus hijos, pretenden erradicar a la única institución que defiende la vida -junto con otras confesiones religiosas-. Frente a la alternativa del amor de los creyentes, estas "brujas" -por no decir putones- pretenden ir fornicando a su libre albedrío para luego deshacerse del fruto del amor.
Denunciemos ante las instancia pertinentes a estas "individuas" por delito de amenzas y de injurias.
+ Un saludo.
Creo que el Ministerio Público debería intervenir de inmediato para exigir responsabilidades por el delito de aborto (me permito recordar que abortar es delinquir) y por los delitos de estragos y daños amén de un claro delito contra la libertad religiosa.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Luis Fernando.
Juan Manuel de Prada tiene el mérito de habernos descubierto que las brujas, las adoradoras de Satanás, existen hoy.
Esto no es, sino, una muestra más de laicismo puro y de manifestación de intolerancia algo fascista.
Eso es lo que es. Y quien olvide hechos como el que ahora mencionas en tu artículo, puede que algún día tenga que recordarlos para preguntarse la razón de no haber dicho nada en su día (o sea, ahora)
Muy apropiada la cita de daniel, puesto que ese horno ardiendo es una imagen del mundo de hoy. Si permanecemos indemnes es porque el Señor nos manda una brisa que nos protege y nos arropa, y se llama Iglesia. Y estoy seguro de que, si pudiéramos tener el don de contemplar a los demonios que nos acechan en cada esquina, nos echaríamos a temblar. Pero no nos olvidemos de que tenemos el arma de la oración, y de que por cada demonio el Señor nos manda a un ángel que puede hacerle frente. Ánimo.
Quizá la Iglesia podía hacer algo.
Creo que están malinformando a muchas católicas. Es una vërgüenza.
salud
Es decir, a las brujas estas, que públicamente se las excomulgue, explicando qué s la excomunión. Si es que eso sirve para que otrs se dén cuenta de su mal.
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