¡¡Y tú facha!!
En el mundo feliz modelo Huxley al que nos dirige la ingeniería social de Zapatero, la oposición política suele ser objeto de una adjetivación poco original, pero bastante efectiva si hemos de atender a sus consecuencias mediáticas. Efectivamente, todo aquel que critique al gobierno es tildado de fascista, de machista, de reaccionario, etc.
La reacción de esa máquina de conseguir los votos de la derecha social que conocemos como Partido Popular, suele ser casi siempre temerosa, pusilánime, “maricomplejínica”. Si quienes están al frente de la derecha política de este país hubiera tenido tanta fe en sus principios como la izquierda la tiene en los suyos, quizás hoy las cosas serían distintas. Pero ya vimos todos que Rajoy se tiró la parte final de la reciente campaña electoral hablando de economía y no de valores. Allá él y allá ese partido si quiere seguir teniendo de líder al gallego.
El caso es que en la Iglesia también hay elementos “zapaterinos” que -como el presidente de la CONFER, Alejandro Fernández Barrajón- tratan de convencernos de que el progreso y el futuro de la Iglesia está en “apostar por una renovación profunda de nuestro estilo, nuestro lenguaje, nuestros iconos y nuestras formas”. Leyéndole parecería que todo es una cuestión de formas. Pero cuando vemos lo que hay detrás de las formas de los “zapateroeclesiales”, constatamos que el fondo es afectado en su más íntima esencia. Ni estilo, ni lenguaje, ni iconos. Lo que quieren es que la Iglesia sea la versión religiosa del “maricomplejinismo” político. Lo que ansían es la “gallardonización” espiritual del catolicismo español.