Lumen Dei. Aclaración de Monseñor Sebastián a Monseñor Alcides Mendoza
Por razones que encuentro perfectamente justificables, Monseñor Sebastián no quiere utilizar su blog para informar acerca de la situación de Lumen Dei, de la cual es Comisario Pontificio. Para ello está la web de la propia asociación. Y de allí saco la siguiente carta. Es lo suficientemente clara como para que yo no tenga mucho que comentar. Las cosas están como están y me temo que no tienen pinta de acabar bien, al menos en relación a los que yo ya no tengo duda en calificar de “rebeldes". Eso sí, me gustaría saber quién ha sido el cerebro ingenioso que en Roma decidió encargarle a Monseñor Sebastián este “marronazo". Vamos… un amigo.
Respuesta del Comisario Pontificio de Lumen Dei a la carta del Arzobispo Emérito del Cuzco
Rdmo. y Excmo. Señor D. Alcides Mendoza Castro Arzobispo Emérito de Cuzco
Señor Arzobispo,
Ante todo quiero agradecerle el gesto de atención y fraternidad que ha tenido conmigo al hacerme conocer la Nota que ha enviado a la prensa y medios de opinión pública acerca de la situación creada en torno a Lumen Dei.
Comprendo perfectamente su interés por todo lo que se refiera a Lumen Dei y respeto muy sinceramente sus sentimientos de afecto y responsabilidad ante esta obra admirable. Pero no puedo ocultarle que su Nota me ha llenado de extrañeza y de dolor.
Con la misma sencillez y confianza con la que Vd. me ha hablado, yo puedo decirle que las informaciones que le han llegado no son verdaderas ni reflejan realmente la situación.
Ese esquema de unos calumniadores malos y unos responsables de Lumen Dei prudentes e injustamente perseguidos no responde a la realidad. Sencillamente no es verdadero.
Hubo unos hechos extraños, todos los que hemos tenido relación con este asunto, estamos convencidos de que algo extraño hubo, aunque también parece cierto que aquello fue deformado y oscurecido. Unos agrandaron su gravedad asustados por lo que les parecía un hecho grave, y otros quisieron encubrirlo todo recurriendo a unas explicaciones arbitrarias de apariencia semi mística que todavía complicaron más la situación.
En este contexto, algunos miembros de Lumen Dei pensaron que debían en conciencia informar a los Superiores eclesiásticos, y así lo hicieron enviando información al Obispo de Cuenca y a la Sta. Sede. Eso es lo que el mismo P. Molina les había aconsejado que hicieran cuando se pudiera presentar un problema en Lumen Dei. Este hecho de informar a los Superiores fue castigado con la expulsión drástica de estas personas, como si acudir a los Superiores fuera un delito.