Un arzobispo cómodo para el socialismo
Por si alguien tenía alguna dudas sobre las querencias políticas del cardenal Amigo, arzobispo de Sevilla hasta que el Papa le acepte la renuncia que presentará el día 23 de este mes, la cosa ha quedado meridianamente clara en la entrevista que el prelado ha concedido al Diario de Sevilla:
–Pasemos a la política. Usted ha tenido muy buenas relaciones con Manuel Chaves, en sus 19 años de presidente de la Junta. ¿Qué opina de él?
–El presidente Chaves ha estado mucho tiempo en su cargo de la Junta de Andalucía y su gestión ha sido reconocida como eficaz. Chaves estuvo después de otros presidentes que duraron menos tiempo y potenció la autonomía, que era una nueva forma de vivir en España. Chaves trabajó y se acercó a todas las instituciones. En su honor, debo decir que siempre me escuchó y también a los obispos de Andalucía. En algunas cuestiones estuvimos de acuerdo, aunque otros temas no se resolvieron.
Me pregunto qué dirán ahora aquellos que se pasan la vida acusando a la Iglesia Católica en España de estar vendida al PP y que consideran que Rouco es poco menos que el brazo eclesiástico de Rajoy. Que yo recuerde, no ha habido un solo obispo, arzobispo o cardenal español que haya sido tan explícito en alabar a un gobernante en los últimos treinta años. Con la particularidad de que ese dirigente es socialista y ya sabemos todos la mucha afinidad que hay entre el laicismo radical del actual socialismo y la propia Iglesia. Y no me parece a mí que el socialismo andaluz, ese que ahora acaba de quitar a los obispos el papel de decidir el destino de los profesores de religión católica, sea especialmente moderado en todo lo relacionado con la ingeniería social zapateril. Más bien lo contrario.