27.11.09

El libro de Pagola, regalo envenenado de Uriarte a Munilla

Monseñor Uriarte ha prestado su último “servicio” a la Iglesia en Guipúzcoa. El mismo ha consistido en desobedecer las instrucciones claras, precisas y hasta contundentes que recibió de Roma en el sentido de no permitir que saliera a la luz la edición “corregida” del Jesús de Pagola, al menos no sin haber sido antes revisada por la Comisión para la Doctrina de la Fe de la CEE. Pues nada, ni repajolero caso. Dicha edición va con su “imprimatur". Un imprimatur que de poco va a servir si, como todo parece indicar, la Congregación para la Doctrina de la Fe toma cartas en el asunto y abre expediente al teólogo vasco. De hecho, según mis fuentes, y puedo asegurar que son absolutamente fiables, las correcciones llevadas a cabo por Pagola no alteran apenas en nada los errores teológicos que fueron mostrados por la comisión de la CEE.

Pero eso ya a monseñor Uriarte le importa un pimiento. Él dejará de ser obispo de San Sebastián el próximo 9 de enero. E incluso si, como posiblemente se esté intentando desde España, se produce una reacción “urgente” de Roma pidiendo la retirada del libro, lo más seguro es que el prelado vasco se haga el sordo y mire para otro lado. De tal manera que el marrón le caerá a monseñor Munilla. Es más, estoy convencido de que esa, y no otra, era la intención de Uriarte. La jugada es clara: si Munilla se carga el libro, aparecerá ante los enemigos internos y externos de la Iglesia como el obispo inquisidor que se enfrenta al teólogo más destacado de su nueva diócesis. Y si no hace tal cosa, habrá quien diga que tiene miedo a hacer lo que tiene que hacer.

Pero yo creo que, precisamente, monseñor Munilla no tiene que encargarse de este asunto, aunque también es cierto que si lo hace, sería la forma más contundente de dejar bien claro que a él nadie le marca el paso. En todo caso, el que ha dado el imprimatur al libro no es él sino Uriarte. Y si se tiene que censurar a Pagola y al obispo que le apoyó, esa es tarea de la Santa Sede. Lo que un obispo rebelde hace, no lo tiene que deshacer su sucesor sino la Sede Apostólica, que para eso está. Roma debe facilitar las cosas al nuevo obispo de San Sebastián, quien debería encontrarse con el asunto resuelto incluso antes de tomar posesión.

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FERE, CEE, Gobierno, EpC y otras hierbas

Se nos dice ahora que el gobierno buscó y logró enfrentar a la patronal de la enseñanza religiosa en España (FERE) con los obispos (CEE) a la hora de oponerse a Educación para la Ciudadanía. Parece ser que el éxito de semejante hazaña cabe atribuírselo a un tal Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación cuando se montó el cirio con esa asignatura adoctrinadora. Posiblemente Tiana tuvo un papel destacado, pero de lo que yo me acuerdo es de la famosa carta que la ministra Cabrera mandó a Manuel De Castro en la que le aseguraba que se respetaría el ideario de los centros a la hora de dar la asignatura. Una carta que, obviamente, carecía de cualquier valor jurídico o ejecutivo, ya que no pasaba de ser una declaración de intenciones.

El caso es que mientras que desde Añastro y aledaños salían declaraciones explosivas llamando poco menos que a la rebelión cívica contra la EpC -me acuerdo especialmente de una entrevista de Losantos al cardenal Cañizares y de otra de César Vidal a Martínez Camino-, desde los colegios católicos se decidió mirar a la luna, hablar de pacto y poner mala cara a los padres que osaban objetar. Y una cosa es cierta: a la FERE se le podrá acusar de casi cualquier cosa menos de falta de coherencia. Pero resulta que el mismo cardenal que hacía de Elías contra los Baales de la EpC, luego se comía con patatas la incorporación de la asignatura a sus colegios diocesanos. Y no fue el único. Cuando pregunté a un prelado sobre la cuestión, la respuesta fue: “¿y qué podemos hacer? ¿exponernos a que nos cierren los colegios?". Sin comentarios.

Lo cierto es que tras la tempestad vino la calma y la actitud del episcopado español ante la EpC empezó a parecerse mucho a la de la FERE. Es decir, oposición al fondo pero con disposición a llegar a los acuerdos que fueran menester para al menos salvar la cara de los colegios católicos. Por supuesto, se ha seguido diciendo que la asignatura es adoctrinadora, que atenta contra el derecho de los padres, etc, etc. Pero los únicos que han objetado han sido precisamente algunos padres. Si se hubiera producido una oposición radical de la escuela católica a la asignatura, es obvio que el gobierno habría que tenido que echar marcha atrás. El Estado no puede asumir el volumen de alumnos, y el gasto que supondría, de la escuela concertada. Pero si no se hizo tal cosa antes de la sentencia del Supremo, menos se va a hacer ahora. Así que tendremos EpC sí o sí, y nos tendremos que conformar con impedir que a los muchachos les lleguen los peores libros de dicha asignatura. Por ejemplo, yo me he leído “de pé a pá” el que se da en el colegio de mi hijo y no he encontrado nada contrario a mis valores.

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26.11.09

Monseñor Asenjo, a la Ejecutiva de la CEE

Tras la aceptación de la renuncia presentada por el cardenal Amigo como arzobispo de Sevilla, una de las dudas que presentaba la actual Plenaria era saber quién ocuparía su lugar en la ejecutiva de la CEE. Finalmente ha ocupado su cargo el mismo que le sucedió al frente de la sede sevillana, monseñor Asenjo. Era lo previsible, aunque hay quien pensaba que el primado de España y arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, podría ser el elegido. Por lo que se ve, ni siquiera se presentó su candidatura. Además del arzobispo de Sevilla, sólo recibió votos el de Santiago de Compostela, monseñor Barrio. Y más bien pocos, lo que demuestra que la candidatura de Asenjo era consensuada o, así lo pienso, que las aguas en la CEE están ya calmadas, con el cardenal Rouco más preocupado de la JMJ del 2011 que de la fontanería de Añastro.

En realidad, el episcopado que tendrá que abordar el post-rouquismo es quizás el más uniforme desde el concilio Vaticano II. Las diferencias entre “progres” y “conservadores” son cada vez más tenues, aunque es evidente que el sector conservador moderado, tachado de ultra por el “progrerío mediático", es el preeminente. El taranconianismo es ya historia pero en España no vamos a encontrar figuras como Pell, Burke o Cipriani. Estamos ante un episcopado de perfil bajo, con picos mediáticos más bien provocados por la gravedad de la situación político-social que por las ganas que tienen los pocos obispos “guerreros” de salir a la palestra. Sólo la vuelta de Cañizares a España, sobre todo si vuelve a ser el mismo de cuando era vicepresidente de la CEE, podría cambiar esa realidad.

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25.11.09

Entre obispos

Este lunes asistí por primera vez a la inauguración de una Plenaria de la Conferencia Episcopal Española en Añastro. Fue una experiencia ciertamente interesante por muy diversos motivos. Y es que no es igual que te cuenten algo a vivirlo tú mismo. Y tampoco es igual el ver un evento por la tele, a estar de cuerpo presente allá donde se celebra. Además me acompañó Bruno, blogger y miembro del consejo de redacción de InfoCatólica, que creo que se lo pasó tan bien como yo. Allí coincidimos con diversos colegas de nuestro negociado informativo socio-religioso, tales como Juan Rubio, José Manuel Vidal, Jesús Bastante, Pablo Ginés, etc. También estaba, aunque muy ocupado con sus quehaceres en la propia CEE, nuestro blogger Miguel Vinuesa, con quien acabé compartiendo mesa y mantel cerca del Bernabeu en la noche de ese mismo lunes. Sólo eché de menos a Fernández de la Cigoña, cuya presencia en un acto así puede dejar en la retina de la memoria momentos inolvidables. Creo que, ya como parte de la familia periodística de Intereconomía, pronto le verán asomar sus plumas cigüeñiles por Añastro.

Como era de esperar, el protagonismo de los flashes, las cámaras y los comentarios se los llevaron monseñor Sanz Montes y monseñor Munilla, a la sazón arzobispo electo de Oviedo y obispo de San Sebastián. Todo eran felicitaciones para don Jesús y ánimos para don José Ignacio. Me pareció destacable la presencia de don Gabino Díaz Merchán, arzobispo emérito de Ovideo y su saludo con quien a partir del 30 de enero gobernará la Iglesia en Asturias.

Dejaré a un lado el “cotilleo” personal-episcopal -saludé a este obispo, hablé con este otro, me abrazó el de más allá, etc-, pues lo verdaderamente importante del acto fue el discurso del cardenal Rouco, cuyo aspecto me pareció muy saludable, y el Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Fratini, que se estrenaba en estos menesteres. Previa a la locución del cardenal presidente de la CEE rezamos todos la Hora Intermedia, cuya primera lectura era ciertamente interesante y muy apropiada para el momento histórico que nos toca vivir:

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22.11.09

Munilla, obispo y profeta en su tierra

Monseñor José Ignacio Munilla va a ser, Dios mediante, el nuevo obispo de San Sebastián. Es la diócesis en la que nació a la vida y a la fe. La diócesis en la que se ordenó como presbítero y en la que ejerció el sacerdocio durante 20 años. Don José Ignacio podría haber optado por ser uno más de la diáspora de curas guipuzcoanos que, por razones que creo innecesario señalar, decidieron salir de su tierra y su parentela para servir a Dios. Él se quedó y, según me han asegurado personas que le conocen muy bien, dio en todo momento un auténtico ejemplo de comunión con quienes fueron sus obispos. Puede que su estilo de sacerdocio, tan cercano al que quiere la Iglesia, no encajara del todo bien en determinados ámbitos de esa iglesia local, pero nadie, absolutamente nadie puede poner un solo ejemplo del Munilla sacerdote causándole el menor problema a sus pastores.

Por ello, cuando don José Ignacio fue elegido por Benedicto XVI como obispo de Palencia, muchos vieron en ello el reconocimiento de Roma a su fidelidad hacia sus legítimos pastores. Quien es fiel en lo poco, sobre lo mucho es puesto. De pastorear, como colaborador del obispo, al pueblo de Dios en Zumárraga pasó a pastorear como obispo al pueblo de Dios en la diócesis castellana. Tres años son muy pocos para poder dejar huella en una diócesis, pero he aquí algunos de los testimonios que hemos podido recoger en InfoCatólica:

Como palentino me alegro mucho por la Diócesis de Guipuzcoa. Como palentino, también me siento bastante triste y apenado. D. José Ignacio ha demostrado, en muchas ocasiones una calidad y una cercanía fantásticas. Le echaré muchísimo de menos.

Esto no es justo para Palencia. Es el sino de una triste diócesis de tercera, para los de la ingenería social y religiosa un “laboratorio de ensayo": Si nos tocan en “suerte” las pruebas, por lo menos que cuando salgan bien permanezcan.
Estoy totalmente desilusionado con la marcha de D. José Ignacio. Ha sido un golpe duro para todos los palentino. ¡Esto no es justo para Palencia! Igual hay que hacerse nacionalista para que te hagan caso. Poco dura la alegría en la casa del pobre.

En Palencia ha realizado grandes proyectos: COF, proyecto Raquel, seminario, entre otros, y lo que es mejor, se ha ganado el corazón de los palentinos que le aprecian de verdad.

No pretendo que esos comentarios sean un reflejo de lo que piensan la totalidad de los católicos practicantes palentinos, pero sin duda son un buen botón de muestra. Una cosa sí es cierta: no es justo para una diócesis contar con un buen obispo sólo durante tres años. Pero eso se arregla fácilmente si Roma nombra a un buen sacerdote como nuevo obispo de Palencia en pocos meses.

El caso es que, a pesar de que muchos creíamos que en la Ciudad Eterna no habría el valor suficiente para nombrar a monseñor Munilla como obispo de San Sebastián, el Papa lo ha hecho. Y eso es lo primero que hay que tener en cuenta. A Munilla no le ha nombrado Rouco. Ha sido Benedicto XVI. Y aunque puede que Rouco haya aconsejado y animado a que se produjera este nombramiento, no tengo el menor atisbo de duda de que el Papa no se ha limitado a firmar lo que el cardenal Re le ha puesto encima de la mesa. La elección de don José Ignacio como obispo de San Sebastián es una de esas decisiones que no se toman sin que el Papa sea bien consciente de lo que hace y por qué lo hace. Por tanto, el Vicario de Cristo es el máximo responsable de que la Iglesia en Guipúzcoa cuente como pastor con un obispo de las características eclesiales y personales del hasta hoy prelado de Palencia. Así que quien quiera soltar bilis, que se vaya a las orillas del Tíber a hacerlo. Y quien quiera mostrar gratitud, que se dirija al Papa y a Dios por darnos este Papa.

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