17.03.10

A Monseñor Sanz Montes no le va el orvallo

Leemos en el diccionario de la RAE:
Orvallo:
1. m. Ast. y Gal. llovizna.

Llovizna.
1. f. Lluvia menuda que cae blandamente.

O sea, orvallo es el término que se usa en Asturias y Galicia para referirse a esa especie de lluvia fina tan propia de esas tierras. Pero resulta que a Asturias ha llegado un arzobispo que entiende poco de finuras a la hora de denunciar determinadas cosas. A Monseñor Sanz Montes, cuando le toca hablar del aborto, lo del orvallo se le queda corto. De él se obtienen rayos, centellas, relámpagos y pedrisco. No se anda por las ramas este franciscano de miraba amable y trato cordial:

Lo he dicho más veces: matar al niño dentro de una mujer que lo ha concebido, es sentenciar de muerte a la propia madre como ellas mismas testifican. No lo saben (o fingen no saber) quienes no quieren oír de veras a la comunidad científica ante el dato biológico del comienzo del ser humano, quienes construyen con ideología de holocausto una filosofía y una antropología que no tienen rigor de argumento, quienes con el pretexto de defender unos pretendidos derechos de la mujer pretenden sacar importantes réditos políticos y económicos (no siempre disociados, por cierto). Y así, asistimos al esperpento de unas señoras de escaño y cartera, que brindan con burbujas esta extraña victoria legal: tener más licencia para matar más al ser más inocente e indefenso, al que ni siquiera le permitieron llorar. Triste foto la de las brindantes y cuantos las apoyaron, alegrándose por tan macabros trofeos de caza donde las piezas de cacería son bebés cuyo nacimiento truncaron.

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16.03.10

Monseñor Sáiz Meneses y el "milagro" Terrassa

Terrassa es una diócesis muy joven, fruto de la partición de la sede metropolitana de Barcelona en junio del 2004. Su primer obispo titular, Monseñor José Ángel Sáiz Meneses, cuenta con sólo 53 años de edad, así que, Dios mediante, le queda cerca de un cuarto de siglo por delante para desempeñar su ministerio en primera línea. Su etapa como obispo auxiliar de Barcelona dio todo lo que puede dar la labor de un obispo auxiliar, pero ha sido llegar a Terrassa y empezar a dejar huella. Y no una huella cualquiera, no. Hablamos de una huella fundamental para el futuro de cualquier diócesis: su seminario.

Y es que convertirse en el seminario más importante de Cataluña en tan solo tres años de existencia no debe ser cosa fácil. Pues eso es lo que ha logrado don José Ángel. Obviamente no es sólo cosa suya. Sus colaboradores más cercanos tienen mucho que ver con lo ocurrido. Y en Roma esas cosas se tienen en cuenta. Por ejemplo, su primer vicario general, monseñor Pardo, es hoy obispo de Gerona.

Germinans denuncia hoy el silencio de los medios de comunicación catalanes, incluidos los eclesiales, sobre el “milagro” Terrassa. Es normal. Monseñor Sáiz Meneses, sin tener un perfil ultra-conservador, representa cuál es la línea a seguir por la Iglesia en Cataluña en las próximas décadas, si es que en verdad se quiere que el catolicismo catalán resucite de su actual postración. Y es que por más que el cardenal Sistach esté en un estado de cuasi-levitación tras conseguir que el Papa vaya a Barcelona en noviembre, el futuro de la “iglesia catalana” lo representa mucho mejor el obispo de Terrasa que su arzobispo metropolitano. Y no sólo por una cuestión de edad, que también, sino por la manera de pastorear al rebaño de Cristo en sus respectivas diócesis. No se trata de establecer una rivalidad entre ambos. Se trata de constatar hechos que saltan a la vista. Y el que no los quiera ver, que se tape los ojos.

Luis Fernando Pérez

15.03.10

¿Qué no dirían del Cardenal Caffarra los que se quejan de nuestros obispos?

Lamento enormemente no haberme enterado antes de la “carta-nota doctrinal” que el Cardenal Arzobispo de Bolonia, S.E.R Carlo Caffarra, escribió a finales del mes pasado. Las afirmaciones del prelado causaron no poca polémica en Italia, pero, que yo sepa, nadie se hizo eco de las mismas acá en España. Y es una lástima, porque habría venido al pelo por el tema Bono, católicos y ley del aborto. Y es que si el cardenal Caffarra dice que “es imposible considerarse católico si de uno u otro modo se reconoce el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo“, ¿qué no diría de quien reconozca el “derecho de la mujer a abortar", que es ni más ni menos que lo que hace la nueva ley?

Sin duda tenemos al personal ibérico muy mal acostumbrado. Que los obispos de la Iglesia Católica digan quién, cómo, cuándo y bajo qué circunstancias alguien puede ser llamado católico o disciplinado por la propia Iglesia es algo tan de sentido común que no debería de ser siquiera discutido. Y a todos los que se revuelven contra esa realidad diciendo que “la Iglesia somos todos", les digo que, efectivamente, todos somos Iglesia, pero ya desde el siglo I los cristianos sabían que “deberíamos considerar al obispo como al Señor mismo” (San Ignacio a los efesios), “no hagáis nada vosotros, tampoco, sin el obispo y los presbíteros” (idem a los magnesianos), “el que hace algo sin el obispo y el presbiterio y los diáconos, este hombre no tiene limpia la conciencia” (idem a los Trallianos), “todos los que son de Dios y de Jesucristo están con los obispos… No hagáis nada sin el obispo” (Idem a los Filadelfianos), y “nadie haga nada perteneciente a la Iglesia al margen del obispo… Allí donde aparezca el obispo, allí debe estar el pueblo… El que honra al obispo es honrado por Dios; el que hace algo sin el conocimiento del obispo rinde servicio al diablo” (Idem a los esmirneanos). No hace falta comentar esas citas de un obispo que fue ordenado por los mismísimos apóstoles, ¿verdad? Claro que no.

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14.03.10

Datos significativos en relación a los abusos sexuales dentro de la Iglesia

Monseñor Charles Scicluna es, para que se entienda bien, el responsable directo en Roma de tratar los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en todo el mundo. Por supuesto tiene por encima al cardenal Levada y al mismísimo Papa, pero él se encarga del “día a día” en esta materia. Por eso resulta muy importante leer lo que ha declarado al diario Avvenire, propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana (allá los obispos no se cargan sus medios de comunicación).

De lo dicho por Monseñor Scicluna, sólo estoy en ligero desacuerdo con la idea de “alentar” a los obispos a que animen a las víctimas a denunciar ante la justicia civil a sus abusadores. Creo que eso debería ser algo más que un consejo y convertirse en una directiva. Luego las víctimas harán o dejarán de hacer, pero el obispo habrá cumplido con su papel. Con el resto de las declaraciones del Promotor de Justicia de la CDF estoy plenamente de acuerdo.

De la entrevista salen datos bien interesantes. Por un lado, Monseñor Scicluna explica bien en qué consiste la famosa y polémica Crimen Sollecitationes, texto que algunos decían que era una herramienta de la Iglesia para tapar este tipo de escándalos. Lo explica de forma impecable:

Una mala traducción en inglés de ese texto dio pábulo a que se pensara que la Santa Sede imponía el secreto para ocultar los hechos. Pero no era así. El secreto de instrucción servía para proteger la buena fama de todas las personas involucradas, en primer lugar las víctimas, y después los clérigos acusados, que tienen derecho –como cualquier persona- a la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario. A la Iglesia no le gusta la justicia concebida como un espectáculo. La normativa sobre los abusos sexuales no se ha interpretado nunca como prohibición de denuncia a las autoridades civiles.

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13.03.10

El "obispo teólogo" no hubiera dado el nihil obstat al "Jesús" revisado de Pagola

Ayer prometí exclusiva sobre el caso “Pagola-Uriarte” y hoy hemos cumplido con lo prometido. Cualquiera que hubiera leído la información dada por Religión Digital hace unos días, en la que se decía que “Monseñor Uriarte encargó un dictamen pericial sobre la obra a dos cualificados teólogos y a un obispo teólogo. Este último se dijo entonces que fue Fernando Sebastián, ex arzobispo de Pamplona y con gran peso ‘político’ e influencia en el Episcopado” y “…Con el peritaje de semejante ‘troika teológica’, Uriarte se decidió a emitir un ‘nihil obstat’, un aval que declara que la obra, ya revisada por el autor, no tiene nada contra la fe y las costumbres de la Iglesia, y a poner su ‘Imprimatur’ episcopal en la publicación. Era el 18 de junio de 2008“, podría haber sacado la conclusión de que monseñor Sebastián avalaba el nihil obstat de Uriarte al libro. Pues no, señores. Todo lo contrario.

Cualquiera que conozca un poco la historia de la Iglesia en España en las últimas décadas, sabe que el arzobispo emérito de Pamplona ha sido, y sigue siendo desde la condición de emérito, una de las plumas magisteriales más brillantes del episcopado español. Por tanto, su juicio doctrinal sobre cualquier tema, y el que ha dado sobre el libro de Pagola está muy fundamentado, debe de ser muy tomado en cuenta. O sea, justo lo contrario de lo que hizo Monseñor Uriarte en relación a la obra de “su” teólogo.

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