Si tú tienes un lobby, yo también
Estados Unidos es un país de contrastes. De allí puede salir lo mejor y lo peor, pero con la particularidad de que la repercusión mediática en el resto del mundo es mucho mayor de la que tiene cualquier otra nación, como la española, que tenga esa cualidad dual.
Una de las peculiaridades de la sociedad norteamericana es que se organiza civilmente que da gusto. Allí los dos partidos mayoritarios -y casi únicos- van en muchas ocasiones a rebufo de lo que la gente opina. Una simple asociación local puede reventar la credibilidad de un alcalde o un gobernador por el hecho de no cumplir lo que ha prometido o por promover una ley “polémica". Y a nivel nacional, la cosa no cambia mucho. Es sabido el peso específico del voto cristiano a la hora de elegir presidente, congresistas, senadores e incluso fiscales.
EE.UU es por ello el país ideal para los lobbies. Los hay de todas clases y colores, con todo tipo de intereses políticos, económicos, sociales y hasta religiosos. Y precisamente es en el ámbito sociorreligioso donde los hijos del Mayflower han demostrado una capacidad de movilización prácticamente inexistente en el resto de Occidente. Sinceramente, ¿alguien se imagina en España una Asociación para la Decencia?
A decir verdad en nuestro país han cambiado bastante las cosas desde la llegada de HazteOir. Esa asociación civil ha sido una especie de pionera para que la derecha social española se diera cuenta de que no puede dejar en manos de la izquierda el asociacionismo cívico. Tras HO vinieron muchas otras siglas, tipo Foro de la Familia, Profesionales por la Ética, Derecho a Vivir, España Educa en Libertad, etc. La AVT también tiene mucho que ver con la movilización pacífica de la sociedad contra un gobierno indigno.