Al paredón con el obispo
Hay que crucificarle. Al paredón con él. Un pelotón de fusilamiento y “pim, pam, pum". Y que no quede ni el anillo ni el báculo. Fuera, largo, echémosle del pueblo, que nosotros somos gente muy honrada y muy decente y él un miserable. Y si el resto de obispos le apoya, vayamos a por ellos. ¿Qué se habrán creído esos señores? ¿de verdad piensan que en nuestra España se puede decir que la práctica de la homosexualidad y el adulterio son pecado? ¿y hacerlo ni más ni menos por la televisión pública que pagamos con nuestro dinero todos los españoles? Nada, nada. A por ellos, que son pocos y cobardes. Echémosles a las mazmorras del desprecio social.
Sí, así están las cosas en Alcalá de Henares, que no es una población especialmente diferente a las del resto de España. Su clase política de izquierdas, con UPyD a la cabeza, sigue encabritada porque al obispo de la localidad le dio por predicar la fe católica en el pasado Triduo Pascual. No soportan que el prelado dijera lo que la Iglesia enseña acerca de la homosexualidad. Algo que afirmó, recordémoslo, en el contexto de una relación de comportamientos que son pecaminosos según la moral católica.