29.09.12

No entiendo qué es lo que quieren los obispos alemanes

La Conferencia episcopal alemana quiere entablar conversaciones con la Santa Sede sobre la cuestión de los divorciados vueltos a casar. Dado que hay sacerdotes germanos que se saltan la enseñanza de la Iglesia en esa cuestión, y admiten que comulguen las personas que están en esa situación, parece claro que lo que los prelados pretenden es discutir con Roma sobre el tema.

No sé cuál será la actitud de Roma ante la actitud de los obispos alemanes. Es evidente que la doctrina católica sobre el sacramento de la Eucaristía, y la necesidad de estar en gracia para recibirlo, no puede someterse a discusión. Es también claro que la doctrina católica sobre la indisolubilidad del matrimonio no puede cambiar. Que los que se divorcian y se vuelven a casar son llamados adúlteros por Cristo se ve claramente leyendo los evangelios. Y no me imagino a la Iglesia borrando esas palabras del Señor de la Escritura.

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27.09.12

Per a ofrenar noves glòries a Espanya

En InfoCatólica no nos escondemos cuando se trata de hablar de algo tan poco contingente como la unidad de España. Providencial fue el post de Milenko Bernardic, en el que nos mostró cuáles fueron las consecuencias de romper neciamente la unidad de Yugoslavia, que sin lugar a dudas era un país con mucha menos tradición histórica de unión que España. Anteayer Bruno Moreno, miembro de nuestro consejo de redacción, publicó un artículo que da una serie de argumentos bien claros sobre cuál ha de ser la postura de los católicos ante la posible independencia de Cataluña. Obviamente no pretende establecer la idea de que la unidad de este país es un dogma de fe, pero sí demuestra, en mi opinión de forma irrebatible, que destruir esa unidad puede considerarse como un grave atentado al bien común.

Hoy mismo el P. José María Iraburu, nuestro editor, ha publicado otro magnífico post con todo tipo de explicaciones históricas y citas bíblicas, de obispos españoles, etc.

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24.09.12

"Vengo de oír al propio San Pablo comentándose a sí mismo"

En breve empieza el Año de la Fe. Y antes tendremos la declaración solemne de San Juan de Ávila como doctor de la Iglesia. Será en Roma el próximo 7 de octubre. Patrono del clero español, la vida de San Juan es digna de ser estudiada para sacar de ella el agua viva que emana de la gracia que el Señor derramó sobre su vida.

Considerado como apóstol de Andalucía, San Juan es ejemplo de como un alma entregada a Dios puede trasformar un pueblo entero por medio de la predicación del evangelio y la formación de predicadores. Leemos esto de su biografía:

En 1535 marcha Juan de Ávila a Córdoba, llamado por el obispo Fr. Álvarez de Toledo. Allí conoce a Fr. Luis de Granada, con quien entabla relaciones espirituales profundas. Organiza predicaciones por los pueblos (sobre todo por la Sierra de Córdoba), consigue grandes conversiones de personas muy elevadas, entabla buenas relaciones con el nuevo obispo de Córdoba, D. Cristobal de Rojas, que quien dirigirá las Advertencias al Concilio de Toledo.

La labor realizada en Córdoba fue muy intensa. Prestó mucha atención al clero, creando centros de estudios, como el Colegio de San Pelagio (en la actualidad el Seminario Diocesano), el Colegio de la Asunción (donde no se podía dar título de maestro sin haberse ejercitado antes en la predicación y el catecismo por los pueblos). Explica las cartas de san Pablo a clero y fieles. Un padre dominico, que primero se había opuesto a la predicación de san Juan, después de escuchar sus lecciones, dijo: “vengo de oír al propio san Pablo comentándose a sí mismo".

Espiritualmente hablando, no creo que la situación de Andalucía y el resto de España en tiempos de San Juan fuera peor que la actual. Lo que no ha cambiado es la receta para solucionar la relajación y apostasía en la que ha caído buena parte de los bautizados. Esa receta es hoy la misma que en el siglo I: la predicación clara y directa del evangelio.

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22.09.12

El cardenal Schönborn, San Ignacio de Antioquía y el Papa

El anciano obispo san Ignacio de Antioquía iba a Roma camino del martirio. Según pasaba por diversas iglesias, tuvo la feliz idea de escribir pequeñas epístolas a los fieles que formaban parte de las mismas. Esto sucedía el año 107. El mártir había oído el evangelio de boca de los apóstoles. De ellos recibió la ordenación por imposición de manos. A una de esas comunidades, los trallianos, les escribió lo siguiente:

De la misma manera, que todos respeten a los diáconos como a Jesucristo, tal como deben respetar al obispo como tipo que es del Padre y a los presbíteros como concilio de Dios y como colegio de los apóstoles. Aparte de ellos no hay ni aun el nombre de iglesia.

Otro obispo anciano, esta vez el de Roma, recibió ayer a un grupo de obispos de Francia. Como cabeza del colegio de obispos, el Papa alabó “la generosidad de los laicos, llamados a participar en los oficios y servicios en la Iglesia” pero señaló la necesidad de vigilar que se respeten las diferencias entre el sacerdocio común de todos los fieles y el sacerdocio ministerial, que es el de aquellos que han sido ordenados al servicio de la comunidad. La escasez de sacerdotes no puede ser alegada como excusa para que los obispos no cumplan con esa tarea.

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21.09.12

Sobre la situación en la diócesis de Huesca

Llevo doce años viviendo en tierras oscenses. Seis en Sariñena, capital de Los Monegros, y seis en Huesca capital. Cuando llegué con mi familia a esta tierra, todavía vivía Mons. Javier Osés, aunque el cáncer que provocó su muerte ya estaba avanzado.

Durante este tiempo he sido testigo, que no protagonista, de buena parte de las tensiones habidas tras la llegada de nuestro anterior obispo, Mons. Jesús Sanz Montes, que sin duda representaba una sensibilidad eclesial muy diferente a la de don Javier. Parecía claro que desde la Santa Sede se buscaba dar un giro a la realidad diocesana tanto en Huesca como en Jaca. E igual de claro estaba que buena parte del clero de esta diócesis -de la de Jaca prefiero no hablar-, no estaba especialmente feliz ante esa tesitura. Cuando don Jesús cambió a los responsables de la delegación de familia, tuvo una fuerte contestación. Cuando decidió que el seminario debía de volver a Huesca, de forma que nuestros seminaristas se formaran acá y no en Zaragoza y en base al plan de estudios de San Dámaso y no el del Creta, la oposición de muchos sacerdotes fue frontal. La absoluta falta de vocaciones “nativas” hizo que Mons. Sanz Montes abogara por la idea de traer seminaristas de fuera. Llegaron de Hispanoamérica y de África. Ese hecho no gustó tampoco a esa parte del clero que no vivía feliz con el nuevo pastor.

En Huesca había una especie de omnipresencia de Acción Católica (AC). Yo mismo asistí a muchas reuniones del Movimiento Rural Cristiano -una de las ramas de AC- en Robres. Lo que allí me encontré fue buenos católicos con ideas tan interesantes como la del proyecto en Ocotal, un pueblo nicaraguense cuyos niños tienen hoy una expectativa de futuro mejor gracias a esa iniciativa.

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