Catolicanglicanos
La llegada de un nuevo arzobispo de Canterbury, sede primada para la Comunión anglicana, parece que ha revivido la discusión interna sobre el acceso de las mujeres al episcopado. En realidad, parece evidente que más pronto que tarde los anglicanos aceptarán de forma general que haya obispesas en su comunión eclesial. De hecho, es la consecuencia lógica de haber aceptado en su día la ordenación de mujeres como presbíteras. Una vez que aceptas que la mujer puede recibir el sacramento del orden, lo demás va detrás. En este punto no está de más recordar que la Iglesia Católica no reconoce la validez de ese sacramento entre los anglicanos. Para Roma, la conocida como Iglesia de Inglaterra es, desde el punto de vista “técnico", una comunión eclesial y no una verdadera iglesia como sí lo son las ortodoxas.
Antes de abordar como afecta el tema de la ordenación de mujeres a las relaciones entre el catolicismo y el anglicanismo, creo oportunísimo recordar las palabras que dirigió al nuevo primado anglicano el responsable de la “cosa ecuménica” del patriarcado de Moscú. Hilarión de Volokolamsk no se anduvo por las ramas:
«Lamentablemente, la parte final del sigo XX y los comienzos del tercer milenio han traído dificultades tangibles en las relaciones entre la Iglesia Rusa Ortodoxa y las iglesias de la Comunión Anglicana. La introducción del sacerdocio femenino -y ahora del episcopado-, la bendición de uniones y matrimonios de personas del mismo sexo y la ordenación de homosexuales como pastores y obispos, todas estas innovaciones son vistas por los ortodoxos como desviaciones de la tradición de la Iglesia primitiva, lo cual hacer que el anglicanismo sea cada vez más extraño a la Iglesia Ortodoxa y contribuye a una mayor división de la cristiandad en su conjunto».
A mí no me cabe la menor duda de que Justin Welby sabe que no hay la menor posibilidad de unión de su comunión eclesial con católicos y ortodoxos y, por tanto, le da absolutamente igual lo que diga Roma o Moscú. Es más, si finalmente da el paso de aceptar la ordenación de mujeres como obispos, los ortodoxos adoptarán exactamente la misma postura que Roma sobre la invalidez de las órdenes anglicanas. Y, conviene tenerlo en cuenta, eso supondrá un cambio fundamental en las relaciones ecuménicas entre unos y otros.