En tiempos de desolación
Ni el más optimista de los modernistas del siglo XX podría haber pensado que justo cuando estamos a las puertas del primer cuarto del siglo XXI, la Iglesia parecería estar en manos de aquellos que luchan denodadamente por poner fin a más de veinte siglos de Tradición.
¿Quién de esos modernistas podía imaginar que hoy se daría de comulgar a adúlteros y amancebados?; ¿quién de ellos habría previsto, incluso bajo intoxicación etílica, que se bendecirían uniones homosexuales?; ¿cuántos sospecharon por un momento que, tras una reforma litúrgica pergeñada por masones, la Misa tridentina iba a ser perseguida e incluso prohibida?; ¿qué modernista de mediados del siglo pasado habría soñado con ver un altar profanado por budistas en Asís, un culto pagano en los jardines vaticanos, o un documento sincretista firmado por un Papa?
Y sin embargo, ese es el panorama al que se enfrentan los católicos que quieren ser fieles a Cristo y la Tradición de la Iglesia. Católicos que son perseguidos, insultados, despreciados y arrinconados por quien tiene el ministerio de confirmar en la fe. Se hace uso de la autoridad no para preservar a la Iglesia del error, sino para intentar destruir a los que quieren seguir creyendo hoy lo que siempre ha creído la Iglesia, a los que quieren celebrar la Misa como la celebraron miriadas de santos. Es la perversión de la autoridad. Algo bueno se corrompe para obrar el mal.
Esa perversión de lo bueno se extiende a muchos ámbitos de la Iglesia. Por ejemplo, la misericordia se ha convertido en vía libre a la vida de pecado. La gracia se ha pisoteado ignorando la enseñanza del apóstol:
“Entonces, ¿qué? ¿Pecaremos, ya que no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia? De ninguna manera”
(Rom 6,15)
Siendo así las cosas es hasta cierto punto normal que muchos tengan la tentación de salir corriendo. Ahora bien, ¿hacia dónde?. San Ignacio de Loyola tiene una frase muy oportuna para este tiempo:
«En tiempo de desolación nunca hacer mudanza, mas estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque, así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar camino para acertar».
¿A qué nos llama el santo? No solo a no salir corriendo en tiempos como los actuales, sino a permanecer firmes en la consolación de andar por gracia en la verdad.
No podemos ignorar lo que se nos enseña en la Escritura. A saber:
- Vendría un tiempo de gran apostasía, de aparición de muchos falsos maestros.
- Las Puertas del Hades no prevalecerán.
Cuando Cristo hizo esa promesa sabía perfectamente que Satanás mismo se abatiría sobre su Iglesia para intentar destruirla como intentó destruirle a Él en la Cruz. Hoy vemos a Satanás obrando de forma prácticamente impune, pero sabemos que no logrará su objetivo final. Y a quien se le ocurra decir que exagero, recuerde lo que Pablo VI dijo cuando vio el desastre que siguió al CVII:
“Se diría que a través de alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación. […]. Se creía que después del Concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia. Por el contrario, ha venido un día de nubes, de tempestad, de oscuridad”.
¿Qué no diría hoy el autor de Humanae Vitae ante el espectáculo que contemplan nuestros ojos?
Recapitulemos. No es tiempo de huir, no es tiempo de bajar los brazos, no es tiempo de abandonarlo todo. Hay muchas almas que necesitan el testimonio de aquellos que, por gracia, permanecen fieles a Dios. Especialmente si son sacerdotes. Muchos se sienten solos, abatidos, temerosos de ser perseguidos por predicar la verdad, ignorados en ocasiones por obispos que más parecen funcionarios del Vaticano que vicarios de Cristo en sus diócesis. Si los buenos sacerdotes se rinden y abandonan el rebaño, ¿qué será de las ovejas? Pero, al mismo tiempo, ¿acaso no sompos conscientes de que esos sacerdotes necesitan nuestro apoyo, nuestras oraciones? Y si lo decimos de los sacerdotes, tanto más de los obispos.
María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Luis Fernando Pérez Bustamante
25 comentarios
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LF:
No, pero no sé que más podemos hacer aparte de hablar claro.
¡¡¡ Once años un MASON nombrando obispos masones por todo el mundo!!!.
A Bugnini, creador e inventor de la nueva missa (perdón, Eucaristía) aunque sancionada e impuesta inmisericordiamente por el Papa, hay que echarle de comer a parte.
De aquellos polvos, estos lodos.
" Los pseudoprofetas del progresismo reforman cotidianamente la predicación , los ritos sacramentales, la catequesis, la moral conyugal, la orientación pastoral, etc , de los demás , pues ellos están habitualmente tan atareados en organizar reuniones , grupos y subcomités de la reforma pastoral, etc , que no les queda tiempo no interés para sentarse modestamente - y preconciliarmente- en un confesionario para continuar la misión redentora de Nuestro Señor. No, eso queda relegado a los viejos curas oscurantistas y medievales, que aún siguen creyendo ingenuamente que Cristo vino a salvarnos al precio de su sangre de ese " mito" del pecado original , mera proyección de la culpabilidad colectiva de nuestro subconciente freudiano y edípico..."
Carlos Sacheri " La Iglesia clandestina "
No solo sospecharon, sino que lo vieron, pareces olvidar que la persecución a la misa antigua durante "san" Pablo vi (todavia me cuesta ponerlo sin comillas) fue tan dura o más que ahora.
Que van a venir tiempos mejores es bastante esperable, basta ver la deriva de multitud de jóvenes, incluyendo seminaristas y sacerdotes, hacia líneas de pensamiento más conservador y tradicional. El tema es que estos tiempos con el progresismo en el poder todavia puede durar algunos pontificados más, y entonces debemos preguntarnos, en paz, oración y sin ningún apuro ni desesperación, cómo conviene vivir catolicamente ese ínterin. Eso pienso que es algo que cada uno deberá discernir según la situación donde vive y vocación. No descartaría la opción de la fsspx.
Por otro lado, como lo dije en el blog del padre Jorge, pienso que esta persecución es providencial, porque está logrando que muchos católicos de los bien formados se den cuenta de que algo muy bueno debe de tener esa misa antigua que tanto molesta a este pontificado tan malo.
2. El maligno está aplicando un plan orquestado perfectamente (no es imaginación es engañar para ir a la apostasía), provocó un Concilio por medio de sus siervos infiltrados y están ejecutando su plan gradualmente según su espíritu maligno = espíritu del concilio.
3. Los tres enemigos del hombre son: el mundo, la carne y el demonio.
4. Se comenzó dialogando con el mundo, el famoso aggiornamento, en cualquier manual básico de combate espiritual católico se dice que con el mundo no se dialoga sino que se va en contra, porque para ser otro Cristo hay que imitarlo y por ello, es una guerra que combate contra el mundo, contra la carne y contra sí mismos, siendo nuestro divino Salvador el jefe, el defensor y el capitán. Pero, el giro antropológico del CVII que permite el hueco por donde entró el humo de Satanás, del diálogo del mundo estamos ahora con la permisión de la carne y ahora vamos a la entronización del anticristo. Visto con fe católica se acerca la gloriosa Segunda Venida.
PD: Recomiendo la lectura de la Summa contra gentiles para entender dónde estamos.
Por razones objetivas soy creyente en Jesús de Nazaret Bar-Abba y racionalmente, aunque es duro el día a día, espero, con la ayuda del Señor, llegar al Paraíso.
Empollando en Evangelio, Hechos y Epístolas, se ve que Jesús encontró en Saulo de Tarso, mas o menos lo que B XVI hizo con las enseñanzas de San Juan Pablo II.
Los Evangelios son claros y las Epístolas entran en profundidades y los que han venido detrás más hondo y hay que volver al Catecismo para anclarse y la Historia Sagrada. La Summa Theologica impone.
Pues para mí, el Señor juega con nosotros como lo haría a los 13 años con sus vecinos, y por eso hay que acudir a su Madre para que nos proteja (¿Quién me ha tocado la túnica??? Me gustaría ver la cara de los discípulos al oírla).
QDLB y a hacer lo que nos manda (LF:No, pero no sé que más podemos hacer aparte de hablar claro.).
PD:SI ESTAS IDEAS OS GUSTAN ,RUEGO QUE SE LAS COMUNIQUEN A TODOS VUESTROS CONOCIDOS Y AMIGOS,LA UNIÓN HACE LA FUERZA.
Esto es, no dejar de adherir a lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre.
Y rechazar las novedades y reformas heretizantes.
Cuando hay un eclipse todos estamos a oscuras. Toca no apartarse ni un ápice de la Tradición. Contra viento y marea.
También pienso en los primeros cristianos y las persecuciones. ¿Qué pensarían?: ¿El Todopoderoso está con nosotros y nos acribilla el mundo?
Pienso en la Historia de la Iglesia, llena de días luminosos con sus santos y fidelidad del pueblo fiel, y de días oscuros por los pecados de la jerarquía y del pueblo fiel. Ahí estamos también nosotros, protagonistas de los días luminosos y también de los oscuros.
Es la condición humana, pero el Señor, que no cambia, cumple su promesa cada día aunque a nuestros ojos parezca que la Iglesia está dejada de su mano. Error, gran error. Ni un pelo de nuestro cabello es ajeno a Dios. Si Dios está con nosotros: ¿A quién temeremos? Sólo tenemos que seguir peregrinando había el cielo, confortarnos con la Pasión de Cristo, levantarnos cuando caigamos (caemos muchas veces al día en lo poco y en lo mucho), rezar por la Iglesia, por el Papa, por el mundo entero, y seguir viviendo con la confianza de saber de Quién nos hemos fiado. Y nuestra Madre nos cuida y acompaña desde aquel día al pie de la Cruz.
Sursum Corda!
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LF
No, no es la luterana. La Iglesia de Cristo sigue subsistiendo en la Iglesia Católica. Con dificultades, pero subsiste.
La ingente mercancía averiada que me llevan suministrando desde hace muchísimos años la tiro a la basura.
En la Iglesia Dios se sirvio de muy pocos para que restauraran su Iglesia. La cuestión es quíén ha restaurado la Iglesia y quién la va a restaurar, la respuesta es fácil, es decir, qué se entiende por no hacer mudanza, que es resistir en la Tradición, aplicado a las ultimas décadas esto es no hacer el neocon (lo digo en general, quien quiera darse por aludido es cuestión de él)
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LF:
Es complicado, por no decir contradictorio, apelar a la Tradición y arremeter contra la figura del Pontífice aunque este sea lo que es, sin ir más lejos, el actual. Aquí hay algo que no encaja. A mí, desde luego, no me encaja aunque tengo muy claro que me da absolutamente quien sea el que diga algo contrario a la fe de la Iglesia: hay que rechazarlo.
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LF
Lo "fácil" para muchos, es hacer lo que ha hecho Viganó. Lo "difícil" es hacer lo que hace Schneider. En mi opinión no hace falta tener un gran discernimiento para saber quién es más eficaz de los dos a la hora de servir a la salvación de las almas.
Fin a este "debate".
Mons Schneider, muy apreciado, puede que su postura sea la más acertada, no digo que no ni que si, probablemente no habria resistido como hizo mons. Lefebvre, excomulgado entonces, y entonces no habria habido Ecclesia Dei, ni Summorum Pontificum, ni estas intensisimas discusiones en torno a la liturgia hoy.
Bueno, la nueva misa es válida, alguno pensará que nos habríamos evitado estos disgustos de ahora. Dios me de la fuerza que no tengo para resistir hasta la muerte por la Santa Misa de todos los santos, no es capricho, es la Santa Religión.
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LF
La Iglesia no será luterana. El luteranismo está hoy moribundo. El problema es otro.
O sea, en este momento no podemos identificar, plenamente, Papa con Tradición.
editado
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LF:
Te he editado lo que dices de otro bloguero de InfoCatólica porque va contra las normas, pero me voy corriendo a leer eso que dices que ha escrito y que ciertamente no tiene sentido.
Oda a la vida retirada
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
Hoy queremos una doctrina que se preste a nuestro contento; el Concilio Vaticano II, amén de la reforma emprendida por Annibale Bugnini, protestantizó la Santa Misa, despojándola de su identidad católica, reduciéndola a una mera celebración comunitaria, a un memorial, diluyendo casi por completo su naturaleza sacrificial. Se sucumbe a la vanidad del poder y a la vanagloria de la adulación política; se aman los vientos de la nueva teología que se traduce en herejías, blasfemias y sacrilegios. ¿Quién, humanamente hablando, no se desalienta, ante el embate contra la fe de parte de aquellos que son sus custodios y que, con el mayor cinismo y el más empeñoso afán se esmeran en su autodemolición? ¿Cómo defender la fe católica contra las anasias vivas del demonio quien, con mortal cuidado, seduce y envenena las almas de los hombres?
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