Don Celso, llega usted unos 40 años tarde

El arzobispo de Mérida-Badajoz está muy apenado por los planes del gobierno social-comunista de España. Está convencido de que lo que pretende es “sacar a Dios totalmente de la vida social".

El prelado español apela a la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, concretamente a su punto 29 en el que se lee:

Dios es el garante del verdadero desarrollo del hombre en cuanto, habiéndolo creado a su imagen, funda también su dignidad trascendente y alimenta su anhelo constitutivo de «ser más». El ser humano no es un átomo perdido en un universo casual, sino una criatura de Dios, a quien Él ha querido dar un alma inmortal y al que ha amado desde siempre.

Y:

Cuando el Estado promueve, enseña, o incluso impone formas de ateísmo práctico, priva a sus ciudadanos de la fuerza moral y espiritual indispensable para comprometerse en el desarrollo humano integral

La solución, según don Celso, es esta:

Por todo ello, me parece tan fundamental que el Estado, sobre todo, defienda y promueva siempre el derecho a la libertad religiosa. Cierto que hay que estar muy atentos para que el ejercicio de este derecho no sea una cobertura para la obtención moralmente ilícita de poder y riqueza, mediante la violencia, sea física o moral; pero este fanatismo religioso, que impide el verdadero desarrollo humano, no puede ser tampoco cobertura para que el Estado y sus instituciones no respeten y fomenten el derecho fundamental a la libertad religiosa en su plenitud de contenido.

Vamos por partes. 

Don Celso tiene razón en que es lamentable que se quiera sacar a Dios totalmente de la vida social. Pero eso no ocurre ahora en el año 2020. Es lo que viene ocurriendo en España desde que se aprobó la Constitución de 1978. Es decir, se está cumpliendo al pie de la letra aquello de lo que advirtió “Don Marcelo", cardenal primado de España, en su Instrucción pastoral previa al referéndum sobre dicha Constitución. Cito:

Estimamos muy grave proponer una Constitución agnóstica –que se sitúa en una posición de neutralidad ante los valores cristianos- a una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que haya renunciado a su fe. No vemos cómo se concilia esto con el “deber moral de las sociedades para con la verdadera religión”, reafirmado por el Concilio Vaticano II en su declaración sobre libertad religiosa (DH, 1). No se trata de un puro nominalismo. El nombre de Dios, es cierto, puede ser invocado en vano. Pero su exclusión puede ser también un olvido demasiado significativo.

Consecuencia lógica de lo anterior es algo que toca a los cimientos de la misma sociedad civil: la falta de referencia a los principios supremos de ley natural o divina. La orientación moral de las leyes y actos de gobierno queda a merced de los poderes públicos turnantes. Esto, combinado con las ambigüedades introducidas en el texto constitucional, puede convertirlo fácilmente, en manos de los sucesivos poderes públicos, en salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza.

Como ve usted, don Celso, don Marcelo dijo que iba a pasar lo que ha venido pasando en estos últimos 41 años, de forma que lo de ahora es solo un paso más en esa dirección.

La cuestión es muy fácil. Si se asume, se defiende, se alienta y se hace apologética favorable a un sistema, el democrático liberal, por el cual se aparta a Dios y su ley al ámbito de la intimidad de cada cual, y todo depende del sentido del voto a la hora de decidir cuáles han de ser la leyes y cuál la orientación de la sociedad, luego no nos podemos rasgar las vestiduras.

No se puede defender la democracia que “retira” la soberanía de Dios para entregarla en manos del pueblo -o sea, de la masa adoctrinada por élites partitocráticas- y luego lamentarse del divorcio, el aborto, todo positivismo jurídico contrario a la ley natural, etc. Como dijo un buen sacerdote extremeño en una conferencia reciente, recogiendo el pensamiento de Mons. Guerra Campos, “la incoherencia consiste en que se aprueba el árbol y después se rechazan los frutos” y “con los votos de los fieles católicos se han implantado los mismos males que luego se critican".

Dice don Celso que la solución pasa porque el Estado defienda el derecho a la liberad religiosa. Ni que decir tiene que se refiere a la libertad religiosa según el Concilio Vaticano II. Leemos en Dignitatis Humanae:

Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil.

Dicha libertad religiosa, según el CVII, no es solo para la relgión católica o la religión mayoritaria en un pueblo o nación, sino para todas:

Si, consideradas las circunstancias peculiares de los pueblos, se da a una comunidad religiosa un especial reconocimiento civil en la ordenación jurídica de la sociedad, es necesario que a la vez se reconozca y respete el derecho a la libertad en materia religiosa a todos los ciudadanos y comunidades religiosas.

De hecho, en la Constitución española hay una mención especial a la Iglesia Católica junto al resto de confesiones religiosas. Artículo 16.3

Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Dice también el CVII en DH:

Es patente, pues, que los hombres de nuestro tiempo desean poder profesar libremente la religión en privado y en público; y aún más, que la libertad religiosa se declara como derecho civil en muchas Constituciones y se reconoce solemnemente en documentos internacionales.

El propio arzobispo indica en su carta que la libertad religiosa no es absoluta pues no puede cubrir el “fanatismo religioso". Ocurre que hoy, en España, gracias a las leyes aprobadas por el poder legislativo, defender la indisolubilidad del matrimonio, el derecho a nacer -la ley dice que lo hay para abortar-, oponerse al “matrimonio” homosexual, combatir la ideología de género, etc, tiene ya la consideración de “fanatismo religioso” para gran parte de la sociedad y desde luego para gran parte del poder legislativo y para el actual poder ejecutivo. En un régimen aconfesional no le corresponde a una confesión religiosa, sea la que sea, dictaminar los límites de la libertad religiosa. Puede dar su opinión, puede ser una voz más, pero finalmente, decide la mayoría.

España, gracias al cambio de régimen que apoyó gran parte de la jerarquía católica, gracias a los fundamentos establecidos por la Constitución de 1978, pasó de ser una nación con un poder político que la dotaba de “leyes católicas” (S. Juan XXIII sobre Franco) a ser un puntal mundial de la ingeniería social, del Nuevo Orden Mundial, del liberalismo ilustrado, primero en su versión “suave” y ahora más radical. Primero se puso a Dios en un lugar secundario de la vida social, en la práctica reducido al ámbito de lo privado. Ahora se le expulsa del todo. Pero esta expulsión no es esencialmente diferente de lo que ya ocurrió hace 40 años. Simplemente, se nota más.

Lejos parecen aquellos tiempos en que desde la Iglesia se defendía al Reinado Social efectivo, no meramente nominal, de Cristo. Lejos los tiempos en que se consideraba un error decir que “en esta nuestra edad no conviene ya que la Religión católica sea tenida como la única religión del Estado” (Syllabus LXXVII). Lejos los tiempos en que se consideraba que el error, también en materia religiosa, no puede tener derechos. De hecho, quien defiende la verdad, la Tradición, en estas materias es considerado un fanático religioso -además de cismático- no ya por la sociedad, sino por gran parte del pueblo de Dios.

Don Celso, es de agradecer que usted advierta de lo que se nos viene encima, pero no es otra cosa que la cosecha de lo que se ha ido sembrando en las últimas décadas. Si no se apunta a la raíz del drama, de poco valen los lamentos. Si no hay conversión auténtica de toda la Iglesia, de los fieles y de la jerarquía, si no hay vuelta a la Tradición, a ser testigos de la sana doctrina sobre el Reinado Social de Cristo, si no regresamos a “las sendas antiguas” donde hallamos “descanso para el alma” (Jer 6,16), solo nos puede pasar lo que dijo el Señor por boca del profeta:

Pues mi pueblo se ha olvidado de Mí, queman incienso a la vanidad. Flaquearon en su andar por las sendas antiguas, y caminaron por senderos, por caminos no allanados, convirtiendo su tierra en desolación, en escarnio perpetuo. cualquiera que pase por ella se quedará atónito, y moverá la cabeza.
Jer 18,15-16

Si seguimos ofrendando incienso al Baal de la democracia liberal, del consenso con los enemigos de Cristo, solo obtendremos mas oprobio y fruto de apostasía.

Más si movidos por la gracia pedimos perdón por nuestros pecados y confesamos a Cristo como rey de nuestras vidas, de nuestras familias y, por supuesto, de nuestras naciones, quizás enfrentemos el martirio, pero podremos presentarnos ante el Señor diciendo “siervos inútiles somos, lo que debíamos hacer hicimos” (Luc 17,10).

¡¡Viva Cristo Rey!!

Luis Fernando Pérez Bustamante

31 comentarios

  
Martinna
Todos quienes pensamos de esta manera deberíamos hacer algo al respecto.

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LF:
Rezar y ser testigos. De momento no se me ocurre otra cosa. Más adelante, Dios dirá.
25/01/20 4:11 PM
  
Palas Atenea
Cosa muy peregrina me parece que se contrabalancee siempre y en todo lugar para que piensen que en el centro estamos. El discurso estaría bien, no conozco lo que hasta ahora haya podido decir este arzobispo, pero la alusión al "fanatismo" en una España de cristianos tibios ¿a qué viene? ¿acaso vemos venir en lontananza a los 100.000 Hijos de San Luis o a los Cruzados?.
Que alguien dijera hoy a un español: "entendemos su patriotismo, pero no sea usted y tan heroico" haría soltar alguna risita al oyente, pues esto produce el mismo efecto.
25/01/20 5:47 PM
  
Oscar de Caracas
Ahora viene la Prueba, espero que yo pueda afrontarla con la ayuda de Dios.
Sin embargo este régimen de tanta fuerza satánica tiene los pies de barro.

LUCAS 7: 46-49; MATEO 7:24-27 (RVC)

46 »¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer?

47 Les voy a decir como quién es el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica:

48 Es como quien, al construir una casa, cava hondo y pone los cimientos sobre la roca. En caso de una inundación, si el río golpea con ímpetu la casa, no logra sacudirla porque está asentada sobre la roca.

49 Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica, es como quien construye su casa sobre el suelo y no le pone cimientos. Si el río golpea con ímpetu la casa, la derrumba y la deja completamente en ruinas.»
25/01/20 6:28 PM
  
Francisco de México
A mi me gusta ver las reflexiones del Padre Raul Sanchez, estoy compartiendo una en particular una muy relacionada con el Post, el título
"Van por tus hijos...!

www.youtube.com/watch?v=2tpCz1gfKQM

Sabiendo que el objetivo es la siguiente generación, ¿Que podemos hacer? Pues además de orar, muchas otras cosas pueden hacerse para darle las armas adecuadas a la siguiente generación. Entre miles de acciones, solo algunas ideas.

- Enseñar la verdadera historia particularmente la historia de la madre patria, de la edad moderna, de las guerras justas como las cruzadas, la resistencia de la Vandée, la guerra cristera mexicana, la guerra civil española....
- Enseñar biología donde muestran reales diferencias anatómicas, fisiológicas y psicológicas entre hombres y mujeres para que no crean eso de que somos iguales.
- Fomentar el activismo político hacia los partido que defienden la unidad de España.
- Hacer uso de la resistencia pasiva hacia leyes inmorales.
- Resistir la infiltración de la Iglesia en su cúpula Vaticana .

Van por tu hijos. ¡DEFIENDELOS!.
25/01/20 6:30 PM
  
Alberto GT
En caunto a la libertad religiosa, ¿Qué porpone usted? A mí me parece que entendido tal y como está en el Catecismo, donde se explican sus límites (así como en Dignitatis Humanae también se explican límites), es muy correcta.

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LF:
Yo no propongo nada. No me corresponde.
De hecho, dado el sistema político que tenemos, da absolutamente igual lo que proponga la Iglesia, porque al final se hará lo que dispongan los gobiernos, que salvo algún brindis al sol en forma de declaración, no aceptan la soberanía de Dios.
Veníamos de la Cristiandad. Se eligió ese camino y ahora se deben afrontar las consecuencias.
25/01/20 6:47 PM
  
doiraje
https://www.youtube.com/watch?v=cLcKYSQpTiY
25/01/20 8:02 PM
  
Betsaida
Ser testigos y rezar, como han dicho. Mostrar la belleza de ser cristiano, en nuestro matrimonio, como padres, hijos,..., en nuestros trabajos, en nuestro día a día en general. Oración y sacramentos. Y ponerlo todo en manos de Dios. Después cada uno en lo que vaya siendo llamado.
25/01/20 8:17 PM
  
Chico
En España los Obispos con sus curas y laicos verdaderos tienen que empezar desde la infantil: Rezar, Sacramentos, enseñar a pensar como cristianos ósea razonar dentro de la Fe católica, enseñar a santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, san Ignacio de Loyola, San José de Calasanz, enseñar filosofía tomista, . Todo ello requiere capacidad de enseñar todo eso a Nuestros Pastores.

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LF:
En realidad creo que en España todavía se reza bastante. La formación... ya es otra cosa
25/01/20 8:53 PM
  
Juan Mariner
Aquellos que lo han estropeado nunca lo arreglarán, y, si alguno se ha arrepentido de su error, correcto, pero mejor que dé paso a otros.
25/01/20 9:30 PM
  
Daniel Argentina
Hace tiempo veo que la línea editorial de varios en IC es similar en cuanto a quejarse de las actuales democracias.
Sin embargo, seria interesante ver un desarrollo de lo que imaginan como alternativa.
Y no, no pueden decir que todo debería volver a ser como antes de la Revolución Francesa, porque evidentemente en el Antiguo Régimen habían cosas que no marchaban bien.
Me intriga saber como se desarrollarían v/propuestas, mas que las criticas a lo que existe actualmente.

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LF:
No hay ningún régimen perfecto en el que todo vaya maravillosamente. Pero es evidente que cuando un régimen acepta de verdad la soberanía de Dios y sus leyes son conformes a la ley natural, es más fácil que las cosas vayan mejor. Dicho régimen puede tomar la forma de monarquía -es lo tradicional en España- u otra. Pero el Reinado Social de Cristo es irrenunciable.
¿Es posible algo así hoy en día, a corto medio plazo? Sinceramente no lo veo posible. Pero qué menos que ser testigos de cómo deberían ser las cosas.
25/01/20 9:36 PM
  
Coronel (R) José-Luís García-Conde Gómez
¡Muy bien Luis Fernando!
En los comienzos de la destrucción del Reinado Social de Cristo, en un colegio católico donde estudiaban mis hijos el Presidente de la APA, en la reunión, decía que la Constitución debía defender la libertad religiosa. Ante esto me levanté y dije:
"Pues si defendemos la libertad religiosa, no podemos quejarnos si ante las disposiciones del Gobierno figuran el aborto, la eutanasia, etc, etc, etc, pues puede que esas religiones que aceptamos estén de acuerdo con ello, al no considerar al niño no nacido como persona, considerar como bueno privar de la vida a quien está sufriendo más de la cuenta, etc, etc, etc. No tendremos más remedio que aceptarlo si los votos para imponer tales aberraciones son mayoría. Total, que hemos destruido el Reinado Social de Cristo."

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LF:
Don Rafael Gambra, a quien Dios tenga en su gloria, decía algo parecido en 1987:
https://www.youtube.com/watch?v=y9WCCElOXUc
Una libertad religiosa absoluta -de la que la libertad de culto es solo una parte- da paso a la poligamia (Islam, mormonismo), la eutanasia (sintoísmo) y cualquier cosa que cualquier religión acepte.
Como eso no ocurre de facto, finalmente se deja en manos del estado la regulación de dicha libertad. Y al no haber un estado confesional católico, la libertad religiosa de los católicos puede, y de hecho es, ser limitada en base a lo que decidan las oligarquías políticas "reinantes", sin otro límite que no sea el de la mayoría de los votos.
Eso, y no otra cosa, es lo que ocurre hoy.
25/01/20 10:03 PM
  
Chico
Son las dos Ciudades: La de Dios o la Babilonia. Jesucristo y su Iglesia o la nada. Todo cristiano verdadero tiene que optar decididamente por Jesucristo y su Iglesia en la Fe y en la Sociedad.
26/01/20 12:21 AM
  
Luis López
El problema no es la democracia en sentido formal (esto es, un sistema en el que los ciudadanos participen en la elección de los gobernantes).

El problema es la democracia en sentido material, es decir, cuando la decisión popular puede imponerse, aunque se viole la ley natural o los derechos de la religión.

Una Constitución que blinde los llamados principios innegociables haría imposible una democracia material, pero pemitiria una libre elección de gobernantes mediante elecciones libres y periódicas.

Ese es el único camino posible a seguir: que los españoles decentes consigamos unas mayorías para lograr modificar la Constitución.

Eso es muy difícil, si, pero no imposible. Cualquier otro camino es soñar con imposibles.

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LF:
Aquí no se trata de soñar sino de ser testigos del Reinado Social de Cristo y proclamarlo como la única verdad que hace libres a las naciones. Que luego las naciones quieren seguir siendo esclavas del Príncipe de este mundo en vez de someterse al Rey de reyes... allá ellas. Recogerán el fruto de su apostasía. Pero nosotros, firmes en la fe y sin usar el mal -legitimando la aberración de la soberanía del pueblo- para obtener el bien.
Al menos así lo veo yo.
26/01/20 1:04 AM
  
keparoff
Defender la libertad religiosa en una sociedad anticristiana, con un gobierno anticristiano, es defender la verdad; es defender la posibilidad de enseñar la religión verdadera frente a los embates de los enemigos de la fe.

Defender la libertad religiosa en una sociedad cristiana, con gobiernos cristianos, puede ser lo contrario; sería defender la posibilidad de enseñar religiones falsas frente a la verdad católica apoyada por esos gobiernos cristianos.

En definitiva, esto no es dogmático, sino prudencial. Y la libertad es muy importante, también la religiosa. No es algo que podamos desdeñar y quedarnos tan tranquilos.

No hay una alternativa viable, además, y no por decisión del poder constituyente del 78, sino por ser parte de un mundo donde los ciudadanos ya exigen votar las cuestiones políticas esenciales, aunque no tengan tan claro los límites de esa supuesta libertad en un régimen de medios de comunicación como el que padecemos.

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LF:
Defender el derecho al error es contrario a la fe tradicional de la Iglesia, sea en el contexto que sea. Y esto que digo no es prudencial sino doctrinal.
26/01/20 1:19 AM
  
Albert Peez
Si lo que pretendes es que se vuelva a imponer una sharia eclesiástico-católica y que los clérigos vuelvan a imponerse sobre los Estados y las personas, y sobre todo sobre las conciencias de las personas (que es lo que pretenden), como hemos vivido, por otra parte durante más de 1500 años (para echarse a temblar!), me parece que, gracias a Dios, tendrás que esperar un buen rato...

Hasta que la institución eclesiástica (y los que la apoyan) no se entere de que el tiempo de la imposición de la Doctrina Verdadera pasó hace tiempo (y no se enterará nunca porque de eso vive), la Iglesia (y me refiero a “toda” la Iglesia, no solo a la institución eclesiástica) no podrá salir de esta situación.

Y lamentablemente creo que así será, dada la organización institucionalista irreversible en la que, con la connivencia de todos, todo hay que decirlo, nos hemos querido instalar a lo largo de la historia. Alea iacta est.

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LF:
Obviamente usted no es católico. Y yo escribo para católicos, aunque me lean también los que no lo son. Con los que no lo son, no debato de estos temas porque es perder el tiempo. El mío y el de ellos.

Simplemente un dato: la historia a veces cambia muy deprisa. Que se lo digan a Rusia... Y, por ejemplo, de la última persecución de cristianos por parte del Imperio romano hasta que el Emperador convocó el concilio ecuménico de Nicea y, más tarde, dicho Imperio se convirtió oficialmente en cristiano, ¿sabe cuánto tiempo pasó?

26/01/20 1:27 AM
  
J 120
Tanto Don Marcelo como Guerra Campos fueron defensores del magisterio del Concilio Vaticano II. Fueron buenos obispos.

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LF:
Fueron defensores de una interpretación de los textos del concilio que no fuera rupturista con la Tradición. Por eso defendían la confesionalidad del Estado, en contra de la mayoría absolutísima del resto del episcopado, que defendía exactamente lo contrario basándose también en el CVII.
26/01/20 7:34 AM
  
Luis Fernando
Pregunto. ¿Qué parte de esta enseñanza pontifica es falible?

Síguese, pues, que la paz digna de tal nombre, es a saber, la tan deseada paz de Cristo, no puede existir si no se observan fielmente por todos en la vida pública y en la privada las enseñanzas, los preceptos y los ejemplos de Cristo: y una vez así constituida ordenadamente la sociedad, pueda por fin la Iglesia, desempeñando su divino encargo, hacer valer todos los derechos de Dios, lo mismo sobre los individuos que sobre las sociedades. En esto consiste lo que con dos palabras llamamos Reino de Cristo. Que ya reina Jesucristo en la mente de los individuos, por sus doctrinas, reina en los corazones por la caridad, reina en toda la vida humana por la observancia de sus leyes y por la imitación de sus ejemplos.
Ubi arcano Dei consilio, Pío XI

y...:
En la primera encíclica, que al comenzar nuestro Pontificado enviamos a todos los obispos del orbe católico, analizábamos las causas supremas de las calamidades que veíamos abrumar y afligir al género humano.

Y en ella proclamamos Nos claramente no sólo que este cúmulo de males había invadido la tierra, porque la mayoría de los hombres se habían alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y costumbres como en la familia y en la gobernación del Estado, sino también que nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro Salvador.
Quas Primas, Pío XI
26/01/20 9:11 AM
  
Ambrosio Stabrzynski
Don Celso, en efecto, nos advierte de lo que se nos viene encima, pero no se hasta que punto es consciente de que al mismo tiempo tambien deja en evidencia en la misma advertencia lo que la jerarquia pudo haber hecho y no hizo. Quieren que les capen, pero que no les llegue a la capadura, si se me permite tirar de fraseologia popular. O Reinado social de Cristo o nada. No hay medias tintas.
26/01/20 12:05 PM
  
José Díaz
Está muy claro todo. Y comparto su opinión, L. F. Padecemos los efectos de seis décadas sustituyendo el reinado social de Cristo por la democracia liberal, de muchos años con colegios religiosos concertados y privados que renuncian a evangelizar a dos o tres generaciones de chicos, de décadas tratando como apestados a quienes aman la Sagrada Tradición y la Santa Misa tradicional, de años de neomodernismo, de iconocñastia y de sincretismos ecuménicos. Nuestras sociedades -las europeas y, más especialmente, la española- atraviesan desde hace sesenta años el período de la historia de la Iglesia con las más numerosas apostasías, el tiempo de la mayor secularización, de los más numerosos abandonos de los templos y de las prácticas sacramentales, pero nuestros Pastores, Sucesores de los Apóstoles, no parecen haberse dado cuenta de que la anunciada primavera posconciliar nos ha conducido hasta un tenebroso y gélido invierno. En vez de reaccionar como cabría esperar, no hacen sino enfatizar las causas del fracaso. ¿Cuántos han salído a defender las almas de sus hijos de los ataques a la fe de la Iglesia propinados por Amoris Laetitia, Abu Dhabi y la Pachamama, entre otros? ¿De verdad creen nuestros obispos que el problema de fondo no radica dentro de la propia Iglesia? ¿Ignoran que la mundanización interna de la Iglesia, que resulta de la asimilación de la Modernidad, es un fenómeno ajeno a la descristianización de la sociedad, del derecho y de la política? ¿De verdad no saben que permitir que nuestros seminaristas se formen leyendo a Rahner, Chardin, Häring, Pagola o Kasper, entre otros, no tiene ninguna incidencia en la marcha de una sociedad humana, no digamos ya en la Iglesia? ¿Por qué no saltaron de sus seces cuando advirtieron -suponiendo que lo advirtieran- la presencia de tales autores en el capítulo VIII de Amoris Laetitia? ¿Qué hacen ahora para defender el celibato de los sacerdotes? Se equivocan si piensan que nada de lo que hacen o permiten en la Iglesia tiene efectos sobre la sociedad. El Señor nos lo advirtió con claridad: "sois la sal del mundo, pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se la salará? Para nada vale ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres". Para eso, para que nos tiren y nos pisen serviremos si insistimos en asimilarnos al mundo, en sustituir el santo proselitismo por el diálogo, el consenso y otras trampas diabólicas. Concluyo con una advertencia a nuestros obispos. Muchos seglares estamos cansados de su cobardía, de que nos dejen solos ante los lobos. Les seguimos reconociendo como lo que son, los sucesores de los Apóstoles, por medio de quienes se nos transmite la vida sobrenatural de la Iglesia. Pero han de saber que muchos no ignoramos que en ninguna parte está escrito que la forma de ayudar a la Iglesia en sus necesidades -el quinto Mandamiento de la Santa Madre Iglesia-- consista únicamente mediante la X de la declaracion de la renta. Hay muchas otras formas. Muchos estamos hartos. Yo estoy harto. Soy padre de dos niños, uno de cinco años y una de quince meses. Tiemblo ante la posibilidad de que intenten adoctrinarlos en las ideologías del mundo, también en uno de esos colegios concertados regidos por congregaciones y órdenes religiosas instalados desde hace cincuenta ó sesenta años en la heterodoxia y en la aceptación de la Modernidad. Pero también temo que un cura.de parroquia, de esos que se han formado en los seminarios de nuestros obispos con textos de Rahner o Pagola, les diga un buen día que Jesús no hizo milagros o que la Virgen Santísima tuvo otros hijos y les causen un grave daño a sus almas. L. F., disculpe el desahogo, pero es que estoy ya muy harto. Feliz Día del Señor y que Él y Santa María Inmaculada le bendiga
26/01/20 12:11 PM
  
Manu
Construir un Estado confesionalmente católico de forma coercitiva, a parte de ser hoy día imposible, es un gran error.
Antes hay que crear comunidades Unidas de Corazón a Cristo, hay que sanear los cuerpos intermedios.
Así empezaron los cristianos en el Imperio romano.

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LF:
Así que, según usted, la Cristiandad fue un gran error.
Al carajo un milenio largo de civilización cristiana.
26/01/20 1:32 PM
  
Manu
Yo no he dicho nada eso.
La Edad Media fue la Edad Media, con sus luces y sus sombras, pero esa época ya pasó.
Hoy estamos en otro contexto, y los católicos tenemos que poner en juego los talentos que Dios nos ha dado en la situación en la que estamos, en medio de situación cultural relativista y políticamente liberal.
No podemos elegir el punto de partida, pero sí estamos en disposición de poder cambiar a mejor las cosas con la ayuda de Dios.
Las experiencias del pasado sirven como inspiración, pero difícilmente como modelo a copiar.


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LF:
No se trata de copiar modelos, sino de defender la sana doctrina. Concretamente ESTA:
http://w2.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_01111885_immortale-dei.html
http://www.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_11121925_quas-primas.html
26/01/20 3:22 PM
  
Manu
Una cosa es la doctrina y otra, como tratar de llevarla a efecto.
En definitiva, hace falta la dimensión a posteriori, la praxis católica.
¿Cual es su propuesta? No vale el recurso meramente doctrinal.



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LF:
A usted no le vale. A mí sí.
26/01/20 5:44 PM
  
Manu
Perdone que insista, qué pasos considera usted que habría que dar entonces para crear un Estado confesionalmente católico?
Estoy dispuesto a considerar su propuesta, yo estoy muy alejado ideológicamente del liberalismo.

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LF:
Es que no lo sé. No lo veo humanamente posible hoy en día. Si el actual sistema colapsa, pues ya se vería. Pero desde dentro es prácticamente imposible.
26/01/20 10:23 PM
  
luis
Se da ud. cuenta que no ya la sociedad, sino, la propia Iglesia amenaza ruina.
Sal, Luz, ¿donde lo vemos hoy en esta Iglesia Mortecina y moribunda?
Cristo nos dio un trabajo, llevar el Reino de Dios al mundo. mediante la Fe, la Esperanza y el Amor viviendo en Santidad, que tiene que ver esto con el cambio climático, la igualdad de genero y un largo etc, que curiosamente es la que escuchamos en las Iglesias, si apenas somos fieles los que nos llamamos cristianos ¿como podemos pedir a una sociedad no creyente que se deje llevar por las leyes de Dios?.
Si somos fieles y cumplimos su voluntad El nos responderá.
Paz y Bien
27/01/20 1:17 PM
  
Roniel Aledo
Es importante recordar que DH se escribio para los paises comunistas y musulmanes con la Iglesia Catolica en mente. Pablo VI lo explico muy bien en su discurso de clausura del Concilio en 1965. APOSTOLICAM ACTUOSITATEM se escribio para los pueblos cristianos y alli una vez mas se afirma y confirma la doctrina catolica sobre el estado confessional. Como decia el Cardenal Dulles, hay que leer los documentos del Concilio en su conjunto. DH y AA tienen que leerse juntos. Hoy dia la doctrina eterna de la Iglesia se encuentra en el 2105 del Catecismo. La doctrina es la misma: la Iglesia y Cristo tienen que estar en el centro de todo estado y toda ley.

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LF:
Resulta que las dos grandes naciones confesionalmente católicas que había antes del CVII, dejaron de serlo tras el CVII con el apoyo explícito de la jerarquía del CVII, empezando por el mismísimo Pablo VI.
Esto no es opinable. Es.

Dicho lo cual, este párrafo de Apostolicam Actuositatem es magnífico:
Es obligación de toda la Iglesia el trabajar para que los hombres se vuelvan capaces de restablecer rectamente el orden de los bienes temporales y de ordenarlos hacia Dios por Jesucristo. A los pastores atañe el manifestar claramente los principios sobre el fin de la creación y el uso del mundo, y prestar los auxilios morales y espirituales para instaurar en Cristo el orden de las cosas temporales.
27/01/20 3:48 PM
  
jose 2 católico español no castellano
Querido LF:
Sus respuestas a los comentarios son aún mejores que el artículo.
A pesar de que me molesta la cizaña y el trigo (especialmente porque suelo ser las 2 cosas, con lo que estoy de acuerdo en no arrancarla), nunca me olvido que el Señor llamó a San Pablo y especialmente a S. Juan en su senectud para encauzar la Iglesia para cimentarla.
Un solo santo, ayuda y tenemos cientos recientes y los que vendrán.
Así que, como Ud. recalca, a rezar y a no perder la fe escuchando a los tibios que al final se desgarran las vestiduras, y nos mandan a ser alimento de las fieras en el Circo Máximo del Mundo.
QDLB y VCR!
27/01/20 5:30 PM
  
Constantino
La solución pasa por un revival del Antiguo Régimen, o algún sistema monárquico que tenga a Dios como referencia. Es lo que había en el pasado.

La democracia bien a la Fe no le ha hecho, las cosas como son.


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LF:
No veo tal cosa posible hoy en día. Pero a saber lo que Dios tiene dispuesto.
28/01/20 10:21 PM
  
DJ L
Disgustó a Samuel que dijeran: «Danos un rey para que nos juzgue» e invocó a Yahveh.
Pero Yahveh dijo a Samuel: «Haz caso a todo lo que el pueblo te dice. Porque no te han rechazado a ti, me han rechazado a mí, para que no reine sobre ellos"

....PARA QUE NO REINE SOBRE ELLOS.
Los parlamentos no quieren a Dios. porque los ciudadanos tampoco. No os rompáis la cabeza para restaurar lo fantasioso (como mucho habrá un partido político no representativo). Tendrá que intervenir Dios directamente con una dolorosa purificación para que venga a nosotros su Reino.


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LF:
En breve aparecerá un artículo mío sobre ese pasaje y otros.
29/01/20 10:59 AM
  
hornero (Argentina)
Excelente el artículo y las respuestas a los comentarios por parte de L. F.
Vemos la dificultad de resolver la complejidad de un problema de dimensiones no sólo española sino mundial. Ahora bien, ¿entra en las consideraciones católicas la promesa de la Virgen sobre el triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo?. Porque de su aceptación o de su rechazo se siguen consecuencias lógicas muy diferentes.en lo que respecta al porvenir. Si aceptamos lo anunciado por la Virgen, podemos entender los errores y males del presente como destinados a desaparecer en un plazo no lejano; pero, si no tomamos muy en firme tal anuncio de María, el porvenir aparece incierto y catastrófico. Lo mismo vale para la actuales manifestaciones extraordinarias y mensajes de la Virgen, según los cuales, se ha iniciado “un tiempo nuevo”, tiempo escatológico y apocalíptico que prepara el camino a la Venida de Cristo, durante el cual caerá la Babilonia, será aniquilado el anticristo y será restablecido de modo progresivo el nuevo Paraíso terrenal sobreelvado por Cristo respecto al original. Ciertamente, estas expectativas establecen parámetros diferentes respecto a la valoración del tiempo presente y a cómo actuar en él. No es la noche igual ni semejante a la aurora, no son las tinieblas superiores a la luz, ni la sabiduría y recursos humanos son comparables con los que irradia la Aurora de María, Luz de la Gloria de Cristo que se manifiesta de modo creciente en nosotros: “ Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria” (Col. 3,4).
29/01/20 8:07 PM
  
Juan José Acebal
hornero (Argentina):
Efectivamente, el artículo es excelente y las respuestas a los comentarios tan buenas como el artículo.
29/01/20 11:09 PM
  
David García
No se, que digo yo que lo de la democracia está no se inventó para conseguir estados católicos, o ateos, o lo que sea, si no para no matarnos en guerras, y convivir de la manera más pacífica posible...
Es que parece que os parece mejor una guerra, si con ello consiguierais imponer un estado católico por unos años (porque no iba a durar mucho si la gente no es verdaderamente católica), a seguir viviendo en paz en un estado democrático, mal que muchas cosas no nos gusten.
Es que no se me ocurre nada intermedio, o se alterna el poder de modo democrático, o se hace a través de la guerra.
No se, según vamos avanzando tecnológicamente, no me parece a mí que nos podamos permitir el lujo de muchas más guerras sin exterminarnos.

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LF:
No hay más que ver la paz que trajo a España la democracia en 1933. Y lo de vivir en paz se lo dice a los dos millones que han sido democráticamente aniquilados antes de nacer. Pero claro, como no se ven... no cuentan, ¿verdad?
Si ahora se nos impone una legislación contraria a la ley natural, contraria al derecho de los padres sobre la educación de sus hijos, etc, no tendría nada de particular darle la vuelta a la tortilla. El mal no deja de ser mal porque lo vote mucha gente.
30/01/20 12:36 AM

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