Católico, español... ¿y votante del PSOE?

Prácticamente todas las encuestas dan por seguro que en las próximas elecciones generales en España el partido más votado va a ser el PSOE de Pedro Sánchez. También indican que probablemente necesitará el apoyo de la extrema izquierda de Podemos y de los nacionalistas/secesionistas para seguir gobernando.

Es de imaginar que, salvo quizás en Cataluña y el País Vasco, el cien por cien de los votantes del PSOE se consideran españoles.

Las encuestas del CIS indican que aproximadamente el 70% de los votantes del PSOE se declaran católicos. Según un reciente estudio de la fundación Ferrer i Guardia, uno de cada cuatro españoles se declara católico practicante. El CIS da menos porcentaje de practicantes. pero asumamos que un 25% de los españoles son lo que dicha fundación dice que son. Supongamos también que el nivel de práctica religiosa de los católicos socialistas es parecida al del resto de católicos de este país. Eso lleva a pensar que entre un 15 y un 20% de las papeletas a favor del PSOE el 28-A serán de españoles que van a Misa con cierta frecuencia.

Pues bien, pocas cosas son tan claras hoy como que votar al PSOE es traicionar a España y la fe católica.

- Es traicionar a España porque Sánchez es capaz de vender su alma, y la de España, a los secesionistas con tal de gobernar. Ya lo ha hecho. Sobre eso no cabe duda. Es más, cada vez que se le pregunta, no niega esa posibilidad. Dice que se atendrá a la Constitución pero ya ha sacado adelante decretos de ley con el voto de quienes buscan destruir la unidad de este país.

- Es traicionar a la fe porque lo viene siendo desde prácticamente el comienzo de la llegada de la democracia liberal a España, pero sobre todo desde el gobierno de Zapatero y su ingeniería social. Pedro Sánchez supera a Zapatero en radicalismo laicista. Con él llegaría la eutanasia y probablemente el fin de la asignatura de religión.

Alguno me dirá: usted lo que quiere es que los católicos socialistas voten a la derecha. Pues no, señores. Existen opciones sumamente respetables. Por ejemplo quedarse en casa. Cualquier cosa será mejor que no traicionar al país al que se ama y la fe que se dice profesar. Es lo mínimo que se le puede exigir a un católico español: no pisotear a Dios ni a la patria. Y si lo hace, que no tenga la desvergüenza de considerarse aquello que, con su voto, habrá demostrado no ser.

Luis Fernando Pérez Bustamante