Cuando a cardenales y obispos les da igual lo que enseña la Iglesia
En abril del año pasado, el cardenal Schönborn, arzobispo de Viena, tuvo a bien decir que la ordenación de mujeres como diaconisas, presbíteras y obispas -¿obispesas?- es algo posible si lo decide un Concilio ecuménico.
Días atrás, el arzobispo de Gatineau (Quebec, Canadá), Mons. Paul-André Durocher, ha sugerido exactamente lo mismo. Tras desear que se apruebe la ordenación de diaconisas, dice lo siguiente sobre la ordenación de mujeres como sacerdotisas:
“El problema en ese nivel es que el Papa dijo que no se podía cambiar el que las mujeres no pueden ser sacerdotes. La única forma de lograr ese cambio sería mediante un Concilio ecuménico de todos los obispos sobre ese tema, y eso no sucederá en mucho tiempo“.
Bien, ahora lean ustedes estos párrafos finales de la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis, de San Juan Pablo II, Papa:
Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación.
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
Caben dos posibilidades:
1- Que el cardenal Schönborn y el arzobispo Durocher no sepan leer o no tengan capacidad de asimilar lo que leen. No parece posible que sea así, pero…
2- Que al cardenal Schönborno y el arzobispo Durocher les importe un pimiento lo que la Iglesia ha definido de forma infalible. Sí, he dicho infalible, pero no solo lo digo yo.
No es casual que Benedicto XVI, siendo cardenal Prefecto para la Doctrina de la Fe, usara precisamente la polémica sobre esta cuestión para recordar algo elemental en relación al ministerio petrino. Durante la presentación de la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem: Dijo:
“…es por tanto absurdo unir la cuestión de la dignidad de la mujer al sí o al no al sacerdocio femenino; semejantes tesis descuidan lo que es esencial en el problema. Quien no puede compartir la fe católica en los sacramentos instituidos por Cristo, no debería tampoco querer describir la forma que debería asumir el sacerdocio católico. Resulta por tanto también equivocado reducir la Carta del Papa a la cuestión del sacerdocio de la mujer: el Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad“ (*).
No hace falta decir que si ni siquiera un Papa puede cambiar algo que ha sido definido infaliblemente por la Iglesia, tampoco puede hacerlo un concilio ecuménico. No hace falta ser doctor en teología dogmática para entender algo tan elemental para la fe católica.
En ese sentido, el CVII recuerda en la Constitución Dogmática Dei Verbum que el “Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer“.
Incluso la Constitución dogmática Pastor Aeternus, por la que se definía el dogma de la infalibilidad papal, indicaba lo siguiente:
Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe.
Si quienes tienen el deber ministerial de custodiar la fe y confirmar en la misma al Pueblo de Dios se dedican a profanarla, ¿qué pueden hacer los fieles además de encomendarse al Señor para mantenerse por gracia fieles a la Tradición? Si Benedicto XVI dijo que la autoridad de ni más ni menos que un Papa se funda solo a partir de la Tradición, ¿qué autoridad pueden tener cardenales y obispos que arremeten contra la Tradición?
Tiempos recios nos ha tocado vivir. Tiempos de apostasía. Pero donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia. Que la Virgen María, Destructora de todas las herejías, aplaste la cabeza de la serpiente que ha entrado en la Iglesia para devorar nuestra fe.
Luis Fernando Pérez Bustamante
(*) Lástima que san Juan Pablo II no tuviera en cuenta eso a la hora de dar una interpretación de Efesios 5,21 y ss. distinta a la unánime interpretación de la Tradición.
41 comentarios
Al final todo es relativo. El otro día sin ir más lejos en un podcast de la cadena Cope estaban hablando unos supuestos expertos sobre la Biblia y al final se decía que la Biblia es algo muy abierto a multiples interpretaciones porque no sabemos a ciencia cierta que lo que está ahí escrito ocurriera así ya que la transmisión oral no es fuente de fiar.
Así que pues nada. Que si eso me van quitando el sexto mandamiento de la lista ya que es en el que más caigo con frecuencia. Con demasiada frecuencia me temo. Ya que empezaron conque el infierno no existe, luego que si, que tocamos un poco el purgatorio que suena mal, ... Lo dicho señores de la CEE, que a ver si me arreglan el sexto punto del decálogo.
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LF
¿Puede copiar enlace a ese podcast de Cope?
No ponga las 3w ni https, que si no, no le deja el sistema.
¿Puede dar más detalles sobre la nota final:
(*) Lástima que san Juan Pablo II no tuviera en cuenta eso a la hora de dar una interpretación de Efesios 5,21 y ss. distinta a la unánime interpretación de la Tradición.
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LF:
Es doctrina bíblica y tradicional (p.e, Casti Connubii, 10) que el marido tiene autoridad sobre la mujer en el matrimonio.
Finalmente, robustecida la sociedad doméstica con el vínculo de esta caridad, es necesario que en ella florezca lo que San Agustín llamaba jerarquía del amor, la cual abraza tanto la primacía del varón sobre la mujer y los hijos como la diligente sumisión de la mujer y su rendida obediencia, recomendada por el Apóstol con estas palabras: "Las casadas estén sujetas a sus maridos, como al Señor; porque el hombre es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia".
Es posible que lo aborde en un futuro post, pero también es posible que no lo haga porque sé que se puede montar un cirio de narices y, la verdad, no me apetece.
Yo pienso que alzad vuestra cabeza es perseverar con esperanza en las ensenanzas de Cristo invocando la Gracia a la Trinidad.
ya que esto ya esta ocurriendo:
No os dejeis enganar" Vendran muchos en mi nombre diciendo Soy Yo NOLOS SiGAIS
cuando escucheis rumores de guerras y revoluciones NO OS ATERREIS
luego vienen guerras mundiales..peste...hambre y cosas terrorificas y grandes senales ( el gran aviso) en el Cielo
Luego viene la persecucion
para QUE DEMOS TESTIMONIOy nuestra familia y amigos nos entregaran
EStoy leyendo las profesias de los ultimos tipos. Partiendo ppr Lucas 21,5 ya que nuestro Senor Jesucristo dadetalle de los signos y nos refiere a que generacion vivira la gran tribulacion.
Sus instrucciones salvaron a la generacion de los apostoles Huid de Jerusalem al ver los ejercitos.
A nuestra generacion que es la de los judios mesianicos del Estado de Israel fundadp en 1948 denominado Higuera por los exegetas unanimiente y por los exegwtas de hoy cpmo primeros brotes
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LF:
La fundación del estado de Israel es un acto sionista (o sea, político) que en mi opinión tiene muy poco que ver con las profecías bíblicas. En todo caso, no es ese el tema del post. Fin.
El comentario de Josafat es bien sintomático: que un católico introduzca conceptos político-sociales en la Iglesia como "conservador-progresista" ya preindica la extensión de contiendas externas de grupos sociales en el catolicismo sin que sean atajadas de raíz por quien deba hacerlo y tiene obligación clara de ello (al final todo se reduce a llenar urnas a costa de lo más sagrado para los amigos).
Que el Señor nos pille bien confesados!!!!!, que esto va acelarandose cada vez más...
San Miguel Arcángel: Ruega por nosotros! Defiéndenos!
Estos que siguen insistiendo con la ordenación de mujeres tienen mucho de vagancia y auténtico machismo. Como no podemos conseguir más hombres que se ordenen sacerdotes, le echamos el fardo a las mujeres, que es lo que han venido haciendo con todo lo demás.
Saludos, Luis Fernando
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LF:
Pues san Juan Pablo II lo explica muy bien en toda la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis que he enlazado en el artículo.
Por cierto, usted las epístolas de San Pablo no se las ha leído mucho, ¿verdad?
No hay una sola Iglesia que ordene mujeres. Las comunidades eclesiales protestantes NO SON IGLESIAS pues no tienen el sacramento del orden al carecer de sucesión apostólica.
Si alguna asamblea popular no daba la respuesta que esperaban los de arriba, simplemente se disolvía y se llama otra, con los miembros adecuados para que dieran la respuesta correcta. Por supuesto, no se incluían a los que pensaban diferentes y resultaban incómodos.
Algunas veces me temo que tiene cierto parecido con la propuesta de la "sinodalidad" dentro de la Iglesia.
El Maligno está gestando una poderosa anti-iglesia dentro de la Iglesia. Poderosa por su capacidad de desestabilizar, confundir, desviar. Se va normalizando tanto que miembros importantes de la jerarquía digan disparates de todo tipo, que el Padre de la Mentira ya ni se preocupa de ocultarse. Se está dejando ver muy a menudo.
Gracias Infocatólica por ser el grito de muchos sin voz.
No creo que yo sea el único que se siente confortado cuando descubre que otros en la Iglesia comparten con dolor y perplejidad ciertas desviaciones de quienes debieran ser sostén y apoyo para nuestra fe. Quisiéramos gritarlo, algunos lo hacen, pero nadie los escucha.
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LF:
Es que toda la doctrina católica es preciosa. Esa parte, también.
Hace venir a la memoria al Tertuliano, gran defensor de la fe de la Iglesia
y al "Tertullianus senior", que terminó defendiendo sectas gnósticas. Así como también, C. M , Martini y Daneels...
Lo trágico es que, tan sensacionalistas, indudables y propagadas herejías no reciban amonestación alguna de más altas cátedras.
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LF:
Yo creo que el montanismo, que fue la herejía a la que se adhirió Tertuliano, no era realmente gnóstico -aunque tuviera algún elemento- sino una especie de pentecostalismo avant la lettre.
1577 "Sólo el varón (vir) bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación" (CIC can 1024). El Señor Jesús eligió a hombres (viri) para formar el colegio de los doce Apóstoles (cf Mc 3,14-19; Lc 6,12-16), y los Apóstoles hicieron lo mismo cuando eligieron a sus colaboradores (1 Tm 3,1-13; 2 Tm 1,6; Tt 1,5-9) que les sucederían en su tarea (San Clemente Romano, Epistula ad Corinthios 42,4; 44,3). El colegio de los obispos, con quienes los presbíteros están unidos en el sacerdocio, hace presente y actualiza hasta el retorno de Cristo el colegio de los Doce. La Iglesia se reconoce vinculada por esta decisión del Señor. Esta es la razón por la que las mujeres no reciben la ordenación (cf Juan Pablo II, Mulieris Dignitatem, 26-27; Id., Carta ap. Ordinatio sacerdotalis; Congregación para la Doctrina de la Fe decl. Inter insigniores; Id., Respuesta a una duda presentada acerca de la doctrina de la Carta Apost. "Ordinatio Sacerdotalis").
Según el 891 del catecismo, la infalibilidad aplica cuando se enseña sobre Fe y Moral (no es exactamente el caso); por todo el cuerpo episcopal en unión con el Papa queriendo ejercer magisterio supremo (no es el caso); o cuando se enseña como revelado por Dios para ser creído y enseñanza de Cristo (podría ser el caso, pero tampoco).
El Papa Juan Pablo II ha podido hacer esa declaración en la carta episcopal, incluso creyendo que es una orden infalible, pero eso no la convierte en infalible si no se ajusta a la definición dogmática.
No es tema de Fe, no es un dogma. Tampoco es tema de Moral. Tampoco es exactamente el dictamen de algo revelado por Dios para ser creído por los fieles, como puede ser el dogma de la Inmaculada Concepción, por ejemplo.
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LF:
Da ABSOLUTAMENTE igual lo que le parezca usted o lo que me parezca a mí. Las cosas son como son.
Dice usted:
No es tema de Fe, no es un dogma.
Dijo San Juan Pablo II:
cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia
¿Le parece poca cosa, poco dogmática, la constitución divina de la Iglesia? ¿en serio?
Dice usted:
El Papa Juan Pablo II ha podido hacer esa declaración en la carta episcopal, incluso creyendo que es una orden infalible, pero eso no la convierte en infalible si no se ajusta a la definición dogmática.
Dice San Juan Pablo II:
...en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos.... y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
Dice el dogma de la infalibilidad papal:
El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.
Pero es que no hace falta que el Papa defina una doctrina como dogma para que sea una doctrina infaliblemente definida por la Iglesia. Lea lo que he enlazado en el post:
RESPUESTA A LA DUDA PROPUESTA SOBRE LA DOCTRINA DE LA CARTA APOSTÓLICA «ORDINATIO SACERDOTALIS»
Pregunta: Si la doctrina que debe mantenerse de manera definitiva, según la cual la Iglesia no tiene facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres propuesta en la Carta Apostólica Ordinatio sacerdotalis, se ha de entender como perteneciente al depósito de la fe.
Respuesta: Sí.
Esta doctrina exige un asentimiento definitivo, puesto que, basada en la Palabra de Dios escrita y constantemente conservada y aplicada en la Tradición de la Iglesia desde el principio, ha sido propuesta infaliblemente por el Magisterio ordinario y universal (cf. Lumen gentium, 25,2). Por consiguiente, en las presentes circunstancias, el Sumo Pontífice, al ejercer su ministerio de confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), ha propuesto la misma doctrina con una declaración formal, afirmando explícitamente lo que siempre, en todas partes y por todos los fieles se debe mantener, en cuanto perteneciente al depósito de la fe.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, durante la Audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto, ha aprobado la presente Respuesta, decidida en la Reunión ordinaria de esta Congregación, y ha ordenado su publicación.
Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 28 de octubre de 1995, en la fiesta de los Santos Simón y Judas.
Roma ha hablado, el caso está cerrado. Fin.
A parte del por qué las mujeres no pueden ser sacerdotes, que son razones suficientes, si las admitieran al sacerdocio traería problemas, como que a muchos hombres no les apetecería ir a confesarse con una mujer por muy sacerdotisa que fuera. Además algunas mujeres se enamoran con facilidad de los que les cuentan sus penitas. También quieren que los sacerdotes se casen, por lo que ya tendríamos sacerdotisas embarazadas, criando bebés,..
La verdad, que poco piensan, si ya es todo muy complicado, solo se les ocurren ideas para complicarlo más.
Los sacerdotes que plantean esas movidas, deberían hacer como decía el apóstol Pablo, que prediquen la verdad del evangelio y vivan de lo que ganen con su trabajo. Algunos tienen tiempo para todo y les vienen malas ideas.
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LF:
Dice usted que algunas mujeres se enamoran con facilidad de los que les cuentan sus penitas. Es posible. Y algunos hombres, también.
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LF:
Bendita la inocencia de los sencillos que no ven cuál es el verdadero drama al que se enfrenta la Iglesia y quién es el principal responsable de la actual crisis.
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LF:
No hay nada que obedecer. No manda, no ordena nada. No se indica nada como doctrina a la que hayan de adherirse los fieles, a diferencia de lo que sí ocurre en Ordinario Sacerdotalis. Por tanto, tiene un rango magisterial escasísimo. Casti Connubii, al contrario, es una encíclica.
Gracias por su blog, está claro como el agua de Lanjarón.
El ataque al catolicismo via el feminismo está bien planificado.
No se ataca el matrimonio judio ni la poligamia musulmana.
Si se explicase bien el modelo de familia que el Señor nos ha dado a los católicos (Los que no aceptamos el divorcio como los protestantes) en la familia de Nazaret, entenderían el papel que nos dió al hacernos a su imagen pero con 2 sexos.
Evidentemente los enemigos del catolicismo están mejor preparados que los católicos para darnos hasta en el DNI... si no contamos con la ayuda de la Gracia: Oración, ayuno y limosna a gogó.
In Domino.
Con frecuencia se olvidan las enseñanzas del catecismo (Compendio), sobre la relación que existe entre Escritura, Tradición y Magisterio.
Escritura, Tradición y Magisterio están tan estrechamente unidos entre sí, que ninguno de ellos existe sin los otros. Juntos, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen eficazmente, cada uno a su modo, a la salvación de los hombres.
El Señor te bendiga y le guarde.
Como digo, no es asunto mío, de modo que lo dejo correr, pero se leen opiniones de teólogos en otros sitios que no son tan tajantes como usted. Supongo que sus razones tendrán, porque es claro que existe una parte de la Iglesia que parece apoyarlo. Preferiría que hubiese algún tipo de debate oficial de alto nivel, y que se duscutiesen los pros y los contras. Yo desde luego no creo para nada que la mujer tenga que estar sometida al hombre.
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LF:
Dice:
Yo no entro en discusiones acerca de si Juan Pablo II, zanjó o no la cuestión.
Esto dijo el Papa polaco:
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia... este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
¿Usted sabe leer? ¿sabe interpretar lo que lee? ¿en serio cree que hace falta ser cardenal o teólogo para comprender las palabras de San Juan Pablo II? ¿a quién se quiere tomar el pelo? ¿a los fieles?
Pero incluso en el caso de que quedara alguna duda, lo cual es literalmente absurdo porque más claro no pudo decir las cosas Juan Pablo II, la Congregación para la Doctrina de la Fe respondió precisamente a un dubium sobre el carácter definitivo de la doctrina:
el Sumo Pontífice, al ejercer su ministerio de confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), ha propuesto la misma doctrina con una declaración formal, afirmando explícitamente lo que siempre, en todas partes y por todos los fieles se debe mantener, en cuanto perteneciente al depósito de la fe.
Lo que le ocurre es que a usted -como esos cardenales- no le da la gana aceptar la doctrina católica sobre este tema. Doctrina definida INFALIBLEMENTE. Las doctrinas definidas infaliblemente por la Iglesia no se debaten. Se aceptan, en buena lógica; o se rechazan, incurriendo en heterodoxia y/o herejía. Punto final.
Dice usted:
Yo desde luego no creo para nada que la mujer tenga que estar sometida al hombre.
Dice el Nuevo Testamento:
Efe 4,21-24
Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.
Col 3,18
Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
1 Pedro 3,1;5-6
De igual modo, vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos para que, aun cuando algunos no crean en la palabra, sean ganados sin palabras por el comportamiento de sus mujeres... Porque también así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios y estaban sujetas a sus maridos: así Sara obedeció a Abrahán, llamándole «señor». De ella sois hijas, cuando obráis el bien sin inquietaros por ningún temor.
¿A quién vamos a hacer caso? ¿a su opinión o a la Palabra de Dios que nos llega por dos apóstoles inspirados por el Espíritu Santo?
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LF:
No se trata de conocer la Escritura. Se trata de entender lo que uno lee y ser intelectualmente honesto. Y cuando uno lee lo que escribió sobre este tema Juan Pablo II, hay que ser muy sinvergüenza -sí, he dicho sinvergüenza- para ser cardenal y decir lo que dice Schönborn. Pero claro, ¿qué cabe esperar de alguien que ha sido capaz de avalar la burda manipulación que se hace de Santo Tomás de Aquino en Amoris Laetitia?
Y lo siento, pero estar en desacuerdo sobre "una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia" es no compartir la misma fe. Así comienzan los cismas. Que es, de hecho, a lo que nos estamos enfrentando.
Usted dice que la Iglesia discrimina a las mujeres. Parece no saber que el catolicismo es la única religión que tiene como lo más perfecto de la creación, aun por encima de los ángeles, a una Mujer (así, con mayúscula).
El resto de actividades las pueden realizar perfectamente las mujeres.
La cosa es que durante los siglos XIX y XX muchas actividades se clericalizaron.
Pero el equilibrio está volviendo, las mujeres tienen cada vez un mayor protagonismo en la Iglesia.
Y vuelvo a repetirlo jamás he conocido a una mujer que quiera ser sacerdote, incluso las más acérrimas defensoras del sacerdocio femenino no quieren serlo.
Hoy podríamos tomar nota de ello.
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LF:
Sí hay evidencias de que no recibían el sacramento del orden, sino solo un ministerio laical de servicio. De hecho, el rito era esencialmente distinto del que se llevaba a cabo para ordenar diáconos.
DEBEMOS tomar nota de ello.
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LF:
¿Cómo que lo mismo ocurre en España?
¿Usted conoce un solo obispo español cuya familia sea aristocrática?
En cuanto a la aclaración que da acerca de San Juan Pablo II, no creo que la intención del papa fuera negar, cambiar o incluso interpretar de forma distinta Efesios 5,21 y ss. Leyendo todas las catequesis de la teología del cuerpo, que me encantaron, en conjunto, es que creo que hablaba de otra cosa, a mi entender más profunda que si el marido es cabeza del matrimonio o no. Evidentemente es mi opinión personal.
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LF:
Negar o cambiar, puede que no. Pero interpretarlo de forma claramente distinta, sin lugar a dudas. De hecho, eso no es discutible. Simplemente es. Ningún Papa, concilio, padre y/o doctor de la Iglesia, ni santo ha interpretado ese pasaje así.
Pero bueno, esto se sale un poco del artículo, doy por finalizada la discusión.
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LF:
A mí la teología del cuerpo de SJPII no me llama la atención. Obviamente no pretendo que sea errada, pero no la usaría para dar catequesis. Pero bueno, sobre gustos, colores.
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LF:
Cuando uno se escandaliza de lo que enseña la Escritura y la Tradición... tiene un problema serio con su condición de católico.
A mi generación y a mí tal vez nos es consustancial el machismo más rancio, pero en cuestión de sometimiento de la mujer al marido, digo yo que hay algo que sopesar: Judica tempora et concordabis jura, o sea, yendo al grano, es hora ya de dejarnos de conspiraciones de salón, de reconocer el valor de lo esencial cristiano y de parar ya de considerar a la mujer como una subespecie humana.Y si no, deberé aceptar menos racionalmente el que mi mujer, casi lo único auténtico y justo de mi existencia, quien me señala el camino de rectitud en la fe, deba someterse en todo a mí. Pues eso: a cada tiempo, sus normas. Las de 2.000 años no han perdido su vigencia, en absoluto, pero desconocer el valor de la mujer -muchas veces más patente que el del marido- es volver a Galileo. Tal vez es que son muchos años de escucharse sólo a sí mismos. Ya está bien. Afectuosamente, gracias.
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LF:
La Palabra de Dios es eterna.
Usted ame a su mujer como Cristo amó a su Iglesia. Eso es la parte que le toca. No parece poca cosa. Lo que a ella le toca, la misma Palabra se lo indica.
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LF:
Ok
A veces me digo , que la voluntad de Dios para con nosotros, no es que vivamos 90 o 100 años, sino mas vien 50 o 60. Una persona no viviría normalmente más allá de esos años, si no fuera por los antibióticos. A nuestra edad, pocos hombres podrian gaber vivido hace tan solo dos siglos. La próstata habria causado su muerte, como tú y yo sabemos. Las mujeres hubiesen podido vivir un poco más, puesto que no tienen próstata.
Personalmente encuentro que nos hemos apartado totalmente de la Voluntad de Dios, Quien cuando nos creó, lo hizo para tener una vida mucho mas corta e intensa. No nos hizo para durar 100 años, viviendo 10 o más, en una silla de ruedas, y usando pañales. Nos hizo para vivir 30 o 40 (Jesús murió a los 33), tal vez 50. Solo en casos escepcionales, para llegar a mi edad o la tuya.
Y puesto que al parecer, no pidemos cumplir la Voluntad de Dios, viviendo los años que nos convenía vivir, la ubica cosa que nos queda hacer es llegar la Sabiduría, empleando este tiempo del modo mas correcto que podamos.
Cuidate👋
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