Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor

Palabra de Dios:

Cuando iban de camino entró en cierta aldea, y una mujer que se llamaba Marta le recibió en su casa.
Tenía ésta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Pero Marta andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo:
-Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir? Dile entonces que me ayude.
Pero el Señor le respondió:
-Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.
Luc 10,38-42

El Señor es bueno para quien espera en Él, para el alma que lo busca. Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Lam 3,26

Santa Teresa de Jesús;

«Dice en la primera regla nuestra que oremos sin cesar. (Para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer Lc 18,1) Con que se haga esto con todo el cuidado que pudiéremos, que es lo más importante, no se dejarán de cumplir los ayunos y disciplinas y silencio que manda la Orden; porque ya sabéis que para ser la oración verdadera se ha de ayudar con esto, que regalo y oración no se compadece.» (Camino de Perfección 4,2)

«el silencio, que no nos ha de hacer mal» (Camino de Perfección 10, 6) 

«En este templo de Dios, en esta morada suya, sólo él y el alma se gozan con grandísimo silencio.» (VII Moradas 3,11)

«También se pueden imitar los santos en procurar soledad y silencio y otras muchas virtudes, que no nos matarán» (Libro Vida 13,7) 

San Juan de la Cruz, Dichos de amor y de luz:

118. Las señales del recogimiento interior son tres: la primera, si el alma no gusta de las cosas transitorias; la segunda, si gusta de la soledad y silencio y acudir a todo lo que es más perfección; la tercera, si las cosas que solían ayudarle le estorban, como es las consideraciones y meditaciones y actos, no llevando el alma otro arrimo a la oración sino la fe y la esperanza y la caridad.

123. ¡Oh, cuán dulce será a mi la presencia tuya, que eres sumo bien! Allegarme he yo con silencio a ti y descubrirte he los pies porque tengas por bien de me juntar contigo en matrimonio a mí, y no holgaré hasta que me goce en tus brazos (cf. Rut. 3, 4­9). Y ahora te ruego, Señor, que no me dejes en ningún momento en mi recogimiento, porque soy desperdiciadora de mi alma.

155. Doce estrellas para llegar a la suma perfección: amor de Dios, amor del prójimo, obediencia, castidad, pobreza, asistir al coro, penitencia, humildad, mortificación, oración, silencio, paz.

Soy un vil gusano comparado con esas dos lumberas de la santidad, mas alguna ocasión el Señor ha concedido a mi alma el inmerecido y precioso regalo de su visita:

Sublime presencia me rodea. Fragante aroma fluye en la estancia. Es el Señor que llega a mi encuentro. Es su Espíritu que derrama su esencia. Pequeño y diminuto soy ante su infinita grandeza. Mi voz es un susurro comparado con el trueno de su respiración. Cuando habla, me asombra la ternura del tono de su voz. Suave a la vez que firme. Simple a la vez que profundo. A veces me pregunto si mi alma sabe entender su lenguaje, pero sé que su Espíritu me ayuda. Quizás mi rubor no me deja disfrutar bien de su mirada, la cual sé que me atraviesa, me abrasa con llamas de amor que purifican mi ser por completo. De pronto, Él pone la mano en Su boca, me pide que cante alabanzas. La voz de mi alma le alaba. Mi espíritu entero le adora. Mi boca no pronuncia palabra, porque el silencio expresa el lenguaje del alma.

¡Ay, mente mía! ¡Quién pudiera acallarte! Interrumpes la preciosa comunión con mi Amado. Me impides gozar por completo de la Sabiduría de mi Padre. ¿No sabes que en ti no cabe todo lo que Él quiere enseñarme? ¿Querrás tú comprender todo el misterio de la Luz Divina? No puedes, pequeña, alcanzar a discernir la bendición que derrama la sombra de Su manto y ¿quieres ya contemplar la belleza de Su rostro? Espera hasta el día de tu resurrección, mi pequeña, cuando del polvo te levante la gloriosa venida de mi Cristo, para invitarte a contemplar su Boda con la Novia. Olvidarás por completo toda vanidad que hayas aprendido en la tierra. Descubrirás la verdad eterna del amor de Dios. Mientras tanto, pequeña, duerme. Duerme mientra mi alma y espíritu contemplan Su gloria, no sea que te envanezcas y me pierdas. Y al despertar, pequeñuela, un sueño de amor quedará en tu memoria, para que te impregnes de aquella fragancia y de su sublime presencia, de modo que Él sea tu anhelo, y así dispongas de la bendición y el poder de su gracia para vencer las cadenas de tu ego.

Y ahora….. silencio ……. alguien toca a mi puerta…….. es Él.

Paz y bien,

Luis Fernando Pérez Bustamante

25 comentarios

  
Anastasia
23. ¡Oh, cuán dulce será a mi la presencia tuya, que eres sumo bien! Allegarme he yo con silencio a ti y descubrirte he los pies porque tengas por bien de me juntar contigo en matrimonio a mí, y no holgaré hasta que me goce en tus brazos (cf. Rut. 3, 4­9). Y ahora te ruego, Señor, que no me dejes en ningún momento en mi recogimiento, porque soy desperdiciadora de mi alma........Qué belleza!!!!
12/04/18 3:42 AM
  
Carmen
En mi tierra andaluza al caer la tarde una suave brisa trae el olor a azahar y envuelta en ese perfume el alma se eleva hacia su Creador.
Que hermoso es el silencio!!!
12/04/18 8:12 AM
  
Residente en Fátima
Eso es. Eso es. Amén.
12/04/18 8:32 AM
  
Daniel Moreno
"Sublime presencia me rodea... ¡Ay, mente mía! ¡Quién pudiera acallarte!"

Sé que no es usted muy amigo de alabanzas, pero este escrito las merece, por el bien que ha hecho en mi alma leerlo. Merece ser meditado muy despacio y continuamente.

Qué Dios le bendiga. Gracias por este blog.

---

LF:
Es de hace más de diez años. Pero me pareció oportuno recuperarlo.
Dios le guarde.
12/04/18 8:37 AM
  
Carlos R. Entrena Guadix
"No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio."

Pobres María, Teresa, Juan, Luis Fernando,...
12/04/18 8:43 AM
  
Maribel
Todo esto, solo se entiende cuando se siente en El .
12/04/18 9:04 AM
  
Residente en Fátima
A solas con El se recibe toda la paz y la serenidad para derrochar humildad y dulzura con el prójimo, se soportan las injurias y el dolor de forma que te ayuda a crecer, se recibe la verdadera fortaleza para luchar.....De ahi vienen la fe la esperanza y la caridad. Se percibe evidente la verdadera doctrina y la sana teologia. Se percibe entonces que la liturgia es cosa del cielo. A solas con El se te permite compartir la soledad de Cristo en este mundo y en esta su Iglesia que ha decidido darle la espalda. A solas con El es la Vida.

Gracias Luis Fernando
12/04/18 11:26 AM
  
Ana Maria
Preciosa y profunda reflexión Luis Fernando, gracias por estas palabras que al menos a mí me hacen tanto bien. Me identifico absolutamente con estas !Ay mente mia !quien pudiera acallarte!" Interrumpes la preciosa comunión con mi Amado" En una sociedad donde lo que impera es el ruido constante, añoro y busco el silencio, no solo exterior sino más que nada el interior.
Un pequeño apunte, mi película favorita es " El gran silencio" y un libro que estoy no leyendo sino degustando " La fuerza del silencio" del cardenal Sarah, a quien Dios bendiga.
Que el Señor te proteja y te guarde siempre Luis Fernando y la Santísima Virgen te cubra con su manto.
Paz y bien.

---

LF:
Vi "El gran silencio". Y escribí un post:
http://www.infocatolica.com/blog/coradcor.php/el_gran_silencio_1
12/04/18 11:45 AM
  
Anacoreta
Sí, pobres de los que nos gusta, practicamos y necesitamos el silencio a solas con Dios...
No se puede ir al hombre, al apostolado, si no se parte de Dios, desde Dios y sin soltarlo en ningún instante. Dios sea bendito por el silencio del alma, callada y enamorada del Amado, a sola los dos. Tú y Él. Yo y Él.
12/04/18 12:30 PM
  
José Luis
Pienso en el silencio de la Santísima Madre de Dios, en este sentido debemos buscarlo, el ejemplo de la Madre de Dios, contemplativa, meditando en su corazón los misterios de Dios.

¿Qué decir de Marta, hermana de María y Lázaro? en el silencio de su corazón, ordenado y atento a la escucha de la Palabra de Dios.

«Soledad y silencio» todos los que se dejaban guiar por el Espíritu Santo, encontraba sus delicias en esta sagrada vocación, los cartujos, los cistercienses, las almas contemplativas, silenciosas, son las que están sosteniendo tambien a este mundo, pues Dios actúa en ellos, para que el mundo no estalle en mil pedazos en un instante, pero está sucediendo, pues al alejarse de la soledad espiritual y su sagrado silencio, el mundo se está destruyendo.

El silencio de las almas santas contemplativas, y no son ociosas, sino útiles, y más trabajadoras en la viña del Señor.

Y es verdad, cuando una persona, incluso seglar, está muy atareada en las cosas de este mundo, se inquieta, pero cuando se da su tiempo para retirarse un tiempo, en una Casa de Espiritualidad, ese ambiente de recogimiento llega a ofrecer tanta paz a ese espíritu aquietándolo en la dulzura del Amor de Dios, en la oración y meditación, y es cuando más abre su corazón, tambien para amar a su prójimo desde los sentimientos de Nuestro Señor Jesucristo.

Las almas piadosas hacen más en la soledad y en el silencio,

En todo esto, no me refiero en la herejía del "quietismo", porque todos debemos obrar, trabajar por nuestra salvación, y por la de los demás.
12/04/18 1:18 PM
  
Jose Ignacio
Gracias.
12/04/18 5:05 PM
  
Petrus Petri HCDB
Veo que ya no pone eso de "Santidad o muerte" sino "Paz y bien"
Mejor mucho mejor.
Como deja de manifiesto Francisco, la santidad de verdad no es la que usted opone a la muerta.

----

LF:
Dos cosas:
- Santidad o muerte es el lema del Beato Marcelo Spínola, cardenal. No parece un mal referente.
- Yo solo conozco la santidad tal y como la explica la Biblia y la Tradición. El resto no me interesa, venga de quien venga. Y conste que todavía no he leído la exhortación a la que supongo que hace usted referencia.
12/04/18 5:27 PM
  
César Fuentes
Feliz versículo este del libro de las lamentaciones, LF, que me trae el grato recuerdo de que el beato Antonio Rosmini solía ponerlo en la puerta de su habitación-celda. Un versículo que hace también de mi vida este anhelado camino señalado, gracias a este admirado santo.
Las citas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz son maravillosas, y lo tuyo no está nada mal :)
Dice Andrew Senior, el hijo de John Senior, en el prefacio a la edición inglesa del libro de su padre "La restauración de la cultura cristiana"-y que ya se puede adquirir en España y vivamente lo recomiendo- esto, con lo que estoy muy de acuerdo:
"El silencio y la oración harán más por la restauración de la cultura cristiana que el ruido y la acción(...)".
Por lo demás, sólo decir que sin esos momentos yo no estaría vivo, sería como alma en pena vagando como tantos millones por esta tierra. A veces tengo la sensación de que sólo mis recuerdos están en algún arrebato sereno, sublime y silencioso en la oración y en la Santa Misa, que si he vivido algo más, es cosa de otra vida, de otra persona.
Te agradezco este post. Un abrazo.
12/04/18 6:07 PM
  
Willy
Eso era antes LF. El nuevo paradigma de santidad, exige menos silencio y más "acción", (aunque por acción entendemos únicamente hacer "obras de misericordia" corporal, ya que evangelizar sería hacer "proselitismo"). En fin, los que hacen silencio y oran mucho, serían una especie de "vagos" desconectados de las realidades concretas de los seres humanos misericordiados, lo cuál los aleja de la santidad moderna. Siempre se aprende algo nuevo, en los nuevos paradigmas 😊

---

LF:
Difícilmente puede obrar conforme a la voluntad de Dios aquel que no acalla su ser para escuchar la voz del Espíritu Santo que inhabita el alma.
12/04/18 10:37 PM
  
Ma. Teresa Gallegos
No sé si lo vayan a publicar, porque. No tiene nada que ver con este artículo, pero no me puedo quedar con las ganas de escribir esto: que me han gustado mucho los artículos que ha escrito el padre Iraburu sobre la conquista de Mexico y sobre la cristianización de el pueblo mexicano, es algo muy bello ver cómo los misioneros españoles infundieron la fe en los indios mexicanos y yo como mexicana le doy gracias a Dios que hayan sido los españoles los que hayan conquistado a México y no los ingleses, y que gracias a ello tengamos la fe verdadera, las costumbres que tenemos y el idioma tan bello que hablamos. Ma. Teresa. México.
13/04/18 8:56 AM
  
jordi
en silencio..........
13/04/18 1:11 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Excelente post, Luis Fernando. Y que belleza "Sublime presencia me rodea..".
Muchísimas gracias. Que el Espíritu Santo te siga iluminando, para nuestro bien.
¡Santidad o muerte!
13/04/18 4:33 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Hermosa meditación extraída de "El Gran Silencio" de Luis Fernando (26.06.07):
"Alguno se podrá sorprender de lo que voy a decir, pero yo considero estos monasterios donde se sigue la regla más estricta como una especie de desiertos en medio del gran oasis del mundo. Pero son desiertos donde está la presencia divina, donde lo único que se interpone entre el alma y Dios es la propia debilidad del hombre que todavía está sujeto a un cuerpo de muerte. Los afanes del mundo apenas están presentes en la celda del monje. Y sin embargo, cuántos grandes intercesores por el mundo, cuyos nombres sólo conoce Dios, habrán desgastado sus rodillas en esas celdas.
Dado que ellos oran por la Iglesia, atrayendo para la misma muchas bendiciones, creo que les haríamos un gran bien dedicando, siquiera de vez en cuando, un tiempo de oración por ellos. Porque estoy seguro de que lo necesitan. No creo que haya monje que no pase por momentos de sequedad espiritual, de incapacidad casi física para rezar, de tentación. Y aunque vivan en una comunidad donde pueden ayudarse en casos de crisis graves, mucho es el bien que podemos hacer por ellos pidiendo a Dios que les bendiga, les conforte y les conceda el don de su comunión mística.
Que el Señor les acompañe y les lleve a la vida eterna".

Amén
13/04/18 4:40 PM
  
doiraje
Muy bello testimonio, Luis Fernando. Muchas gracias por compartirlo de nuevo.

Mi experiencia de relación con el Señor no es tan intensa. Me resulta muy difícil de describir. Por una parte, es una presencia que siento que va llegando; por otra, es una sorpresa. Pero en ambas lo que siento es como una compañía silente que me llena de paz. En efecto, sobran las palabras en Él y en mí. Todo encaja, todo es de repente sencillo, todo se vuelve fácil: es el reino de la serenidad y de la aceptación. Tal vez ello sea porque casi nunca en mi vida he disfrutado de experiencias de paz semejantes, comenzando por mi relación conmigo mismo. Entonces comprendo que su amor es lo más sencillo del mundo, lo más profundo, lo más genuino. Como diría Aute, apenas nada más. ...Y nada menos.
14/04/18 2:15 PM
  
José Luis
Haciendo memoria de uno de los libros espirituales, que quienes lo han leído, han disfrutado mucho.

Esta meditación espiritual, muy espiritual, gracias Luis Fernando. Además esta fotos, ese recogimiento, inspira a mayor devoción que todos debemos tener.

Pido perdón, porque los textos del cardenal Robert Sarah que siguen tambien lo he puesto en otro lugar, por si algunos lectores no llegan aquí, y se animen a amar más el silencio y recogimiento.

Pues este tambien es un digno lugar para tratar las cosas del Señor, con amor y respeto.

Lo que hace este monje, nosotros los que estamos en casa, también podemos hacerlo, dedicarnos a la adoración, en espíritu y verdad.

A veces me ha venido al pensamiento. ¿Cómo es posible que en esta iglesia haya más ruido que en la calle? No sucede en todas las iglesias, sino en las que impera el espíritu del modernismo, que es una guerra contra la paz del silencio espiritual, tanto ruido y el diablo a sus anchas.

Ya no quiero seguir más, y comparto estos textos espirituales:

A mayor gloria de Dios.

Textos del libro:
«La fuerza del silencio» [Frente a la dictadura del ruido]
Cardenal Robert Sarah.
Págs. 75-76
Ediciones Palabra.

109. La elección del silencio es un don para la humanidad. Los hombres y mujeres que entran en el silencio se entregan en holocausto por sus hermanos. El mundo exterior es como un río que se desborda, se precipita por una pendiente y amenaza con destrozar todo a su paso. Para controlar esa fuerza es necesario levantar diques. Y el silencio es ese dique potente que domina las aguas turbulentas del mundo, protege de los ruidos y de toda clase de distracciones. El silencio es una barrera que devuelve al hombre una dignidad. Los monasterios y los grandes espirituales protegen a la humanidad de las amenazas que pesan sobre ella. ¡Cuántos hombres deberían imitarlo para hacer del silencio una barrera eficaz!

110. Las personas que viven inmersas en el ruido son como motas de polvo barridas por el viento; esclavas de un tumulto que destruye su relación con Dios. Por el contrario, quiénes aman el silencio y la soledad caminan paso a paso hacia Dios: saben como romper las espirales infernales del ruido, igual que los domadores consiguen calmar a los leones rugientes.

111. San Cipriano escribe en la epístola a Donato (3-4): «Cuando yacía postrado en tinieblas de la noche, cuando zozobraba en el camino del error sin saber que sería de mi vida, desviado de la luz de la verdad, imaginaba que sería difícil y duro, en mi situación, lo que me prometía la divina misericordia: que uno pudiera renacer y que –animado de una nueva vida por el baño del agua de la salvación– dejará lo que había sido y cambiará el hombre viejo de espíritu y mente, aunque permaneciera en el mismo cuerpo humano. ¿Cómo es posible, me decía, la transformación? Esto me decía una y mil veces a mí mismo. Como me hallaba retenido y enredado en tantos errores de mi vida anterior, de los que creía poder desprenderme, yo mismo condescendía con mis vicios inveterado y, desesperando de enmendarme, fomentaba mis males como hechos naturales en mí» El hombre debe elegir, Dios o nada, el silencio o el ruido.

112. Sin las amarras del silencio, la vida es un triste movimiento, una barquichuela azotada por la violencia azotada por el oleaje. El silencio es el muro exterior que hemos de construir para proteger un edificio interior.


José Luis, (Franciscano de la Orden Tercera)
A mayor gloria de Dios.
14/04/18 7:57 PM
  
Fuenteovejuna
Petrus Petri HCDB
Dice Vd. que no le gusta eso de "Santidad o Muerte", antes prefiere la santidad de la que habla Francisco, "que no se opone a la muerta".
En la primera mitad del siglo XIX la Argentina se desangraba en una cruenta guerra civil entre unitarios y federales.
Los unitarios eran liberales amantes de la Revolución Francesa.
Los federales eran católicos enemigos de la Revolución.
Facundo Quiroga, uno de los caudillos más famosos entre los federales, siempre cerraba sus escritos con el lema "Religión o Muerte".
Pero su larga fama no alcanzó para el triunfo de la santa Religión; unos sicarios pagados por sus enemigos lo asesinaron en una emboscada.
Fue el triunfo de los liberales enemigos de la santa Religión que se prolonga hasta hoy.
El Papa argentino conoce muy bien la historia de Facundo Quiroga, aunque igual que Vd. no comparte la Religión o Muerte por la que vivió y murió el famoso caudillo.
Aún así, una cosa parece cierta: aunque Vd. no lo crea, hoy la Muerte triunfó sobre la Religión.
15/04/18 2:01 AM
  
Luis Fernando
Alberto GT, escriba a [email protected] y diga que le pasen sus preguntas al P. Iraburu.
15/04/18 12:57 PM
  
Alberto GT
Gracias, Luis Fernando
15/04/18 1:02 PM
  
Mariana
Gracias...
15/04/18 10:24 PM
  
hornero (Argentina)
El silencio se me hace como una entrada muy cuidada al Abismo de Dios.
Por una puerta furtiva se llega a donde no se llega.
16/04/18 3:14 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.