Te adoramos, Oh Constitución
Creo en la Constitución española, fuente de todo bienestar habido y por haber en este país.
Creo en las sentencias del Tribunal Constitucional, que nos garantizan la estabilidad necesaria para que las mujeres puedan abortar y los homosexuales “casarse".
Creo en las leyes que emanan de las Cortes, especialmente las que conceden derechos contrarios a la ley natural.
Creo en el estado de la autonomías, que ha conseguido que abandonemos para siempre el lema fascista “una, grande y libre".
Creo en el sistema partitocrático, que hace creer al poblacho que cada cuatro años tiene la opción de cambiar las cosas.
Creo en el poder judicial, que sabe obedecer como nadie a la voz de su amo.
Creo en la Conferencia Episcopal Española, faro en medio de la borrasca, luz en medio de las tinieblas.
Creo en la CONFER, que abona y riega la primavera de la vida consagrada cuyos frutos vocacionales son tan espectaculares.
Y creo en la FERE-CEECA, que ha conseguido que la aconfesionalidad de nuestra amada Constitución sea un hecho en los colegios que hace décadas eran católicos.
Salud, camaradas.
Luis Fernando Pérez
PD: Sí, es ironía y sarcasmo, Obviamente.
25 comentarios
O puede que España no haya sido tan católica como pensamos.
Algún sesudo sociólogo lo investigará algún día pero desde luego ni la Constitución ni las instituciones significan nada son ideas y personas que las manejen.
Todas esas solemnidades en las que crees irónicamente son los frutos desagradables de la nunca bien ponderada democracia española, que se replica por todo el continente europeo hoy atemorizado por el incierto resultado de las elecciones del domingo en Italia.
Es la misma Europa que, también irónicamente, en 2011 tumbó a Berlusconi y hoy le reza a Satanás por su triunfo, temerosa de que la victoria se la lleve Matteo Salvini, el ultraderechista de la Liga Norte que en el cierre de la campaña mostró emocionado un rosario a sus electores prometiendo gobernar según el Evangelio si los italianos le dan su voto.
Molesto al verlo exhibir el rosario, el Arzobispo de Milán, Mario Delpini, le recriminó que no debe mezclar la política con la religión.
¿Acaso el Arzobispo se siente más a gusto con los enemigos de la santa religión que con los que la defienden?
Esta es la penosa realidad, no sólo de una Europa saturada de tufillo político nauseabundo, sino también de una Iglesia católica que prefiere cambiar el "proselitismo" evangélico por los arreglos no siempre benditos de la "alta política" vaticana.
Santo Dios, ¿dónde iremos a parar?, porque esto recién empieza...
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LF:
No recién empieza, no. Llevamos medio siglo. Incluso más en cierto sentido.
Lo que ahora hacemos es recoger lo sembrado.
Se puede resumir tanta inocua creencia en esto:
Creo en los que tienen el poder, los oligarcas supremacistas catalanes y vascos, que siempre han tenido el apoyo del Vaticano.
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LF:
Bueno, ahora el Vaticano no está por la labor de apoyar a los nacionalistas.
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LF:
Tarancón dijo algo peor. Dijo que sabían que con la Constitución llegaría el aborto. Y no hicieron nada por evitarlo. Que lo mismo no hubieran podido, pero es que ni lo intentaron.
Al menos el código de Hammurabí...
Fuera de eso está esta colección de desastres mundiales, donde cabe todo y lo contrario. Y donde la inanidad de las ideas y el trabajo constante de Satanás hace caber hasta lo malo y lo loco, bajo la iniciativa de togados locos y malos.
Débil sí, pero freno al fin y al cabo. Y aún podemos invocarla para evitar que nos impongan la última ocurrencia ideológica de la izquierda.
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LF:
La izquierda ha gobernado ya muchos años con esta Constitución. Y ya vemos lo que tenemos. Aborto, gaymonio, ideología de género, etc.
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LF:
El texto es la excusa. Lo que importa es el sistema. Perverso, desde el punto de vista del evangelio.
Este (mon)señor me provoca vergüenza ajena.
Molesto al verlo exhibir el rosario, el Arzobispo de Milán, Mario Delpini, le recriminó que no debe mezclar la política con la religión.
Ese pronunciamiento de no mezclar la política con la religión, porque un candidato enseñó un rosario prometiendo gobernar según el evangelio, dice varias cosas implícitas.
Para empezar el arzobispo está metiéndose en la política partidista promoviendo la ideología laicista.
En segundo lugar se está metiendo para decirnos que los humanos debemos de prescindir del orden divino para en su lugar preservar un orden paralelo al divino, ese orden, al no estar fundado en el orden que el Creador puso en la naturaleza, es un orden basado en la voluntad, en los sentimientos, y allí está la receta para hacer todas las barbaridades que se han hecho: campos de concentración, asesinato de no nacidos, sacralizar el hedonismo, divorcio, etc.
La Constitución del 78 dice: "EL HOMBRE y LA MUJER tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica", con lo que cualquier persona sensata entiende excluido cualquier forma de matrimonio que no sea la de un hombre y una mujer.
La Constitución del 78 "garantiza el derecho de los padres a dar a sus hijos una formación RELIGIOSA y MORAL de conformidad con sus convicciones". Este artículo es verdaderamente el último refugio jurídico de todos los católicos que aún nos tomamos en serio la fe cristiana.
Y por supuesto, pese al entramado confuso de competencias regionales, la Constitución del 78 garantiza y fundamenta la unidad de la patria indivisible que es España, y establece mecanismos de corrección (por ejemplo el famoso 155).
¿El problema es esta Constitución? Definitivamente no. El problema es la deserción, la cobardía, la falta de sólidos principios de la derecha ante las barbaridades interpretativas y fácticas de la izquierda y los nacionalistas -las critica en la oposición, y las acepta en el gobierno-, y su más que posible silencio ante el gran objetivo de esa izquierda: destruir abiertamente esta norma fundamental, convirtiéndola en basura ideológica progre, haciéndola oscilar en todos los ámbitos hacia el mal, y convertirnos a los cristianos en parias sociales .
Cuando llegue ese día -que llegará-, echaremos de menos esta Constitución tan criticada. Ya lo veréis.
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LF:
El cardenal don Marcelo pensaba distinto a lo que piensas tú. Vio buena parte de lo que se nos venía encima:
https://www.cardenaldonmarcelo.es/pastoral1.html
Cuanto más creen en ese credo menos creo yo en ellos. Una pena pero así es. Se desprestigian y hunden solitos.
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LF:
Usted no tiene el menor sentido de la realidad. Don Marcelo fue un obispo y cardenal santo como pocos ha habido en España en el último siglo y medio. Por eso no encajó en "su" Cataluña. Era demasiado buen pastor para semejante rebaño.
No admito una sola crítica contra él. Fin.
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