Cristo traicionado, Iglesia traicionada. Salvador e instrumento de salvación
Siendo consciente de la advertencia de San Pedro sobre la enseñanzas de San Pablo en 2ª P 3,15-16, y rogando al Señor que me ayude, me atrevo a escribir estas líneas:
Vosotros, en otro tiempo, estabais también alejados y erais enemigos por vuestros pensamientos y malas acciones; ahora en cambio, por la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, habéis sido reconciliados para ser admitidos a su presencia santos, sin mancha y sin reproche, a condición de que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que habéis escuchado: el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.
Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios.
Col 1,22-25
Gran misterio el que apunta San Pablo. No el de que éramos enemigos de Dios por nuestros pecados y el Señor sufrió para que fuéramos reconciliados, siempre que nos mantengamos firmes en la fe. No, el misterio está en lo que añade a continuación. Sus sufrimientos completan lo que falta a los padecimientos de Cristo, para llevar a la plenitud la palabra de Dios.
Mas, ¿qué es la Iglesia sino la plenitud de Cristo?
Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.
Efesios 1,23
Siendo que Cristo padeció, la Iglesia ha de padecer. Y no solo de parte del mundo, sino incluso por la traición desde dentro. Si hubo un Judas que vendió a Cristo por treinta monedas de plata, hoy hay muchos Judas que venden a la Iglesia para obtener el beneplácito y el aplauso del mundo. Ignoran ellos, necios, que el mundo no les amará sino que les tratará con el mismo desprecio que trataron a Judas cuando se dio cuenta del alcance de su traición.
Mas en la Iglesia seguirá habiendo, por pura gracia, mártires que darán su sangre por Cristo y confesores que sufrirán persecución, de dentro y de fuera, por defender la verdad. Y en ellos se cumplirá lo indicado por San Pablo. Solamente debe saber que su lucha es posible por la obra del propio Cristo:
Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo. Por este motivo lucho denodadamente con su fuerza, que actúa poderosamente en mí.
Col 1,28-29
Bien haremos, si Dios nos lo concede, en permanecer fieles al Evangelio y en resistir a quienes lo manipulan, a quines quieren crucificar a la Iglesia con los clavos de la herejía y la falsa misericordia. Como también dijo el apóstol:
Pues bien, aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os predicara un evangelio distinto del que os hemos predicado, ¡sea anatema! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea anatema!
Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?, ¿o trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gal 1, 8-10
No busquemos agradar al mundo sino a Dios.
Santidad o muerte.
Luis Fernando
22 comentarios
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LF:
Querida no sé. Permitida, pues sí.
Se anda propagando cual virus la idea de un término medio en todos los órdenes. Se condenan posturas "extremas" y se procura vender una línea media sin ningún tipo de argumento objetivo, NINGUNO, se dice que uno es demasiado doctrinal, que uno es demasiado religioso, que uno es demasiado caritativo, en fin, para todo hay una escusa de haber caído en un "extremo" luego enseguida se propone un término medio, una moderación y cuando preguntas (aqui viene lo bueno) que criterios objetivos conllevan esa moderación, se quedan callados o te dan argumentos de lo más subjetivos o absurdos.
En definitiva, si alguien cae en riesgo de tener un hipertrofiado sentido de la tradición, tarde o temprano va a chocar contra otro pilar fundamental que es el magisterio, quien crea que el Papa en nada se equivoca que todo lo que dice es dogma de fe infalible, tarde o temprano chocará con la Tradición y las Escrituras. En esto si creo yo, que si es verdad que se puede caer en un extremo, pero que no es condenable a menos que se caiga en contradición con los otros pilares de la fé, sino hay contradición, mis amigos, no tengan miedo porque no hay nada malo en ser EXTREMADAMENTE SANTOS.
Dios los guarde y quería desahogarme un poco sobre este tema particular del famoso "punto medio" que algunos andan defendiendo por ahi..
Por desgracia, no te creas, LF. El mundo ha aprendido mucho y siempre hay un hueco bajo el sol para los traidores con pedigrí (como si no estuvieran ya lo bastante calentitos.) Eso de "Roma no paga a traidores" fue una ocasión excepcional: ya en tiempos de los romanos se pagaba estupendamente a los traidores y a veces con grandes fortunas y prebendas. Despreciar a los traidores es mala política, disuade a los traidores futuros que puedan serte de utilidad. Sale mucho mejor cubrirlos de honores (como vemos), ¡dónde va a parar!
Anécdota: Los servicios secretos "fetén" siempre cubren tanto como pueden a sus agentes extranjeros (que evidentemente, en su país son traidores.) Les pagan y protegen, si los pillan les buscan buenos abogados y si es posible los incluyen en intercambios tipo "puente de Berlín" a los pocos años para luego garantizarles una vida como mínimo cómoda. Pues salvando las distancias, esto funciona igual.
Luis, es que una cosa son los traidores, que recibirán lo de Judas y otros son verdaderos enemigos infiltrados. Esos últimos no son traidores, porque nunca fueron fieles. Como siempre hay tontos, traidores y enemigos. Los dos primeros recibirán los suyo. Y veremos con amargura como se lamentarán vean el efecto de su traición y la iglesia que han dejado.
Yo no dejo de recomendar la historia de todos los ataques contra la iglesia (hasta los años 60) Un libro impresionante que se titula "Complot contra la Iglesia" del seudónimo Maurice Pinay. Se puede descargar en PDF. Solo hay que extrapolar un poco para ver claramente lo que pasa hoy....
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LF:
No sabemos si nunca fueron fieles. La apostasía existe. Y sólo apostata el que alguna vez ha creído. Mas de ellos habla San Pedro en 2 Ped 2,20-22
Creo que vivimos tiempos similares, donde la Iglesia y la Cristiandad (toda) está en medio de un mar muy turbulento y los capitanes de las naves están a otra cosa, a armar lío.
Y es que de vivir ahora los tiempos de Enrique VIII me da que la gran mayoría de jefes de la Iglesia firmaría el Acta de Supremacía y aplaudirían todas las herejías y maldades que aquel hombre causó.
LA novedad que estamos viendo y padeciendo es que ahora son multitud, han escalado puestos increíbles en la jerarquía y hasta tienen una cierta organización, a la que suele llamarse la "masonería eclesiástica" o bien la "falsa iglesia".
Si bien la confusión que siembran y la insolencia que manifiestan hacen que se nos enciendan todas las alarmas, no hay que olvidar que contra Dios estos desgraciados (nunca mejor dicho) sólo son capaces de "cocear contra el aguijón". Ya los pondrá el Señor en el lugar que se merecen y limpiará a su debido tiempo el rostro mancillado de su Esposa.
Mientras tanto sigamos el ejemplo luminoso de los santos, en especial cuando algún jerarca pretenda utilizar el prestigio de su investidura para incitar al mal induciendo al pecado, poniendo en entredicho las verdades del Depósito de la Fe que debería custodiar.
Aún recuerdo con una rara emoción como una conversación con mi antiguo parroco hace cuatro años compartíamos que nos parecía palpar en la oración como el Señor nos decia que se sentía solo y que nos invitaba a sufrir por su Iglesia con El. Los acontecimientos de meses después y desde entonces han sido una catarata de desastres a nivel parroquial y de total persecución interna. Y de lucha increíble. Y esto lo he visto en circunstancias concretas de mi barrio y de mi diocesis. Y ese cura ahora tiene otras misiones que son un verdadero polvorin.
Bendito sea Dios. Porque si algo siento ahora mismo es dolor, paz, consuelo e impotencia todo al mismo tiempo. Y una profunda soledad imposible de explicar que a veces da vértigo pero en la que también me siento protegido.
Gracias LF y pese a todo demos gracias a Dios
Padeció porque lo hicieron padecer los clérigos de su época.
Menos mal que Francisco no permitirá que triunfen los de ésta
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LF:
Cristo padeció porque para eso se había encarnado. Para entregar su sangre, su vida, en rescate nuestro.
Y sí, cual nuevo Balaam, tiene usted toda la razón: Cristo no permitirá que triunfen los nuevos fariseos. El fariseo de hoy es un profesional de una falsa humildad, afectada, que se vanagloria de su pretendida virtud. El humilde detesta que se haga pública y se alabe su humildad. De hecho, el exhibicionismo descarado de la "caridad" es un tipo de fariseísmo muy en boga hoy en día.
El fariseo de hoy también quiere que se vuelva a permitir que los divorciados se puedan casar de nuevo. O sea, volver a la ley mosaica.
Verdadera Iglesia: "Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo". (Gal 1, 8-10)
Falsa Iglesia: "!Ay de vosotros, cuando todo el mundo hable bien de vosotros porque así hacían sus padres con los falsos profetas!" (Lc 6, 26)
El dilema está bien claro: agradar a Dios y ser perseguido por los hombres (como hacían los verdaderos profetas) o agradar al mundo y ser echado a la Gehenna por serle infiel a Dios.
Yo y mi casa serviremos a Dios, con la ayuda de su gracia.
Los que vienen de afuera son las persecuciones que la Iglesia sufrió a través de los siglos y de las que siempre salió triunfante luego de vencer a todos sus enemigos.
La victoria sobre el Imperio Romano lograda con la sangre de los mártires fue un collar de perlas que adornó con un brillo especial a la Iglesia naciente.
Lo mismo ocurre hoy con la persecución que la Iglesia clandestina sufre en la China comunista y de la que también saldrá victoriosa, más allá de las conspiraciones palaciegas que la Roma del siglo XXI pueda tejer a sus espaldas con el régimen de Xi Jinping.
Todo ello es prueba elocuente de que la Iglesia nunca fue más grande que cuando fue perseguida.
Pero los padecimientos de adentro son otra cosa, se trata de las traiciones que afean a la Iglesia y llevan a la apostasía de la que San Pablo les habló en su II Carta a los tesalonicenses.
Esa apostasía hoy está en todo su negro esplendor e inexorablemente pondrá a la Iglesia al borde de la muerte.
Será sin duda una herida profunda pero necesaria para que la purificación, tantas veces prometida, pueda borrar todas las arrugas que la afean y oscurecen.
Ese día soñado su rostro volverá a brillar como nunca.
El Señor que se compadecía de mí, ni por personas consagradas, ni por laicos, consiguieron apartarme de la Iglesia, pues desde toda mi vida, que la Iglesia Católica tiene como autor al mismo Dios, pero los malos administradores son otra cosa.
Lo más importante es que ya el Señor nos ha dicho que si perseveramos hasta el final, podremos alcanzar la vida eterna.
La devoción del Santo Rosario, la consagración a los Sagrados Corazones, los propósitos para no dejarse vencer con nuestras tentaciones, y en todo, es el Señor quien nos ayuda y por intercesión de la Madre de Dios. Tener presente, valorar los sacramentos como caminos de salvación eterna. La huida de todas las ocasiones peligrosas. Y que podamos decir también nosotros, "muero como hijo de la Iglesia Católica", porque se trata de un vivir permanente con Dios y para Dios nuestro amado Padre.
Estas palabras suyas no las había leído antes, pensaba en la protestantización de la Iglesia Católica, pero no en el judaización.Luego he recordado al Padre Julio Meinville
" o ser cristianos adhiriendose a Cristo , o ser judíos. El que a sabiendas no se convierte sinceramente al cristianismo es judío con todas las perversidades satánicas de la raza estigmatizada."
El tenga oídos que oiga.
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LF:
A mí eso de RAZA no me gusta nada. De raza judía era Cristo y su Madre.
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