Discutían qué había que hacer con Jesús
Evangelio del lunes de la vigésimo tercera semana del Tiempo Ordinario:
Otro sábado, entró Jesucristo en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada: «Levántate y ponte en medio». Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo: «Extiende tu mano». Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
Luc 6,6-11
Dice el apóstol San Pablo que “sabemos que la ley es buena siempre que se use legítimamente” (1 Ti 1,8). Usar la ley para intentar “atrapar” a su autor -Cristo es Señor del sábado- o como excusa para impedir un bien -todo milagro es bueno-, es absurdo.
Pero absurdos eran aquellos que teniendo delante de sus ojos al Autor de la Vida, al Mesías profetizado, al Salvador, rabiaban por no saber qué hacer ante tanta autoridad y exhibición de poderío divino.
Siendo el sábado el día que debía consagrarse especialmente a Dios, ¿en qué cabeza podía caber que hacer el bien al próximo en semejante día iba contra la voluntad divina? Pues en la cabeza de aquellos que tenían el corazón endurecido por la soberbia.
Estemos atentos y vigilantes ante cualquier indicio de soberbia en nuestra alma, porque no hay peligro mayor que ese pecado, propio de Satanás.
Nosotros, por gracia, sabemos lo que hay que hacer con Jesús. Exactamente lo que mandó su Madre: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).
Señor, danos un corazón contrito y humillado, para que resistamos cualquier tentación de caer en manos del Enemigo de nuestras almas.
Luis Fernando
1 comentario
El punto es que curar milagrosamente una dolencia es una obra evidente de Dios, no una obra humana. Además, dado que Jesús solamente dijo "extiende tu mano", aún haciendo abstracción del hecho de que la curación era obra de Dios, no hubo violación del sábado ni por Jesús ni por el enfermo, porque no hubo trabajo humano alguno involucrado.
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LF:
No, la ley del sábado no era tan estricta como los fariseos pretendían. Hay otros pasajes parecidos en el Evangelio donde Cristo sí "obra" en sábado de forma bastante visible.
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