La Ley del Señor es perfecta; reconforta el alma

Salmo del viernes de la decimosexta semana del Tiempo Ordinario:

La Ley del Señor es perfecta; reconforta el alma. El mandato del Señor es firme, instruye al sencillo.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón. Los mandamientos del Señor son puros, dan luz a los ojos.
El temor del Señor es limpio, dura por siempre. Los juicios del Señor son veraces, son enteramente justos, más preciosos que el oro, que el oro más fino, más dulces que la miel que destila el panal.
Salm 19,8-11

¿Por qué la ley de Dios reconforta el alma? Porque cumplirla es signo de nuestro amor al Señor. Como dice el apóstol san Juan ”el amor de Dios consiste precisamente en que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son costosos” (1 Jn 5,2). 

No debe haber cosa más preciosa para el cristiano que cumplir la voluntad de Dios. Sabemos que Él quiere lo mejor para nosotros. Su ley, por tanto, no es una losa que nos axfisia sino camino de libertad. Y si la ley mosaica fue la maestra que nos llevó a Cristo (Gal 3,24), la ley de Cristo es la senda que nos lleva al Padre.

Mas como el Señor sabe de nuestra debilidad, nos colma de gracia para que podamos andar en santidad y cumplir sus mandamientos y para perdonarnos cuando caemos. De tal manera que no tenemos excusa para seguir viviendo en pecado.

Espíritu Santo, llénanos de santo temor de Dios para que podamos cumplir la voluntad del Señor y ser testigos de su gloria en este mundo.

Luis Fernando

3 comentarios

  
clara
Precioso salmo, LF. Gracias por traerlo aquí. Dios te guarde.
29/07/17 12:03 AM
  
Juan Sebastían.
Pues Claro... Dios siempre nos pone leyes como limites para que podamos vivir más felices. Un ejemplo : Mandamiento No. 6: "No cometerás actos impuros". Ahora bien, ¿puede ser feliz una persona que fornica o adultera? Pues de hecho no, lo que vemos es que las personas que fornican corren el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, y las que adulteran, aparte de este riesgo, corren el riesgo de perder sus familias, Bien dice usted cuando afirma que Dios nos pide obediencia es por nuestro bien, es decir que los mandatos que obedecemos son mandatos que fueron dados para nuestro bien.

29/07/17 12:37 AM
  
José Luis
Cuando encontramos palabras del Señor, nuestro corazón se llena de alegría. Las tormentas interiores que nos intenta tragar se desvanece: «Cuando me encontraba tus palabras, las devoraba. Tus palabras eran un gozo para mí, las delicia de mi corazón, porque yo llevo tu Nombre, Señor, Dios de los ejércitos» (Jer 15,16 ). Que tiempos más terrible cuando todavía no buscaba al Señor, cuántas miserias por no conocer la Palabra de Dios, pero el Señor nos da esa oportunidad a todos, unos enseguida aceptamos, otros prefieren ir por un camino distinto al que el Señor le ha indicado, que es el mismo que nosotros hemos comenzado, la oración, los sacramentos, la penitencia, conocer en profundidad la Sagrada Biblia, que es un maravilloso regalo para todos los que deseamos salvarnos.
29/07/17 9:36 PM

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