No tengáis miedo
Evangelio del sábado de la decimocuarta semana del Tiempo Ordinario
Jesús dijo a sus apóstoles:
No está el discípulo por encima del Maestro, ni el siervo por encima de su Señor. Al discípulo le basta llegar a ser como su maestro, y al siervo como su Señor. Si al amo de la casa le han llamado Beelzebul, cuánto más a los de su misma casa.
No les tengáis miedo, porque nada hay oculto que no vaya a ser descubierto, ni secreto que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que escuchasteis al oído, pregonadlo desde los terrados. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno. ¿No se vende un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto, no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos.
A todo el que me confiese delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero al que me niegue delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Mat 10,24-33
No tengamos miedo. Aunque nos insulten, aunque nos denigren, incluso aunque nos torturen y maten, no tengamos miedo. Podrán convertir nuestros cuerpos en despojos humanos pero el alma… el alma tiene como dueño al Señor, y ahí no tienen poder alguno.
El único miedo que debemos tener es no cumplir la voluntad del Señor. Pero si le imploramos que nos conceda hacer su voluntad, ¿nos negará ese deseo, que nace de la obra del Espíritu Santo en nosotros?
Confesemos a Cristo en le certeza de que no hay nada mejor que podamos hacer en esta vida. Confesemos a Cristo en la seguridad de que Él nos confesaré ante el Padre. Confesemos a Cristo, porque sin Él no somos nada y en Él lo podemos todo, conforme al propósito al que hemos sido llamados.
Señor Dios nuestro, derrama tu gracia en nuestros corazones para que seamos testigos valientes del Evangelio y confesemos a Cristo ante el mundo en cualquier circunstancia.
Luis Fernando
4 comentarios
¿No se vende un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre.
Ni un solo pajarito, bendito sea Dios que ganas de estar con nuestro amado y adorado Señor, lei esa parte y me ha marcado especialmente en el momento que estoy viviendo hay que confiar mucho en Nuestro Señor que su divina providencia es perfecta y no nos abandona es mentira que para ser feliz y pleno hay que ser desobediente, se puede ser obediente y un profesional exitoso por dar un ejemplo. Sigamos su voluntad y animo¡!!!
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