Si se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente, lo toleráis
Primera lectura del jueves de la undécima semana del Tiempo Ordinario:
¡Ojalá me toleraseis algo de locura!; aunque ya sé que me la toleráis. Tengo celos de vosotros, los celos de Dios, pues os he desposado con un solo marido, para presentaros a Cristo como una virgen casta.
Pero me temo que, lo mismo que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se perviertan vuestras mentes, apartándose de la sinceridad y de la pureza debida a Cristo. Pues, si se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que os he predicado, u os propone recibir un espíritu diferente del que recibisteis, o aceptar un Evangelio diferente del que aceptasteis, lo toleráis tan tranquilos.
No me creo en nada inferior a esos superapóstoles. En efecto, aunque en el hablar soy inculto, no lo soy en el saber; que en todo y en presencia de todos os lo hemos demostrado. ¿O hice mal en abajarme para elevaros a vosotros, anunciando de balde el Evangelio de Dios?
Para estar a vuestro servicio tuve que despojar a otras comunidades, recibiendo de ellas un subsidio. Mientras estuve con vosotros, no me aproveché de nadie, aunque estuviera necesitado; los hermanos que llegaron de Macedonia atendieron a mi necesidad. Mi norma fue y seguirá siendo no seros gravoso en nada. Por la verdad de Cristo que hay en mí: nadie en toda Grecia me quitará esta satisfacción.¿Por qué? ¿Porque no os quiero? Bien sabe Dios que no es así.
2ª Cor 11,1-11
Ciertamente son muchas las iglesias locales y los católicos repartidos por el mundo que no solo toleran a quienes les predican un Cristo y una fe diferentes, sino que les encumbran. De hecho, durante décadas hemos visto cómo la falsedad, la herejía y la apostasía han encontrado fácil acomodo en púlpitos, seminarios, cátedras, órdenes y congregaciones religiosas.
Tras medio siglo contemplando cómo se despreciaban estas advertencias de los apóstoles…:
Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea anatema!
Gal 1,9Todo el que se propasa y no se mantiene en la doctrina de Cristo, no posee a Dios; quien permanece en la doctrina, este posee al Padre y al Hijo. Si os visita alguno que no trae esa doctrina, no lo recibáis en casa ni le deis la bienvenida; quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas acciones.
2 Jn 9-11Lo mismo que hubo en el pueblo falsos profetas, también habrá entre vosotros falsos maestros que propondrán herejías de perdición y, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una rápida perdición. Muchos seguirán su libertinaje y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad.
2 Ped 2,1-2
… ahora recogemos el fruto del cisma y la apostasía. Tan culpable es el hereje como el que pudiendo impedir que difunda su herejía entre el pueblo de Dios lo consiente.
Mas Dios siempre se reserva un remanente fiel. Remanente que, indefectiblemente, sufrirá persecución. Remanente cuyas armas describe san Pablo en Efesios 6.
Cuéntanos, Señor, entre tus elegidos.
Luis Fernando
8 comentarios
Muchos dicen que todo esto suena exagerado pero está más cerca de lo que piensan.
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LF:
Mejor hacer ayuno y penitencia.
Las consecuencias del silencio de aquelos obispos son todavía desastrosas.
Ahora pasa lo mismo, aunque el fondo es mucho más grave.. La mayoría de los primeros llamados a defender la fe aprecian más el juicio de los hombres que el de Dios. O hay pronto una reacción significativa en defensa de la fe recibida que frene la herejía que se va introduciendo o pronto el cisma se habrá consumado,Pero los colaboracionistas-asi son las cosas humanas- se quedarán fuera de la Iglesia verdadera. .
Soy andaluza pero no tan exagerada.
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LF:
Je, je je.
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