Linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido
Segunda lectura del quinto domingo de Pascua.
Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros -como piedras vivas- sois edificados como edificio espiritual para un sacerdocio santo, con el fin de ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo que dice la Escritura: “Mira, pongo en Sión una piedra angular, escogida, preciosa; quien crea en ella, no será confundido".
Por eso, para vosotros, los creyentes, el honor; pero para los incrédulos: “La piedra que rechazaron los constructores, ésta ha llegado a ser la piedra angular", “y piedra de tropiezo y roca de escándalo". Ellos tropiezan, porque no creen en la palabra: para esto habían sido destinados.
Pero vosotros sois “linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido en propiedad, para que pregonéis las maravillas” de Aquel que os llamó de las tinieblas a su admirable luz.
1 Ped 2,4-9
Todos los hombres somos hijos de Adán. No todos los hombres son hijos de Dios en el Hijo, en Cristo. Como dice el evagelio de Juan:
…a cuantos le recibieron les dio la potestad de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Jn 1,12
Mientras estamos en el mundo, tomos somos ciudadanos de nuestras respectivas patrias. Pero los cristianos tienen otra ciudadanía:
…nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Fil 3,20
Y:
En cambio, la Jerusalén de arriba es libre, y es nuestra madre.
Gal 4,26
Por tanto, ¿qué sentido tendría que siguiéramos comportando como si fuéramos meros hijos de Adán, simples ciudadanos de este mundo? Cristo no nos rescató para que vivamos igual que los incrédulos. Si en el mundo se adultera, ¿seremos adúlteros? Si en el mundo se idolatra, ¿seremos idólatras? Si en el mundo se comete todo tipo de violencia, ¿seremos violentos? Como advierte San Pablo:
Pues, como dice la Escritura: “Por culpa vuestra es blasfemado el nombre de Dios entre los gentiles".
Rom 2,24
Y por ello nos exhorta el apóstol:
En otro tiempo erais tinieblas, ahora en cambio sois luz en el Señor: caminad como hijos de la luz
Efe 5,8
Señor, concédenos la conversión para andar conforme a la dignidad que nos has otorgado al comprarnos con tu sangre.
Luis Fernando
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