Y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna
Primera lectura del sábado de la cuarta semana de Pascua:
El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para oír la palabra del Señor. Cuando los judíos vieron la muchedumbre se llenaron de envidia y contradecían con injurias las afirmaciones de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: -Era necesario anunciaros en primer lugar a vosotros la palabra de Dios, pero ya que la rechazáis y os juzgáis indignos de la vida eterna, nos volvemos a los gentiles. Pues así nos lo mandó el Señor: “Te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta los confines de la tierra".
Al oír esto los gentiles se alegraban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna. Y la palabra del Señor se propagaba por toda la región.
Pero los judíos incitaron a mujeres piadosas y distinguidas y a los principales de la ciudad, promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. Éstos se sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se dirigieron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.Hech 13,44-52
Ante una misma predicación, los elegidos por el Señor para la vida eterna se convierten y los impíos se llena de ira y la rechazan.
Como dice el profeta Isaías:
La senda del justo es recta. Tú allanas al justo el sendero recto.
Is 26,7
Y:
Aunque se otorgue gracia al impío, no aprendería la justicia, aun en país honesto obraría la iniquidad, y no vería la majestad del Señor.
Is 26,10
¿Quién obra la redención de los destinados a la vida eterna?
Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un espíritu nuevo. Arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré mi espíritu en vuestro interior y haré que caminéis según mis preceptos, y guardaréis y cumpliréis mis normas.
Eze 36,26-27
¿Quién dará? Dios. ¿Quién pondrá? Dios. ¿Quién arrancará? Dios. ¿Quién hará que caminemos y guardemos sus mandamientos? Dios.
Y es que, como bien sabemos o deberíamos saber:
Dios es quien obra en vosotros el querer y el actuar conforme a su beneplácito.
Fil 2,13
Cuéntanos, Señor, entre tus elegidos. Obra en nuestras almas conforme a tu designio salvífico para que por tu gracia obremos en caridad y fidelidad.
Luis Fernando
2 comentarios
Gracias. Todo le ha llegado a su debido tiempo.
"El viento sopla donde quiere; tú oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni adónde va. Así acontece con todo aquel que ha nacido del Espíritu" (Jn 3, 8).
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