¿Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?
Primera lectura del jueves de la tercera semana de Pascua:
Un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo: «Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: «¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó: «¿Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?». E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: Como cordero fue llevado al matadero, como oveja muda ante el esquilador, así no abre su boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá contar su descendencia? Pues su vida ha sido arrancada de la tierra.
El eunuco preguntó a Felipe: «Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús.
Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: «Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó.
Hech 8,26-38
Leer la Biblia y meditar en ella es cosa buena, recomendable, beneficiosa para el alma. Pero no siempre es fácil comprender lo que aparece en la Escritura. El caso del eunuco etíope es ejemplo de ello, pero el propio San Pedro nos lo indica:
… y considerad que la longanimidad de nuestro Señor es nuestra salvación. Así os lo escribió también nuestro querido hermano Pablo según la sabiduría que se le otorgó, y así lo enseña en todas las cartas en las que trata estos temas. En ellas hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente -lo mismo que las demás Escrituras- para su propia perdición.
2 Ped 3,15-16
Vemos pues lo importante que es no solo leer las Escrituras sino entenderlas. Y es ahí donde la Iglesia juega un papel fundamental. En el caso del eunuco etíope el Espíritu Santo envió a un diácono para que entendiera. En nuestro caso, el Señor nos permite acceder a veintiun siglos de Tradición y magisterio.
Por tanto, el Sola Scriptura protestante es desechado en la misma Escritura. La Iglesia, columna y baluarte de la verdad (1 Tim 3,15), es verdadera Maestra. Es por ello absolutamente necesario rogar al Señor para que disperse todo humo de Satanás que se cuele en ella.
Señor, concede a tu Iglesia verse libre de falsos maestros que adulteran tus enseñanzas y concédenos beber de la fuente de la sana doctrina.
Luis Fernando
4 comentarios
... y en la existencia de internet. Debido a que la mayoría de consagrados no predica, ni evangeliza ni catequiza (Barcelona, Cataluña), pues me he debido de buscar ejemplos por internet en reputados consagrados o laicos profetas, o guerreros de la fe. Así es. Pero no es lo mismo que ver en carne y hueso al predicador. Pero si no se deja ver, bueno es internet.
Reseñas (...) "vemos pues lo importante que es no solo leer las Escrituras sino entenderlas. Y es ahí donde la Iglesia juega un papel fundamental. En el caso del eunuco etíope el Espíritu Santo envió a un apóstol para que entendiera. En nuestro caso, el Señor nos permite acceder a veintiun siglos de Tradición y magisterio·.
Totalmente de acuerdo, y habria que recordar que hay una orden de clausura - no recuerdo cual - que unos parrafos de las Escrituras les dan para muchisima metidación y reflexión durante tiempo, es como saborear un delicioso manjar, y como es de Dios, siempre no dejara apetito para seguir en el conocimiento de más palabra. Por eso los Maestros son tan necesarios y " tan imprescindible ", necesitamos que no hablen y hagan alimento para nuestra alma, de la misma manera que una Madre aplasta el alimento con un tenedor, para poder alimentar a su niño. Y por eso es tan importante, a la vez, y lo mencionas, rogar al Espiritu Santo las Gracias suficientes para cumplir con nuestra misión - todos tienen la suya - e ilumine nuestra mente hacia Dios, ello hara mucho bien a las almas que nos rodean, las que vamos conociendo o en nuestro labor de cada día. Como se suele decir " enseñar al que no sabe ", una semilla que Dios hara fructificar cuando la Providencia lo tenga dispuesto.
No estoy de acuerdo que se entienda como que el ignorante y el débil interpretan la Escritura torcidamente, y por ello, obtienen su propia perdición así como así, pues para que exista dicha perdición, se requiere obligatoriamente que haya conocimiento y consentimiento perfectos para que de esta manera se pueda pecar mortalmente y, por ello, "perderse".
Los responsables de que existan ignorantes y débiles son los predicadores que no hablan de lo que deben de explicar.
Además, hay muchos que somos ignorantes y débiles en muchos aspectos, porque no encontramos casi ningún pastor competente.
En escatología apocalíptica, un tema apasionante para mí, dado que vivimos desde la resurrección de Cristo en el tiempo de los anticristos, que son tipos históricos del antitipo del Anticristo final y definitivo, casi no hay estudios teológicos completos y fiables: campo abonado con gran facilidad para sectas y desviaciones, heterodoxias y opiniones.
Pienso que es un gravísimo error de la Iglesia Católica no hablar para nada de la escatología.
Precisamente por ello, la Iglesia ha perdido un eje precioso, la escatología apocalíptica, lo que hace que, por un lado, perdamos por completo el sentido teológico de la historia, y por otro, también provoca que la soteriología o economía de la salvación (nuestro presente con los novísimos), gire locamente sin racionalidad ni sentido: ¿cuál es el sentido de nuestra existencia y de la historia humana?
La economía de la salvación ha perdido el eje que la fija y racionaliza: hoy hay anticristos, los cuales son ejemplos arquetípicos del Anticristo, y el objetivo final de la historia humana es el Anticristo y luego el Reino de Cristo con los santos. ¡No se explica porque la escatología o no existe, o es un símbolo, o es espiritual, o ya pasó o es el presente actual!
Además, la Iglesia Católica, desde el Vaticano hasta la última diócesis y congregación, han perdido dos ejes fundamentales: el referido escatológico, y el eje protológico hamartigénico (los orígenes del hombre y el origen del pecado original, individual y social), ha destruido de la predicación tanto la caída de Adán en el Edén, el protoevangelio, Caín y Abel, Enoch, y la torre de Babel.
Actualmente tenemos, por tanto, soteriología o economía de la salvación sin protología hamartigénica (¿de dónde venimos?) y de escatología apocalíptica (¿adónde vamos?). Y así nos va. Mucho amor, pero sin lucha, sin verdad y sin justicia. Sin orígenes ni destino.
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