Tenéis que nacer de nuevo
Evangelio del lunes de la segunda Semana de Pascua:
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
Jesús le contestó: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le pregunta: «¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?».
Jesús le contestó: «En verdad, en verdad te digo: El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Jn 3,1-8
¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo?, preguntó Nicodemo. Y cabe añadir, ¿cómo puede nadie nacer de motu proprio? La vida se nos regala siempre. Es un don. No es algo que obremos por nuestra propia voluntad.
Nuestros padres nos engendraron y nacimos en la carne. Volver a nacer en el espíritu es obra del Espíritu Santo. Y es Él quien nos lleva de acá para allá, conforme a la voluntad de Dios.
El hombre que sólo ha nacido en la carne es hijo de Adán. El hombre renacido en el Espíritu es hijo de Dios en el segundo Adán, Cristo Jesús:
Así está escrito: “El “primer” hombre, “Adán", fue hecho ser vivo"; el último Adán, espíritu que da vida.
1 Cor 15,45
Espíritu Santo, concédenos andar conforme a la naturaleza que nos otorgaste al hacernos nacer de nuevo, para que nos comportemos como fieles hijos de Dios.
Luis Fernando
3 comentarios
Meditemos cual es la libertad y franqueza porque se puede tentar y blasfemar al Espíritu Santo y tener la sentencia ganada (Hechos 5:9):
En tiempos de Jesús los fariseos tenían una idea de concreción de la fe y eran muy rígidos en estas órdenes e ideas y le planteaban a Jesús 3 veces aquel sínodos que podían “divorciarse y hacer acta de repudio a sus esposas” (cualquier excusa era válida para tener otro y otro consorte, minimizando al ser humano a un simple objeto), igual veían el suicidio así mandaban a Judas a la soga, y estos tenían en su “conocimiento de libertad en ese discernimiento demoniaco una idea ambigua de libertad, de franquea de la predicación de la Ley y el pueblo estaba muy confundido, porque esa franqueza y libertad pisaba al pueblo , la viudas y los niños/as, a los débiles y no era libertad sino esclavitud y yugo el yugo del pecado. Estos tenían una idea concreta de amor, pero esa de un amor esclavo un adulterio disfrazado de buenas intenciones. Y por esta razón ven en Jesús el sujeto a exterminar.
Estos “poseídos demoniacos anticristos” no aceptaban “las dudas del pueblo que pedía razones” de esa mentalidad liberal, al ver tanta injusticia, mujer abandonada y niños sin padres, enfermos aparatados, tanta indiferencia. Eran discriminados de plano. Era normal ver familia uni-parentales (sucede así por todos lados y todos los tiempos) y mujeres morir solas abandonadas y así ya nadie cree en nada, ni palabra de nadie.
En cambio el Espíritu de Libertad y Franqueza que nos va preparado este tiempo es un espíritu firme, es una “PERSONA CONCRETA” que actúa en la persona concreta en el Espíritu por Jesucristo.
Sin embargo esa idea temeraria de creer que podemos burlar al espíritu, no tiene otro fin que la muerte. De Hecho San Pedro es simple testigo de aquello dos veces ante aquella pareja que busca “justificarse y aparentar un buen fin” Hechos 5;30-32.
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LF:
Vale, pero eso, ¿qué tiene que ver con el contenido del post?
Gálatas 3:27
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