El hermano Hans ya no quiere suicidarse
Hace dos años y medio publicamos la noticia de que el teólogo Hans Küng estaba meditando si poner fin a su vida debido a que padece la enfermedad de Parkinson. A lo que se ve, ha decidido desechar semejante idea, o al menos retrasarla. Hoy mismo el diario El País publica una especie de artículo suyo en el que informa que el Papa Francisco ha respondido a un llamamiento que hizo al pontífice el pasado mes de marzo para que se establezca un debate sobre el dogma de la infalibilidad papal.
De la carta del Santo Padre sólo nos copia literalmente el encabezado: “lieber Mitbruder” (Querido hermano). Luego nos cuenta su interpretación de las palabras del Papa, pero comprenderán ustedes que me fíe lo justo de dicha versión. Para saber y opinar sobre lo que el Papa le ha dicho, habrá que leer el texto completo de la carta papal.
Es sabido que Küng lleva toda la vida empeñado en no aceptar la fe católica en su integridad y en hacer campaña contra algunos de sus dogmas. Sobre todo contra el dogma de la infabilidad papal. En su “llamamiento” decía:
Es apenas concebible que el papa Francisco hubiera pretendido establecer una definición de la infalibilidad papal como la que, en el siglo XIX, promoviera Pío IX con buenas y no tan buenas mañas. Tampoco es imaginable que Francisco tuviera interés, como Pío XII, en la definición de un dogma infalible acerca de María.
En realidad, lo apenas concebible es que con Pío IX y Pío XII Hans Küng no hubiera sido excomulgado. A Todo lo más que se llegó, durante el papado de San Juan Pablo II, fue prohibirle enseñar teología católica. Pero, hasta donde yo sé, ni siquiera se le suspendió a divinis. Es una de esas cosas curiosas que pasan en la Iglesia posterior al Concilio Vaticano II. Hay un código de derecho canónico que establece que quien niega pertinazmente un dogma de fe -caso de Küng- queda excomulgado. Pues bien, es como si no existiera esa ley canónica, que no deja de ser reflejo del mandato de los apóstoles, que sin la menor duda excomulgaron a los herejes de su tiempo.
En realidad, al señor Küng no le apetece debatir sobre el dogma de la infalibilidad. Quiere sencilla y llanamente que sea abrogado. Si de paso nos cargamos los dogmas sobre la Inmaculada Concepción y la Asunción de María, pues pelillos a la mar.
La cuestión es que si se acepta debatir y cuestionar un dogma, ¿qué impide hacerlo con todos? Ya puestos, podemos debatir sobre el dogma de la Trinidad, el dogma cristológico, todos los dogmas sobre los sacramentos, etc. Alguno me dirá que no todos los dogmas son igual de importantes. Vale, de acuerdo. Pero ¿quién decide a partir de qué grado un dogma es discutible o no?
Seamos serios. El dogma de fe no solo es verdad revelada por Dios, de la que la Iglesia es simple testigo que la difunde. Es también un dique contra la inundación del relativismo y la herejía masiva. Si se quiebra el dique de una presa, lo que se produce no es una simple crecida del río, sino una inundación destructiva que arrasa a su paso todo lo que se encuenta. Si hasta los dogmas son discutibles, todo es discutible. Si no hay firmeza en la fe en aquello que ha sido definido infaliblemente -por un Papa o por concilios- no hay fe católica posible.
Si lo que se quiere es acabar con el catolicismo, hay que concederle a Küng la posibilidad de que se pueda disctuir lo indiscutible. Eso no sería el suicidio de un teólogo extraviado. Sería el suicidio de la Iglesia Católica. Jesucristo, su cabeza, no lo permitirá.
Luis Fernando Pérez Bustamante
46 comentarios
Su gigantesca soberbia le sobrevivirá 48 horas.
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LF:
Küng está tan excomulgado que celebra Misa cuando quiere sin que nadie se lo impida.
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LF:
Usted cree a Küng cuando dice que el Papa le ha dado esperanzas al cuestionar la infalibilidad papal. Yo no. Si publica la carta y vemos que sí, pues ya diremos lo que haya que decir. Bueno, en realidad yo ya lo he dicho. No voy a cambiar ni una sola coma de este post si tal cosa ocurre. El CDC dice que es excomulgado no solo quien niega un dogma, sino quien lo pone en duda pertinazmente. O sea, no es discutible. Punto.
Pero vamos, que no va a pasar eso. Tengo muy claro que si la carta del Papa dijera lo que Küng interpreta que dice, el suizo la habría publicado íntegra. Y no lo ha hecho.
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LF:
A ver, hijo de Adán, es imposible que tú entiendas nada de las cosas que tiene que ver con la fe:
1ª Cor 2,14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Que tú opines sobre estos temas tiene tanto valor como si yo opino sobre la solución de algún teorema matemático todavía no resuelto por los matemáticos. Así que hazte el favor de no mostrar que además de ignorante eres necio, llamando tontos a los que sí saben.
Le sugería que ya que los papas han sido tan "falibles", por qué no asumiría él mismo el pontificado supremo.
La respuesta fue: "¡No!, porque en tal caso dejaría de ser infalible".
Si Hegel ha "definido" ya, que el insuperable ápice del pensamiento se encontraba en sus tesis - antítesis y síntesis, no hay quien nos salve
de estos Nibelungos (= hijos de las tinieblas).
Esa función correspondería a Doctrina de la Fe, heredera de la antigua Inquisición, que fuera un león cumpliendo su grave misión. En cambio el moderno dicasterio es meramente decorativo.
Se impone pues una reforma de la Curia pero EN SERIO: hay que volver a la Inquisición, en la forma que sea, para exista juzgamiento y sanción para los heterodoxos.
Que no teman quienes se la pasan despotricando contra la Inquisición, pues ahora no va a correr sangre. Simplemente serían excomulgados de una Iglesia en la que no creen, así que señores, no pasará nada.
O sí: tendrían que ponerse a buscar trabajo.
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LF:
No, no carece de la forma. Carece de la voluntad. Que es muy distinto.
De vez en cuando hacen algo, así como para disimular. Pero vamos, Küng es ejemplo claro y evidente de lo que ha pasado en el último medio siglo.
- Si tú crees que el purgatorio existe, entonces existe para tí, pero si tú crees que no, entonces no existe para tí.
Esto es lo que me dijo un teólogo de Barcelona.
Y creo que sí habrá una reforma de la infalibilidad, si creemos en lo que dice Hans y el ejemplo anterior, que demuestra el estado de una parte [importante] de la Iglesia afectada de modernismo:
"El papa Francisco no fija limitación alguna. De esta forma, corresponde a mi deseo de abrir un debate libre sobre el dogma de la infalibilidad. Personalmente concluyo que este nuevo espacio de libertad debe ser aprovechado para avanzar en el esclarecimiento de las declaraciones dogmáticas controvertidas en la Iglesia católica y la ecúmene."
En mi opinión, la reforma puede ir así: el Papa realizará declaraciones dogmáticas infalibles "según su conciencia", en "discernimiento" según la "situación" del tema. El Papa juzgará emitir una proposición dogmática.
Y cada católico podrá juzgar si tal proposición dogmática pontificia es o no asumible aún, si se puede hacer o no la "integración" del dogma pontificio infalible.
Así, según su "conciencia", de acuerdo con la "situación" personal, mediante "discernimiento en el foro interno" con otro sacerdote, "integrará" en los elementos que le sean posibles, la totalidad o la mayor parte posible de los conceptos integrantes del dogma.
Así, si María es virgen antes, durante y después del parto, uno podrá negarlo todo, negarlo en parte o asumirlo por completo según su conciencia.
En los tres casos, hace el bien y no peca, pues lo importante es actuar conforme el nuevo constructo eclesial: discernir, valorar, comprender, asumir, integrar, actuar en conciencia, foro interno, decidir en asociación con un sacerdote, tener en cuenta la situación personal.
Y aquí paz y después gloria.
Después de más de tres años, creo que no darse cuenta de que S.S. Francisco siempre habla a través de terceros es grave.
Y siempre acaba moviendo ficha. Lo veremos. Y haremos mucha apologética para encubrirlo o calmar nuestra conciencia, pero el golpe estará dado: ambigüedad y nunca aclaración sobre la interpretación correcta.
Entonces, ¿por qué no vamos a poder discutir los dogmas?
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LF:
Lo sé:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1310010708-hay-que-rezar-por-hans-kueng
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LF:
Solo faltaba que se le permitiera enseñar teología católica a un señor que niega dogmas de fe católicos.
Bueno, no sería el único que lo ha hecho.
Los dogmas no se debaten. Se aceptan por fe.
Según veo, uno de los sitios que publicó sus alegaciones le solicitó exhibir la carta pero Küng denegó, entonces le publicaron la nota pero salvando la responsabilidad.
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LF:
No cuela. Si quiere que le creamos, que muestre la carta.
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LF:
Puede que eso haya sido así hace tiempo. Ahora lo dudo. De hecho, no ataca. Se conforma con recibir cierta atención mediática.
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LF:
A mí eso me preocupa pero no me angustia. Mientras no se toque el depósito de la fe, nada es irreversible. Ciertamente se crea mucha confusión, daño pastoral, etc, pero sigue abierta la puerta para una verdadera reforma. Y si no, como dice el P. Iraburu, será la apostasía. Y tras la misma, Cristo vuelve.
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LF:
No tengo ni idea.
Decimos que hay pastores buenistas, pero la Palabra de Dios ofrece una expresión más severa. Les llama simplemente malos pastores.
PREGUNTÉMOSNOS PUES: ¿El asuntos de religióN y hasta el día de la fecha: El Papa se ha equivocado, o ha enseñado algo que no sea verdad?
Si no hay respuesta certera: Mejor callarse sobre este tema DE LA INFALIBILIDAD DEL PAPA
Porque yo si que sé y lo sé en conocimiento de causa que MARIA, LA VIREGEN MARÍA; LA INMACULADA: POR EL PODER DEL DIOS PADRE: FUE CONCEBIDA SIN EL CONCUPISCENTE YUGO DEL PECADO ORIGINAL. PECADO ÉSTE QUE A TODO OTRO HUMANO QUE NO SEA JESÚS EL CRISTO CONDICIONA A PECAR.
Por otra parte, si Küng no cree que el Papa sea infalible, tampoco sería infalible una eventual anulación o derogación del dogma de la infalibilidad pontificia, con lo cual nunca estaríamos seguros de si realmente el Papa es infalible o no.
«No podía yo imaginar entonces el gran espacio de libertad que, pocos días después, abriría el papa Francisco en su exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia. Ya en la introducción declara que “no todos los debates doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltos con intervenciones magisteriales”. Se posiciona contra “una fría moral de gabinete” y se niega a que los obispos sigan comportándose como “controladores de la gracia”. Considera que la eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un “alimento para los débiles”. Cita con frecuencia las declaraciones del Sínodo de los Obispos y de las conferencias episcopales nacionales. No quiere seguir siendo el único portavoz de la Iglesia. Este es el nuevo espíritu que siempre esperé del Magisterio».
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LF:
Pues nada, yo estoy encantado de que este señor piense que todo el debate de estos dos sínodos no haya sido objeto de intervención magisterial posterior. Total, ya teníamos un magisterio magnífico al que atenernos.
Pero si piensan que de ahora en adelante no habrá magisterio que cierre asuntos de forma definitiva... que se olviden. Eso sí, don Hans seguramente no lo verá.
Con la llegada del Vaticano II, o coincidiendo con ella, desapareció de los seminarios la asignatura de Apologética, pues se creyó que la fe no se podía demostrar. Prohibido demostrar nada. Aquello significó la deserción de la razón. Actualmente aquella asignatura menospreciada ha encontrado sitio en las páginas de Internet, donde está consiguiendo más de una conversión. También fueron echadas de mala manera asignaturas como la Mística y la Mariología, porque parecían ridículas, pero hoy vuelven, aunque con ciertas reticencias. También desapareció el famoso Tratado de Gracia, punto esencial de la teología, que nos decía que la vida del cristiano consistía en una corriente de vida sobrenatural que circulaba por su alma y se adquiría por los sacramentos y las buenas obras. Fue sustituido por una innovadora Antropología teológica, que por entonces al menos a algunos nos sonaba bastante horrible, acostumbrados aún al antiguo Tratado de Gracia. Luego se habló de Antropología cristiana, que ya sonaba algo mejor. Aquello asestó un golpe mortal a la vida de piedad y a la vida sobrenatural, que eran expresiones muy frecuentes en las exhortaciones diarias de nuestros superiores. Sin embargo, soplaban vientos nuevos, que auguraban tiempos muy prometedores. Lo parecían. En realidad se trataba de fuertes vendavales, como el ya citado Nuevo catecismo para adultos, y de tramontanas alpinas, como las obras de Hans Küng, que lo arrasaron todo. Hoy ya nadie las mira, pero hicieron su trabajo: contribuir a la demolición de la Iglesia. Ahora le toca a Dios rehacerla, seguramente mejor que antes y ya veremos cómo actúa. Hans Küng (en español, Juan Rey), dotado de un gran talento, había escrito libros espléndidos antes de finalizar el Concilio Vaticano II, cuando era un joven sacerdote, rubio y agraciado, entregado al apostolado de la juventud “in illa quae sunt ad Deum” (He 1,5), es decir, en las cosas que son de Dios. Y como él, muchos otros, como el por aquel entonces gran Schillebeecks, dominico, que definió “Jesucristo como el sacramento de Dios en medio de los hombres” y que escribió un libro magistral sobre la Virgen María titulado María, madre de la redención, que no ha perdido frescura. Todos los teólogos del Concilio Vaticano II parecían espléndidos y seguramente lo eran. Después la rabiosa novedad lo malogró todo. Ahora que tenemos un Papa alemán no sería de extrañar y sí una bendición del cielo, que este enfant terrible de la Iglesia que ha sido Hans Küng, se retractara de los posibles errores modernistas que tanta confusión crearon entre las filas mejor equipadas que había tenido jamás la Iglesia a lo largo de su dilatada historia: teólogos y licenciados en todas las ramas del saber, una juventud entusiasta y osada, intelectuales privilegiados surgidos de los grandes colegios religiosos, como los jesuitas, hijos de las mejores familias de cada país, leaders, etc. de los cuales algún día deberán escribirse sus nombres para conocer su trayectoria en el mundo, ellos que estaban destinados a ocupar los cargos más altos (cardenales y obispos) de la institución más antigua del mundo, como es la Iglesia. ¿Qué habrá sido de ellos? Y, por citar un ejemplo entre mil, el español Francisco García Salve, Paco para los amigos y brillante como pocos, que incluso escribió un librito para aprender el yoga.
Aunque exagerado e injusto el Giuliano della Rovere, uno echa en falta estas reacciones un poco primitivas, pero que enseñan que a la autoridad de la Iglesia, tanto a su cabeza como a su magisterio, ni se le tutea ni se le trapichea.
Ante un Papa verdaderamente enérgico, este ilustre "perseguido" no viviría como un rey a costa de la Iglesia en su riquísima villa junto al lago Leman.
Sin una ayuda extraordinaria del Espíritu Santo a lo largo de los siglos la enseñanza de Cristo trasmitida por los apóstoles,la Iglesia de Jesús se habría convertido en una secta pachanguera.
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LF:
Yo regresé al cristianismo a través del protestantismo. Efectivamente el Señor obra como bien le parece.
No voy a admitir un debate sobre el Syllabus. No es el tema del post.
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LF:
Bueno, cuando estaba en la Nueva Era me atrajo la figura de Cristo tal y como se presentaba en los Caballo de Troya de JJ. Benítez... y ahora no se los recomendaría a nadie, :D
Ojo con no encontrarnos con un Cristo falso, que hay muchos.
Hoy en mi parroquia una reunión. Nos pone el mismo párroco del que hablaba, un pequeño reportaje sobre una nueva orden religiosa de sudamérica. Unas monjas muy alegres, cantando y bailando en una coreografía que hubiera merecido ser llevada a cualquier concurso de baile de televisión.
Palabra de honor, que he sentido vergüenza ajena; me ha faltado taparme la cara y ganas no me han faltado.
Reacción de toda la concurrencia: Aplausos.
Recuerdo mi libro de Primera Comunión, en el que se veían viñetas sobre lo muy peligroso que era el baile. De ahí hemos pasado a que sean unas monjas las que bailen, hábitos incluídos, con el beneplácito de la concurrencia.
Muchas órdenes va habiendo ya. Demasiadas tal vez.
No sé qué pensaría Santa Teresa de todo ésto. Ahora falta que alguien me diga que lo vería muy bien.
Indudablemente esta religión no es la que se me enseñó de niña.
Hamlet, príncipe de Dinamarca.
Saludos cordiales.
Este artículo sobre Küng me ha llegado a través de Facebook. Lo leo entero y algunos comentarios, provocando en mí un fuerte rechazo. Ni una palabra de comprensión y de caridad, sólo desdén, desprecio, condena...
Veo que sigue habiendo bastantes gentes para quienes los dogmas están antes que las personas.
¿Creen Vds. que mereció la pena que el Cristo viniera a enseñarnos?
P.S.: Supongo que mi invectiva no merecerá ser publicada; me basta con que el administrador la lea. Tal vez así sus conocimientos, de los que presume, se cristianicen un poquito, aunque se corra riesgo de ser menos 'ortocatólicos'.
Cristo no fue nada ortodoxo... según quiero recordar.
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LF:
¿Sabe lo que pasa? Que no profesamos la misma fe. Eso es todo. Hablamos distintos idiomas aunque a veces usemos las mismas palabras.
¿No profesamos la misma fe y es problema de palabras? Eso dice Vd. y lo siento por quienes se fijan más en conocimientos teológicos que en la persona del Cristo, encarnada en las de nuestro entorno, cristianos o no.
Entre esas personas está Küng, no por teólogo, sino por hombre redimido y, además, enfermo.
No pretendo discutir ni ofender a nadie, sino ser sincero. Y creo que algunos comentaristas harían bien en repensar lo que escribieron en su momento, algunas cosas que dudo que pudieran ser suscritas por Jesús el de Nazaret. ¿Examen de conciencia sería eso?
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LF:
Mire lo que ha dicho el cardenal Müller de Küng el pasado martes. Le copio de la crónica de José Manuel Vidal, que es muy favorable al suizo Müller dijo de él que "no sólo ha criticado a los Papas como personas, sino también a la institución" y le tachó de hereje en toda regla. Primero, porque "ni su cristología ni su eclesiología son católicas". Y, además, "no cree en la divinidad de Cristo ni en la Santísima Trinidad". En segundo lugar, Müller, tras señalar que "la infalibilidad es un dogma, un tesoro y la esencia de la eclesiología católica", arremetió de nuevo contra Hans Küng: "No puede decir que se siente justificado por el Papa".
Dicho lo cual, yo pedí que se rezara por Küng cuando manifestó su intención de suicidarse. Por muy hereje que sea, no podemos desear ningún mal para él. Eso de que está redimido, no lo tengo nada claro. Quien es hereje a conciencia, está al borde de la condenación. Pero ya lo decidirá Dios cuando toque.
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