El Fiat de Cristo espera tu Fiat
Se puede decir que el camino al Calvario comenzó en Getsemaní. Si el Fiat de la Virgen María al arcángel Gabriel abrió las puertas a la Encarnación, el Fiat de Cristo al Padre en aquel huerto abrió las de nuestra redención.
María, llena de la gracia de Dios, pudo imaginar las dificultades por las que pasaría al aparecer embarazada a pesar de no estar todavía casada con San José. Fue necesario que un ángel advirtiera a aquel hombre santo y justo que el hijo de su desposada era del Espíritu Santo. Aun así, ella dijo sí a Dios.
Sin embargo, Cristo no necesitaba imaginar nada. Sabía que, siendo el Verbo de Dios, iba a verse abofeteado, escupido, vejado, insultado, azotado, coronado con una cruz de espinas, crucificado…
Y siendo tan humano como divino, su sufrimiento alcanzó un momento culmen. Así nos lo cuentan los evangelios. Cito dos:
Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: “Sentaos aquí mientras yo voy allá a orar". Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: “Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo".
Y adelantándose un poco, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: “Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres tú.”
Y viniendo a los discípulos, los encontró dormidos, y dijo a Pedro: “¿De modo que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para no caer en la tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es flaca".
De nuevo, por segunda vez, fue a orar, diciendo: Padre mío, si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Y volviendo otra vez, los encontró dormidos; tenían los ojos cargados. Dejándolos, de nuevo se fue a orar por tercera vez, diciendo aún las mismas palabras.
Mat 26,36-44
Y:
Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba, diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Se le apareció un ángel del cielo, que le confortaba.
Lleno de angustia, oraba con más instancia; y sudó como gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra.
Luc 22,41-42
Las gotas de sangre del huerto de Getsemaní fueron redentoras. Nunca el hágase tu voluntad del Padrenuestro costó tanto. Nunca antes el amor había triunfado de tal manera sobre el pecado. Un triunfo coronado en el sacrificio de la Cruz.
Nuestros pecados le costaron a Cristo no solo el dolor físico sino un inimaginable dolor y angustia del alma: “Triste está mi alma hasta la muerte". La muerte redentora dio comienzo con esas palabras del Salvador.
Ahora que entramos en Cuaresma, ¿es mucho pedir que demos nuestro Fiat al Señor para alejarnos de los pecados que nos siguen separando de Él y que llevaron a Cristo al Calvario?
Tenemos algo más que un ángel para consolarnos. Tenemos la gracia que el Salvador obtuvo para nosotros en la Cruz, a fin de obtener no solo el perdón sino el querer y el poder librarnos de la esclavitud del pecado. Tenemos el Espíritu Santo que busca morar plenamente, sin resistencia alguna a sus mociones, en nuestros cuerpos mortales a modo de templos.
Meditemos en el sufrimiento que llevó a Cristo a sudar gotas de sangre por nuestros pecados. Sintamos la gravedad de los mismos. No para condenarnos, no para angustiarnos por ellos, sino para que nuestras almas exploten de gratitud al Salvador por semejante sacrificio.
Sintamos dolor y aflicción por nuestros pecados mientras imploramos del Padre la gracia para dejarlos a un lado, para avanzar en el camino de la santidad que nos llevará a la plena comunión con Él.
El Fiat de Cristo al Padre es preludio de nuestro Fiat. Podemos nosotros decir que sí a la voluntad del Padre, sea la que sea, poque primero lo hizo Cristo, nuestra Cabeza. Al Redentor, sin pecado, el Padre le hizo pecado (2ª Cor 5,21) para que seamos libres de nuestros pecados, para que obtengamos el perdón, para que sea ligero el yugo de nuestras propias cruces.
Tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión, tiempo de Getsemaní, tiempo de Calvario, tiempo de redención, tiempo de crecimiento en santidad por pura gracia de Dios, tiempo de nuestro Fiat.
Luis Fernando Pérez Bustamante
11 comentarios
Lo escribo...y no puedo contener las lágrimas. Era de noche. Luego, he visitado ese lugar en otras ocasiones, alguna también de noche.
Jesús tenga piedad de todos nosotros.
Los judios «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.»Ante los juios Jesús es blasfemo y debe morir.
Es una tremenda reflexión para el cristiano ,ser hijo de Dios en Jesús, los cristianos coptos ajusticiados el otro día por ser cristianos ,hijos de Dios ,intolerable hoy día ,así que examinemos nuestro Fiat o si tenemos mucho miedo la huida ¿y adónde? La muerte nos espera, la esperanza resucitar, ¿qué tipo de muerte se me avecina? O cementerio o participar de la divinidad ,de nosotros depende.
Tengo la impresión, como intuyó la Beata Ana Catalina Emmerich, en una las páginas más estremecedoras de "La amarga pasión", que el Señor vio entonces los pecados inmensos que debía redimir. Sobre todo los futuros pecados de los cristianos.
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LF:
Todo a la vez, supongo. En todo caso, el Señor sabía los pecados inmensos que había de redimir antes incluso de encarnarse. Era Dios. Y Dios lo sabe todo.
Si, ellos dieron su Fiat ya a Jesús y con Él, el inmenso dolor generado a sus familias que se quedan. Su Fiat de entrega sin remedio posible de quedarse ,Mártires de Cristo a manos de otros hombres.En Francia miles de personas apoyaron a las victimas por la libertad de expresión y aquí sigue habiendo victimas cristianos ¿acaso no son victimas lo mismo? Unión de Sangre es Amor dar la vida.
“Recordando a estos hermanos que han sido muertos por el sólo hecho de confesar a Cristo,"
Sigue diciendo el Papa" que nos animemos mutuamente a seguir adelante con este ecumenismo que nos está alentando el ecumenismo de la sangre."
Bellamente expresado ,un ecumenismo nos llama y no es de ideas ,es martirial ,ellos los que murieron por Cristo son nosotros, sI la sangre no llama a la Unidad entre nosotros estamos en otra onda que no es el Evangelio,
Ecumenismo de sangre, es tan triste que tengamos que llegar a la unión de todos los cristianos por la sangre de estos mártires como la de Jesucristo, tenemos la misma comunión en la sangre de Cristo así que unidad en la sangre, no defraudemos a nadie.
Sigue diciendonos Francisco .Los mártires son de todos los cristianos, recemos unos por los otros”, Rezar, entrega Dios y a los hermanos .
«La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida... Conversión consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro verdadero Creador, que dependemos del amor. Esto no es dependencia, sino libertad. Convertirse significa, por tanto, no perseguir el éxito personal, que es algo que pasa, sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor para que Jesús se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en «mi todo en todo». Quien se deja conquistar por él no tiene miedo de perder la propia vida, porque en la Cruz Él nos amó y se entregó por nosotros. Y precisamente, al perder por amor nuestra vida, la volvemos a encontrar.» (Benedicto XVI)
A la conversion se entra por el padecimiento de nuestros pecados,que nos llevan al pie de la Cruz,a clamar al Crucificado. Es es el punto central del cosmos,de todo lo existente,esa es la obra mas gloriosa de la creacion ;el Señor muriendo por nosotros y nosotros naciendo a la salvacion.
Para mi ser de Cristo,pasa ineludiblemente,por contemplar el momento cumbre del Amor humano de Cristo,que haciendonos morir al amor humano desordenado,nos da a Luz al Amor divino.
La Paz de Cristo.
Velad y orad, nos recomienda.
¡Feliz y plena Cuaresma a todos!
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