La misericordia de Dios
La misericordia divina es mucho más que el perdón de pecados, aun siendo este perdón esencial para que podamos vivir en comunión con Dios.
Dice el salmista:
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador, y yo espero en ti todo el día.
Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor, porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto:por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.
Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad, para los que observan los preceptos de su alianza.
¡Por el honor de tu Nombre, Señor, perdona mi culpa, aunque es muy grande!
¿Hay alguien que teme al Señor? El le indicará el camino que debe elegir.
Salm 25,4-12
Y:
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!
Salm 51,1-2
¿Qué es, sino misericordia, que el Señor te muestre sus senderos? ¿qué es, sino misericordia, que Dios marque el camino a seguir? Perdona nuestros pecados, nos purifica y nos pone senderos de santidad ante nuestros pies. ¿Habrá mayor misericordia que esa?
Sigue diciendo el salmista:
Muéstranos, oh Yavé, tu misericordia, y danos tu salvación.
Escucharé lo que hablará el Señor, porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura.
Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.
La misericordia y la verdad se encontraron. La justicia y la paz se besaron.
La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.Salm 85,7-11
¿Sabéis donde se encuentran la misericordia y la verdad? ¿intuís donde la justicia y la paz se besan? En la cruz y en la gracia de Dios. Esa cruz en la que Cristo carga con el peso de nuestros pecados. Esa gracia por la que se nos perdona y se nos capacita para andar en la verdad.
Mirad a Cristo obrando la misericordia divina:
Viene a El un leproso, que, suplicando y de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme. Enternecido, extendió la mano, le tocó y dijo: Quiero, sé limpio. Y al instante desapareció la lepra y quedó limpio.
Mc 1,40-42
Enternecido, extendió la mano. ¿No se os humedecen los ojos imaginando la escena? Pues bien, más grave que la lepra física es la lepra espiritual. Esa que nos aleja de la santidad, que hace que estemos en peligro real de muerte eterna. Sin embargo, Dios también se enternece cuando le suplicamos que nos limpie de nuestros pecados. ¿Y no habrá de limpiarnos si se lo rogamos suplicando y de rodillas?
No en vano Cristo mismo acompañaba muchos de sus milagros con el perdón de los pecados. No atendía solo el mal físico, sino el espiritual.
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y vete?
Mc 2,9
Grande es Dios que sana el cuerpo, cuando lo estima oportuno, y limpia el alma, cuando necesitamos su perdón.
Recordad. La misericordia y la verdad se encuentran. La justicia y la paz se besan. Lo vemos en la mujer adúltera:
Incorporándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Dijo ella: Nadie, Señor. Jesús dijo: Ni yo te condeno tampoco; vete y no peques más.
Jn 8,10-11
Cristo perdona e indica el camino de la santidad. Van de la mano. Es por ello que en el siguiente versículo leemos:
Otra vez les habló Jesús, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en la tiniebla, sino que tendrá luz de vida
Jn 8,12
Si tienes luz de vida, ¿seguirás viviendo en las tinieblas del pecado? Mas no te agobies. La santidad es un camino. Caes al pecar y Dios te vuelve a levantar mediante su misericordia. Y gracia sobre gracia, como enseña en evangelio de San Juan sobre Cristo:
Pues de su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia.
Jn 1,16
La plenitud de Cristo es el don de Dios para el hombre redimido. Aquel que era sin pecado, fue hecho pecado para que nosotros, pecadores, fuéramos libres del poder del pecado:
A quien no conoció el pecado, le hizo pecado por nosotros, para que en El fuéramos justicia de Dios.
2ª Cor 5,21
Estimados, nadie os engañe con una falsa misericordia que deja al pecador en sus pecados. No caigáis en el error luterano que convierte la gracia en un mero certificado legal por el que los pecados son perdonados sin que se produzca en el interior del alma una verdadera conversión.
… pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, y estando nosotros muertos por nuestros delitos, nos dio vida con Cristo - de gracia habéis sido salvados -, y con El nos resucitó y nos sentó en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la excelsa riqueza de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.
Pues de gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no os viene de vosotros, es don de Dios; no viene de las obras, para que nadie se gloríe; que hechura suya somos, creados en Cristo Jesús, para hacer buenas obras, que Dios de antemano preparó para que en ellas anduviésemos.Efe 2,4-10
Si Dios, tras salvarte por pura gracia, ha preparado de antemano las buenas obras en las que han de caminar, ¿no las harás? Debe saber que
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Fil 2,13
He ahí la verdadera misericordia del Señor para contigo. Te perdona y te capacita para obrar conforme a su voluntad.
Laus Deo, Virginique Matri
Luis Fernando Pérez Bustamante
13 comentarios
Yo no creo que lo que se preconiza ahora como Misericordia sea en sí mismo falso, es que es parcial. Es el primer paso e la Misericordia, pero no es toda la Misericordia. Cristo acompañaba, escuchaba y se sentaba a comer con publicanos y prostitutas, pero no se quedaba ahí: buscaba su conversión. La vertiente falsamente compasiva que hay dentro de la Iglesia se queda sólo con eso y estaría dispuesta a dar la Comunión con sólo acompañar, sin que haya transformación del alma del pecador. Pero en el Evangelio Cristo da Su Cuerpo y Su Sangre a los Apóstoles al final de un camino y principio de otro, no nada más conocerlos.
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LF:
Por lo general, esas predicaciones hablan de una misericordia falsa, que no es la de Dios. En ese sentido, sí es cierto que la Iglesia nunca he ejercido ese tipo de misericordia. Ni falta que hace.
Para poder anunciar la misericordia hay antes que anunciar que vivo en una realidad de pecado y que no puedo salir de ahí sin la ayuda del Señor. pero .....quién habla hoy de pecado? ¡incluso la propia Iglesia le cuesta hablar de eso?
Dios se compadece de los hombres cuyo pecado les ha llevado a situaciones tan miserables,que han quebrado su orgullo y por ende,han podido levantar,humildemente,los pensamientos contritos de su corazon humillado a Dios.
La misericordia de Dios infunde el arrepentimiento genuino al hombre en don sobrenatural, y este,es la entrada que ilumina la Verdad ,o por mejor decir,donde la Verdad es iluminada al entendimiento.De tal modo que el hombre nuevo,no solo puede ver con claridad el pecado,sino que por verle en su cruda realidad,a la Luz de la santidad que le ha sido comunicada infusamente,puede aborrecerle.
Asi que,el que esta en Cristo,no solo sabe que tiene que dejar el pecado,sino que lo hace,de lo contrario,pronto se le apagara la Luz y volvera a las tinieblas exteriores,donde Dios no habita,ni guia,sino que deja al hombre que se conduzca en su orgullo y por tanto,ignoracia.
La Paz de Cristo.
Que Dios nos perdone por tantas cosas y que nos de el conocimiento y la fuerza de arrepentirnos.
Por favor recemos por esa pobre cristiana de Pakistan, Asia Bibi.
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