Vivir y morir en pecado mortal te lleva al infierno
Post publicado el 7 de octubre del 2014. Republicado el 13 de abril del 2016.
Dios es tan bueno y misericordioso con el hombre, que en vez de dejarle muerto en sus pecados, envió a su Hijo para que todo el que cree en Él tenga vida eterna (Jn3,16). Y el Hijo fue tan bueno para con nosotros, que nos advirtió que decir que se cree en Él pero seguir viviendo como si tal cosa, no cuela (Mt 7,24-27 y Luc 6,46). En el culmen de su voluntad salvadora, el Espíritu Santo desciende para morar en nosotros y transformarnos a imagen de Cristo, de manera que por gracia podemos creer y obrar conforme a la voluntad divina (Tit 3,5). Hasta nuestro buen hacer es obra de Dios (Fil 2,13), de manera que toda la gloria le corresponde a Él, aunque ha querido que participemos de ella, de forma que considera verdaderamente meritos nuestros lo que en verdad son dones suyos. Y eso lo hace en virtud de los meritos del Hijo.
Como Dios nos conoce bien, sabe que a pesar de las ayudas que nos envía, seguimos cometiendo pecados. Por ello Cristo, abogado nuestro ante el Padre …:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
(1 Jn 2,1)
… instituyó el sacramento del perdón y dio a su Iglesia autoridad para administrarlo:
a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.
(Jn 20,23)
Todo ello no cambia el hecho de que:
El salario del pecado es la muerte…
(Rom 6,23)
Ni el hecho de que hay pecados mortales:
Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no le lleva a la muerte, ore y alcanzará vida para los que no pecan de muerte. Hay un pecado de muerte…
(1 Jn 5,16)
Entre los pecados incompatibles con la salvación, leemos:
¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los ebrios, ni los maldicientes, ni los rapaces poseerán el reino de Dios.
1ª Cor 6,9-10
¿Tiene la Iglesia, y todos los que formamos parte de ella, la obligación y responsabilidad de señalar el pecado al pecador? Sin la menor duda.
Si yo digo al malvado: “¡Vas a morir!” y tú no le amonestares y no le hablares para retraer al malvado de sus perversos caminos para que viva él, el malvado morirá en su iniquidad, pero te demandaré a ti su sangre.
Mas si, habiendo tú amonestado al malvado, no se convierte él de su maldad y de sus perversos caminos, él morirá en su iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma. Y si se apartare el justo de su justicia, cometiendo maldad, y pusiere yo una trampa delante de él, él morirá. Por no haberle tú amonestado, morirá en su pecado, y no se recordarán las obras buenas que hubiere hecho, pero yo te demandaré a ti su sangre.
Pero, si tú amonestaste al justo para que no pecara y dejare de pecar, vivirá él, porque fue amonestado, y tú habrás salvado tu alma.(Eze 3,18-21)
Si se fijan ustedes, el no advertir al pecador de las consecuencias funestas de su pecado acarrea la condenación propia.
Una de las labores principales del Espíritu Santo, tay como indicó Cristo, es convencer al mundo de pecado y de juicio:
Cuando Él venga, argüirá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
(Jn 16,8)
Por tanto, no puede caber en cabeza y corazón cristiano la idea de que hay que restar importancia a la situación de quienes viven en pecado mortal. Tanto más si ya han sido iluminados por el evangelio.
Toda acción pastoral debe ir encaminada a que el pecador acoja la gracia de la conversión para dejar de vivir en pecado. El pecador debe sentirse acogido por la Iglesia y a la vez interpelado con urgencia a vivir en “santidad, sin la cual nadie verá a Dios” (Heb 12,14).
No hay mayor misericordia que ser instrumento de la salvación de otros.:
Hermanos míos, si alguno de vosotros se extravía de la verdad y otro logra reducirle, sepa que quien convierte a un pecador de su errado camino salvará su alma de la muerte y cubrirá la muchedumbre de sus pecados.
(Stg 5,19-10)
Es ya hora de que todos, pero especialmente los pastores, seamos apóstoles de la gracia. Una gracia que perdona, transforma, libera del pecado, edifica a Cristo en el alma de los hijos de Dios, aleja de las tinieblas y conduce a la luz de la plena comunión con el Dios trino.
Y si así no se hace, por error o negligencia, el Señor mismo intervendrá de forma clara, visible y contundente:
Heme aquí contra los pastores para requerir de su mano mis ovejas. No les dejaré ya rebaño que apacienten, no serán más pastores que a sí mismos se apacienten. Les arrancaré de su boca mis ovejas, no serán ya más pasto suyo.
Ezeq 34,10
Que así sea y se cumpla:
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
Amén.
Luis Fernando Pérez Bustamante
73 comentarios
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LF:
En el arrepentimiento va el propósito de enmienda, que el propio Señor nos concede en su gracia. Y si le pedimos gracia sobre gracia, finalmente nos concede no solo el propósito sino la victoria sobre nuestros pecados. Cada uno conforme a la luz que va recibiendo. Sabemos que no la conversión es un camino. Todo a su tiempo, según el designio divino.
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LF:
Porque no les interesa. No son fans del Papa. Son fans de una manera de ver este papado.
Pero de eso la culpa no la tiene el Santo Padre, que ha sido claro:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=20464
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=18994
¿Por qué, entonces, la pastoral no se dirige, de forma preferencial, a los pecadores, los más pobres de los pobres?. O hay miedo o hay hipocresía.
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LF:
Todos somos pecadores. Los pobres, también. Pero ellos, además de pecadores, son pobres y por eso han de ser objeto de una mayor atención.
No tiene nada de particular que se ponga ese énfasis. Es fruto del evangelio.
El laico de familia laica, el indiferente, el aconfesional respetuoso con las creencias y no creencias de los demás, por lo menos vive ajeno, sobrellevando la existencia lo mejor que puede (y se puede) y desde luego sin amenazas de superiores y no digamos de iguales, que a veces son hasta más violentos.
Habiendo pasado ya por todas las amenazas, los castigos y las represiones, he decidido que es posible pasar haciendo el bien, hacer caso a quien es digno de hacérsele caso, y finalmente escuchar "Pasa al gozo de tu Señor". Y se acabaron los miedos y el sadismo.
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LF:
Tengo la sensación, ojalá me equivoque, de que tienes un serio problema. Consideras sensibilidad policial lo que es la principal tarea del Espíritu Santo. Y te enervas cuando alguien señala lo que enseña la Escritura al respecto. Si hago otro post con textos de santos y padres de la Iglesia, te ocurrirá lo mismo. Las llamadas a la conversión y la predicación sobre las consecuencias del pecado lo ves como amenazas. Cierras se esa manera, de par en par, las puertas a la salvación. Gravísimo pecado es ese, estimado.
Te encomiendas en manos de Cristo y la Virgen Santísima. Bien haces. Pero ignoras lo que el Señor y la Virgen piden. No basta con llamar a Cristo Señor. Hay que vivir como si en verdad lo fuera. Porque si no, todo queda en piadosas palabras que no sirven de nada.
Uno de los mayores errores de nuestro tiempo, en mi opinión, es trasladar la idea de "derechos" a la vida religiosa. Ahora la gente, incluso muchos católicos, piensan que tienen "derecho" de ir al Cielo. Cuando les pasan cosas que no les gustan ponen una hoja de reclamaciones a Dios, porque "no hay derecho" de que esto les pase a ellos.
Yo siempre digo "Dios me libre de lo que merezco". He ofendido tantas veces al Señor, y sé que si Él me da exclusivamente lo que me debe por justicia, sin acordarse de Su misericordia, iría a parar a un agujero negro del Infierno para siempre. Ojalá muera en gracia para no tener que enfrentarme a la ira divina.
A ningún adúltero le gusta leer los pasajes del Evangelio en los que se habla del adulterio; a ninguna persona que ha abortado le gusta que se hable del aborto y así sucesivamente.
Con lo que, en la práctica, para que el pecador no se perturbe no es conveniente hablar del pecado. Pero en el Evangelio no son así las cosas, los pecados se señalan como tales y, cuando Jesús evitó que lapidaran a la adúltera, le dijo: "Vete y no peques más", lo que es una confirmación de que el adulterio es pecado.
Cuanto más minimicemos el pecado más pecadores habrá, el que peca (todos en algún momento de nuestra vida)lucha contra su conciencia buscando argumentos para justificar lo que hace, si la Iglesia no le advierte del enorme riesgo que corre, menos posibilidades tendrá de arrepentirse. Y aquellos, muchos teólogos por desgracia, que repiten como una cantinela que Dios ama al pecador más que al justo no hacen más que reforzar el pecado. Dios ama al pecador porque quiere atraerlo hacia Él, quiere salvarlo, pero los ejemplos que se ponen no sirven, Mateo o María Magdalena, ya que estos "fueron" pecadores pero su dolor y arrepentimiento y la fe en Jesús les convirtió en "hombres nuevos". Reconocer el pecado es fundamental y para eso hay que tener muy clarito que éste existe y todos caemos pero que, levantados por la acción del Sacramento de la Penitencia, estamos mejor. Este tipo de pecadores arrepentidos son los que Jesús amó.
Pues la verdad es que aún no he oído a muchos Obispos advertir clara y rotundamente al gobierno y diputados del PP ... editado.
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LF:
Después de lo que te he dicho en el anterior post, ¿cómo debo tomarme eso? ¿como que te ríes de mí?
Hale, hasta aquí llegaste.
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LF:
Sí. La Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia. Me sobra y me basta.
Si a usted no, no hace falta que se moleste en argumentar que eso no es suficiente. Ni lo leeré ni lo publicaré.
Veo que ha vuelto a escribir algo. Pues nada, siga perdiendo el tiempo.
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LF:
Eso lo expliqué hace años en un post sobre mi regreso a la fe católica. El itinerario fue: católico, abandono del catolicismo para entrar en el abismo de la Nueva Era, regreso al cristianismo vía protestantismo y, tras una breve estancia entre los hermanos ortodoxos, regreso al catolicismo, del que este mes se cumplen 15 años. Ni soy el primero ni seré el último en hacer un recorrido así, con más o menos variantes.
Pero en este post no toca hablar sobre mí, lo siento.
Es decir el mal (pecado) está ahí y hay que detectarlo y volverlo hacia uno mismo por si estuviera dentro de mi. Hasta ahí la versión filosófica del asunto que, de alguna manera, tiene relación con lo que se considera pecado en el AT y el NT.
No puedes pasar del asunto porque es un universal y envolverlo en una misericordia edulcorada no vale.
Cuando yo era adúltera tenía preparada toda una argumentación justificativa: que si el amor, que si el desamor, que si la pareja ya estaba rota y no había responsabilidad por mi parte y patatín y patatán. Pues no colaba. Y siguió sin colar hasta que reconocí que aquello era pecado y que Jesús tenía razón y yo no. Ahora puedo escuchar el Evangelio sin tener que salir corriendo de la iglesia.
Así que me puedes meter en el selecto grupo de San Mateo, Santa Mª Magdalena, San Pablo y San Agustín-todos ellos reconocidos ex-pecadores redimidos por Jesucristo de sus pecados-y no dentro de los flageladores puros e inmaculados. Hay contrición y atrición, las dos son válidas pero, si quieres dejar al margen las penas del Infierno, arrepiéntete por contrición, es decir por haber ofendido a Dios, que es la forma de arrepentimiento más perfecta.
Muchas veces los conversos o reconvertidos nos dais sopas con honda a los que llevamos toda la vida acomodados.
Por cierto muchas gracias por tu post de hoy. Muchas veces lo olvidamos. A mi el pasaje que comentas de Ezquiel me "acongoja" (pongo esto porque si no lo vais a censurar) porque pienso a cuanta gente habré dejado de ayudar por mi mala conducta o por no haberme dado cuenta.
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LF:
Bueno, tampoco vamos por la vida aconjogados. Si en algo hemos actuado mal o no hemos cumplido con nuestro deber, le pedimos perdón al Señor y santas pascuas.
Fui "converso" -"reverso" dirían en EE.UU- hace ya bastante tiempo. Hoy soy un católico como otro cualquiera.
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LF:
Gran padre de la Iglesia, Miguel de Cervantes, ¿verdad que sí?
El caso es que nadie pide que seamos verdugos, sino instrumentos de la gracia para lograr la conversión de otros. No se trata de emitir sentencias de condena, sino de evitarlas.
Amar es servir, y si realmente sirves a Dios y al projimo no tienes nada que temer.
Ahora bien lo que tu ves como amenaza no es tal, es ayuda. Dios, la Virgen y la Iglesia continuamente estan tratando de ayudarnos para que no nos autoengañemos o nos equivoquemos. Uno a pesar de tener buena intención puede equivocarse creyendo que actúa correctamente y tal vez no sea así.
La Iglesia, basada en Cristo nos orienta para que no nos equivoquemos (siempre vamos a errar) pero para que aunque pequemos, lo menos posible, nos arrepintamos rápidamente y volvamos al buen camino. Si lo ves como una amenaza en vez de como una ayuda,y una orientación, entonces lo estas tomando al reves.
Por cierto, nadie te impide actuar como un converso, si te lo propones puedes ser tú el que le dé envidia a los conversos en perseverancia militante (otra cosa es quién te haga caso). Y de paso pide perdón a Guillermo por insultarlo, y visto que parece que es a ti al que le molesta que piensen diferente. Es que no te das cuenta del mal ejemplo que puedes llegar a ser, con insignificancias como esa por ejemplo.
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LF:
¿Cuándo vais a entender que los conversos lo son por gracia de Dios y no porque ellos hayan decidido, por sí mismos, que van a ser mejores que nadie?
La vida cristiana es un constante camino de conversión. Pero no hay conversión posible si no se reconoce el pecado, se le llama como tal y se implora la gracia para derrotarlo. El cristiano JAMÁS puede vivir con la conciencia tranquila si hay un pecado mortal en su vida que le cierra el camino a la salvación. Jamás. Puede que tarde tiempo, incluso mucho tiempo, en vencerlo. Pero siempre reconocerá que es pecado y que le aleja de Dios.
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LF:
Dios quiere que nos salvemos. Es altamente complicado que un cristiano que ha vivido su vida conforme a la voluntad de Dios cometa un pecado mortal justo antes de morir. Pero mira que el mismísimo San Pablo dice:
... no sea que, habiendo sido heraldo para los otros, resulte yo descalificado.
1ª Cor, 9,27)
Yo he visto a gente que ha llevado una vida de pecado morir en paz con Dios tras reconciliarse con Él apenas unas horas antes de morir. Eso ocurre mucho más veces que lo que cuentas.
Está el camino de Jesús a través de la Iglesia, y no hay otro. No existen caminos individuales a través de conciencias individuales, sólo existe un camino y es colectivo-nos afecta a todos-cuando hablo de conciencia lo hago en el mismo sentido que lo hace el cardenal Newman y que está en el catecismo, no creo en conciencias individuales. Los que obran el bien por razón de conciencia obedecen la Ley de Dios aunque no lo sepan; los que hacen el mal, o no tienen conciencia o la narcotizan (se puede hacer, es muy fácil, para eso está la razón instrumental para suministrar todo tipo de argumentos falaces).
Un pobre puede ir al cielo. Un pecador no arrepentido va al infierno, sea pobre o sea rico. Y es la mayor pobreza. Y ciertos sacerdotes no hablan de esta pobreza. Son ciegos que conducen a otros ciegos. Y los confesionarios vacíos.
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LF:
Pues uso una de las mejores Biblias en castellano que existe. La Nacar Colunga. En todo caso, lo tiene fácil. Lea las citas en una Biblia que usted entienda bien.
"El cristiano JAMÁS puede vivir con la conciencia tranquila si hay un pecado mortal en su vida que le cierra el camino a la salvación. Jamás."
Pero eso que dices presupone que el cristiano en cuestión tiene claro que la conducta X es un pecado mortal que le cierra el camino a la salvacion, o en otras palabras, que es incompatible con tener la caridad de Dios en el corazon.
En muchos casos, esa presuposicion no es válida.
Con toda caridad, yo noto que tú proyectas tu situación epistémica, que de hecho es correcta, a los demas. O sea, presupones que los demas tienen las cosas claras como tú. Eso puede ser válido para los lectores de este sitio, pero no me parece que sea válido para la mayoria de los que se llaman católicos.
Con esa gente, no sirve proyectar la situacion epistémica de uno, porque simplemente no es realista. Mas bien, hay que ayudarlos a mejorar su situacion epistémica, a entender cual es la voluntad de Dios sobre ellos, tanto la re-creativa como la normativa, y la relacion entre ambas.
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LF:
Yo en este post no hablo de mí. Me limito a citar la Escritura en conformidad a la enseñanza unánime de la Iglesia sobre esta materia durante 20 siglos. Y a partir de ahí, que cada cual se aplique la cosa como le venga.
No entro en casuística alguna. Es un tema de principios.
Fin.
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LF:
Son capitales. O sea, de la capital, :D
El mismo concepto de "vivir en pecado mortal", expresado asi como una realidad negativa, como un mal, se puede expresar como una carencia de una realidad positiva, como una carencia de un bien: "vivir sin tener vida eterna", o "vivir sin tener amor de Dios", o "vivir sin participar de la naturaleza divina". Que son todas expresiones bíblicas:
"Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él." (1 Jn 3, 15)
"Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?" (1 Jn 3, 17)
Expresando el concepto de esta manera, queda claro qué es lo que el pecador "se pierde" por pecar: la participacion de la naturaleza divina, la teosis en términos de los Padres griegos. Que es mencionada en este pasaje que vale la pena citar:
"Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia" (2 Pe 1, 3-4).
"Las preciosas y sublimes promesas" que "nos han sido concedidas" son nada menos que Cristo mismo y el Espíritu Santo, que habitan en el alma y la voluntad por la gracia santificante y la caridad respectivamente. Por estas promesas que nos han sido concedidas (en el bautismo, en la confirmación, y en la Eucaristía) somos hechos partícipes de la naturaleza divina, como miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo.
Pero recibir esta participación de la naturaleza divina, esta teosis, y permanecer en ella, requiere "huir de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia". O sea, evitar lo que se oponga a la voluntad de Dios. En términos positivos, guardar los mandamientos: "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor" (Jn 15, 10).
La proyeccion eterna queda clara en este enfoque a partir de la nocion de que la participacion de la naturaleza divina, por la gracia santificante y la caridad, es necesaria, tanto para los hombres como para los ángeles, para la vision beatifica, para ver a Dios "tal cual es". Por naturaleza, solo Dios puede conocer a Dios intuitivamente, "verlo", tal cual es: el Padre al Hijo, el Hijo al Padre, etc. Para poder gozar de la vision beatifica es absolutamente necesario haber recibido la participacion de la naturaleza divina. Si alguien muere sin tenerla, queda privado de la vision beatifica. Lo cual expresa la nocion del infierno como privacion de un bien.
No, el pecado pone una inmensa sima entre nuestra vida y la salvación a la que estamos llamados. Para medir la magnitud de la separación que impone el pecado entre nosotros y Dios sólo tenemos que meditar un poco la pasión de Jesús. Meditar sobre el hecho de que verdaderamente "murió por nuestros pecados" y que "fue triturado por nuestras culpas".
Sólo en el dolor de un Dios que, por amor, nunca quiso abandonarnos en nuestras rebeldías podemos atisbar la magnitud de nuestros pecados. Y la necesidad de su Gracia para superarlos y poder salvarnos.
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LF:
Bien, pues la surfearemos con la tabla de la fe.
El problema de decir la verdad a quienes, siendo católicos, viven instalados en el pecado mortal... es que o no te escuchan, o les molesta lo que les dices o llegan hasta sentirse ofendidos. Y sólo por animarles a volver a Misa, a tratar a Dios.
Al final, a quien no quiere escuchar, sólo puedes mostrar tu ejemplo, el personal de quien va a Misa, y se confiesa y es católico de verdad.
Mi experiencia con familiares que llevan años muy apartados de Dios es ver que no quieren escucharte, no estan interesados, y hasta llegan a irritarse ante lo poco que me dejan decirles.
Lo único que puedo hacer es rezar por ellos y esperar a que Dios actue algún día en ellas.
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LF:
Es tal cual lo dices. Rezar y cuando puedas, dar testimonio.
La verdad veo que se está hiriendo hoy a muchas corrientes facilistas.
Están aquellos que se apoyan en una forma laxa de ver este papado y luego aquellos que en base a este movimiento son tradicionalistas cegados por las realidades, aferrados a ideas de corta visión.
Incluso a uno le cuesta ver estas verdades a veces y sobre todo , practicarlas. Dios y el espíritu Santo ayudan.
Tengo fé que esta linea fina que esta dirimiendose sin evitar temas tan ambiguos (para la sociedad actual), hará triunfar el Bien y la Verdad.
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LF:
No, solo son herejes y cismáticos. Pero modernistas, no.
Creo que te entiendo muy bien. Pasé por fases así (15 años viviendo como un ateo crápula). Supongo que por gracia de Dios quedó en mí un rescoldo de fe en el fondo de mi corazón que durante los últimos años de mi vida de hijo pródigo me llevó a mantener una lucha interior. Miraba un crucifijo grande en un templo y ardía en deseos de abrazarlo (como se pinta a veces a S. Francisco)aunque nunca me atreví a hacerlo. Y ya en el último tramo, un mes de mayo de 2010, pedí a la virgen día tras día que me ayudase. Recuperé el rezo del rosario, fue como revivir el rosario en la familia de mi infancia. El 31 de mayo de aquel año a eso de las 9 de la noche estaba confesándome con un santo sacerdote al que solo conocía por referencias. Acabada la confesión recé un buen rato ante el Santísimo. Creo que es el día más feliz de mi vida. Sí creo que recibí el abrazo misericordioso del Señor.
Quedó en mí la imagen de la curación del paralítico esa en la que lo descuelgan por el tejado. ¿Por que Jesús le dice que coja su camilla y se vaya? Creo que hallé la respuesta este mismo año cuando se proclamó el evangelio de Jn 5 la curación del paralítico, esta vez en la piscina del templo, en el versículo 14 Jesús le dice al paralítico "como ves, estás sano; no vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor". Y pensé eso es la camilla, el recordatorio de lo que fui y lo que la misericordia de Dios ha hecho en mí.
Pero la vuelta fue solo el principio de un nuevo camino porque el Señor nos acompaña por las cañadas oscuras pero no nos las suprime. Alguna recaída, por ingenuo y fiarme de mí mismo, he tenido. No me han faltado las gracias del Señor para volver arrepentido al confesonario. Y voy experimentando en mí cómo el Señor me va podando ¿seré capaz de dar un buen fruto?
Sólo puedo decirte que con su ayuda puedo vivir en castidad perfectamente, el hombre viejo pasó y desde que conocí a Cristo todo lo tengo por basura, aún en medio de mi debilidad.
Sé honesto contigo mismo y mantenle el pulso al Señor, lucha con él, déjate vencer y estarás salvado, de hecho ya lo estamos. ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? (no sabes cómo he llorado con este salmo).
Volviendo al crucifijo: Él está ahí clavado porque te está esperando, está impaciente (tiene sed de ti)pero te (nos) respeta tanto que admite nuestros ritmos, nuestras torpezas... Al final el temor no es al infierno tanto como a ofenderle.
Manuel rezaré por ti, cuenta con mi oración y que Dios te bendiga en tu camino. Si me lo permites recibe un fuerte abrazo.
Los pastores que no hablan de pecado, de arrepentimiento, de penitencia, de la enmienda, de la felicidad paradójica de la cruz hurtan a los fieles la posibilidad de la conversión, la felicidad del abrazo misericordioso al volver al padre después de haber apacentado los cerdos. Me da mucha pena.
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LF:
Entre los pastores hay de todo. Como en todas partes.
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LF:
Con entregarnos en manos de la gracia de Dios, por la cual somos santificados para su gloria, nos basta.
Es offtopic y por eso no se lo publico. Pero créame que lo voy a investigar, :D
¿Cómo justifica usted esa conocida y antigua negación, que usted comparte y hace suya, superada en uno de los pilares del Concilio (el último Concilio, se entiende), y materializado por ejemplo en el llamado "espíritu de Asís"? ¿Realmente está usted convencido de que todo hombre bueno, ortodoxo o pentecostal, judío o animista, taoísta o indiferente, es directamente carne de infierno? ¿Lo era (o será) usted mismo en una de sus etapas de convencimiento no católico?
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LF:
No es el tema del post, pero le aclaro. Creo que cada uno será juzgado en base a la luz que ha recibido. Más información, en Romanos 2.
Entiendo como auténtica la conversión continuada (día a día, minuto a minuto). Recelo de aquella en la que uno se siente transformado para siempre. Pienso yo que no debe confundirse los términos "convertido" y "converso", y .... mucho cuidado con los iluminados y los iluministas. Pecados por deformación o deriva de la Fe: Fundamentalismo, integrismo, iluminismo, fanatismo, proselitismo, providencialismo...... todos pretenden suplantar al Espíritu Santo.
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LF:
Cualquiera que se sienta transformado para siempre, necesita con urgencia ser transformado por el Espíritu Santo.
Lo que la Biblia enseña no son amenazas sino realidades.
Y recordar lo que enseña la Biblia en conformidad con la enseñanza unánime de santos, papas y concilios, no es fundamentalismo. Es catolicismo.
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LF:
Con paciencia, con mucha paciencia. Y con más oración. Se siembra con la oración, se abona con la paciencia y se riega con el ejemplo. Es Dios quien puede obrar la conversión en ese corazón. Con eso no le digo que no hablen con él de las cosas del Señor y de la Iglesia. Pero tal y como me lo cuenta, lo más seguro es que en estos momentos lo más efectivo es rezar y esperar el momento en que su corazón se ablande para estar más receptivo al mensaje de salvación.
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LF:
El magisterio de la Iglesia jamás quedará herido de muerte. Eso es dogmáticamente imposible.
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LF:
No capto por qué dice que esa frase es poner trabas a la gente.
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LF:
El cardenal Schönborn acaba de decir que la exhortación puede discutirse, así que... nada, a discutirla. Guardando las formas, obviamente.
Todos esos nombres que da usted ya estaban en la Iglesia en los anteriores pontificados.Se recoge ahora lo sembrado.
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LF:
Bien, pues dígale con toda la delicadeza del mundo que basta con que deje de vivir en adulterio para poder hacer ambas cosas. Y que esas trabas no las pone la Iglesia sino que están en la Escritura, que es Palabra de Dios.
En realidad creo que él lo sabe, pero no quiere asumirlo.
"Puerta abierta a la comunión para los divorciados que se han vuelto a casar, de Antonio Spadaro S.I. (noviembre 2015)
…
El cardenal Schönborn, entrevistado por "La Civiltà Cattolica" antes del sínodo, había afirmado que hay situaciones en las que el sacerdote confesor, que conoce a las personas en el foro interno, puede llegar a decir: "Vuestra situación es tal que, en conciencia, en la vuestra y en la mía de pastor, veo vuestro lugar en la vida sacramental de la Iglesia". Y esto el confesor puede afirmarlo precisamente en consideración de las condiciones planteadas por la "Familiaris consortio" que, hace 35 años, fueron un paso adelante, es decir, una concreción más abierta y atenta, respecto a la época precedente, de lo vivido por las personas.
Pero esta "apertura" plantea el serio problema sobre qué es esta reconocida "comunión eclesial". ¿Cómo es posible estar verdaderamente en comunión eclesial sin llegar, antes o después, a la comunión sacramental? Postular que sea posible una plena comunión eclesial sin una plena comunión sacramental no parece un camino que pueda dar tranquilidad.
En lo que respecta al acceso a los sacramentos, el sínodo ordinario ha puesto efectivamente las bases, abriendo una puerta que en el sínodo anterior, en cambio, había permanecido cerrada".
Podéis leer lo escrito por Spadaro en Chiesa, de Sandro Magister.
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LF:
No estoy de acuerdo con eso de que cuando habla Spadaro habla Francisco. Que Spadaro quiere que lo creamos así, es seguro. Pero si el Papa quisiera dar ese paso, que lo dé... y veremos entonces lo que pasa en la Iglesia. La exhortación no da ese paso aunque desde luego no anima a no darlo a quienes ya lo han dado.
Yo tenia entendido que la Iglesia si puede afirmar quien esta en el cielo (santos), pero no quien esta en el infierno.
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LF:
Lea usted el nuevo Testamanto y verá si hay o no hay una lista de pecados que llevan al infierno en caso de no arrepentirse de ellos.
Pero una vez dicho esto, también habría que afirmar con la misma fuerza para no caer en !el pecado! de juzgar a los demás; ¿quienes somos nosotros para determinar quien está en pecado o no? ¿porqué uno ha llegado a la fe o no? Solo Dios, repito !solo Dios! sabe de verdad y conoce lo profundo e íntimo del corazón humano. Los demás juzgamos por apariencias; es cierto que hay unas males objetivos flagrantes (homicidios, abortos, maltratos, etc); ciertamente que no hay que ser ingenuos, el mal es el mal se mire por donde se mire.
Pero que se condenen al infierno o no eso es tarea de Dios; que el sabe de verdad, a nosotros no nos corresponde eso.
"No juzgueis y no sereis juzgados; no condeneis y no sereis condenados; perdonad y sereis perdonados" Lc 6, 37-,38 Mt 7,1-5
Eso nos corresponde, y lo que pase de ahí es caer en la viga que tenemos en el ojo, Lc 6, 39-42.
¿O es que nos creemos mejores que otros?
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LF:
¿Qué hacemos, como Iglesia, con los dos capítulos de 1ª Cor 5 y 1ª Cor 6?
Por supuesto que la Iglesia puede y debe juzgar las situaciones de pecado público de sus miembros.
Y vuelvo a citar al profeta Ezequiel:
Si yo digo al malvado: “¡Vas a morir!” y tú no le amonestares y no le hablares para retraer al malvado de sus perversos caminos para que viva él, el malvado morirá en su iniquidad, pero te demandaré a ti su sangre.
Mas si, habiendo tú amonestado al malvado, no se convierte él de su maldad y de sus perversos caminos, él morirá en su iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma. Y si se apartare el justo de su justicia, cometiendo maldad, y pusiere yo una trampa delante de él, él morirá. Por no haberle tú amonestado, morirá en su pecado, y no se recordarán las obras buenas que hubiere hecho, pero yo te demandaré a ti su sangre.
Pero, si tú amonestaste al justo para que no pecara y dejare de pecar, vivirá él, porque fue amonestado, y tú habrás salvado tu alma.
(Eze 3,18-21)
He aprendido, de mi Director espiritual, en un retiro celebre de 1985, que la palabra de Dios, es como una espada de Dos filos, que hiriendo, da vida, y que el pecado original, por la soberbia, nos hace iguales a Satanas,es asi!!!!!!!!!Que Dios Nuestro Señor me Dice adultero a MI!!,hipocrita y falso, amigo de ser alabado a MI,no a los demás,la palabra de Dios y de la de Dios en la iglesia, van dirigidas a MI,en la confesión se curán estos pecados,y está muy claro que no hago el bien que quiero, y si el el mal que no quiero, estoy dividido, esto es fundamental hacer un retiro, y me explico que si no salia agotado, no lo hacia, y es verdad, salia agotadisimo, pero se ve gracias a Dios que actua en el Silencio, y en alma que busca conocerse a si mismo, nota evidentemente que está dividido, ahi comienza la redención,CRISTO, el UNICO BUENO;HUMILDE Y SANTO, la Oración, como en ese mismo retiro me aconsejo SANTA TERESA.
Que arregla no hago el bien que quiero, lo comente ya, ser fiel a mi mujer, y salgo y en este momento veo una lujuria de mujer, pero me voy con ella, sin LA GRACIA, SANTIFICANTE, el comienzo de la Vida Interior, las Tres Edades, como se que estoy en estado de Gracia, porque amo a mis hermanos,el comienzo de la vida interior, y de la SALVACION, sino soy homicida,carta 1 de San Juan.
LA GRACIA, que no la escucho ni de casualidad, recuerdo a un padre Esloveno, hace años que decia siempre procurad que sus hijos estén en estado de Gracia Santificante, el unico, aparte de mi director, y mis familiares dominicos, expertos en la Gracia, y un padre de esa orden que me dijo aqui se curan estos pecados, estos no son como yo, soy yo, no el que escribio antes.
Muy Bueno estimado Luis, siempre con Infocatólica, se respira la Verdad.
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia.
Gracias por lo que has escrito respondiendo a Manuel de Malaga. Aunque es algo que sabemos lo deberíamos recordar y tener presente siempre. Lo he copiado en mis notas para meditar y orar sobre ello.
Tomás Bertran,
La Iglesia somos todos los que pertenecemos a ella y somos como espejos unos de otros, para vernos la viga en el propio ojo y ver la pajita en el ojo del hermano y así animarnos a mejorar y orar unos por otros.
Tenemos que vernos todos como vasos comunicantes llenos por igual de la santidad de la Iglesia que nos proporciona el Señor. También pedimos perdón por los pecados que manchan la Iglesia que también son de todos igualmente, y por supuesto orar por los propios y los de nuestro prójimo.
Todos somos uno con Cristo y participamos de sus méritos.
Respecto a los pobres, en el evangelio se mencionan los pobres que necesitan caridad, medios y oraciones para conseguir lo necesario para vivir a los que tenemos que ayudar, compartir, atender... Y otros pobres, los bienaventurados que son los siervos de Dios que hacen su voluntad, y que son los que comparten con todos nosotros su ejemplo y sus virtudes tirando de todos nosotros hacia Dios.
Yo no digo que la iglesia deba de corregir y guiar y exhortar para ayudar a salir del pecado (¿queremos nombrarlo con el término juzgar?, pues bien).
La cuestión es que cuidado con nombrar demasiado la condenación y el infierno, que no digo que no exista, el mismo Cristo nombra esta realidad repetidas veces. La exclusión del Reino es posible.
Pero repito, cuidado con "mandar al infierno" al que no cumple la ley.
Un ejemplo: de los españoles que se declara católicos (un 74% de la población), solamente un 15% va a Misa regularmente los Domingos.
Si consideramos como pecado grave la inasistencia injustificada de la Misa dominical, habrá que admitir que un 85% de la población española está abocada al infierno.............que decir de esto y de esta manera de calcular las cosas. No es un criterio aceptable.
Otra cosa son los pecados escandalosos o publicos.......pero Dios sabrá. Si ni siquiera sabemos si se han condenado o no monstruos como Hitler o Stalin, autores de terribles genocidios (mas bien sí pero ¿que sabemos nosotros?)
Cuidado con hablar muy ligeramente de la condenación eterna.
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LF:
Yo no tengo capacidad alguna de mandar a nadie al infierno. Pero tengo el deber de recordar que Cristo mismo dijo que la puerta de la salvación es estrecha y la cruzan pocos. Y la puerta de la condenación es ancha y la cruzan muchos.
Las reclamaciones por eso... a Él. No a mí.
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LF:
No son textos, textos, textos. Son palabra de Dios. Por ella seremos juzgados.
No hay ninguna carga que no pueda ser llevada si nos apoyamos en la gracia de Dios. Ninguna. Y Dios no tiene especial prisa. Nos da tiempo para que dejemos el pecado atrás. Pero debemos dejar nuestros pecados atrás. Sobre todo los pecados mortales.
Yo no me guardo ninguna llave de la salvación. Al contrario. Predico por escrito que somos salvos por gracia. Cuando encuentre usted un solo fariseo que predique esto:
Es ya hora de que todos, pero especialmente los pastores, seamos apóstoles de la gracia. Una gracia que perdona, transforma, libera del pecado, edifica a Cristo en el alma de los hijos de Dios, aleja de las tinieblas y conduce a la luz de la plena comunión con el Dios trino.
... viene y me lo cuenta. Y si no lo encuentra, tendrá que reconocer que no soy fariseo.Que ya está bien de llamarnos fariseos a los que predicamos lo que la Iglesia siempre ha predicado. Ya está bien. Si les molesta lo que hacemos, déjenos en paz. Siempre habrá gente dispuesta a escuchar la palabra de salvación.
Porque respondieron mejor a la gracia de Dios que, siendo cierto que parte de El, no deja de ser cierto que la persona coopera o no, aunque sea sólo por el camino de no poner dificultades.
En cuanto a lo de "juzgar" tiene que ponerlo dentro del contexto entero del A. y el N. Testamento: las parcialidades no caben. Y claro que hemos de juzgar las obras de los demás ¿supone vd. un padre que nunca juzga a sus hijos?¿cómo los corrige? Si todo pertenece al fuero interno y no a lo externo, sobra todo en este mundo y se cumple que "para que el mal avance sólo es necesario que los buenos no hagan nada".
Es más, hay personas que tienen esa obligación de "juzgar" para evitar escándalo, para enseñar, para corregir o reparar el mal. En la Iglesia y fuera de la Iglesia. A mí no me importa que me juzguen ¿a vd. sí?. No me importa porque siempre suelen ser más benevolentes de lo que es mi propia realidad. Cuando de forma permanente blandimos el "no me juzgues , no juzguen" ¿no será porque las obras son malas y no queremos confrontarlas y cambiar?. De todo hay sin duda.
Además juzgar y condenar en lo externo es necesario para no caer en el mal o darlo por bueno, sino nos acostumbramos; ¿argumento? el mundo alrededor. En cuanto al perdonar, no debemos olvidar cómo Dios perdona: siempre y misericordiosamente si se da verdadero arrepentimiento (aún el de atricción) y verdadero propósito poniendo los medios, sino el perdón es una farsa que va contra el pecador y Dios no va nunca contra el hombre.
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LF:
Está usted equivocado.
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LF:
No son mis esquemas morales. Es lo que la Iglesia ha predicado siempre. Y el Papa puede abrir lo que quiera y estime oportuno, pero su autoridad viene de donde viene. Esto dijo el cardenal Ratzinger (luego papa Benedicto XVI) en 1988:
El Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley. Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad.
Pues bien, no hay nada en este post que no sea conforme a la Tradición. NADA. Al contrario.
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LF:
Si al menos hubiera dicho un Savonarola...
No sé dónde ve usted alegría.
16:22 Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: "Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá".
16:23 Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".
Basta leer el punto 88 y los puntos 1034 y siguientes del catecismo de la Iglesia para darse cuenta de la contradicción de los pastores que predican esas barbaridades. Por pura coherencia sólo caben dos opciones, o la conversión o la secularización.
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LF:
¿Puede decirme en qué diócesis pasa eso?
Si no quiere que se sepa públicamente, no daré paso a su comentario, pero me gustaría saberlo.
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LF:
Desde luego yo no soy de moral intachable. Soy pecador.
En cuanto a rigidez, Cristo endureció CONSIDERABLEMENTE las exigencias morales de la ley mosaica. Era lógico. Sabía que el Espíritu Santo capacitaría a los cristianos para poder cumplir esas exigencias.
Animo con toda tu labor y que Dios te bendiga.
No tras la muerte, si no en el momento de la muerte.
¿Qué tal un post con Laura Vicuña, Tomas Becket, Tomás Moro y Juan el Bautista -¡Juan el Bautista!- leyendo el documento?
Estaría muy bueno!
Te confieso algo: He tenido (y sigo teniendo) el vicio de etiquetar, clasificar, y en definitiva juzgar a las personas.
Y eso no va con el Evangelio. Es cierto, como tú dices que cada texto bíblico hay que verlo y entenderlo desde el contexto, el autor, género literario, etc Y ciertamente que hay aparecen juicios e incluso condenaciones.
Pero en lo que corresponde a nosotros me quedo con "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra".
Otra cosa es el terreno jurídico, el código penal o civil, que es necesario, por supuesto, pero creo que aquí hablamos de otra cosa.
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LF:
Cada texto bíblico hay que verlo a la luz del magisterio bimilenario de la Iglesia. Y eso es lo que hago.
La Biblia es clara. La Tradición es clara. El Magisterio ha sido siempre claro. Quien vive en pecado mortal y no se arrepiente, se condena. Punto final.
Supuestamente, las puertas del cielo no estan cerradas ni para los luteranos, los musulmanes ni los budistas. Incluso creo recordar que el papa hizo algun comentario similar respecto a los ateos.
¿Objetivamente, esta gente esta en pecado mortal, como es posible entonces que vayan al cielo?
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LF:
Escriba al Santo Padre y lo mismo hasta le responde o le llama por teléfono para explicárselo.
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LF:
Soy humano. Estoy cansado.
Dice usted: "Si se fijan ustedes, el no advertir al pecador de las consecuencias funestas de su pecado acarrea la condenación propia." Es cierto lo que dice, porque la misma Escritura lo dice.
Ahora bien, como estamos rodeados por todas partes de gente que vive, al menos objetivamente, en situaciones de pecado mortal (relaciones irregulares, homosexualidad abierta y practicada, antagonismo contra Dios y Su Iglesia, no frecuentar los sacramentos), entre colegas en el trabajo, en la universidad, en la propia familia... ¿Qué hemos de hacer? Yo me lo he preguntado muchas veces y sé que, tan pecador como soy, no sé si sabría resistir al asalto de odio demoníaco con que me atracarían si yo ---por el amor, débil como lo sea, que les tengo a esos pecadores que me rodean---, les señalase que viven en grandísimo peligro espiritual. Le ruego a Dios que me inspire maneras de amar, pero ¿hemos todos de convertirnos en Juan Bautista? ¿En mártires heroicos? Es de desear, sí... ¿pero es posible? Hemos de creer en la posibilidad de los milagros, claro... y nada más que un milagro hará esto en nosotros, que tengamos la fuerza para amar tan heroicamente a los pecadores, efectivamente abandonando toda esperanza (según yo) de conseguir empleo estable, vida normal...
Pero ¿no ha sido así siempre? No estamos hechos para este mundo...
Estoy convencido de que necesitamos crecer en la gracia para poder vivir en este mundo como reales testigos, sin estimar la propia vida, sin medir el coste, teniendo por basura nuestra reputación en el mundo. Pero es dificilísimo. Solo con la gracia podemos. No sé qué hacer ni cómo.
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LF:
Obviamente no podemos ir por la vida diciendo constantemente a todo el mundo que vive en situación objetiva de pecado mortal -atenuantes posibles aparte- que se van a condenar al infierno si no se arrepienten. No todos somos San Juan Bautista, ni San Juan de Ávila, ni etc. Pero si surge la posibilidad de ser testigos de la gracia, no la desaprovechemos. Es decir, estemos atentos a los momentos en los que el Señor nos da opción de cumplir ese encargo.
Y una de las cosas que sin duda podemos hacer es rogar a Dios para que vaya abriendo el corazón de aquellos a los que queremos y que se encuentran en esa tesitura. Así será más fácil que sean receptivos cuando surja esa ocasión de poder compartirles el evangelio.
por castus + aguere que significa hacer casto, hacer virtuoso.
El castigo es correcion, luego entonces que sentido tiene una castigo eterno? no sera acaso que el infierno una fase temporal? un castigo
eterno jamas puede tener intencionalidad correctiva y eso no es digno de Dios.
Como es posible que Dios nos ame y se haga llamar nuestro Padre, cuando decimos que condena ETERNAMETE? acaso un padre humano hace eso?
es un padre humano mejor que Dios? ese Dios es de risa, no es mejor que nosotros al contrario es el peor ser que existio,existe y existira.
Donde esta escrito que uno no pueda arrepentirse en el infierno? si esto es asi nos han quitado nuestra libertad.
Acaso no pueden cambiar los que estan en el purgatorio? no cambio el Demonio de bien a mal? porque no pasar de mal a bien en el mas alla?
Si morir en pecado mortal provoca esa condenacion eterna, no tiene
la salvacion entoces cierto matiz de suerte? unos tendran tiempo para arrepentirse otros no, quien decide eso?
Apocastastasis now!
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LF:
Es dogma de fe que el castigo en el infierno es eterno. Punto final.
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LF:
Para nada es como usted dice. El castigo es real. Lo alegórico, si acaso, es el modo en que se aplica.
Catecismo:
1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf. DS 76; 409; 411; 801; 858; 1002; 1351; 1575; Credo del Pueblo de Dios, 12).
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