Venid en pos de mí

Eran pescadores. Una profesión tan digna como cualquier otra. Y no exenta de peligros. El mar de Galilea -que en realidad es un gran lago de agua dulce- no era un Cantábrico enfurecido, pero también tenía sus días “complicados". Un hombre de Nazaret había empezado a predicar siguiendo los pasos de un profeta “famoso", llamado Juan. En esa tarea buscaba hombres de pueblo que le acompañaran. Y se fijó en dos hermanos pescadores. No buscaba en ellos un cambio de profesión. Pero sí que cambiaran el destino de sus labores. No se trataría se seguir sacando peces fuera del agua sino hombre fuera del “mundo". Se acercó a ellos y les dijo: “Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres” (Mt 4,19). Y ellos “dejaron al instante las redes y le siguieron” (Mt 4,20). Al rato, llegó a donde estaban otros dos hermanos ayudando a su padre con los aparejos de pesca. Mismas palabras, mismo resultado.

Ese hombre de Nazaret era ni más ni menos que Dios encarnado, pero aquellos israelitas todavía no lo sabían. Poco sabían entonces que sus vidas habían dado un giro radical, absoluto. Habían sido educados en la fe de sus padres. Y en dicha fe figuraba la llegada del Mesías. Pero seguramente no imaginaban ni por un momento que el hombre que les llamaba era ese Mesías esperado y que se iban a convertir en co-protagonistas de su misión.

Dios llega a la vida de los hombres cuando no le esperan. En ocasiones aparece cuando todavía son niños. En otras, siendo ya adultos e incluso ancianos. Pero cuando llega, se queda. Y transforma vidas “anodinas” en la aventura más maravillosa que nadie pueda soñar. Basta con responder afirmativamente a su llamada.

La vida en Cristo está muy lejos de ser fácil. En muchos aspectos es un gran vía crucis que acaba en un Calvario. La cruz está más o menos presente a lo largo del camino. El pecado a veces se presenta en forma de una galerna capaz de hacer naufragar al barco más imponente. Otras es un iceberg del que solo se ve una pequeña parte, pero que por debajo del agua es enorme, un auténtico peligro para cualquier Titanic. Y, sin embargo, sabemos que al frente del timón está Aquel que con su palabra es capaz de calmar las aguas y con el fuego de su amor puede derretir un continente helado.

Puede que tú, estimado lector, ya hayas escuchado las palabras del hombre de Nazaret llamándote a seguir tras sus pasos. Puede que ya hayas dicho “sí, voy contigo". Puede que todavía estés ensimismado en tus cosas y no ha llegado el momento en que oigas “ven en pos de mí". Pero llegará. Cuando llegue, no dudes. No digas que no a una llamada que transformará tu existencia y la de aquellos que te rodean. Que Aquel cuyas manos crearon el universo se fije en ti puede ser anonadante, pero bien sabes que el amor no es algo que se explique. Simplemente se vive. Tu vida es un acto de amor que solo puede dar buen fruto si la vives en el amado. Y Dios te ama. A ti. Porque sí. Porque Él no sabe hacer otra cosa que amar y dar sentido a tu vida.

Luis Fernando Pérez Bustamante

9 comentarios

  
Fernando
Gracias por este post tan bonito.

Muchas veces en las relaciones humanas se mezcla el amor con el interés -qué puede ser legítimo y totalmente bueno, pero siempre supone 'aguar el amor'-.

El Hijo de Dios no nos necesita para nada, así que si Él se relaciona con nosotros solo puede ser por amor.

Ojalá lo encontremos pronto y como en Galilea dejemos de caminar en tinieblas. El pecado es tan atractivo cuando no tienes luz para ver más...
26/01/14 3:23 PM
  
Luiscar
Amen.

Que Cruz tan grande asomarte a la ventana y saber que la mayoria de los que vas a ver cruzar por la calle,no conocen el indecible Amor de Cristo. Y cuando cierras la ventana y bajas la persiana,pesa aun mas,al ver que los de tu propia casa,tampoco tienen a Cristo,sino que el mundo les tiene a ellos.

¡Padre!,no permitas que la tibieza enfrie nuestro corazon y seamos antitestimonio de TU Gloria,no te lo pedimos por nosotros,te lo pedimos por el Nombre que esta sobre todo nombre,para que SU Rostro no sea pisado por nuestra culpa,porque esa si es una cruz insoportable.
Si has querido que por nuestros pasos lleguen al Camino,danos la Luz,Señor,para que veamos claramente que te seguimos,danos el Amor a la Cruz,y estaremos seguros que por donde vamos,tambien estos escucharan TU Voz.

La Paz de Cristo.
26/01/14 5:21 PM
  
Juan
Desde que escribe estos posts tan suaves, me temo que ha perdido todo el interés que tenía.

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LF:
Es posible, pero si por mí fuera, solo escribiría posts así. Llevo años diciéndolo. Y ojalá de ahora en adelante pueda dedicarme solo a esto.
26/01/14 6:19 PM
  
Mariano
Una indicación, LF. Creo que cuando Jesús llama a Andrés y Simón que iban a echar el copo en el lago para pescar, ya antes les conocía de la escena que refiere el evangelio en que Juan Bautista profetiza de Jesús que es "el cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Tras estas palabras de Juan, le siguieron dos discípulos de Juan, uno de ellos era Andrés, y tienen un diálogo con Jesús a quien preguntan "Maestro ¿dónde vives?". A lo que Jesús les responde "Venid y lo veréis". Después de pasar la tarde con Jesús, Andrés va a su casa y habla a su hermano Simón de que han encontrado al Cristo del que todos los profetas hablaron, y fueron a presentarse a Jesús.

Por tanto, antes de llamar a Andrés y a Simón, ya les conocía antes Jesús. Sin embargo creo que el evangelio no tiene una escena similar relatada de Santiago y Juan antes de que les llame a seguirle y ser pescadores de hombres. Un saludo y gracias por tu artículo. Dios te bendiga.
26/01/14 6:43 PM
  
Rosario
¡ qUE HERMOSO. Quien los llamaba era Jesús de Nazaret,
ojala nosotros también podamos reconocerlo. Camina con nosotros.
26/01/14 11:19 PM
  
Ricardo de Argentina
LF, tomo las últimas palabras de tu artículo como resumen del mismo: nuestra vida tiene sentido porque Dios, que nos ha pensado desde la eternidad, nos tiene deparado a cada uno una Misión. ¡El sentido de nuestra vida es esa Misión!.
La cual, una vez conocida, debe ser abrazada y cumplida para nuestra realización personal y cristiana.
Una de las más bellas expresiones de ¡Misión cumplida! es la que expresa el Apóstol al intuir su muerte:
“He librado el buen combate, he terminado mi carrera, he conservado la fe”.

También Lope de Vega ha expresado en esta hermosa poesía el sentido de la Misión:

¿Yo para qué nací? Para salvarme.
Que tengo que morir es infalible;
Dejar de ver a Dios y condenarme
Triste cosa será, pero posible.
¡Posible...! ¿y río y duermo
y quiero holgarme?
¡Posible...! ¿y tengo amor a lo visible?
¿Qué hago? ¿En qué me ocupo?
¿En qué me encanto?
¡Loco debo yo ser, pues no soy santo!

26/01/14 11:24 PM
  
P Felipe de Jesus
Simplemente Gracias!!!
Hace bien terminar el Domingo con una lectura así, Dios se sirve de muchos medios para darnos fuerza en el combate de restaurar todas las cosas en Cristo.
Nuevamente Gracias!!!
27/01/14 12:19 AM
  
Legolas
Editado:
Ah, pero eso es una noticia, no un post mío. No tengo el control de los comentarios de las noticias en fin de semana. No puedo hacer nada.
27/01/14 1:36 AM
  
Maga
LF,,sé que me salgo del Post. Sólo quería pedir que rezaseis todos por la hermana de una amiga mía, que tiene una leucemia gravísima y a la que los médicos sólo le dan 15 DÍAS DE VIDA. Tan sólo tiene 31 años.
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LF:
Cuenta con ello
27/01/14 2:05 AM

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