Femen, residuo antisistema de la mujer objeto
Como cabía esperar, ya se han hecho “visibles” en España. Para ello han contado con la colaboración de algún diputado de izquierdas, que las invitó a que acudieran a la tribuna del público en el Congreso de Diputados. Ya han tenido sus cinco minutos de gloria mediática.
Precisamente eso es lo único que están consiguiendo esas feministas radicales. Repercusión mediática. Y para ello usan su propio cuerpo. Lara Alcázar, su líder en España, lo explica la mar de bien: “Nuestro cuerpo no es un objeto erótico, es un objeto de protesta, es un contexto político“. Lo primero no hace falta que lo jure. Es evidente. Lo segundo, tampoco hace falta que nos lo diga. Ya nos hemos dado cuenta. Sea como sea, se supone que el feminismo siempre ha luchado contra la instrumentalización del cuerpo de la mujer y estas presumen de hacer exactamente lo contrario. Porque, vamos a ser claros, ¿quién haría caso a cuatro locas histéricas gritando si no enseñaran sus pechos? Nadie.
El argumentario que usan es de manual. Consiste en el típico discurso demagógico y lleno de lugares comunes de la extrema izquierda radical. Cualquier persona normal que oye hablar del PP como “un partido fascista, derechista y misógino” se da cuenta de que quien suelta semejante sandez tiene una mentalidad sectaria con la que no merece la pena perder el tiempo discutiendo.
Laura Alcázar (*) “amenaza” con montar más numeritos. Me malicio que la Iglesia en España será objeto de alguna de sus actuaciones. Pero vamos a ser serios. Cuentan hasta ahora con entre 15 y 20 activistas en este país. Cualquier vigilia de la ANFE (Adoración Nocturna Femenina) tiene más “activistas”.
Conclusión. De quien considera que matar a los hijos no nacidos es algo sagrado no puede esperarse sensatez ni respeto. Quienes usan sus pechos como banderín de enganche para llamar la atención deberían ser repudiadas por los millones de mujeres decentes de este país. No puede ser que veinte antisistema en topless representen a nadie salvo a sí mismas. Si parte de la izquierda aplaude solo significa que están de acuerdo con la utilización del cuerpo de la mujer como objeto para la acción política. Para eso han quedado. Debería darles vergüenza, pero no la tienen.
Luis Fernando Pérez Bustamante
(*) ¿Nos apostamos algo a que Alcazar acaba dentro de unos años en alguna lista electoral de un partido de izquierdas del sistema?
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