Hay que rezar por Hans Küng
He de reconocer que lo primero que he sentido al leer las últimas declaraciones de Hans Küng es pena. Mucha pena. Dice: “No quiero seguir viviendo como una sombra de mi mismo” y “No estoy cansado de la vida, sino harto de vivir".
Al parecer, estaría considerando la posibilidad de pedir el suicidio asistido, debido a que la enfermedad de Parkinson que padece le puede dejar ciego y totalmente impedido.
Según Küng “el ser humano tiene el derecho a morir cuando ya no tiene ninguna esperanza de seguir llevando lo que según su entender es una existencia humana".
¿Dónde queda Dios en el pensamiento actual de Küng? ¿dónde la cruz? ¿dónde la aceptación de la voluntad divina? ¿dónde la dignidad de todo ser humano por encima de cualquier circunstancia o enfermedad que padezca?
No hago esas preguntas para criticarle sino para pedir que se rece por él. Solo el Señor sabe hasta qué punto su conciencia está afectada por la enfermedad que padece. Pero ojalá quede en ella una rendija abierta a la gracia que le capacita para asumir estos últimos momentos de su existencia en paz con Dios.
Difícilmente se puede morir en la gracia de Dios en la camilla de un hospital donde te hacen la eutanasia. Y quien no muere en la gracia de Dios tiene un destino eterno ciertamente complicado.
Atrás queda su pertinaz oposición al magisterio de la Iglesia. Lo que ahora tenemos delante es un hombre enfermo que ya no quiere vivir más. Que Dios le ilumine para morir en sus brazos. Que el último mensaje de Küng al mundo no sea un canto a la cultura de la muerte.
Luis Fernando Pérez Bustamante
PD: Precisamente en las intenciones de oración del Papa Francisco para este mes de octubre, la que aparece bajo el epígrafe «General» dice:
«Que quienes se sienten agobiados hasta el extremo de desear el fin de su vida, adviertan la cercanía amorosa de Dios».
PD 2: Esto ha dicho en España Mons. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acerca de estas declaraciones de Küng:
Es muy lamentable. Él es teólogo, tiene que saber que Dios es el dueño de nuestra vida, y que el suicidio no es una solución legal o ética responsable. Espero que nadie siga el ejemplo de Hans Küng en esto que ha dicho. Es muy triste para mí que un teólogo que cree en el Dios creador se explique de esta manera. Está realizando la negación de la gracia. Nuestra vida está en las manos de Dios.
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