Monago y la duda entre votar a Caifás o a Judas Iscariote
Un sector muy importante del PP lleva ni se sabe la de tiempo intentando que se les perdone la vida por ser “de derechas”. Y la mejor manera que tienen de lograr su objetivo es situándose en el mismo bando ideológico que la izquierda en temas morales y de ingeniería social. Es decir, son tan abortistas como el PSOE, tan pro-matrimonio homosexual como el PSOE, tan pro-ideología de género como el PSOE, tan “todo lo que se les ocurra que sea contrario a la cosmovisión cristiana de la sociedad” como el PSOE.
En todo caso, no vayan ustedes a pensar que ese sector encuentra una resistencia numantina entre lo que queda de catolicismo en ese partido. Ni mucho menos. Es más, a nadie quepa la menor duda de que si se planteara una batalla ideológica real en el seno de ese partido, de forma que llegara incluso a producirse la posibilidad de una escisión, el sector progresista la ganaría de calle y se quedaría con las siglas de la formación.
En Extremadura hay un ejemplo visible de esto que digo. Su presidente, el popular José Antonio Monago, no pierde oportunidad alguna de demostrar que le importa un pimiento los valores de los pocos o muchos votantes católicos de su partido. Él defiende cada vez que puede el matrimonio homosexual y ahora piensa dedicar el dinero de los impuestos de los extremeños -en realidad de todos los españoles- a pagar la reproducción asistida a solteras y lesbianas.
Monago sostiene que en estos asuntos no hay “ni izquierdas ni derechas". Pues no, mire, sí las hay. El problema es que usted es de izquierdas y no de derechas. Usted no es distinto de socialistas y comunistas en todo lo que tenga que ver con los valores éticos y morales que deben ser tutelados por los gobiernos. Usted es tan rojo como Zapatero, Rubalcaba y Cayo Lara en esas materias. Y por eso mismo, desde el punto de vista de la fe católica, usted es tan repudiable como los nombrados.
Es evidente que aquel católico extremeño que piense que a la hora de votar conviene tener en cuenta los principios no negociables indicados por el magisterio pontificio, no puede de ninguna de las maneras apoyar al PP del señor Monago. Es más, puestos a votar el mal, pues casi mejor votar al mal genuino, y no al que viene acompañado de la traición. Si me dan a elegir, prefiero votar a Caifás antes que a Judas Iscariote.
Y además, al fin y al cabo, la política económica de la izquierda, al menos en la teoría, es más cercana a la doctrina social de la Iglesia que la de los populares. Digo en teoría, porque luego en la práctica tampoco existe mucha diferencia entre lo que hacen unos y lo que hacen otros. Si acaso, los unos son mejores gestores que los otros. Pero todos son igual de corruptos.
Luis Fernando Pérez Bustamante
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