La iglesia de Fernando Luis, el progre-liberal
En parte soy lo que soy porque Dios está empeñado en que sea lo que Él quiere que sea. Digo en parte porque debido a mis pecados falta mucho para que sea lo que Dios quiere que sea. Pero lo cierto es que podría ser mucho peor. Por ejemplo, en vez de ser director de InfoCatólica, podría dirigir un portal llamado CatolicismoGuay. Y escribiría artículos como el siguiente.
Modernicemos la Iglesia
Hay que poner la Iglesia a tono con el mundo moderno. Lo primero de todo, conviene democratizar su funcionamiento interno. Por ejemplo, a la hora de elegir obispos, el pueblo ha de tener la última palabra. Podrían realizarse primarias en las que los diversos candidatos nos cuenten sus planes pastorales y finalmente se hará una votación en la que participen todos los bautizados. Para votar bastará con registrarse previamente aportando la partida de bautismo.
Por supuesto, habrá también elecciones para vicario general de las diócesis. Y no es descartable que en las parroquias donde hay más de un sacerdote, los fieles elijan cuál de ellos es su párroco.
Se puede valorar también que la elección de obispos sea por solo un periodo de tiempo. ¿Qué pasa cuando el elegido falta a su compromiso electoral previo y quiere hacer una pastoral distinta a la propuesta? Es necesario que los fieles puedan enviarle de vuelta a casa.
En cuestiones de moral, la Iglesia ha de mostrar una cara amable, moderada y sin aristas. Es por eso necesario que se abandone cualquier oposición a los métodos anticonceptivos. Al fin y al cabo, casi todo el mundo los usa, ¿verdad? Pues no vamos a ser menos los católicos practicantes. Respecto a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, es evidente que facilitará mucho el discernimiento de los novios el saber si su pareja es sexualmente compatible, con lo cual no tiene nada de malo que se acuesten antes de casarse. A Dios no le puede molestar lo que se haga de cintura para abajo si hay amor de por medio.
Ni que decir tiene que aunque lo ideal es el matrimonio para toda la vida, todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Es por ello que se debe de admitir que los divorciados vuelvan a casarse las veces que sea necesario hasta que encuentren la persona que les dure como cónyuge hasta que la muerte les separe. Como paso previo hay que facilitarles ya mismo el acceso a la comunión aunque vivan amancebados.
Dado que Dios es amor, no tiene sentido alguno que el que se profesan personas del mismo sexo sea pecaminoso. Pensar lo contrario es una rémora del pasado con la que hay que acabar. Si el mundo, en su sabiduría ancestral, se está abriendo a las uniones homosexuales, ¿por qué la Iglesia ha de quedarse atrás?
En el tema del aborto, la clave es que el ser humano que va a ser destruido no sufra. Y eso es imposible en las primeras semanas de embarazo, ya que no tiene el sistema nervioso lo suficientemente desarrollado. Dado que Dios es tan bueno que acogerá en su seno todas las almas de los abortados -lo de las posibles consecuencias del pecado original es otro cuento medieval-, en el fondo estamos haciendo un favor a esas criaturas, que no tendrán que enfrentarse al pecado. Y así garantizamos a las mujeres que tengan los hijos que quieran y cuando quieran.
Igual ocurre con la eutanasia. ¿Por qué no adelantar la muerte del que se sabe que va a morir y está sufriendo indeciblemente? ¿Qué puede haber mejor que elegir el momento en que uno ha de rendir cuentas al Altísimo? ¿acaso a Dios le puede importar que las personas lleguen a la otra vida un poco antes de lo previsto?
Fundamental es garantizar el igualitarismo de género en la Iglesia. Hasta que no se logre que una mujer acceda al papado, seremos una institución misógina. Ahí tenemos el ejemplo de los anglicanos. Primero, sacerdotisas. Ahora, van a por las obispesas. ¿Qué tienen ellos que no tengamos nosotros? ¡Capacidad de escrutar los signos de los tiempos! Y los católicos que no esté de acuerdo con eso, que se vayan con Putin y el patriarca Kiril.
Los sacramentos han de estar abiertos a todos. La Eucaristía, sobre todo. ¿Qué impide que personas de otras religiones puedan participar en esa cena comunitaria en la que todos acaban tomando un poco de pan y un sorbo de vino que representan el cuerpo y la sangre de Cristo? Por supuesto, ha de dejarse a un lado la idea del sacrificio eucarístico. ¿Cómo vamos a celebrar que Jesucristo murió para expiar nuestros pecados cuanto todo el mundo sabe que acabó en la cruz solo por oponerse a la jerarquía religiosa de su tiempo?
Y en el caso de la confesión, aquellos que por razones psicológicas necesiten contar sus pecados solo a un cura, pueden hacerlo según el método tradicional. ¿Pero qué necesidad hay de poner impedimentos a las confesiones comunitarias en las que cada cual dice sus pecados a Dios de forma interna y luego el sacerdote absuelve a todos? En eso los protestantes nos llevan ventaja. Ellos se confiesan solo con Dios y ni siquiera necesitan un mediador que les certifique el perdón con una ceremonia que tiene mucho de burocracia.
La liturgia tiene que ser atractiva y sobre todo entretenida. A los pocos fieles chapados a la antigua a los que les guste el incienso, el canto gregoriano, etc., se les permitirá seguir celebrando esas misas. Pero no hay más que ver el éxito que tienen los pentecostales para saber que el culto ha de estar abierto a la alegría, el jolgorio, el baile y los temas musicales que gustan sobre todo a los más jóvenes.
El celibato para el clero sobra. Si algún joven quiere ser célibe y sacerdote, pues que lo sea, pero ya es hora de que contemos con curas casados y con hijos, que sepan de primera mano lo que es la vida matrimonial. Y dado que vamos a ordenar mujeres, no tendría nada de especial que una parroquia sea llevada por un matrimonio en el que tanto el marido como la esposa sean sacerdotes. Qué gran día será ese en el que Madrid tenga a monseñora Gutiérrez como arzobispa y a su marido, monseñor López, como obispo auxiliar.
Se me ocurren muchas otras ideas que harían de nuestra Iglesia una institución más acogedora, samaritana y solidaria, pero tiempo habrá de proponerlas más adelante. De momento me conformo con que se apliquen estos cambios.
Y si los de la caverna protestan, mano dura con ellos. Han estado 20 siglos manejando la Iglesia a su antojo. Es hora de que dejen paso a otros. Siempre podrían pedir al Patriarca de Constantinopla que les creara ordinariatos católico-ortodoxos.
Fernando Luis Bustamante Pérez, cristiano de base progresista y liberal.
En este caso, el orden de los factores -nombre y apellidos- sí altera el producto. Pero no vayan a creer ustedes que este post es una broma. Hay muchos que se dicen católicos y piensan exactamente igual que Fernando Luis. Algunos no llegan a todos esos puntos pero a otros les parecerán pocos. Lo que no tiene sentido alguno, y esto es muy serio, es pretender que unos y otros cabemos en una misma Iglesia. Cuando Cristo pidió al Padre que fuéramos uno, no pensaba en la unión entre quienes tienen una fe y la contraria. La unidad, necesaria, debe ser bajo una misma fe, un mismo credo. Todo lo demás solo causa confusión y, a la larga, condenación de muchas almas.
Luis Fernando Pérez Bustamante
31 comentarios
- el voto de los bautizados. ¿Y los simpatizantes, qué? A ver si el PSOE va a darnos lecciones de democracia.
- que alquien quiera ser sacerdote y célibe, ¿no se tratará de un pervertido?
Luego, más.
Un saludo.
Desde luego que así sería, si no fuese el mismo Cristo el que dirige, gobierna y protege a Su Nave de tantos embates.
El resultado: todos han salido progres,ateos y promiscuos, y por supuesto a ninguno de ellos lo veo en misa.Gran parte de los que se confirmaron conmigo creían en el momento de la confirmación que la Virgen no era virgen, que la Eucaristía es un símbolo y que la Biblia es básicamente una fábula.Mi profesora de religión, ex monja del mismo colegio y casualmente casada con un ex cura, decía que todo el evangelio era una parábola.
"mi pueblo se muere por falta de conocimiento".
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LF:
Así es.
¿Podría este argumento aplicarse a agnosticos, ateos, etc?
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LF:
No. Dios no quiere la muerte del que muere. Y quien vive alejado de Él, espiritualmente está muerto.
Propongo la candidatura de Leonardo Boff como Cardenal Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe,
A Sor Forcades como sacerdotiza y encargada del uevo catecismo católico progresista "actualizado".
La realidad desde la ironía, pero al fin explicada, en honor a la verdad.
Bendiciones!
Como dices, hay gente que sí opina de esas maneras. Ayer mismo, leí un artículo -escrito por una persona obviamente muy bondadosa- en que se defendía que Jesús sólo fue un laico que nunca nombró sacerdotes, éstos fueron una construcciòn posterior. Ni se consideraba que Jesús es Dios porque el objetivo debía de ser verle como un simple profeta humano más a la espera de refundir todas las creencias que hay por el planeta. El dichoso Budismo, supongo.
¿Què valor das a la frase de Cristo de que el que cambie uno solo de estos preceptos y lo enseñe así a los hombres, será el menor en el reino de los cielos? Lo digo por lo de la confusión y condenación de muchas almas, porque si es por ignorancia...
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LF:
Te quité el primer párrafo por las razones que cuento en mi otro comentario.
Cristo jamás consideró que la doctrina fuera poco importante. De hecho, como dicen los evangelios "y la muchedumbre, oyéndole, se maravillaba de su doctrina" (Mt 22,33), y "se maravillaban de su doctrina, porque su palabra iba acompañada de autoridad" (Luc 4,32).
En todo caso, gracias a Juan y al resto por aportar su parecer.
(Eso me pasa por comentar en la hora de la siesta)
Gracias por tu nuevo portal de "...portal llamado CatolicismoGuay...")
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LF:
:-)
Sin embargo, hay una posición en la que lo que hace es distorsionar. Mucha gente lo que defendemos es que la euanasia sea legal, no que sea moralmente buena, lo que son dos categorías completamente diferentes que en su interpretación confunde.
Yo no defiendo "adelantar la muerte del que se sabe que va a morir y está sufriendo indeciblemente", sino permitirle que si él quiere la adelante. Yo no creo que no haya nada "mejor que elegir el momento en que uno ha de rendir cuentas al Altísimo", pero no me creo autorizado para negare el derecho a alguien a ejercerlo. Si que creo que "a Dios le puede importar que las personas lleguen a la otra vida un poco antes de lo previsto", pero también creo que a Dios hay otra muchas cosas en el mundo que no le gustan y no se me ocurriría pedir que fuesen ilegales.
Es decir, no confundamos el que algo sea un pecado con que algo deba ser ilegal.
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LF:
Como digo casi al final, hay cosas de las que Fernando Luis habla que no son compartidos por todos los progr-eclesiales. Y hay otras que no digo.
Respecto al tema de la eutanasia, la Iglesia es muy clara. Cuidados paliativos, todos. Eutanasia, nada. Y no he hablado de leyes, aunque podría hacerlo.
Si es posible, te insisto un poco en lo de la doctrina, porque no puede ser lo mismo que la recibas como alguno de los Apóstoles, al que Jesús arrasó mirándole y diciéndole: "¡Sígueme!", que oirla de cualquiera de nosotros, por competentes que seamos. Ésto tendría el propósito de fundar poderosamente la Iglesia en beneficio de todos. Todo el mundo recibe una paga infinita, pero sólo Dios sabe cuándo y cómo.
Nunca he comprendido la afirmaciòn -que incluso dice la Virgen María en Fátima- de "...mirad cómo se condenan por no tener quien les predique o rece por ellos..."; mis padres la suprimían de la novena de la Gracia de San Fco. Javier.
Responde al adagio: "Si no puedes con tu enemigo, únete a él".
Para destruirlo por dentro, claro.
Arremetieron infiltrándose con gran ímpetu y coordinación luego de la IIGM.
Ahora están un poco viejitos, pero el Enemigo no descansa y no se va a dar por vencido.
Porque nosotros sabemos que ellos no pueden vencer, pero ellos no se lo creen.
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LF:
Vale. Saludos.
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LF:
¿Conservadurismo mundanizado y frívolo? ¿clero que orienta desde el confesionario hacia la ideología gay?
Yo debo ser el tío con más suerte del mundo. Jamás me he encontrado con sacerdote que trabaja solo en horario de oficina -como me dijo el otro día un comentarista- ni a otro que me intente pervertir doctrinalmente de tal manera desde el confesionario.
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LF:
No niego el diálogo con el mundo moderno. Lo que niego es que el mundo moderno sea la luz de la Iglesia en vez de la Iglesia la luz del mundo moderno, del antiguo y del futuro.
No niego que haya que aplicar el principio paulino de examinarlo todo y retener lo bueno. Lo que digo es que el humo de Satanás entró en la Iglesia hace décadas y todavía sigue dentro. Lo del humo no es cosa mía. Lo dijo un Papa.
Sí, los que defienden la cultura de la muerte -aborto, eutanasia,etc- puede ser que se conmuevan ante la pobreza en el mundo, las guerras y el calentamiento global. Pero como yo estoy en contra de la pobreza, la guerra y la destrucción del medio ambiente, y no veo a NADIE en la Iglesia que esté a favor de esas cosas, pues considero que no son temas polémicos y por tanto no los incluyo en mi análisis.
Y yo, personalmente, no tengo monopolio alguno de nada. Pero reto a quien sea a que muestre un solo texto de mis artículos que contradiga un solo artículo del Catecismo de la Iglesia. Uno solo, ¿ok?
En cualquier caso, es evidente que no tengo autoridad para excomulgar a nadie ni para imponer las penas canónicas correspondientes a todos los que se oponen públicamente al magisterio de la Iglesia. Pero sí tengo la libertad para opinar. Y si a la Iglesia le parece mal que lo haga, que me lo diga a través de sus pastores. Cojo el petate, cierro el blog, me busco otro trabajo y a vivir, que son dos días.
Mientras no ocurra así, recomiendo a los que no les gusta lo que escribo que se hagan el inmenso favor de no leerme.
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LF:
Yo soy de los que no tengo ni idea sobre esa cuestión.
Luis Fernando: ¿tú crees que los niños asesinados por el abominable crimen del aborto quedan privados de la visión beatífica de Dios, aunque no tengan pecado alguno?
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LF:
Yo soy de los que no tengo ni idea sobre esa cuestión.
14/08/13 11:46 PM
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- Ambos os invito a leer lo que dice el Evangelio sobre el trigo y la cizaña. (Mt.13,24-29)
-Ahí queda dicho sobre aquellos quienes, en su principio origen, siendo la razón de una vida inocente que de Dios procede, al final de su vida, serán el trigo escogido esperado y guardado.
-Y de aquellos quienes, en su principio origen, siendo la sinrazón de una vida que de Dios no procede, al final de su vida, será la cizaña que hay que hay que desechar y quemar.
-Y si por casualidad me preguntáis del modo y manera de saber, quién en su principio origen siendo semilla de trigo o cizaña, al final de su vida, será guardado o quemado. La respuesta es clara:
-Al trigo, como hijos de Dios, lo sembró y los creó Dios. Y a la cizaña, como hijos que no son de Dios, los sembró y los creó el enemigo de Dios.
-Por esto: "...Y les dijo: No, no sea que al querer arrancar la cizaña arranquéis con ella el trigo. Dejad que ambos crezcan hasta la siega;..-"
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LF:
Vale.
Dices que nadie tiene el monopolio de la eclesialidad pero es que lo tiene la Iglesia, ya que las fuentes de nuestra religiòn son la S. Escritura y la Tradiciòn, y cuando algo no está claro tenemos también la autoridad definitiva con que se pronuncia el Magisterio vivo. Como explicaba san Vicente de Lerins, si todo el mundo interpreta la S. E. habrá tantas opiniones como personas, debido a la profundidad de la Palabra de Dios, y por eso debemos rechazar lo que no es católico, lo que no se ha creído siempre, en todas partes y por todos. Las presuntas novedades morales pasadas por las modas sociales son muy peligrosas. Por ello no podemos abrazarnos demasiado con quienes no respeten muy bien las normas de nuestra doctrina, por muy bueno que sea; el demonio se disfraza de luz para infiltrarse y conseguir que nosotros nos olvidemos de que a Dios no se le olvidó nada cuando fundó una Iglesia dejándole una doctrina perfecta, salvo las explicitaciones.
Ya están más que precisados en océanos de documentos pontificios las cuestiones a las que te refieres, la Iglesia ya no puede dialogar más, sólo puede proclamar con fidelidad el mensaje de Cristo.
Más bien pareces haber dicho tú alguna herejía, como eso que no explicas bien de que hay pensar que Jesús muriò por nuestro pecados contextualizándolo (?)¿Qué es eso de enmarcarlo en la vida histórica de Jesús, es que no fue Dios mismo quien murió por nuestros pecados, crees que se metió en política? Saludos.
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LF:
Puede sonar a chulería o prepotencia, pero ¿a estas alturas me tiene alguien que explicar que "las fuentes de la fe no solo beben del Catecismo sino de la Sagrada Escritura y de la tradición de la iglesia, de los Concilios y de las documentos magisteriales de los Papas, de la vida de santidad de la iglesia"?
Hombre, creo que es más o menos evidente que un poquito de fe católica sé. Gracias a Dios me he leído a los Padres, a muchos santos, documentos magisteriales de todo tipo y de toda época... en fin, que vuelvo a decir que si alguien encuentra algo en mis escritos que contradiga en un solo punto lo que la Iglesia enseña, que me lo diga. ¿Cuántos de aquellos a los que critico pueden decir lo mismo?
El tema del post no son los pobres. No existe un solo católico al que le parezca bien que haya gente que pasa hambre. No es eso lo que causa división en la Iglesia. La causan los que creen lo mismo que Fernando Luis, el progre-liberal. Todo lo demás es darle vueltas a una noria que no lleva agua.
Muchas gracias por el artículo. Lo que hoy día a algunos nos pueden parece aberraciones a otros les parece de lo más sensato.
Es lo que tiene dejarse contaminar por el mundo: se pierde el sentido de pertenencia a la Iglesia a favor de la cultura y gustos imperantes.
Y sí, una sola fe, un solo Credo. Eso no tiene nada que ver con que los cristianos seamos flexibles, tolerantes, comprensivos... nada que ver.
Un cordial saludo y agradecido siempre porque me instruyes mucho.
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LF:
Gracias a ti.
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LF:
No, es de una película. No me acuerdo ahora cuál.
Te agradezco la extensa aclaraciòn, aunque sigo discrepando; primero, en cuanto a lo que dices a Luís Fernando de que el mundo aporta luz a la Iglesia y que la Iglesia es trascendida por el Reino y el Espíritu, puesto que ese Reino y ese Espíritu han bajado del Cielo para nosotros y, como fabricantes y creadores de este mundo y de los que habitamos en él, son Luz y no tienen nada que aprender. Jesús dejó una doctrina concreta en relatos muy breves, repetidos cuatro veces.
El contexto es importante, pero la condena y muerte de Jesús son consecuencia sobre todo de enfrentar el espíritu del mundo, es decir, el afán de poder y de dinero y de sevirse a sí mismos en que hacía mucho tiempo los jefes hebreos habían caído, sustituyendo el primer Mandamiento -amar a Dios- por sus propios ídolos; porque Jesús no viene a enseñarnos que "la salvaciòn depende del amor al prójimo" como dices equivocadamente, sino a pedirnos sumisiòn a la Ley. La primera justicia del Reino es el amor a Dios, fíjate que los tres primeros mandamientos consisten en recordárnoslo. Por eso, te digo que el amor y la justicia para con los pobres no "son lo que nos salva íntegramente". Si no, seríamos sólamente filántropos, y nos olvidaríamos de que Dios está más próximo a nosotros que nadie... De la conversiòn nace la transformaciòn del mundo y trae -traería- la felicidad para todos.
Con tu permiso, añado un comentario que parece impertinente pero no lo es en absoluto: Jesús realiza un solo milagro de crear oro y es... para pagar impuestos por Él y por san Pedro. Creo que dio siempre más importancia al primer mandamiento -y su poder para transformar el mundo- que al segundo, pero como sabes perfectamente dejò claro que NO puede faltarse a él nunca jamás. Como sabes, Isaías lo dice de la manera más gráfica y bella: más o menos "...estoy harto de vuestros holocaustos, no puedo soportar el olor del sebo, ...lo que yo quiero es que de tu plato... entonces mi gloria irá tocando la trompeta delante de ti... llamarás y Yo responderé: Héme aquí...". Saludos nuevamente.
Ah, y con la mundanización la Iglesia no hace más por los pobres sino mucho menos. Y los tiempos de ortodoxia estricta coinciden con los de mayor actividad en favor de los más pobres.
M Galán y Joaquín, lo bueno que aporta el mundo y la modernidad a la iglesia, junto con sus errores: lo dejó claro el Vaticano II, fue su razó de ser, como (al igual que) ejemplifica el ministerio de Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II. No hay vuelta atrás después del Vaticano II en este dialogo con el mundo moderno, con sus aspectos positivos y negativos.. No se puede separar el amor de Dios del amor a la humanidad y la justicia con los pobres, eso es distintivo del mensaje teologgal, espiritual y ético de Jesús. Es más, Dios que es en sí Amor Trintario no necesita en principio de nuestro amor, y nos ha regalado su amor para que lo demos a los demás. Dios en su gracia (gratuidad) lo que quiere es nuestro bien y amor, que lo difundamos entre toda la humanidad. Por eso en el mandamiento nuevo del amor que nos da Jesús y su criterio de salvación (Mt 25,31-46) no aparece Dios en sí, sino los hermanos, el amor a los seres humanos, la solidaridad y la justicia con los pobres. Porque Dios es así de Gratuito, es Gracia y porque cuando amamos al hermano, cuando practicamos la justicia con los pobres: se lo hacemos a Dios mismo, lo amamos de verdad, que en Jesús Pobre y Crucificado está encarnado (presente) en los ser humanos, en los pobres y oprimidos. Todo ello, el Amor a Dios y a los hermanos en la justicia con los pobres, es lo que nos lleva y nos trae a la oración, a los sacramentos..., donde experimentamos la gracia del Amor de Dios, y que como bien señalaste, citando a los profetas lo cual también lo enseña Jesús, si el culto y la oración no nos lleva al amor y a la justicia con los pobres: se pervierte, se falsifica dicho culto, oración, los sacramentos... Tal como nos enseña todo ello la Palabra de Dios, la tradición y enseñanza de la iglesia. Por ejemplo, los Padres de la iglesia.... Un cordial saludo
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