La vida religiosa, los datos de Paco Pepe, el análisis de Carmen Bellver y el mío
Francisco José Fernández de la Cigoña lleva escritos una serie de artículos en los que da los datos del número de miembros de las órdenes y congregaciones religiosas, con fecha 1 de enero del 2012. Para que no andéis buscándolos en su blog, aquí os pongo enlaces a todos:
Los últimos datos sobre la crisis de los religiosos (I)
Los últimos datos sobre la crisis de los religiosos (II)
Los últimos datos sobre la crisis de los religiosos (y III)
Y ahora las monjas (I)
Y ahora las monjas (II)
Y ahora las monjas (III)
Y ahora las monjas (y IV)
Los datos, datos son, y pueden ser objeto de diversos análisis. Carmen Bellver ha hecho el suyo propio en su blog en Religión Digital. Plantea el hecho de la crisis de la vida religiosa en el contexto social que ha vivido la Iglesia, sobre todo en Occidente. Dice:
La segunda guerra mundial trajo una reconstrucción de Europa que convulsionó en los años sesenta. El esquema de pensamiento que se había mantenido incólume durante generaciones, de repente quedó cuestionado y se vino abajo. El progreso material de la sociedad dio paso al consumismo y al estado del bienestar. La revolución sexual y el feminismo tomaron carta de naturaleza entre los más jóvenes. La utopía política mutó en aquellos años que idealizaron la revolución cubana. Ese panorama social de búsqueda de nuevas alternativas, de cambios que afectaban directamente a la familia, tenía que manifestarse también en las estructuras de la Iglesia.
Estoy de acuerdo en la descripción de los hechos pero no en que “tenía que manifestarse también en las estructuras de la Iglesia". La Iglesia no puede ir a rastras de lo que haga el mundo. Muy al contrario, ha de ser siempre un faro de luz capaz de iluminar a dicho mundo. Eso no significa que no deba de adaptarse a las circunstancias históricas y sociales. Pero una cosa es buscar la mejor manera de transmitir el evangelio y de vivir la vida cristiana, sobre todo en el caso de los religiosos consagrados, y otra dejar que los vaivenes de las sociedades transformen la Iglesia en algo incompatible con su naturaleza.
Añade Carmen:
No era difícil por tanto que esas personas que hicieron una opción de vida, tuvieran sus crisis personales y muchas reconsiderasen su camino. El mundo había cambiado, ya no era como el de sus antepasados. Había por tanto que encontrar nuevos caminos y nuevas formas de conectar con la sociedad. Y ahí tuvieron lugar esos experimentos con gaseosa que todos conocemos. Algo que trajo una Iglesia de dos velocidades, la de los progresistas y la de los conservadores. Una Iglesia sometida al vaivén de los cambios sociales y otra empeñada en circunscribirse a la tradición. Sólo ahora tras cincuenta años de convulsiones podemos afirmar que se va abriendo una nueva vía.
He de confesar que lo de la “tercera vía” me recuerda mucho al experimento anglicano. Es decir, una especie de mix del catolicismo de siempre y el protestantismo. Hoy vemos en qué está quedando esa opción. El problema es que en la Iglesia Católica no caben personas que profesan una fe diferente los unos de los otros. En el anglicanismo convivieron durante siglos la High Church -catoliquizante- con la Low Church -protestantizante-, hasta que llegaron los liberales y arrasaron todo. En el catolicismo ni siquiera sería posible una High Church y Low Church, y ni les cuento lo absurdo que es pretender encajar el liberalismo teológico dentro del alma católica. Como diría mi abuelo paterno, “lo que no puede ser no puede ser y además es imposible".
Ciertamente el catolicismo no ha sido jamás una realidad monolítica y sin matices. La pluralidad de carismas forma parte de la misma esencia de la Iglesia. Pero hablamos de una pluralidad que está circunscrita a un patrimonio común, que es el depósito de la fe. Fuera del mismo, se pierde la identidad católica aunque nominalmente se pretenda seguir siendo católico.
El futuro, pues, del catolicismo, no es una vía intermedia entre los progresistas y los conservadores. El futuro es ser católico a secas. Es decir, asumiendo toda la Tradición -sin rupturas- y a la vez siendo conscientes de que el magisterio puede seguir avanzando en el camino que lleva recorrido estos últimos veinte siglos. El cardenal Henry Newman, beato y converso al catolicismo desde el anglicanismo, lo explicó muy bien en su obra sobre el desarrollo del dogma, aunque no estoy hablando solo de cuestiones dogmáticas. Quien dude que pueden darse novedades en el seno de la Iglesia que no son necesariamente incompatibles con su esencia, que vea lo que está ocurriendo con los denominados “nuevos movimientos eclesiales”, frutos en gran medida del último concilio. No es que no haya problemas con ellos, pero no dejan de ser un ejemplo de que la Iglesia está muy viva y, por el Espíritu Santo, da a luz nuevos hijos.
Volviendo a la cuestión de los religiosos, el análisis de Carmen Bellver sería más adecuado si incluyera un hecho inobjetable. Hay congregaciones religiosas que no tienen crisis de vocaciones por la sencilla razón de que son fieles a su carisma. El drama se da sobre todo en quienes han sufrido un proceso de secularización interna brutal, que ha desnaturalizado completamente la identidad que tenían.
Ahí está el ejemplo de las religiosas de la LCWR en EE.UU, que son un esperpento. Al contrario, en España tenemos los casos de las monjas de Sigena o las conocidas como veroniquesas. Y, de hecho, incluso en las órdenes y congregaciones que más han sufrido la secularización, hay religiosos que permanecen fiel al carisma de sus fundadores. Dios se lo pague.
Hoy hay órdenes y congregaciones religiosas que, usando un término castizo, no las conoce ni la madre que las parió. Y están destinadas a desaparecer porque en ellas se cumple lo que dijo Cristo:
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. El que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, y se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan.
Juan 15,5-6
En este portal hemos escrito mucho acerca de la necesidad de una auténtica reforma de la Iglesia, que sirva para solucionar la crisis en la que está envuelta desde hace décadas. El blog de nuestro editor se titula “Reforma o apostasía” y es claro ejemplo de lo que digo. Es nuestro pequeño grano de arena al servicio del Señor y de la Iglesia. Y si en verdad hay algo dentro de ella que necesita, con urgencia, ser reformado para bien, es la vida religiosa. Los datos que da Fernández de la Cigoña son solo un síntoma. Y apuntan hacia una realidad espantosa si no se toman medidas. Pero hay algo más espantoso que perder religiosos consagrados. A saber, que muchos de los que haya estén alejados, en mayor o menor medida, de la verdadera consagración. No se entiende la Iglesia sin la existencia de los religiosos. Pero no se entiende la existencia de los religiosos si no están verdaderamente injertados en el árbol de la fe que nos ha sido entregada “una vez y para siempre“(Jud 3).
Luis Fernando Pérez Bustamante
19 comentarios
Las órdenes centenarias que surgieron en determinado contextos sociales, no han desaparecido pero también disminuyen en número: carmelitas, dominicos, franciscanos, jesuitas.
Se mantienen en un nivel aceptable las órdenes contemplativas con carácter riguroso. Crecen las que se dedican a la oración y la evangelización
Se ve también con buena salud los movimientos surgidos en el marco de esta crisis, neocatecumenales, focolares, opus dei, etc.
De manera que se confirma que las crisis dan lugar a nuevas experiencias. Yo contemplo lo que opinas, como un factor más en la crisis. No en su totalidad. Mantengo mi opinión y comparto la tuya.
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LF:
Vale.
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LF:
¿Eres profeta?
La Revolucion Industrial cambia no solamente las condiciones materiales de nuestro entorno sino la propia realidad, yo soy un idealista subjetivista y considero que nuestro cerebro nos construye la realidad, de ahí la crisis generalizada no solo del catolicismo sino de todas las religiones que se crean en el periodo axial.
Y de ahí el éxito de las formulas gnósticas de religion como lo son los pentecostales y compañías, estos no tienen nada de luteranos ni siquiera son como las primeras comunidades cristianas, son gnosticismo puro.
Si la promesa del Apocalipsis es verdadera lo que ocurre ahora no es mas que un periodo de adaptacion, la Iglesia ya se las arreglara para buscar nuevas estructuras mentales y la búsqueda de dichos símbolos psicológicos se hará en oposicion a la gnosis, hoy por hoy la real ganadora del industrialismo.
Por cierto gnóstico es también el progresismo cultural europeo.
Pero de facto y en la aplicación práctica es lo que tenemos en muchas diócesis.
Hay Parroquias Low Church y Parroquias High Church. Y el que no lo vea, está ciego.
P. ej. a un sacerdote de una Parroquia "High Church" le hablo del Teólogo jesuita Cándido Pozo y me dicen: "Muy recomendable porque es Doctrina de siempre". En una Parroquia "Low Church" me dicen: "Eso está ya pasado de moda. Hay cosas más actuales" (y te recomiendan los típicos librillos insulsos de siempre (y no hablo de libros heréticos que es otro tema, sino de libros sin chicha que no sirven para mover el espíritu a nadie pero que suenan muy bonitos y muy contemporáneos)).
Otro ejemplo:
"Voy a leer la Imitación de Cristo" ---> Parroquia High Church : "¡¡¡ESTUPENDO!!!!"
----> Parroquia Low Church : "¡¡Qué antiguo eres!! ¡Eso ya está superado!"
Y así vamos. Y algún día tendrá que reventar por algún sitio. Porque efectivamente: en la esencia de la Iglesia Católica, no pueden coexistir esas "Iglesias" de facto.
La tercera vía de la que habla Carmen, no se refiere a encontrar posturas teológicas y doctrinales intermedias, se refiere a los caminos por los que avanza la Iglesia, volveremos a ver a los religiosos de siempre, con sus hábitos y dando la importancia debida a lo principal que aporta la Iglesia, los sacramentos, y a su vez, preocupados por las cuestiones sociales, la miseria, la educación, la sanidad de quien no la tiene,..., algo que por cierto no es nuevo y parece que lo descubrieron Boff and company, pero que pasará al primer plano de forma definitiva por parte de la mayoría de los cristianos.
Triste final.
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LF:
Cristiano es mi nombre, católico mi apellido. Con eso está dicho todo.
Y creo que las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia.
En todo caso, si no llega la reforma y sí la gran apostasía, será porque estamos muy cerca de la Parousía.
Maranatha.
La decadencia no sólo va ligada a un problema de "doctrina"-como si fuese una cuestión de integridad intelectual-, es más grave, es un problema de fe: muchos, en su diálogo, con el mundo han dejado que el mundo les coma la fe.
Y consecuentemente a caído la moral y el carisma específico. Si es que arrancada de la vid, todo el sarmiento se seca. Y lo seco y muerto no tiene capacidad de producción de vida.
Pueda ser que en el mundo llegue a haber un sólo católico y la Iglesia seguirá tan viva como antes de la Reforma. Los números son sólo números, la vida es otra cosa.
¿Hay que hacer algo? Pues creo que se está haciendo. Se sigue celebrando Misa, se sigue orando por las vocaciones, se sigue esperando la llegada del Reino. Si el Señor de la mies no manda obreros, por algo será, no estoy yo en la labor de contradecirle.
Más bien, me siento a la orilla del camino, a esperar el paso del cadáver de mis enemigos. Porque pasará, de eso no tengo ninguna duda.
Me da la impresión de que la iglesia mantiene básicamente las estructuras que tenía en la Cristiandad. Pero esta realidad político-religiosa ya no existe más, por lo cual entiendo que sería positivo hacer un replanteo general a fin de que la secularización no nos siga inundando.
Por lo demás las congregaciones diseñan campañas vocacionales pero no suelen emplear una totalmente gratuita y más efectiva como es portar el hábito o clergyman por la calle, lo que es una permanente interrogación para quien los ve.
Cigoña lleva años publicando las series tenebrosas sobre la muerte inminente de los religiosos, pero no tenemos ni idea de cuál es la evolución del clero diocesano en varios países relevantes (USA, Francia, España, Italia, Polonia, etc. o bien en las distintas diócesis españolas.
Es una pena que no publique una serie así, porque el análisis queda incompleto.
¿Sabe alguien por encima cuál es la evolución del clero diocesano y entre la feligresía? Porque yo tengo la impresión de que lo que les está sucediendo a los religiosos le ha pasado también a la Iglesia en su conjunto.
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LF:
Pues depende de los países. En Occidente el clero diocesano está también en claro retroceso, aunque parece que ahora hay un ligero repunte de vocaciones. Pero las razones son exactamente las mismas y se resumen en una palabra: secularización.
Y la diferencia entre el clero diocesano y las órdenes y congregaciones religiosas, es que el primero puede superar la crisis si hay obispos que se toman en serio la formación del clero joven y la pastoral juvenil, mientras que los religiosos eligen como superiores a aquellos que tienen un perfil que encaja con el de aquellos que han protagonizado la secularización. Si una orden en crisis es dirigida por quien cree que había que hacer lo que les ha llevado a esa crisis, es imposible evitar el desastre.
Pensemos antes de escribir pues "lo escrito escrito está".¡Vivan los dos Papas!.Uno retirado de su actividad y otro en activo.Se es Papa hasta la muerte.
Pero sin gobierno en la Iglesia.En otros tiempos de la Historia (creo que en la Edad Media),ya hubo el mismo caso.Lo he leído hace poco,no se si en Infocatólica.¡Perdón por lo largo de mi respuesta.
Ya hablaba de la "agonía del cristianismo" Unamuno. Nada sorprendente en la historia de la Iglesia porque es una constante cuasi-vital. Somos hombres, pecadores y seres limitaditos, pero somo la Iglesia.
Ya San Pablo habla de "falsos apóstoles" y, al respecto, nos aconseja que "no dejarnos llevar por las falsas doctrinas" (s. I). La crisis actual es un juego de niños con la --p. ej.-- del s. IV. ¡Aquello sí debio ser bueno. Pintaron bastos de verdad!
Crisis = momento de una incertidumbre;
agonía = lucha.
¿Y cuando el cristianismo no ha pasado por una y por otra? Es lo que en la Salve se evoca como "valle de lágrimas"
Hasta el momento en que el Señor "tenga a sus enemigos como estrado de sus pies" ha de pasar... ¿cuanto tiempo? No lo sabemos. Pero tiempo de crisis, y criris agónica. Confiad.
Al tratar de la decreciente membresía de las órdenes los números no son amables; pero son tan precisos como coyunturales. Echamos mano de categorías sociológicas para explicar el fenomeno, pero ¿nadie tiene presente que hemos estado, estamos y estaremos en manos del Espíritu de Dios, que sostiene a los que esperan en El?
Nunca es una buena noticia para un cristiano que desaparezca una orden, ni agradable asistir a ese momento. Pero, aunque algunas se lo hayan ganado a pulso, tampoco pasa tanto en la Iglesia. Dios siempre y sobre todo. Y a unas órdenes han seguido, siguen y seguirán --con ésta u otra forma-- nuevos y diferentes institutos... porque el Espíritu está con nosotros, e inspirará nuevos fundadores y despertará nuevas vocaciones.
Creed y esperad.
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