Lo que ha dicho Mons. Paglia versus lo que interpretan que ha dicho
La noticia parece ciertamente impactante. El presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia ha propuesto afrontar “las cuestiones de las uniones entre personas del mismo sexo en el ámbito del derecho privado, para garantizar las cuestiones patrimoniales".
Antes de analizar lo que ha dicho el prelado y, sobre todo, lo que no ha dicho, conviene tener en cuenta una realidad patente. La inmensa mayoría de los medios de comunicación no religiosos ha entendido sus palabras como un apoyo directo al reconocimiento de las uniones civiles homosexuales, a las que simplemente no habría que llamar matrimonio ni permitirles la adopción. Pues bien, esa interpretación no cabe dentro de la doctrina católica sobre esta materia. La misma está explicada con claridad meridiana en el documento “Consideraciones acerca de los proyectos de reconomiento legal de las uniones entre personas homosexuales", de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Dicho texto magisterial, firmado por el cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) concluye con el siguiente párrafo:
La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.»
Nótese claramente que no se condena meramente la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio. Se dice que no deben reconocerse legalmente esas uniones. Y punto.
Llegados a este punto, cabe recordar que, a la hora de saber cuál es la doctrina católica sobre una cuestión, de ninguna de las maneras se puede equiparar las declaraciones de un arzobispo a unos periodistas con un texto del magisterio. Un arzobispo puede no estar acertado a la hora de explicar su parecer sobre cualquier tema. Pero eso no cambia la doctrina de la Iglesia. Ni siquiera aunque ese arzobispo sea el presidente del Consejo Pontificio responsable de la materia sobre la que ha opinado. Ahí está el caso de Mons. Rino Fisichella versus arzobispo de Recife. La metedura de pata del prelado italiano no cambió ni una tilde de la postura de la Iglesia sobre la cuestión del aborto en casos extremos como el que se planteó entonces.
Dicho eso, ¿podemos decir que Mons. Paglia ha dicho algo contra el magisterio de la Iglesia al hacer esas declaraciones? Yo creo que no. Me explico. Equiparar los derechos de las uniones de convivencia a las uniones matrimoniales supone, obviamente, dar los mismos derechos del matrimonio a algo que no es matrimonio. Y eso es inasumible para quienes creemos que la institución familiar debe tener un tratamiento específico claramente diferenciado. Ahora bien, eso no significa que cualquier tipo de convivencia no matrimonial deba carecer de todo tipo derechos. El P. Jorge González puso ayer en su blog una serie de ejemplos válidos. Partiendo de ese principio, de la misma manera que no podemos estar de acuerdo con una discriminación positiva de las uniones homosexuales en relación con otro tipo de convivencias no matrimoniales, tampoco es plan de que pidamos una discriminación negativa. Y es ahí donde creo que encajan las palabras del arzobispo. En el ámbito del derecho privado, se pueden producir acuerdos entre personas -por ejemplo, cuestiones de herencia, titularidad de un piso, etc- que conviven juntas durante mucho tiempo, sea por la razon que sea. Los estados se limitarían a constatar que la convivencia es duradera, sin entrar en el tipo de relación afectiva u de otro tipo que tuvieran dichas personas. Y, desde luego, en esos acuerdos no pueden estar incluidos, ni de lejos, los mismos supuestos legales que son protegidos en el matrimonio por razón de que este constituye la célula básica de la sociedad.
Antes de concluir, quiero dejar bien claro que si, a juicio de la Iglesia, mi párrafo anterior choca contra el magisterio de la Iglesia que he citado anterioremente, téngase por no escrito.
Una vez explicado por qué creo que las declaraciones de Mons. Paglia no chocan con el Magisterio de la Iglesia -y de no ser así, más vale que la Iglesia le haga rectificar-, sí me parece que se puede afirmar que, con la que está cayendo en Europa, Estados Unidos e incluso Iberoamérica, en relación a las uniones civiles y matrimonios entre homosexuales, no parece muy prudente que el presidente del Consejo Pontificio para la Familia hable de tal manera que haya que hacer ciertos esfuerzos para conciliar sus palabras con las enseñanzas de la Iglesia. Si el magisterio ha dicho que no se deben legalizar las uniones civiles entre homosexuales, es mejor no abrir la puerta a una aceptación implícita de dicha legalización. En esta batalla, como en la del aborto, los que sirven al error y a la mentira aprovechan cualquier rendija por la que colarse para, una vez dentro, hacer todos los destrozos posibles. Basta leer los titulares de prensa para darse cuenta que Mons. Paglia no ha estado especialmente feliz con sus declaraciones. Si no en el fondo, sí en el tiempo de decir lo que ha dicho. Si los que odian, desde dentro y desde fuera, la enseñanza de la Iglesia sobre estas cuestiones cantan victoria, es que algo no se ha hecho bien.
Luis Fernando Pérez Bustamante
PD: Aviso al lector habitual y al que no lo es. En este post no pienso admitir ni un solo comentario que considere despectivo, siquiera lejanamente, hacia el arzobispo. Es decir, elevo considerablemente el nivel de censura habitual en mi blog. Y si veo que la cosa se desmanda, cierro comentarios.
30 comentarios
---
LF:
Je, je, je.
El problema, como yo lo veo, es que la falta de tal regulación es la que impulsa a los desmanes exagerados como el "matrimonio gay" que no tiene sentido, pies ni cabeza, y que -creo yo- ni siquiera los gays lo quieren, hasta que se ven obligados a falta de otra legislación, privada, quizás, como la propone el obispo.
De ninguna manera tal cosa supone aval al gaymonio y mucho menos al pecado. Es una opinión sobre una cuestión civil privada que debería resolverse privada y civilizadamente. Si no se permite una solución así, que luego no nos extrañe que el asunto se vuelva público y salvaje, como ha sido en todo el mundo.
Copio de http://www.derecho.com/c/Derecho+privado:
El Derecho privado es la rama del Derecho que se ocupa preferentemente de las relaciones entre particulares. Esta rama del Derecho se contrapone al Derecho Público, que es la parte del ordenamiento jurídico que regula las relaciones de los ciudadanos con los poderes públicos y de los poderes públicos entre sí.
También se rigen por Derecho privado las relaciones entre particulares y el Estado cuando éste actúa como un particular, sin ejercer potestad pública alguna (es, por ejemplo, el caso de las sociedades o empresas con personalidad jurídica propia creadas según las normas de Derecho mercantil y en las que el Estado o sus organismos autónomos ostenten un poder decisorio).
Comoquiera que hoy, en Europa, no se concibe el Derecho Privado más que como un apéndice del derecho Público, ya que se concede al Estado, no a la persona, la fuente del derecho no es raro que se haya producido el traslado de las opiniones a su aplicación pública.
De acuerdo con lo que señalas, LF, Mn. Paglia ha definido el "no reconocimiento público" de tales uniones, dejándolas en la esfera de lo privado.
El matrimonio teniendo estos mismo derechos, es mucho más, y es incomparable a cualquier otra situación de convivencia o afectividad natural o desviada, y debe ser protegida de manera especial, ayudando siempre a su conservación mas que a su destrucción.
1º.- Habla del derecho PRIVADO (lo que excluye las cuestiones de derecho PUBLICO, por ejemplo, pensiones futuras etc, inadmitiéndose por el Estado la pensión a un homosexual que haya convivido mucho tiempo con otro homosexual fallecido). Sin embargo, sería perectamente lícito que un homosexual pusiera al otro como beneficiario único de un fondo de pensiones privado.
2º.- Todo ello con la salvedad de que los acuerdos privados no pueden ser "contra legem". Por ejemplo, un homosexual con hijos de un matrimonio anterior no puede excluiur de su herencia a esos hijos por querer beneficiar a su pareja homosexual.
En definitiva, hablamos del respeto a la llamada "autonomía de la voluntad", cuyo límite son las normas de derecho imperativo. Fuera de esos supuestos no hay ningún problema en acordar lo que cada uno estime oportuno, y por los motivos que estime conveniente.
¿Que los medios manipulan las palabras de nuestros pastores? Por supuesto. Lo sabemos todos. ¿Que están siempre al acecho de una declaración dudosa? También lo sabemos. Y precisamente por eso, son inadmisibles las palabras ambiguas que últimamente vienen pronunciando algunas figuras destacadas de la curia sobre asuntos fundamentales, bien teológicos o bien morales (la presencia real en la Eucaristía o la virginidad de María en el caso de +Müller, el aborto en el caso de +Fisichella y el matrimonio en el caso de este arzobispo). Basta ya de crear confusión. Estas cosas llenan de dudas y desolación a los fieles. Respeten al Santo Padre y piensen en sus palabras antes de pronunciarlas. Estoy convencido de que Benedicto XvI está sufriendo con todo esto.
---
LF:
El Papa nombró a Muller sabiendo perfectamente lo que había escrito. Así que me da que su "ojalá" no tiene visos de realizarse. Pero eso es offtopic.
---
LF:
¿?
Va para todos
A mí lo que me parece es que lo del matrimonio homosexual nos lo han colado para intentar resolver ese problema.
Y no hacía falta para nada. Ni matrimonio, ni uniones. Solo permitir los acuerdos de Patrimonio y Herencias, etc.
Pero, los hijos del mal son más astutos que los hijos de la luz... ¿No?
Un ‘ministro’ del Vaticano apoya la legalización de las parejas gais
Vincenzo Paglia reconoce sus derechos aunque sin considerar el matrimonio y la adopción
Es impesentable
Me refería a que hubiera agradecido que añadiera "hacia el arzobispo y las personas homosexuales". Lo digo porque en ocasiones he leído comentarios muy hirientes sobre los homosexuales.
Muchas gracias.
----
LF:
Bueno, el protagonista es el arzobispo y sus declaraciones. Dudo que en este blog haya leído comentarios hirientes sobre los homosexuales.
Ahora, todo lo contrario, declaraciones, en las que el lenguaje es ambiguo y superfluo, sin conviccion. El hecho de que un prelado, no represente la doctrina del magisterio cuando se equivoca, no deja de hacer que sea signo visible de la Iglesia actual. Creo que mantener cierto recelo contra un prelado que mantiene posiciones no tan firmes con respecto a temas como estos, no le hace mal a ningun catolico.
La persona es la que tiene el derecho, no la cualidad o la forma de vivir la sexualidad,al querer equiparar los iguales al matrimonio, el fundamento varía, ya que dos iguales no cumplen los fines.
Que se asocien o que convivan no es asunto de la Iglesia, ni del católico,pero que se legisle lo que es imposible si que es asunto de la Iglesia si atenta contra la verdad natural,el matrimonio.
Lo imposible es el fin matrimonial y la familia natural no pueden dar vida, ese es el fundamento y al poner al mismo nivel una ley como la del matrimonio dual diferenciado se ataca su constitución.
Que se asocien ,que convivan, que dejen el patrimonio a quién quieran es legal y es un derecho de cualquier persona, como el casarse con otro ser sexuado diferente, pero no con un igual, ya que eso no es casamiento por imposibilidad legal y natural.
Ni equiparar adopción sobre base homosexual, ya que el derecho es del niño a tener padre y madre.
Y pongo un ej si dos o tres personas ,como personas sanas y responsables,racionales, con equilibrio emocional se constituyen en asociación para adopción no se les debería negar ese derecho ,pero si se asocian tres personas que dicen o se sabe que son homosexuales,el derecho de asociación y adopción no es por ser homosexual, ya que eso contradice la vida del niño.
¿Qué tienen en común los dos casos? Que los obispos NO PUEDEN DECIR LO QUE LES DÉ LA GANA. Llevamos años en los que Benedicto XVI intenta poner orden y, en reacción, ciertos obispos hacen declaraciones cuanto menos confusas sobre asuntos importantes de teología o de moral. Respeto muchísimo a los obispos. Son los sucesores de los apóstoles. Pero eso no les confiere autoridad para opinar contra la Iglesia. Hay muchos obispos cuyas declaraciones son mucho más dañinas e incendiarias que las de los lefebvrianos (que ya es decir). Si no aman a la Iglesia y al Papa y discrepan de su doctrina, lo más honrado es hacer las maletas y hacerse protestantes.
Y frente a esta realidad, Luis Fernando, no sirve de nada defender a toda costa a los obispos haciéndoles decir lo contrario de lo que dicen, como se ha hecho a veces en blogs de Infocatólica (en su día con +Fisichella, con +Muller respecto a los luteranos y el CVII, con +Paglia...) Parece que los obispos y los curiales no se equivocan nunca, que siempre somos nosotros quienes los malinterpretamos. Todo ello con piruetas argumentativas hechas con buena intención, pero que no son fieles a los hechos. Y así no vamos a ninguna parte y no ayudamos en nada a la Iglesia. Hay que admitir que tenemos un problema. Y que el Papa quiere resolverlo. Con nuestras ORACIONES, estoy seguro de que lo resolverá.
---
LF:
Procure no escribir usando solo mayúsculas.
Que el Estado no deba darle a las relaciones homosexuales protección y rango de institución de derecho -como el matrimonio o la posibilidad de pensión de viudedad- no implica que como personas libres los particulares puedan hacer los pactos privados que estimen oportuno siempre que no conculquen los derechos públicos. Que sean homosexuales o no, que forniquen o no, son cuestiones en la que no debe entrometerse el Estado, que sólo debe proteger aquellas instituciones como el matrimonio heterosexual, que son útiles y necesarias para la conservación del Estado.
Dicho de otro modo: el Estado no debería hacer un juicio que sólo es exclusivo de Dios.
Luis Fernando: estos acuerdos son ya posibles en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, básico en el Derecho Privado, sin necesidad de reformar la legislación. Por ejemplo, el artículo 1255 del Código Civil español establece: "Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público".
La sugerencia del Arzobispo Paglia resulta, pues, superflua. Extender la cobertura patrimonial y privada de las relaciones homosexuales sólo puede hacerse a costa de incluir en ella aspectos patrimoniales propios del matrimonio, como la legítima del cónyuge viudo.
---
LF:
Bueno, a saber como está la cuestión en el resto de los países. Pero sí, creo que era innecesario hacer referencia a ese tema. Y ha causado un revuelo mediático indeseable.
"De orden jurídico
9. Dado que las parejas matrimoniales cumplen el papel de garantizar el orden de la procreación y son por lo tanto de eminente interés público, el derecho civil les confiere un reconocimiento institucional. Las uniones homosexuales, por el contrario, no exigen una específica atención por parte del ordenamiento jurídico, porque no cumplen dicho papel para el bien común.
Es falso el argumento según el cual la legalización de las uniones homosexuales sería necesaria para evitar que los convivientes, por el simple hecho de su convivencia homosexual, pierdan el efectivo reconocimiento de los derechos comunes que tienen en cuanto personas y ciudadanos. En realidad, como todos los ciudadanos, también ellos, gracias a su autonomía privada, pueden siempre recurrir al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco. Por el contrario, constituye una grave injusticia sacrificar el bien común y el derecho de la familia con el fin de obtener bienes que pueden y deben ser garantizados por vías que no dañen a la generalidad del cuerpo social.(17)
La cita 17 por su parte dice:
"(17) No hay que olvidar que subsiste siempre « el peligro de que una legislación que haga de la homosexualidad una base para poseer derechos pueda estimular de hecho a una persona con tendencia homosexual a declarar su homosexualidad, o incluso a buscar un partner con el objeto de aprovecharse de las disposiciones de la ley » (Congregación para la Doctrina de la Fe, Algunas consideraciones concernientes a la Respuesta a propuestas de ley sobre la no discriminación de las personas homosexuales, 24 de julio de 1992, n. 14)".
La distinción clave entiendo que es entre derecho de familia y derecho común. No puede admitirse nada que se asimile a derecho de familia, ni que implique hacer de la homosexualidad la base para "adquirir derechos". Ahora bien, el problema de las uniones civiles es que se legislan mirando al matrimonio como analogado principal y de allí la cercanía con el derecho de familia. De hecho, en sociedades que han admitido uniones civiles (Buenos Aires en 2001), los reclamos no cesan y siguen haciendo presión hacia la legalización como "matrimonio" (Argentina 2010) con el argumento de la igualdad y la no discriminación.
Lo demás, incluyendo las relaciones poligámicas, se regulan ad hoc.
Por ejemplo, el hijo, independientemente de la relación entre padre y madre, tiene derecho a recibir una pensión.
La pensión también sirve para el padre o madre que gana menos o contribuye a la riqueza del otro.
Lo mismo respecto a la vivienda, visita, estancia...
Todo lo demás referido al nucleo esencial del estatuto matrimonial no puede extenderse a ninguna otra relación.
Pero ¿qué sucede cuando una sociedad ha abandonado en masa el vínculo matrimonial? Pues sucede lo que está pasando actualmente. Técnicamente, es la apostasía generalizada.
Y esto va a tener repercusiones. Actualmente estamos en el inicio de la moda, pero generacionalmente, todas estas relaciones contrarias al derecho divino y natural traerán la infelicidad y el fracaso.
Si a ello sumamos la extensión del aborto y la reproducción asistida, con el corolario de embriones eliminados y congelados, conducirá a la muerte y destrucción de la sociedad.
El argumento de la igualdad y la no discriminación para legalizar cualquier cosa, un día alcanzará también a las uniones poligámicas, dado que éstas se celebran, evidentemente, en régimen de libertad.
Uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras.
Aunque a veces vale la pensa ser esclavos de la verdad cuando se defiende correctamente.
Estimado Fernando,
Gracias por la intervención acerca de las declaraciones de Mons.Paglia.
Por desgracia, en las primeras declaraciones también sostuvo críticamente que: “En varios países, la homosexualidad es considerada un delito. Hay que combatir esto”. Esa ha sido una de las actitudes de los sectores llamados progres contra lo que queda del orden social cristiano.
En esta línea propuso afrontar "las cuestiones de las uniones entre personas del mismo sexo en el ámbito del derecho privado, garantizando así también las cuestiones patrimoniales".
En la aclaración posterior, vuelve sobre esto oscuramente, pues dice, "se necesita evitar toda discriminación".
Con todo respeto, no toda discriminación es injusta, pues si los gobernantes deben trabajar por el bien común, es lógico que combatan una conducta tan contraria al mismo, y que es una abominación ante los ojos de Dios Nuestro Señor.
Bendiciones.
VATICANO, 06 Feb. 13
(http://www.aciprensa.com/noticias/vaticano-mons-paglia-aclara-a-medios-sobre-uniones-gay-y-recuerda-que-matrimonio-es-entre-hombre-y-mujer-65104/#.URQErh3uDis)
La verdad me gusta escuchar a César Vidal y a FJL, pero sobre todo CV está cada vez más pesado con su Anticatolicismo.
---
LF:
Ni sé ni me importa si ese señor ha vuelto a usar su programa para meterse conmigo. Su descrédito ante sus propios hermanos protestantes evangélicos que conocen lo que ha hecho con mi familia es tal, que lo mismo un día se encuentra con un desprecio público por parte de ellos. Está manchando la imagen del protestantismo en España. Allá él y sus circunstancias. A Dios dará cuenta por todo.
Agradecería a todo el mundo que no me contaran lo que hace o deja de hacer.
---
LF:
Gracias.
Alonso. Monseñor Paglia sí que se sabe y conoce del tema, como resulta obvio, si no no sería miembro del Consejo Pontificio para la Familia. Por otra parte, la fundamentación jurídica a la que se hace referencia en el código civil español no es conocida por el gran público. No está, por tanto, de más, que el obispo haga mención a la aplicación concreta del derecho en el caso en cuestión.
----
LF:
Mis fuentes me aseguran que en Roma había un mosqueo considerable por lo ocurrido. Y que le conminaron al arzobispo a salir de nuevo a la palestra a intentar solucionar el cirio que montó. Así que no debió de hacerlo especialmente bien.
Tonterías, las justas. Una cosa es no estar de acuerdo con la oportunidad y poca claridad de algunas expresiones y otra considerar que sean contrarias al Magisterio.
---
LF:
Sospecho que pronto habrá algún nuevo pronunciamiento del magisterio sobre el tema. Pero solo lo sospecho.
Dejar un comentario