La ropa sucia se tiene que lavar siempre
Aunque por lo general la opinión sobre hechos que se consideran penosos, peligrosos y/o delictivos se hace señalando directamente el mal y pidiendo que se corrija, a veces es más útil el uso de interrogantes cuyas respuestas son obvias. Eso vale también para la Iglesia Pondré ejemplos, algunos concretos y otros generales:
- ¿Se puede ser religiosa de clausura y pasarse gran parte de la vida fuera del claustro dando declaraciones en los medios contrarias al Magisterio de la Iglesia?
- ¿Se puede ordenar a un seminarista que ha realizado afirmaciones escandalosas contra la Iglesia ante varios testigos?
- ¿Se puede ser sacerdote católico y decir que “quieren enjaular a Jesús en una cajita y tenerlo ahí metidito para poder administrarlo, pero Jesús está muy por encima de todo eso"?
- ¿Se puede admitir que un sacerdote predique una homilía arremetiendo de forma clara contra dogmas de la Iglesia?
- ¿Se puede ser religiosa católica y poner a un nivel parejo el derecho a la vida del no nacido y el derecho a la autodeterminación de la madre -o sea, el derecho a abortar-?
- ¿Se puede hacer exactamente lo contrario, y a conciencia, de lo que ha decidido la Iglesia que hay que hacer con los homosexuales y los seminarios?
- ¿Se puede mantener como catequista o profesor de religión a quien ni siquiera cree en la Trinidad?
- Etc, etc. Podría añadir una lista interminable de preguntas sobre casos reales o imaginarios.
Pero, sobre todo, la gran pregunta: ¿se puede ser fiel al Señor y a la Iglesia, conocer todas esas cosas, y callar o mirar para otro lado?
Hay quien piensa que en los escándalos públicos y mediáticos que surgen de vez en cuando desde la Iglesia, tiene la misma culpa aquel que los cuenta que aquellos que los protagonizan o los consienten. Hay quien tiene un concepto de la comunión eclesial que consiste en ignorar, no mirar y no decir. Lo cierto es que la comunión debe estar siempre asentada en la verdad y en la caridad. Pero la caridad no puede ser la excusa para ocultar la verdad. Siempre es mejor arreglar las cosas de puertas adentro, para no escandalizar a los débiles en la fe y para no dar al mundo razones de malediciencia contra la Iglesia. Pero si desde dentro no se pone solución a los escándalos, será necesario exponerlos de manera pública, para que los que no han actuado por amor a Cristo y a la Iglesia, actúen por temor a las consecuencias mediáticas de verse expuestos ante los ojos de todos.
Luis Fernando Pérez Bustamante
23 comentarios
Respetos humanos: contrario a los derechos de Cristo y rechazo a la Iglesia Católica y al Papa.
La indiferencia, el miedo al qué dirá. Hay personas que por llevar un crucifijo, se arriesgan a terminar en el paro, sin trabajo, porque ama a Cristo. No todos los empresarios aceptan a los cristianos, y llegan a despedirles. Siempre es preferible perder un puesto de trabajo, pero no a Cristo.
Hay quienes en las redes sociales, han perdido su sitio... porque cuando evangelizan lo hacen erróneamente. Pero si se evangelizan con el mismo sentir de la Iglesia Católica, no podremos equivocarnos, permaneciendo fieles al Papa.
Hay otra cuestión, cuándo más trata de ajustarse el alma a Cristo, ni siquiera es aceptado por los corazones autosuficientes, que evangelizan, pero te borran de las listas de "amigos", no importa, Cristo sigue siendo tu amigo, no debes preocuparte. Varias veces los he visto yo, comentarios que comparten algunos.
Por decir las cosas que dice, Luis Fernando, usted con facilidad sería borrado de la lista de "amigos", precisamente porque amas a Cristo, pero los autosuficientes van a la suya, pueden verte como un estorbo.
Pero como das la cara por Cristo, sales ganando. Que Dios te bendiga siempre ¡y adelante! y como has recordado muy bien, 'con caridad'.
Y la humildad de corazón, pues hemos de complacer a Dios, sin despreciar a nadie que no nos acepten. Sino rezar mucho por ellos.
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LF:
Es difícil, pero pruebe a mirarse en un espejo.
La vida es dura; hay que cuidarse. Pero ¿y la Verdad?, dices. ¡Ah, sí..., la Verdad! Bueno..., tampoco hay que ser maximalista. Hasta la Verdad admite grados, ¿no? Dicen.
Esto es lo que hay, Luis Fernando. No molestemos a los demás ni a nosotros mismos con exigencias extemporáneas.
Y así nos va...
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LF:
Sin duda hay que respetar los canales. Lo último, literalmente lo último, es dar publicidad a determinadas cosas. A las que ya son públicas, como es algunos de los ejemplos que he dado, no hace falta.
http://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/thais-villas-accion/soy-monja-contemplativa-guerrillera-que-tengo-que-renunciar-nada_2013012900270.html
Hay poco más que decir,pero algún que otro pastor podría meditar acerca de ello y de la autoridad que la Iglesia le ha confiado y de como la están ejerciendo.
Tengo que terminar confesando que es mejor tener a los hijos en un colegio público donde, siempre que no estés de acuerdo con algo, tendrás el derecho al pataleo, que un colegio de religiosos que, como te quejes, van a por ti y a por tus hijos hasta que los saques del colegio.
El primer impulso para un católico celoso del Señor sería echarlos a patadas a la calle con todo su petate de asquerosidades. Pero, pero, pero, pero...
El "pero" es que nuestro modelo a imitar siempre es Jesús y en su proceder tendremos la respuesta. ¿Cuál fue el proceder de Jesús?: Tolerar a Judas a su lado, en las comidas, en los caminos, en las predicaciones, en las alegrías y penas, en las bodas, en los funerales.
Judas era un puñetero ladrón que saqueaba vilmente el cepillo de la Iglesia para largarse seguramente a revolcarse en impurezas. Y Jesús, callaba y oraba por él.
Supongo que Dios nos pone a estos Judas ( Judas Forcades, Judas Pagola, Judas Quieruga, etc) para nuestra purificación. No sé si callar será lo mejor, siempre es bueno denunciarlo, pero me gustaría plantear:
- ¿cuántos en este foro realizan una sencilla mortificación diaria por la santidad de los ministros?
- ¿lo llevamos a la oración?.
- ¿nos acordamos el la Misa de poner en la gotita de agua que se unirá a la sangre de Cristo esta petición por la santidad de los ministros?
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LF:
Pues a mano o a máquina, se lava y santas pascuas.
Nuestras abuelas no tenían lavadoras y limpiaban la ropa sucia.
Hay cosas bastante más graves que esa. Es casi una anécdota que incluso tiene una explicación plausible. Otras, no.
¿No se se la pasado por conciencia que Usted puede ser uno de esos profetas de calamidades que van contra la vida consagrada? Piénselo.
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LF:
De ninguna de las maneras. Yo jamás he proclamado ni el fin ni la sinrazón de la vida consagrada. Como mucho he dicho que pueden desaparecer algunas órdenes que están en una situación tal, que, si no se reforman y vuelven a ser fieles al carisma de sus fundadores, lo mejor es que desaparezcan. Pero sin duda el Espíritu Santo suscita verdaderas vocaciones allá donde pueden florecer. De hecho, Él es tan sabio que ha dejado de suscitarlas allá donde solo podrían caer entre espinos.
Y ahora, vuelva a por otra, que tengo más.
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