El Prepósito General, el Sínodo de los Obispos...y la voz de los Laicos
El P. Adolfo Nicolás, sj, Prepósito General de la Compañía de Jesús, ha concedido una entrevista al Servicio Digital de Información de su orden religiosa. El “papa negro” ha dado su opinión sobre el último Sínodo. Aunque reconoce aspectos positivos en el mismo, lo cierto es que sus críticas son muy contundentes. Ha dicho que la voz del Pueblo de Dios no ha tenido ocasión de expresarse en Roma, lo cual ha hecho difícil evitar el sentimiento de que se trataba de una reunión de «hombres de Iglesia afirmando la Iglesia», lo que puede llevar a caer en el peligro de buscar «más de lo mismo».
No estoy de acuerdo con esa crítica. Un sínodo de obispos es un sínodo de obispos. Está para lo que está. Y si no, se llamaría de otra manera. Si ya es difícil que los obispos puedan tener intervenciones largas en este tipo de asambleas, ni les cuento lo que sería si se diera paso a los sacerdotes, diáconos y seglares. Por otra parte, los fieles pueden dar su parecer a sus respectivos obispos en las jornadas diocesanas. En las mismas se puede escuchar su voz. Y luego el obispo es el responsable de llevar a Roma lo que crea oportuno.
Sin embargo, me parece mucho más precoupante lo que ha manifestado el P. Nicolás en relación a un tema tan fundamental como las misiones y la salvación de los hombres. Al comentar la espiritualidad de los pueblos asiáticos, asegura que en ellos se da lo siguiente:
… piedad filial que en ocasiones alcanza niveles heroicos; la búsqueda totalmente absorbente del Absoluto, y el gran respeto que se tributa a los que se dedican a ella; la compasión como modo de vida que surge de una profunda conciencia de la fragilidad e impotencia humana; tolerancia, generosidad y aceptación de los otros; apertura de mente; reverencia, cortesía, atención a las necesidades de los otros, etc.
El Apóstol más evangelizador de la historia, San Pablo, tiene de los judíos y de los paganos una visión mucho más pesimista (Romanos 1-2). Él se gasta y se desgasta por el Evangelio, viendo, iluminado por el Espíritu Santo, que “todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús” (Rm 3,23-24). Uno se pregunta si Asia es un continente que cuenta con el privilegio de que el pecado original no haya afectado mucho a sus habitantes, pues incluso sin conocer a Cristo, pueden florecer nada menos que en “santos". Si son tan buenos, tan santos y tan maravillosos sin que el cristianismo haya sido un elemento esencial de su culturas, ¿para qué vamos a molestarles llevándoles a Cristo? Es cierto, y desde el principio lo ha sabido la Iglesia, que Dios “acepta al que lo teme [al que cree en Él] y practica la justicia, sea de la nación que sea” (Hch 10,35). Pero un optimismo extremo sobre la posibilidad de santidad en los paganos no parece conforme a la urgencia que los Apóstoles sentían por la evangelización del mundo: “¡Ay de mí si no evangelizase!” (1 Cor 9,16). La que hacía igualmente de un San Francisco Javier, S. J., una llama ardiente para encender a los pueblos en la luz de Cristo.
No en vano, le preguntan don Adolfo:
- ¿Cómo es posible que los misioneros, o la Iglesia, no hayan sido capaces de «ver» esos maravillosos signos como obra de Dios?
A veces es muy difícil interpretar por qué no ocurre algo. Uno tiene la tentación de acudir a explicaciones que podrían ser correctas pero también podrían ser teorías ajenas a la cuestión. Quizás no nos sentimos a gusto con un Dios de sorpresas; un Dios que no sigue necesariamente la lógica humana; un Dios que siempre saca lo mejor del corazón humano sin violentar las raíces culturales, o la religiosidad de la gente sencilla.
Si el P. Adolfo tiene razón, me imagino a los pobres misioneros católicos ante la tesitura de que van a evangelizar a pueblos donde hay tantas señales de santidad, que casi son ellos los evangelizados por esa religiosidad de gente sencilla que, loado sea el Altísimo, les descubre y los conduce por el camino de la salvación.
Y claro, ante semejante derroche de santidad nominalmente no cristiana -no digamos católica-, la pregunta sobre si hay salvación fuera de la Iglesia recibe del Prepósito General una respuesta afirmativa sin restricción alguna:
- Lo que está Vd. diciendo es que hay «santidad» fuera de la Iglesia. Pero si hay «santidad» ¿no deberíamos decir también que hay salvación?
¡Por supuesto! Eso lo sabemos desde siempre. Es parte de la libertad de Dios. Dios es libre para hacer lo que Dios quiere con su pueblo (hombres y mujeres) en cualquier situación y cualquier contexto. Jesús nunca tuvo dificultad en reconocer en un soldado pagano de Roma o en una mujer extranjera, una profundidad de fe que faltaba entre sus propios discípulos. ¡Pero yo no tengo una teoría propia de salvación! ¡Así le ahorro su siguiente pregunta! Mi preocupación más profunda es encontrar cómo Dios actúa en la gente, y así cooperar con el trabajo de Dios. De este modo no me puedo equivocar: si construyo una teoría ciertamente podría equivocarme.
Yo creo que, efectivamente, no hacen falta teorías personales sobre la evangelización y la salvación del mundo. Basta con acudir a la Escritura y al Catecismo de la Iglesia para encontrar la doctrina verdadera. Es bastante simple, la verdad. El hombre peca y como resultado del pecado, está separado de Dios. Entonces Dios, para no dejar al hombre en sus pecados, envía a su Hijo para que sea luz de todos los hombres y para ofrecerse como víctima propiciatoria de sus pecados, cosa que cumple en la Cruz. El Hijo vence al pecado y a la muerte, libra al hombre de la cautividad del diablo y del mundo, y resucitando al tercer día, antes de subir a los cielos a prepararnos morada a todos, envía a su Iglesia a predicar el evangelio a todas las naciones.
Voy a citar un documento fundametal del Magisterio de la Iglesia, Dominus Iesus, sobre la condición única e irremplazable de Cristo como Salvador:
Es también frecuente la tesis que niega la unicidad y la universalidad salvífica del misterio de Jesucristo. Esta posición no tiene ningún fundamento bíblico. En efecto, debe ser firmemente creída, como dato perenne de la fe de la Iglesia, la proclamación de Jesucristo, Hijo de Dios, Señor y único salvador, que en su evento de encarnación, muerte y resurrección ha llevado a cumplimiento la historia de la salvación, que tiene en él su plenitud y su centro.
Los testimonios neotestamentarios lo certifican con claridad: «El Padre envió a su Hijo, como salvador del mundo » (1 Jn 4,14); « He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). En su discurso ante el sanedrín, Pedro, para justificar la curación del tullido de nacimiento realizada en el nombre de Jesús (cf. Hch 3,1-8), proclama: «Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos» (Hch 4,12). El mismo apóstol añade además que «Jesucristo es el Señor de todos»; «está constituido por Dios juez de vivos y muertos»; por lo cual «todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados» (Hch 10,36.42.43).
Y:
Debe ser, por lo tanto, firmemente creída como verdad de fe católica que la voluntad salvífica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios.
Nadie se extrañe de que consideremos las declaraciones del P. General de los jesuitas actuales con no poca reticencia, sospecha y resistencia. No hacemos de sus palabras interpretaciones temerarias.
Sabemos que en los últimos decenios son varios los jesuitas que han recibido graves reprobaciones de la Congregación de la Fe precisamente por enseñar sobre la salvación de la humanidad, con unas u otras teorías, doctrinas inconciliables con la fe de la Iglesia (Vaticano II, Ad gentes; Juan Pablo II, Redemptoris missio; Dominus Iesus). Recordemos, por ejemplo, las reprobaciones de Teilhard de Chardin (1955), Anthony De Mello (1998), Jacques Dupuis (2001), Roger Haight (2004), Jon Sobrino (2006). Cuando leemos las declaraciones del P. Nicolás tengamos en cuenta que “ya llueve sobre mojado".
La Congregación de la Fe, en la Notificación sobre el P. Haight, S. J., señala que él «afirma que “solo Dios obra la salvación, y la mediación universal de Jesús no es necesaria"». «Según él, además, “es imposible en la cultura postmoderna pensar que… una religión pueda pretender ser el centro, al cual todas las otras han de ser reconducidas"».
Los errores de éstos y de otros jesuitas, difundidos durante muchos años, preferentemente en centros teológicos de la Compañía, y en Editoriales muchas veces jesuitas, no fueron detectados e impugnados públicamente por el General o los Provinciales de la Compañía de Jesús, sino por la Santa Sede romana. Y en ocasiones, aún después de ser reprobados, siguieron contando estos autores con el apoyo público de algunos Provinciales, Profesores y Editoriales de la Compañía.
Sabemos también, sin ir más lejos, que el P. Juan Masiá, sj, enamorado de las espiritualidades asiáticas, lleva años multiplicando sus herejías y blasfemias sin ser neutralizado por la Compañía de Jesús, por su Prepósito General, concretamente. Y con Masiá podríamos citar a tantos otros jesuitas semejantes.
No necesitamos pelagianismos baratos ni sincretismos paganizantes, que paralizan de hecho la evangelización, sustituyéndola por el diálogo interreligioso. Necesitamos hombres de Dios que confiesen la fe de la Iglesia, y que anuncien el Evangelio con toda la fuerza persuasiva del Espíritu Santo, enseñando la verdad de Cristo y refutando eficazmente todos los errores que le son contrarios. Como lo hizo San Francisco de Javier, Patrono universal de las misiones, y todos los grandes misioneros.
Puede dar gracias a Dios el P. Nicolás de que en el Sínodo de los Obispos se ha escuchado solamente la voz de los Padres Sinodales, que guardan al hablar una gran moderación, proporcionada a sus altas jerarquías. Porque si en el Sínodo se hubiera podido oir “la voz del Pueblo de Dios“, es decir, de los laicos, no cabe excluir la posibilidad de que alguno de ellos dijera con toda franqueza lo mismo que acabo de decir yo aquí con gran libertad.
Exurge Domine et judica causam tuam.
Luis Fernando Pérez Bustamante
62 comentarios
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LF:
Hay muchos seglares católicos mejores formados doctrinalmente que yo. En este portal, sin ir más lejos, se me ocurren algunos. Por ejemplo, Bruno.
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LF:
Hemos estado peor. Por ejemplo, hace 20 años.
Ésto es lo que debería importarle a este religioso nominalmente católico, antes que solazarse en las reales o imaginarias virtudes humanas de los pueblos amarillos.
Acá se ve clarísimo que en el caso del hereje Masiá y de tanto jesuita indigno que anda por ahí dando pena y escándalo, se da lo que enseña un dicho muy conocido en el campo argentino: "La culpa no es del chancho sino del que le da de comer".
Esto es esencial, sobretodo en relación con la Nueva Era, dado que "complementa" la salvación de Jesús con prácticas espirituales como el yoga, el reiki, el zen, la magia, las vibraciones, el contacto y fusión con la Naturaleza...
Quizás también habría que añadir que la Iglesia es una sociedad perfecta, dado que el Espíritu Santo le da la gracia necesaria para cada momento histórico, explicitando las verdades reveladas y progresando en lo espiritual.
Así, la Iglesia, como sociedad perfecta gracias al Espíritu Santo, no necesitaría de complementos de ningún tipo, como el budismo, hinduismo o de filosofías o ideologías no cristianas como lo fue el marxismo o el postmodernismo.
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LF:
Es que sabemos que los jesuitas han dejado de evangelizar países asiáticos como es el caso de Japón. Es más, se oponen a que otros lo hagan.
Sin embargo, es un hecho de fe admitido tanto por la tradición de la Iglesia como por la Sagrada Escritura, que en en Cristo tiene plenitud la Revelación de Dios a los hombres. Y es que, de acuerdo con san Juan evangelista, "nadie va a al Padre si no es por el hijo"; si Cristo es sólo secundario en el Plan de Dios, entonces podemos trivializar nuestra fe. Pero es precisamente en Cristo en donde conocemos el rostro del padre.
Creo que no podemos apostar a dejar de predicar el Evangelio, puesto que es una encomienda dejada por Cristo mismo a sus apóstoles, y que el Concilio Vaticano II ha redescubierto, particularmente en la vida secular de los laicos, a través de la "Lumen Gentium". Y al mismo tiempo empatar con esto, nuestra actiud de acogida y respeto a lo diferente, representado en este caso por las otras religiones, puesto que debemos reconocer en cada rostro humano el rostro de un hijo de Dios y hemano nuestro que merece compartir con nosotros la búsqueda de la verdad. Como ejemplo pueden citarse muchos en donde los hijos de Dios han dado testimonio de su fe, precisamente como presencia sileciosa del "judío de la cruz". Basta citar a san Francisco de Asís en su encuentro con el sultán Malik al-Kamil.
De este modo, debemos esforzarnos arduamente en ser luz del mundo y fermento en la masa, pero aprendiendo que muchas veces nuestro mejor testimonio es nuestra sola presencia sin palabras.
Cierro este comentario recordando al punto a san Agustín "todo lo que de verdad sea dicho nos pertence", y así podemos rastrear en cada camino de búsqueda de lo absoluto, de lo divino, de Dios, atisbos de la verdad plena que sólo podemos abrazar y contemplar "cara a cara" en el Verbo encarnado. ¡Qué la luz del misterio pascual de Jesucristo nos iluminen y nos den fortaleza para saber ser bueno predicadores de la Verdad en medio de un mundo lleno de tanta falsedad!. Así sea
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LF:
Le recomiendo que deje de leerme.
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LF:
Lo de chaval se me quedó ya atrás.
Y respecto a lo de aclararme, la verdad es que tengo las cosas bastante claras en cuestiones doctrinales.
TEILHARd DE CHARDIN
La Sagrada Congregación del Santo Oficio (6-12-1957), en tiempos de Pío XII, ordena en un decreto que «los libros del Padre Teilhard de Chardin, S. J., deben ser retirados de las bibliotecas de los Seminarios y de Instituciones religiosas; no deben ser puestos a la venta en Librerías Católicas y no es lícito traducirlos a otras lenguas».
La misma Congregación del Santo Oficio (30-6-1962), ya en tiempos del Bto. Juan XXIII, publicó un Monitum muy severo: «Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión. Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica.
En el mismo número de L’Osservatore Romano (30-6-1962) se publicó el Monitum acompañado de un estudio muy amplio. En éste se describían y reprobaban detalladamente graves errores y ambigüedades. La Creación del mundo no es para Teilhard un acto libre de Dios, y la evolución mundana, infaliblemente progresiva, en la que, de alguna manera, Dios se va perfeccionando, conduce necesariamente hacia el Punto Omega. Por eso, «el Cristo de la Revelación no es otro que el Omega de la Evolución»... «Cristo salva. Pero ¿no es preciso añadir inmediatamente que él es también salvado por la Evolución?» (Le Christique, ensayo inédito 1955). Ese mismo texto afirma que hay en Cristo, «en sens vrai», una «tercera naturaleza», no humana, no divina, sino «cósmica».
La gnosis de Teilhard, su teología-evolutiva, rinde al Mundo una veneración suprema. En 1934 (Comment je crois) confesaba: «si se diera el caso de que yo sufriera una revolución interior (renversement), si llegara yo a perder sucesivamente mi fe en Cristo, mi fe en un Dios personal, mi fe en el Espíritu, pienso que continuaría creyendo en el Mundo. El Mundo (el valor, la infalibilidad y la bondad del Mundo), tal es, en último análisis, la primera y la única cosa en la que yo creo».
¿Es posible "evangelizar" si se cree esta ideología?
Al menos, del anterior Prepósito General, el P. Kolvenbach, no recuerdo declaraciones tan heterodoxas.
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LF:
Si al Prepósito lo elige la mayoría y la mayoría está en esas tesis, es imposible que la Compañía vuelva a ser fiel a su carisma y a la Iglesia. Y eso solo lo puede arreglar un papa interviniendo la orden. Dudo que lo vean nuestros ojos. Así que se irá muriendo por el método biológico. Es lo que está pasando ya en Occidente, donde los jesuitas apenas tienen vocaciones. Cosa lógica, pues ¿quién va a querer ser jesuita viendo como está la orden? El Señor no desperdicia auténticas vocaciones entregándolas en esas manos.
La Notificación sobre los escritos del Padre Anthony De Mello, S. J., publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe (24-VI-1998), hace una amplia descripción de los graves errores de su doctrina espiritual. Un elenco de graves errores, con citas textuales del P. De Mello, es desarrollado seguidamente por la Nota ilustrativa. Extracto aquí algunas frases.
«El P. De Mello en repetidas ocasiones hace afirmaciones sobre Dios que ignoran, si no niegan explícitamente, su carácter personal y lo reducen a una vaga realidad cósmica omnipresente». «No se ve cómo entra aquí la mediación de Cristo para el conocimiento del Padre. “Dios no tiene nada que ver con la idea que tenéis de él... Lo único que podemos saber de Él es que es incognoscible”c. «Las escrituras, incluida claramente la Biblia, no nos dan a conocer tampoco a Dios, son sólo como la señal indicadora que no me dice nada sobre la ciudad a la que me dirijo... “En la Biblia se nos señala solamente el camino, como ocurre con las escrituras musulmanas, budistas, etc.”» «Se proclama por tanto un Dios impersonal que está por encima de todas las religiones». «La filiación divina de Jesús se diluye en la filiación divina de los hombres... Jesús es mencionado como un maestro de tantos: “Lao Tze y Sócrates, Buda y Jesús, Zaratustra y Mahoma”... »
El padre De Mello, en vísperas de su muerte, escribió a un íntimo amigo una larga carta. Haciendo un resumen de su vida, desde sus primeras experiencias, afirmaba:
«Todo ello parece pertenecer a otra época y a otro mundo. Creo que actualmente todo mi interés se centra en otra cosa: “en el mundo del espíritu”, y todo lo demás me resulta verdaderamente insignificante y sin importancia. Lo que ahora absorbe todo mi interés son las cosas como las de Achaan Chah, el maestro budista, y estoy perdiendo el gusto por otras cosas. No sé si todo esto es una ilusión; lo que sí sé es que nunca en mi vida me había sentido tan feliz y tan libre». Ajahn Chah Subhatto (1918-1992), monje tailandés, fue gran maestro del budismo Therevada, y atrajo especialmente a muchos occidentales. Fundó su primer monasterio europeo en Sussex, Inglaterra (1979), y hoy existen otros en Europa, Australia y Nueva Zelanda.
¿Es posible "evangelizar" si se cree esta ideología?
No seamos tan "angelitos", "buenistas", acudiendo al "laissez faire, laissez passer".
JACQUES DUPUIS, S.J.
Tras un primer estudio realizado sobre la obra del P. Jacques Dupuis S.J., Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso (Sal Terrae 2000), la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió profundizar en el examen de dicha obra, y publicó finalmente una Notificación (2001), que entre otras cosas dice:
«La Congregación Ordinaria ha constatado que el libro contiene ambigüedades y dificultades notables sobre puntos doctrinales de relevante importancia, que pueden conducir al lector a opiniones erróneas y peligrosas. Tales puntos conciernen la interpretación de la mediación salvífica única y universal de Cristo, la unicidad y plenitud de la revelación de Cristo, la acción salvífica universal del Espíritu Santo, la ordenación de todos los hombres a la Iglesia, el valor y el significado de la función salvífica de las religiones».
El Autor se avino a firmar las afirmaciones hechas por la Congregación corrigiendo su doctrina.
¿Es posible "evangelizar" si se cree esta ideología?
La Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el Cardenal Ratzinger, habiendo examinado el libro Jesus Symbol of God (Maryknoll, Orbis Books 1999; Jesús, símbolo de Dios, Ed. Trotta 2007, 592 pgs.), dirigió al P. Haight una Notificación (13-XII-2004) en la que afirmaba que la obra «contiene afirmaciones contrarias a las verdades de fe divina y católica referentes a la preexistencia del Verbo, la divinidad de Jesús, la Trinidad, el valor salvífico de la muerte de Jesús, la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Jesús y de la Iglesia, y la resurrección de Jesús».
«El Autor propone “una cristología de la encarnación, en la que el ser humano creado o la persona de Jesús de Nazaret es el símbolo concreto que expresa la presencia en la historia de Dios como Logos» (439). Jesús, por tanto, sería «una persona finita» (205), «una persona humana» (296), «un ser humano y una criatura finita» (262). El término «“verdadero Dios” significaría que el hombre Jesús, en calidad de símbolo concreto, sería y mediaría la presencia salvífica de Dios en la historia» (262; 295). «Afirma también que no sería necesario “que Jesús se haya considerado a sí mismo como un salvador universal”» (211), y «que la idea de la muerte de Jesús como “una muerte sacrificial, expiatoria y redentora” sería solo el resultado de una interpretación gradual de sus seguidores a la luz del Antiguo Testamento» (85). Por otra parte, «afirma que “solo Dios obra la salvación, y la mediación universal de Jesús no es necesaria”» (405). «Según él, además, “es imposible en la cultura postmoderna pensar que... una religión pueda pretender ser el centro, al cual todas las otras han de ser reconducidas» (333).
¿Es posible "evangelizar" si se cree en esta ideología?
La Notificación de la Congregación de la Fe (26-XI-2006), después de examinar sus libros La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (1999) y Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (2001), concluye que «las mencionadas obras presentan, en algunos puntos, notables discrepancias con la fe de la Iglesia».
«Diversas afirmaciones del Autor tienden a disminuir el alcance del Nuevo Testamente que afirman que Jesús es Dios» (4)... «En este pasaje el Autor establece una distinción entre el Hijo y Jesús, que sugiere al lector la presencia de dos sujetos en Cristo» (5)... «La comprensión de la communicatio idiomatum que el Autor presenta revela una concepción errónea del misterio de la encarnación y de la unidad de la persona de Jesucristo» (6)... «El P. Sobrino afirma, citando a Boff, que “Jesús fue un extraordinario creyente y tuvo fe. La fe fue el modo de existir de Jesús”... La relación filial de Jesús con el Padre, en su singularidad irrepetible, no aparece con claridad en los pasajes citados [por el Autor]; más aún, estas afirmaciones llevan más bien a excluirla» (8)... Afirma el P. Sobrino: «Digamos desde el principio que el Jesús histórico no interpretó su muerte de manera salvífica, según los modelos soteriológicos que, después, elaboró el Nuevo Testamento: sacrificio expiatorio, satisfacción vicaria» (9)... «Esta eficacia salvífica... no se trata pues de causalidad eficiente, sino de causalidad ejemplar» (10).
Es el puro pelagianismo, que viene exigido lógicamente por el arrianismo.
¿Es posible "evangelizar" si se cree en esta ideología?
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LF:
No, no es posible.
Entre los principales responsables ideológicos de esta cesación de la evangelización de la humanidad hay un buen número de autores jesuitas.
La Voz del Pueblo de Dios, a propósito del Sínodo dedicado a la Evangelización, se lo comunica al Rv. P. Adolfo Nicolás, S. J., Prepósito General de la Compañía de Jesús.
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LF:
El problema no es que se vaya parando. Es que ha dado marcha atrás. Muchos misioneros en vez de evangelizar son desevangelizados. Llegan como católicos -aunque esto empiezo a dudarlo- y se convierten en otra cosa. Mayormente en sincretistas.
Esto es como si San Pedro, al llegar donde Cornelio, en vez de predicarle el evangelio y bautizarle le pide que le cuente cómo de buena es la espiritualidad del panteón pagano romano.
Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
Hechos 17,22-23
Modelo evangelizador de muchas de las otrora gloriosas órdenes y congregaciones religiosas misioneras:
Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; así que como veo que no necesitáis que os diga que sois pecadores y necesitáis convertíos a Cristo, os voy a dejar a unos cuantos hermanos aquí con vosotros para que atiendan a vuestros pobres y enfermos, y me voy por donde he venido.
Evangelio Superguay 17,22-23
Con todo el respeto que me merece la conciencia de cada quién y la grandeza y universalidad del designio salvífico de Dios, debería estar claro para un cristiano honesto que sin Cristo y sin la Iglesia la salvacion es imposible. Y mucho más claro lo debía tener un jesuita, que es un consagrado. Y que lleva a Jesús en su nombre. Y a la Iglesia en su voto.
Esta deshonestidad con la verdad, esta desobediencia sostenida a la Madre y Maestra, y esta apostasía de la fe hay que detenerla con firmeza.
Y mostrar con convicción la ruta de la Verdad. Si es que la Nueva Evangelización se queda corta: hay que evangelizar desde cero. Desde los rudimentos.
Por otra parte, a la vista de cómo la Santa Sede está llevando la refundación de la Legión de Cristo, no sé si una intervención romana supondría la solución para un instituto religioso desviado.
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LF:
Valiente hubiera sido permitir que los que se llamaban ignacianos hubieran podido volar libres del nido infectado. Así hoy tendríamos una verdadera congregación religiosa jesuítica.
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Cierto que los buenos jesuitas fueron perseguidos y desterrados a recónditos pueblos en el trasero del mundo para que su ministerio tuviera el mínimo impacto posible. Pero también es cierto que se han creado congregaciones religiosas de impronta jesuítica al 100%. Ejemplo: los Discípulos de los Corazones de Jesús y de María. Son pocos, pero de buena doctrina y espiritualidad católica.
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LF:
Ya, pero no es lo mismo crear congregaciones de impronta jesuítica que permitir que los jesuitas que querían salvar lo mejor de su carisma pudieran salir de la Compañía "oficialista" y refundar UNA -no varias- especie de nueva Compañía fiel al fundador. No sé si me explico.
Creo que el Papa Juan Pablo II no aceptó tal cosa porque creía que la Compañía "oficial" se desplomaría del todo. Al final, se está desplomando igualmente y los jesuitas buenos han tenido que optar por vivir agazapados dentro de su propia orden y a la espera de que un milagro lo cambie todo.
El modelo jesuita parece decir: todos se salvan, si son de buena fe, porque Dios es Amor.
Y añaden: si todos se salvan, sean de la religión que sean, entonces no hace falta predicar.
Y aquí, visto en general, me parece que es la cuestión nuclear, en el que hay algún error, pero no consigo saber cuál es, dado que parece una argumentación circular, la pescadilla que se muerde la cola:
si tanto se salva un cristiano como un no cristiano, por seguir la ley evangélica o la ley del corazón, entonces, no hay que predicar el evangelio de Cristo porque todos se salvan por seguir...
Me parece que el mundo jesuita, muy culto, en el núcleo interior, ha caido en una sola trampa intelectual paralizante: que la salvación es universal, tanto por la ley del evangelio como por la del corazón, porque Dios es Amor; por lo tanto, sólo hay que acompañar a los que no conocen a Jesús en sus prácticas religiosas tradicionales e históricas sin interferir ni intervenir.
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LF:
Yo insisto en el caso Cornelio. Por gracia de Dios ya era un buen tipo que daba limosnas, etc. Sin embargo, el mismo Dios quiso que se le predicara el evangelio. Es decir, no valía con ser buena gente. Tenía que aceptar a Cristo. Pues igual con todos los seres humanos. Una cosa es que Dios no use siempre a la Iglesia como instrumento para salvar a todos los hombres, y otra decir que la mayor parte de los pueblos tienen tanta santidad en sus gentes que casi hay que pedir perdón por haberles predicado el evangelio.
Hay otro ejemplo parecido al de Cornelio en el capítulo octavo del libro de Hechos. Se trata del etíope eunuco. Por gracia se había interesando en la lectura del profeta Isaías. Dios le envía al apóstol Felipe para predicarle el evangelio.
Es decir, parece que el Señor tiene especial interés y capacidad para que las personas que ya han dado un sí a su gracia, acaben recibiendo la gracia completa de la evangelización.
Cuando digo "por gracia" me refiero a que no hay la menor posibilidad de que sin mediación de la gracia divina un hombre sea capaz de interesarse en acercarse al Señor y cumplir su voluntad. Es un grave error pelagiano poner en la voluntad humana el primer paso hacia la reconciliación con Dios:
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
1 Jn 4,19
No creo que sea necesario explicar que la cultura americana no es la española, sino que el Evangelio saca lo mejor de cada pueblo en el natural encuentro entre culturas. No se trata de negar que los pueblos tengan aspectos muy positivos, que son incluso preparatio evangelii, pero, como diría Benedicto XVI, ninguna cultura está acabada en sí misma, sino naturalmente abierta al encuentro con Cristo.
No seré yo quien niegue que el sínodo me ha parecido en muchos casos repetición de tópicos alejados de la realidad, pero, con declaraciones como estas, el P. Adoptó queda como un cantamañanas.
Si hay salvacion fuera de la Iglesia, la evangelizacion sobra, y las ordenes misioneras, tambien.Por lo tanto, procede que los jesuitas se pasen al estado laical y se dediquen a escardar cebollinos, y que Roma declare disuelta la orden.Como ninguna de ambas cosas sucedera,asistiremos desde ahora en adelante al triste espectaculo de ver como la Compañia se diluye por si misma y desaparece en diez o quince años y, sinceramente, creo que la Santa Iglesia saldra ganando, pues la Escritura dice claramente que los tibios son los peores.
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LF:
En este portal se puede encontrar denuncias de las doctrinas de Karl Rahner:
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1001311112-60-grandes-rebajas-del-cristi-2
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LF:
Sí, es obvio que si el Beato Juan Pablo II hubiera querido acabar con la actual Compañía de Jesús, lo habría hecho. Y es obvio en qué se ha convertido la Compañía de Jesús a día de hoy. Con notables excepciones, por supuesto. Por ejemplo, esta.
Si bien lo miras, el esquema ideológico que citas, a saber: añoranza por culturas paganas precolombinas idealizadas hasta el ridículo, a las cuales no habría que "molestarlas" evangelizándolas, es exactamente el esquema que padece el Prepósito jesuita. Que las aplica en este caso a los asiáticos, pero el esquema mental es calcado.
Digo yo: ¿Roma no se da por enterada de lo que piensa este "desPrepósito"???
¿O será acaso responsabilidad mía el poner en su debido lugar a este escándalo con casulla y anteojos?
En cuyo caso imploro la caridad de que me avisen, para pasar a proceder con la mayor diligencia...
"Yo te envío para que les abras los ojos, se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, y reciban el perdón de los pecados y parte en la herencia de los consagrados" (Hechos 26,18).
Estas palabras definen exactamente qué es la evangelización y cómo debe hacerse en Roma, Hispania, Grecia, Britania, Germania, Asia Menor, Asia Mayor, Japón, China, Africa, México, etc. Y en Groenlandia, igual.
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LF:
No, en Japón no. La TOTALIDAD de los obispos de allá no quieren. Y como no quieren, no se puede hacer. De hecho, los que van allá queriendo evangelizar, son expulsados. Sin que Roma haga nada por evitarlo, dicho sea de paso.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.”
…Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Mc, 16
El que cree, actúa así.
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LF:
Yo es que parto del hecho de que....
"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios"
Rom 3,10-11
... se acerca más a la realidad que ese pretendido esfuerzo en encontrar al Absoluto.
Pero no sé. ¡Quién sabe! Quizás el Prepósito tenga razón y no San Pablo.
En fin, ustedes lo han dicho: pelagianismo.
"Los no cristianos. LG 16: Por fin, los que todavía no recibieron el Evangelio, están ordenados al Pueblo de Dios por varias razones. (...) Pues los que inculpablemente desconocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, y buscan con sinceridad a Dios, y se esfuerzan bajo el influjo de la gracia en cumplir con las obras de su voluntad, conocida por el dictamen de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. La divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a los que sin culpa por su parte no llegaron todavía a un claro conocimiento de Dios y, sin embargo, se esfuerzan, ayudados por la gracia divina, en conseguir una vida recta. (...)".
De manera que sí: es posible la salvación mediante la gracia de Cristo a quienes tienen una ignorancia inculpable de Cristo y de su Iglesia. Lo que pasa es que el sr. Nicolás no hace referencia al final de ese mismo número 16:
"... Pero con demasiada frecuencia los hombres, engañados por el maligno, (...) están expuestos a una horrible desesperación. Por lo cual la Iglesia, recordando el mandato del Señor: «Predicad el Evangelio a toda criatura (cf. Mc., 16,16), fomenta encarecidamente las misiones para promover la gloria de Dios y la salvación de todos."
Esta misma doctrina se recoge en el Catecismo Igl Cat., n. 847, etc.
No es estoy de acuerdo con el comentario del sr. Prepósito, de que el Pueblo de Dios no ha sido escuchado en el Sínodo (pareciera que no lo invitaron a él?). Y sus comentarios sobre la salvación fuera de la Iglesia me parecen imprudentes e incompletos.
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LF:
Cuando la verdad no se predica completa, lo que se predica es generalmente mentira.
Aquí está el punto nuclear de lo que me parece que le sucede a los jesuitas: no sólo hay que pedir perdón, hay que acompañarlos en su creencia, y hay que recoger las aportaciones de santidad y verdad de sus religiones hacia el catolicismo, por ejemplo, hinduismo, budismo, zen, tao...
En la cuestión ecuménica e interreligiosa, algunas veces he visto que se toma como base Lumen Gentium 8:
"Esta Iglesia [de Cristo]...subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si bien fuera de su estructura se encuentren muchos elementos de SANTIDAD y VERDAD que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica."
Y la Nostra Aetate 2:
"La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones [no cristianas] hay de SANTO Y VERDADERO."
Así, todos los cristianos no católicos y los no cristianos ya están salvados si actúan en conciencia y de buena fe, por lo que NO hace falta evangelizar porque ya están salvados.
Esta afirmación debe entenderse radicalmente: no hace falta ni la predicación, el bautismo, eucaristía, confesión ni nada en absoluto.
Por eso sospecho que existe una teología oficiosa implícita en la creencia de muchos religiosos, clérigos y laicos, por la cual se afirma la salvación universal de la humanidad SIN la necesidad de Cristo, incluso la creencia de la apocatástasis de Orígenes: al final todos se salvarán, incluso los demonios y los condenados.
No parece que esté en sus cabales el pobre.
Todos tenemos en nuestro interior un alma. Todas las almas han sido creadas por Dios.
En Jesucristo, el Hijo de Dios, se expresa en el mundo la Conciencia de Dios Padre. Por ello la Conciencia de Jesús como Cristo es la que debemos alcanzar para salvarnos.
Desde Jesús hasta nuestros días, se pueden contar unas 500 confesiones cristianas de cierta envergadura, si bien, la Católica ha sido, sin duda, la más sobresaliente. La teoría de cada una de esas 500 confesiones se puede estudiar o se puede analizar, se pueden ver los pros y los contras y lógicamente desde nuestra libertad elegir. La Práctica, en cambio, es menos complicada ( en su exposición) pero se necesita voluntad firme para realizarla.
Lo importante de la teoría es que cada uno puede estar convencido, en base a múltiples razonamientos o argumentos, que su elección es la mejor. En ese sentido debe dar gracias a Dios por haber encontrado el mejor camino, como por ejemplo el Catolicismo para todos los que hemos nacido en el seno de una familia católica.
Lo importante de la PRÁCTICA es que llega la hora de la VERDAD que es: aproximarnos, cada vez más, para expresar en nuestra vida la Conciencia de Jesús, que se puede resumir en:
-Amar a Dios Padre, lo cual significa dedicarLe un tiempo importante única y exclusivamente a Él con devoción, entrega, sinceridad y amor.
- Amar a nuestro prójimo y Amar a nuestros enemigos. El Amor que debemos dar a nuestro prójimo y a nuestros enemigos, si amamos verdaderamente a Dios será el idóneo; pero si no es así, tenemos que amarlo más que incluso a nosotros mismos, teniéndolo presente y llegar hasta donde se pueda.
-Perdonar las ofensas. Interceder ante Dios para que caminemos hacia la Verdad. Rezar, meditar, entregarse a Dios en la oración contemplativa.
Lo importante es realizar la Práctica; y, la teoría, en teoría, si es buena teoría nos llevará, en principio, a realizar bien la Práctica . Pero es mediante la Práctica que alcanzaremos la Salvación.
Ánimo y un abrazo.
"... esto no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en los cielos" Ayer como hoy.
PD.
Luis Fernando, ayer una monja catalana volvió a insultarnos a los cristianos en prime time de TV3. Y no es la Caram o la Forcades... (insultadoras habituales) ¡que hemos hecho los catalanes, para merecer esto! De tanto escuchar al "pueblo" (a una parte del pueblo) han dejado de escuchar a Dios y se han convertido en portacoces de los vendedores de crecepelo que se han auto-erigido en representantes del pueblo. Sal desalada, y los pastores, mientras tanto, de comparsas de lo lobos.
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LF:
¿Qué monja?
Eso que dice el Varicano lo tiene escrito San Agustín textualmente desde hace una eternidad.
Algunos con tanta tontería orientalista encima van de descubridores de la rueda...
Por desgracia algunos "misioneros" han caído en el activismo, tentación cómoda y mediáticamente reconfortante (autoengaño, autosatisfación) en la que todos los cristianos podemos caer.
Por cierto, en otro blog gran definición de los "cristianos guays y chicas de oro" :
http://outsiderfriar.blogspot.com.es/2012/10/cristianos-guay-y-chicas-de-oro.html
Pues si uno va a la herramienta antes citada http://www.google.com/trends/ comprobará, por ejemplo, que el sencillo Blog del Padre Fortea tiene una tercera parte del peso que toda Religión Digital. Cualquiera lo puede comprobar escribiendo “Padre Fortea” y “Religion Digital”. Y la Cigueña de la Torre, sólo él, la mitad que todo Religión Digital. En fin, sólo son datos objetivos.
Datos que se traducen en que sólo la Cigueña de la Torre unido al Padre Fortea, tienen el mismo peso que esa Religión Digital que se presenta como la web de referencia.
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LF:
¿Usted sabe aquello de unos llevan la fama y otros cardan la lana?
Pues acá cardamos mucha lana. En cuanto a visitas, nuestra referencia somos nosotros mismos respecto a años pasados. Y seguimos creciendo considerablemente. En cuanto a influencia, nos debemos a la discrección. Yo no diré con quién he departido -y departo- de la curia romana y los consejos que hemos recibido desde la misma. Sabemos muy bien los servicios que hemos prestado a la Iglesia y lo que se nos aprecia. Muchos de ellos ni siquiera han salido a la luz. Ni saldrán.
Es obvio que se ha expresado con la suficiente ambigüedad para no incurrir en alguna barbaridad en sus juicios como tantos otros hermanos de la Compañía, tristemente famosos. Pero en lo que dice y en cómo lo dice no encuentro nada digno reprobación.
Hay otro ejemplo parecido al de Cornelio en el capítulo octavo del libro de Hechos. Se trata del etíope eunuco. Por gracia se había interesando en la lectura del profeta Isaías. Dios le envía al apóstol Felipe para predicarle el evangelio.
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Ciértamente es por gracia, pero es que la corte etíope era de fe judía desde los tiempos de Salomón y Saba. Es una historia apasionante la etíope. El primer pais converso al cristianismo, según uno de los padres, es Etiopía, por ese versículo.
Aunque quedaron restos de judíos allí por siempre.
Es el " beta israel". Recordar la imponente operación de rescate que organizó Israel para sacar a los judíos negritos durante la pasada guerra civil.
Paz y Bien a todos
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LF:
Es facilísimo de explicar. Por pura gracia y por confianza en la promesa del Salvador, que dijo que las puertas del Hades no prevalecerán sobre su Iglesia.
Si nuestra pertenencia a la Iglesia tuviera que depender de que algunos miembros no cumplen los mandatos de Dios, nadie sería miembro de la Iglesia.
Paz y Bien
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LF:
En la historia han habido malos Papas y malos obispos y Dios ha provisto. Eso no va a cambiar. Además, llevamos mucho tiempo sin tener un mal Papa.
Es muy interesante el debate que tenéis sobre la salvación y la evangelización a propósito de unas declaraciones del Prepósito de la Compañía de Jesús.
Cómo creo que todos los que participáis compartís la fe de la Iglesia, conviene tener presente lo que el Concilio Vaticano II ha dicho al respecto. En síntesis: que la voluntad salvífica de Dios es universal y que el área de salvación de Cristo es más amplia que lo visible de la Iglesia.
La fe de la Iglesia en consonancia con la Escritura ha confesado la voluntad salvífica universal de Dios desde antiguo, especialmente en los símbolos de la fe al afirmar que Cristo murió por todos los hombres. Esta doctrina ha sido formulada de forma positiva por el Concilio Vaticano II en diversos documentos, en los que se afirma la realidad de una voluntad salvífica universal y eficaz de Dios más allá de los límites visibles de la misma Iglesia Católica.
La CD Lumen Gentium, inicia la presentación de las diversas relaciones de los hombres con el pueblo de Dios con una afirmación central: “Todos los hombres están invitados al Pueblo de Dios” (LG 13). Más adelante, afirma que este Pueblo es uno y único, ha de abarcar al mundo entero y todos los tiempos para cumplir los designios de la voluntad de Dios. Todos los hombres están llamados a la unidad católica del Pueblo de Dios, que prefigura y promueve la paz, y a ella pertenecen de varios modos y se ordenan tanto los fieles católicos como los otros cristianos, e incluso todos los hombres en general, llamados a la salvación por la gracia de Dios.
Ha sido importantísima la interpretación de la afirmación “fuera de la Iglesia no hay salvación” que ofrece LG 16. El Concilio Vaticano II, dice que sólo Cristo salva, pero también que mucha gente de buena fe se encuentra orientada hacia Cristo, porque Dios los atrae con sus dones. Esta interpretación significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por medio de la Iglesia, que es su Cuerpo, y por lo tanto, no pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, no entran y no perseveran en ella; pero al mismo tiempo pueden alcanzar la salvación eterna todos aquellos que, sin culpa alguna, ignoran el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y, bajo el influjo de la gracia se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el dictamen de la conciencia.
La afirmación de que Cristo es el centro único y universal de salvación de Dios, se considera perfectamente compatible con la acción del Espíritu del Padre y del Hijo más allá del área constituida por el conocimiento explícito del mediador Jesús e, incluso más allá de la visibilidad cristiana. Esto significa que Cristo incluye en su área de salvación todo cuanto las religiones y los hombres en general tienen de bueno y de verdadero, y la Iglesia lo aprecia como preparación evangélica y como un don de Aquel que ilumina a todos los hombres para que puedan tener finalmente vida (LG 16). Resulta compatible el hecho de que la figura de Jesús sea única y universal, con un cierto valor providencial de las diversas religiones, porque todo lo que en ellas hay de validez dimana del centro que es la Cruz y Resurrección de Cristo o está atraído por ella.
En síntesis, el don de la gracia de Cristo está presente en el corazón de todo hombre de buena voluntad en orden a su salvación. Cristo murió por todos (cf. Rm 8,32) y en consecuencia el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se asocien a este misterio pascual (cf. GS 22).
La voluntad salvífica universal de Dios queda subrayada también en LG 9 y 48 con la afirmación de que la Iglesia es sacramento universal de salvación, y por ello, comunión de vida, de amor y unidad, e instrumento de redención enviado a todos los hombres. De esta forma el Concilio Vaticano II, al definir a la Iglesia como sacramento, signo o instrumento de salvación articula correctamente la voluntad salvífica de Dios con el papel que juega la Iglesia visible en su realización.
Mis mejores deseos para todos.
M. Paz
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LF:
Cito al actual Papa, cuando presentó la Dominus Iesus:
... no debe considerarse como praeparatio evangelica todo aquello que se encuentra en las religiones, sino sólo «lo que el Espíritu obra» en ellas. De esto se sigue una consecuencia importantísima: camino a la salvación es el bien presente en las religiones, como obra del Espíritu de Cristo, pero no las religiones en cuanto tales. Esto, por lo demás, es confirmado por la misma doctrina del Vaticano II a propósito de las semillas de verdad y de bondad presentes en las otras religiones y culturas, expuesta en la Declaración conciliar Nostra aetate: «La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones es verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepen mucho de los que ella mantiene y propone, no pocas veces reflejan, sin embargo, un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres» . Todo aquello que de verdadero y bueno existe en las religiones no debe ser perdido, por el contrario es reconocido y valorizado. El bien y la verdad, donde sea que se encuentren, provienen del Padre y son obra del Espíritu; las semillas del Logos están esparcidas por doquier. Pero no se pueden cerrar los ojos a los errores y engaños que están también presentes en las religiones. La misma Constitución Dogmática del Vaticano II Lumen gentium afirma: «Muchas veces los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y cambiaron la verdad de Dios por la mentira, sirviendo a las criaturas en vez de al Creador» .
Y
Es comprensible que en un mundo que crece cada vez más junto, también las religiones y las culturas se encuentren. Esto no conduce tan sólo a un acercamiento exterior de personas y religiones diversas, sino también a un aumento del interés por mundos religiosos desconocidos. En este sentido, es decir, en orden al conocimiento recíproco, es legítimo hablar de un mutuo enriquecimiento. Esto, sin embargo, nada tiene que ver con el abandono de la pretensión por parte de la fe cristiana de haber recibido de Dios en Cristo el don de la revelación definitiva y completa del misterio de la salvación, y más bien se debe excluir aquella mentalidad indiferentista «marcada por un relativismo religioso que termina por pensar que "una religión es tan buena como otra"». .
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LF:
Lo mismo es que tenemos en cuenta las palabras de Dios encarnado en el evangelio. Sí, va a ser eso.
Aquí nadie niega que Dios pueda salvar a quien Él quiera y de la manera que quiera. En todo caso, mostramos cómo ha querido Él que se salven los hombres. Y lo mostramos no por capricho, sino porque Él mismo lo ha revelado.
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=13079
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