El papel de los obispos vascos ante el hipotético fin de Eta
Supongo que no es políticamente correcto comenzar este artículo diciendo que tengo el convencimiento de que no estamos ante el fin de Eta y que antes o después la banda terrorista volverá a hacer lo único que sabe hacer. Es más, creo que para que no ocurriera tal cosa debería de darse una circunstancia realmente penosa, como es el que los etarras estén seguros de obtener aquello por lo que llevan matando durante varias décadas: la independencia de las vascongadas. A la vez afirmo que no hay nada en este mundo en lo que me gustaría tanto estar equivocado.
El papel de la Iglesia en el País Vasco en relación con el terrorismo ha estado lejos de ser ejemplar. No necesito recordar todos los detalles, pero a día de hoy siguen siendo sacerdotes personajes que han justificado en mayor o menor medida la existencia de Eta. Es por ello que cuando oigo hablar de las diferentes sensibilidades en el seno de la “iglesia vasca", no puedo por menos que estar de acuerdo. Efectivamente, hay diferencias entre unos y otros. Hay quienes han estado y están con las víctimas del terrorismo al cien por cien, hay quienes han estado y están con los terroristas y hay quienes juegan a una especie de equidistancia que tiene bastante más que ver con las inclinaciones políticas que con los valores que emanan del evangelio.
A Dios gracias, los recientes nombramientos de obispos para las dos diócesis vascas más pobladas han mejorado enormemente las espectativas respecto al papel que la Iglesia puede jugar en el presente y el futuro de esa tierra. El obispo de Vitoria sigue siendo Mons. Asurmendi, pero de él cabe esperar que haga lo que ha venido haciendo desde hace años: dejarse llevar. Sin embargo, tanto Bilbao como San Sebastián cuentan con dos pastores nuevos que suponen un cambio respecto a lo que había antes.
Aun así, es evidente que Mons. Iceta no es Mons. Munilla ni viceversa. De hecho, las dos diócesis tienen un historial reciente muy diferente en cuanto a su manera de funcionar. Mientras que en la diócesis de San Sebastián, los dos anteriores pontificados, sobre todo el de Setién, eran de “ordeno y mando”, lo cual le facilita bastante las cosas a Mons. Munilla para hacer algo parecido, en Bilbao se impusieron tesis de gobierno eclesial que rozan la heterodoxia, porque el obispo parecía más el notario que firma lo acordado por la mayoría del clero, que un verdadero pastor que marca las líneas a seguir por su rebaño. Como quiera que Mons. Blázquez no quiso o no pudo hacer nada por cambiar eso, Mons. Iceta necesita tiempo para ir aplicando los cambios necesarios de forma prudente a la vez que firme. No le pidamos que de la vuelta al calcetín en un segundo. Como me dijo el obispo de otra diócesis española que se encontró con un clero asilvestrado… “con estos bueyes hay que arar".
Es probable que esa forma diferente de funcionar en las diócesis vascas vecinas esté detrás de algún desajuste cercano que ha provocado cierto revuelto mediático. Nada que no se pueda solucionar con una buena dosis de prudencia y de contención “informativa” hacia el exterior y un mayor contacto directo entre prelados.
Lo peor que le podría pasar a la Iglesia que peregrina por tierras vascas es que se dé una imagen de desunión en relación al posible fin de Eta. El mensaje debe ser claro y unívoco. No puede ir San Sebastián por un lado y Bilbao por otro, quedándose Vitoria en tierra de nadie. E independientemente de que las diócesis funcionen de forma diferente, es evidente que la doctrina y la moral de la Iglesia en relación al terrorismo es lo suficientemente clara como para que no haya necesidad de pactar equidistancias cómplices, como ha ocurrido en tiempos demasiado cercanos.
La voz de la Iglesia en el País Vasco ha de ser clara y rotunda. Eta es un cáncer para la sociedad vasca. Una plaga que se ha extendido y lo ha inundado casi todo. Un veneno mortal que no tiene razon de existir, que no puede ser justificado de ninguna de las maneras. El que la banda terrorista deje de matar es una buena noticia. El que siga existiendo, quedando commo virus mortal aletargado que no actúa mientras el cuerpo donde habita se comporte bajo ciertos parámetros, no es nada tranquilizador. Si sigue viva la idea de que está justificado matar mientras no se consigan determinados logros políticos, en este caso la independencia, Eta seguirá siendo una amenaza para la paz de Euskadi y del resto de España. En ese sentido, la labor de la Iglesia no puede ser otra que la de lanzar el mensaje de que sin conversión no habrá paz verdadera y duradera. De poco vale que los terroristas dejen de matar si la base social que les ha apoyado sigue considerando como un enemigo a aniquilar a aquellos que no quieren que el País Vasco sea independiente. La violencia tiene más caras además de la bomba-lapa y el tiro en la nuca. Y o los que han odidado y matado dejan de odiar, o los odiados no dejarán de ser víctimas del odio. Lo que vemos en ello no es arrepentimiento sino soberbia perversa y ofensiva hacia sus víctimas.
Otra cosa que debe de quedar clara como al agua es que no se puede meter en el mismo saco a víctimas y terroristas. Es una ofensa el plantear siquiera que están en un nivel parecido los familiares de los que han sido asesinados o heridos que los familiares de los presos que han cometido crímenes. No niego que para una madre sea doloroso ver a su hijo en la cárcel. Pero, ¿en nombre de cuál pasaje de los evangelios, de qué documento del magisterio de la Iglesia o del mismísimo sentido común, se puede poner ese dolor al lado del que sufre una madre que ha visto como a su hijo se le ha volado la tapa de los sesos o se le ha hecho pedazos mediante una bomba? ¿cómo va a recibir un trato pastoral similar la madre del asesinado que la madre del asesino? Los presos están en la cárcel por lo que han hecho. Los muertos están en la tumba por lo que hicieron los presos. Y aunque la Iglesia aboga por el perdón y la misericordia, no puede llamar víctima a quien cumple la pena que en justicia debe cumplir. Y no debemos olvidar que la penitencia es doctrina católica. El perdón no lleva necesariamente a renunciar a la reparación por el daño causado.
No hace falta decir que la Iglesia debería ser la primera en desear que los terroristas se resinserten en la sociedad tras haber abandonado la violencia. Pero eso solo puede llevarse a cabo mediante la conversión del corazón. Quienes no se arrepienten de sus asesinatos y no piden perdón por los mismos, no han dejado de ser asesinos.
La Iglesia, por tanto, debe plantear como opción irrenunciable el arrepentimiento verdadero de los terroristas para conseguir la paz verdadera. Es cierto que a las víctimas se les puede pedir que perdonen. Si son católicas sabrán que en el padrenuestro pedimos a Dios que nos perdone así como perdonamos. El perdón no solo libera al que lo recibe sino al que lo da. Ahora bien, no seamos tan necios como para pensar que la concesión del perdón tiene el mismo grado de exigencia moral que la petición del mismo. Perdonar a quien ha matado a tus seres queridos es un acto de misericordia que se concede graciosamente y no sin mucho dolor. Pedir perdón a los familiares de quienes has matado es un acto de justicia reparadora.
Queda por último la cuestión de la configuración política del País Vasco. Estamos ante una situación parecida a la de Cataluña. Hay muchos vascos y catalanes que quieren la independencia de sus pueblos, regiones, comunidades autónomas, “nacionalidades” o como quieran ustedes llamarales. Pero esa es una materia en la que la Iglesia debería conscientemente quedarse en un lugar secundario. Para mí fue, es y será un error el que los obispos catalanes llamen nación a Cataluña. No porque no lo sea. Yo creo que históricamente no lo es pero eso es algo sobre lo que se puede discutir. Los obispos pueden creer personalmente que lo es, pero saben muy bien que muchos fieles de sus diócesis no están de acuerdo. Decir que Cataluña es una nación es un pronunciamiento político no una opción pastoral conforme a la doctrina de la Iglesia. Por no decir que los obispos catalanes saben también que cuando el Papa visitó Barcelona habló de autoridades nacionales, autonómicas y locales. No hace falta que les diga a qué se refería por nacionales. Lo mismo diré de los obispos vascos. Ellos no están para entrar en polémicas políticas entre nacionalistas y no nacionalistas. No es ese el papel que corresponde a la Iglesia.
Pidamos al Señor que ilumine los pasos de quienes han de guiar a su Iglesia en las vascongadas por sendas de caridad, de misericordia, de justicia y de verdad.
Luis Fernando Pérez Bustamante
22 comentarios
En lo que respecta a los políticos electos y su electorado que los refrenda, éstos no me merecen el más mínimo respeto: todos ellos son partidarios del aborto, un asesinato igulamente a todas luces.
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LF:
Las cosas han de estar siempre claras. La Iglesia, con las víctimas y contra los terroristas y sus apoyos sociales. Si eso supone para muchos un posicionamiento político, no es culpa de la Iglesia.
Por lo demás, Monseñor Novell, que manifestó que quiere dejar la política al margen de su ministerio episcopal, como debe ser, no se ha recatado, sin embargo, a la hora de afirmar en una de sus múltiples apariciones recientes en los medios que [para él] Cataluña es una nación.
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LF:
He explicado las razones por las que un obispo y otro tienen que actuar de forma diferente ante su clero. Unos curas están acostumbrados a hacer lo que el obispo diga y los otros a que el obispo haga lo que ellos dicen. Y eso lleva un tiempo cambiarlo. Por tanto no se puede juzgar la actuación de los dos obispos usando la misma vara de medir.
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LF:
¿Este señor pertenece a la "iglesia vasca"?
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=3467
¿Cómo que no debe de haber ganadores y vencidos? Estamos ante una cuestión de justicia. Quien ha matado, debe permanecer en la cárcel hasta que pague por sus delitos. Sobre todo si se niega a arrepentirse y pedir perdón. Y quien ha justificado y justifica al que ha matado, no puede tener lugar en una sociedad sana. En una enferma sí, claro. Ese es el problema de la sociedad vasca. Que está enferma. Una parte importante de ella lleva décadas alentando a una banda de asesinos. La Iglesia no puede andarse con medias tintas ante esa realidad. Hay que llamar a las cosas por su nombre.
Bilbao ha sido el laboratorio del experimento progre de asamblearismo, diseñado por Uriarte. En cambio, San Sebastián, tarro de las esencias del nazionalismo, se convirtió en su Esparta, donde el déspota hacía y deshacía a su antojo.
Además, en San Sebastián, la extinción del clero y la división entre fieles y clero católicos y fieles y euskoklero abertzales es más extrema que en Bilbao.
En resumen, Munilla tiene una diócesis más pequeña que le dará menos quebraderos de cabeza que a Iceta la suya, y además tiene la máquina que le ha dejado Setién engrasada.
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LF:
No hay organismos intermedios. Pero es de sentido común que los obispos de una región se reunan aunque pertenezcan a provincias eclesiásticas diferentes.
En mi opinión, hay que diferenciar entre el perdón espiritual y el jurídico: un asesino debe de responder siempre penal y civilmente (prisión, restricción de libertades y derechos, cumplimiento íntegro, pago de indemnizaciones), pero siempre se le debe de perdonar espiritualmente y rezar para que Dios le elimine los muros y cadenas que lo atenazan para que, libremente, pueda coger el camino del mal o del bien, del arrepentimiento y de la conversión.
Pero siempre exigirle la responsabilidad jurídica plena e íntegra. Una comunidad política democrática tiene el derecho y deber de exigir responsabilidades contra quienes no son más que simples asesinos, aunque tengan motivaciones políticas.
Yo no sé si los Obispos son las personas más adecuadas a la hora de defender la verdad histórica (aunque toda mentira a sabiendas es pecado, verse sobre la materia que verse); lo que sí es es seguro es que, sin verdad, los vascos no tendrán libertad y que la reconciliación entre ellos requiere, sin duda, la previa reconciliación con su auténtica identidad como vascos y españoles de aquellos separatistas empeñados en darse de topetazos con la Historia.
"La verdad os hará libres" (Jn 8,32).
Seguramente este señor COMPROMETIDO CON ESPAÑA, el tal optimista Asclepio, nos daría una "buena" argumentación al respecto, siempre desde el "compromiso" con España y el optimismo, claro.
Como por lo visto aquí ya nadie es de "nuevas generaciones", sino que todos peinamos canas, bien vale repetir aquello de "antes se coge a un mentiroso que a un cojo"
Dicen que tienen a María San Gil como a una flor. Pues bien, tal como ya le dije a tal COMPROMETIDO CON ESPAÑA, no nos la dan, y en efecto, la quieren, que no la tienen, como florero.
Triste, muy triste que el PP se haya apuntado al carro de la claudicación. Aunque no menos cierto es que ya se sabía.
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LF:
Cuando el PP acaba de nombrar como secretario de Justicia a un tipo como Oyarzábal, que es el enemigo público declarado de todo lo que representa Mayor Oreja, María San Gil y cía entre los populares del País Vasco, solo cabe pensar que ese partido ha emprendido el camino de la traición a las víctimas de Eta. Un camino ya recorrido por el PSOE.
Y todavía habrá quien nos venga con la monserga de que el PP es la salvación de España. ¿JE!
Lo digo porque el País Vasco está sufriendo un proceso de paganización sin precedentes y la imagen de la Iglesia está por los suelos. Es imposible hablar de la Iglesia y que junto a los habituales (pederastia, etc.) no aparezcan Rouco, la ultraderecha, la COPE o Franco. Muchos parecen endemoniados cuando se nombra a la Iglesia y en parte es por la puñetera política.
Y encima los pocos cristianos que quedan están totalmente mundanizados. Muchos por ejemplo le dan más transcendencia a los escritos de algún teólogo hereje que a los obispos porque el teólogo "es de los nuestros". La situación es alarmante.
Ese "proceso de paganización sin precedentes" lo ha impulsado el euskoklero, que es el que ha dominado la Iglesia vasca desde antes de la muerte de Franco. Y es que encima muchos sectores de ese 'euskoklero' estaban de acuerdo en diluir la religión en el 'abertzalismo', en 'purificarla' de adherencias romanas y toledanas para enlazarla con los ritos paganos más o menos conocidos que practicaban los antepasados de los vascos. A esto añádele la supeditación del catolicismo a la revolución socialista (etarra), como en Nicaragua.
Por ejemplo, hubo curas párrocos de Baracaldo, Bilbao, Portugalete y otros muchos sitios que por su santos c... se cargaron las cofradías que había en sus parroquias.
Todo lo anterior lo aceptaron o consintieron los Larrea, Larrauri, Cirarda, Setién y Uriarte.
Te quejas de que "siempre se termina hablando de política. No saben el daño que hace". Bueno, es que de política hablaban los curas 'abertzales'. Si no hay una renovación completa del clero, la situación se seguirá degradando.
Al hablar de Vascongadas parece que se termina hablando de política porque la situación es alarmante, sí. Porque a lo largo de décadas se ha extendido la mentira nacionalista y el miedo impuesto por la eta terrorista. Y a veces, tanto clero como creyentes han mirado a otro lado como refiere el articulista -cuando no colaborado con eso. Es así de sencillo -y de grave.
Por eso es importante reconocer la verdad de la Historia de Vascongadas como parte inseparable de España -con sus ricas costumbres propias como otras partes de España-, y reconocer la Verdad de la Fe Católica. Además de deshacer trampas terminológicas o propagandísticas teniendo el valor de decir las cosas como son. Y ESO DEBERÍA DE VALER PRIMERO PARA EL CLERO, además de para los creyentes.
Comprendo que sea una ardua tarea tanto en las Vascongadas como en la Cataluña actuales -no van a la zaga otras regiones como C.Valenciana, Galicia, etc-; mucho más para jóvenes "educados" en planes de estudios que ignoran o tergiversan los temas de España e imponen un tono ideológico actual-izquierdista-progre.
De manera que no te sorprendas de ese tono que impera que ha politizado todo.
Si te fijas, al final todo se reduce a reconocer la verdad -de Dios y de la historia.
Porque los enemigos de la Iglesia Católica, tanto izquierdismos como nacionalismos, han ido juntos contra Ella de la mano de la mentira. Sólo hay que ver la historia reciente de España en la Guerra Civil, por ejemplo.
Con permiso del articulista, quiero recordar a todas las Victimas del terrorismo, ahora que en Vascongadas se ha tramitado una ayuda económica en favor de las llamadas "victimas de la violencia policial" de manera ignominiosa. Y eso se ha aprobado con el acuerdo de todos los grupos políticos menos uno. Otra vez juntos izquierda y nacionalistas de la mano de la mentira.
De manera que ahí está clara, para el que la quiera ver, la POLITIZACIÓN CON LA MENTIRA.
Para salir de eso sólo hay que DECANTARSE POR LA VERDAD.
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LF:
No es cuestión de pasión y amor a España. Es cuestión de justicia y del papel de la Iglesia ante el terrorismo.
¿Cómo que "toca ser generosos incluso con los asesinos"...?
Muchas de las personas asesinadas por la eta podrían estar comentando en bitácoras de internet como MAs y otros, y no pueden hacerlo porque esos con quienes "hay que ser generosos", les quitaron la vida: se erigieron en jueces supremos. Esos sí se erigen en jueces supremos en nombre de una mentira.
Las cosas no son simples, son complejas; pero están suficientemente claras para el que no quiera verlas con orejeras -que parece el caso de MAs.
Repartir etiquetas es otra muestra de estar engullido por el discurso dominante y llevar orejeras o ir a ciegas; pero eso ya no confunde a mucha gente.
Si alguien dice que la de la mentira es una posición legítima, apaga y vámonos. Y los seguidores de un discurso falseado y mentiroso quedan completamente desacreditados por más que traten de explicar su empanada mental. En la línea de lo que ha dicho Nova, es fácil encontrar la verdad atendiendo a los hechos de la Historia.
Los Obipos deberían hacer suyo de forma activa ese deseo del Papa, repitiendo sus mismas palabras.
Es absurdo condenar el terrorismo y no la ideología del nacionalismo, que es la que lo provoca.
Todos sabemos que el PNV siempre ha dado oxígeno a los asesinos. Lo mismo los nacionalistas catalanes firmaron un pacto con ETA para que solo nos matasen a todos los demás.
Tal veneno lleva el nacionalismo que provocó la más asquerosa traición de los católicos del PNV aliados de los que exterminaban a sus hermanos.
No le echen la culpa a Franco de sus miserias tan gordas. A Navarra no se le eliminaron los fueros...
régimen no tuvo algo que ver en la aparición de ese euskoclero? Señores, que en España el odio a la Iglesia también tiene una parte importantísima de componente político. Tendríamos que analizar que errores puede haber cometido la Iglesia en este aspecto para no repetirlos.
Que se persiga y se odie a la Iglesia es inevitable, ya lo advirtió Jesucristo, pero al menos intentemos que no sea por nuestros errores y de meter a la Iglesia en asuntos donde nunca se tendría que haber
metido. ¿Quién se acuerda de los asuntos que causaron el cisma de oriente? al final el tiempo pasa, las cosas del mundo cambian y la única perjudicada por nuestras desavenencias es aquella que se mantendrá hasta el fin del mundo: la Iglesia.
Como siempre hay alguno que es un poco duro de entendederas aclaro que condenar el terrorismo, el mal, SÍ es un asunto en el que la Iglesia debe implicarse y dar su opinión. Yo me estoy refiriendo a errores que eran y son evitables y que pueden estar ayudado al fenómeno de la paganización.
Lo que yo he dicho es verdad y se sostiene en el testimonio de historiadores de muchísimo renombre, empezando por Claudio Sánchez-Albornoz (que no era precisamente franquista). En realidad, que lo que yo he escrito es cierto lo sabe cualquier persona con un mínimo de cultura y que se haya librado del perverso y falsario adoctrinamiento separatista. Las cosas son como son y el pasado no se puede cambiar.
Los hombres no somos perfectos, pero la Historia demuestra que es la política izquierdista la que envenena todo con la mentira. Y esta política izquierdista de amplio espectro cuenta, tradicionalmente también en España, con el aliado nacionalista vascongado, catalán, gallego, valenciano, balear, etc.
Este, llamémosle, veneno izquierdista-progre puede llegar a personas creyentes o del clero católicos; pero la Iglesia Católica no es eso.
Esa persecución de los católicos sería por defender la Verdad, no por errores. El mensaje de la Revelación abarca todos los asuntos de la vida. De manera que el odio a la Iglesia es evitable porque sólo quienes pretendan encerrar a la Iglesia dentro de un cordón sanitario y se crean leyendas negras -como las que usted insinúa-, pueden odiar a la Iglesia.
¿Usted no está envenenado por la política al insinuar merecido ese odio?
Dudo que le preocupe realmente la paganización; en todo caso creo que la Iglesia ha de seguir clamando no sólo por una condena del terrorismo, sino clamando por Justicia y por la Verdad de que es depositaria para revertir ese fenómeno de la contemporaneidad.
Yo, como el autor de la bitácora, tengo el convencimiento, desgraciadamente, de que no estamos ante el fin de la eta (así, con minúsculas y con el artículo).
Efectivamente vd. está totalmente politizado: yo, España y todos los demás al mismo saco, sean cristianos, ateos, de izquierda, de derechas o lo que sea. Todos son complices-nacionalistas de los izquierdistas. Que pobreza, que razonamiento tan elemental e injusto para alguien que se supone luz del mundo.
Errores de la Iglesia en política me refiero a implicarse en asuntos mundanos y que nada tienen que ver con su verdadera misión, ¿es tan difícil de entender esto?
El odio e incomprensión a la Iglesia muchas veces también se extiende a los que salen en su defensa, sobre todo en estos tiempos, ¿como puede dar a entender que me alegro de ello si esto nos afecta a todos?
Realmente me apena que alguien que se dice cristiano desconfíe de mis verdaderas intenciones y creo que es precisamente por el problema que trataba de exponer.
Y lo más importante, recuerde que la misión de la Iglesia es salvar almas, no echarlas a patadas del rebaño.
Por otro lado, le sugiero que deje de repartir credenciales y de deglutir lo que se dice para los demás.
Su opinión respecto al artículo sobre los tres prelados vascos de la entrada viene a ser que hace daño la politización al hablar de las Vascongadas. Sin embargo, usted dice que "En España el odio a la Iglesia tiene un componente político". Ahí hay algo contradictorio. Es decir, se sorprende de algo pero reconoce otra cosa. ¿En que quedamos? Es ambiguo.
¿No será que lo que le hace daño es la politización de un determinado signo? Pues dígalo, descubra su verdadera pretensión y abandone el tono lacrimógeno.
La misión de la Iglesia no es lo que usted quiere que sea. La misión de la Iglesia es salvar almas pero transmitiendo la Fe Católica y haciendo seguidores de la Palabra de Dios y el Orden Natural que, como puede imaginar, afecta a TODOS los órdenes de la vida -los asuntos mundanos. Si somos libres, somos libres en Dios -no en lo que nos dé la gana. Cuanto más nos pongamos en sus manos -SIGUIENDO LO QUE ÉL DICE, NO LO QUE NOSOTROS QUERAMOS-, más libres seremos y más cerca de la salvación. De manera que, la misión de la Iglesia no es salvar almas y encerrarse en un reducto, que es lo que parece pretender.
Aplicado al caso de las Vascongadas, la misión de la Iglesia no es salvar almas y "lanzar paz"... Como en otras cosas, la misión de la Iglesia es CLAMAR POR JUSTICIA Y VERDAD salvando almas. El camino de Dios transita por la Verdad porque sólo en esa Verdad hay vida.
Le veo un poco confuso. Yo no soy ninguna luz del mundo. Sólo soy un humilde católico -no sólo cristiano-, cuya alma también quisiera que fuera salvada.
En todo caso, las opiniones están dadas. Que cada cual saque su conclusión.
Benedicto XVI
Manda narices que tenga que venir el Papa a decir claro y en público lo que nuestros Obispos deberían estar clamando en cada homilía y sin embargo callan para, falsariamente, no meterse en "política".
¿O es que el Papa viene a España a hacer política acaso al pronunciar esa frase que sabe que sería portada en toda la prensa nacional? (Excepto en infocatólica, vaya por donde y vaya usted a saber por qué :-))
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