No es raro que coincidamos. Hemos leído el mismo catecismo
Pues sí, he titulado mi post de hoy de la misma manera que Francisco José Fernández de la Cigoña tituló ayer uno de los suyos, dedicado a hablar de las coincidencias entre él y un servidor.
Efectivamente somos amigos desde hace años. Nos hemos visto en persona pocas veces pero rara es la semana que no hablamos por teléfono. En varias ocasiones hemos compartido mesa y mantel, solos o acompañados de periodistas e incluso obispos. Pero sobre todo, por gracia de Dios compartimos la misma fe. Una fe que nos ha sido dada. Una fe que marca nuestras vidas. Una fe que nos lleva a prestar, desde nuestras limitaciones evidentes y no sin fallos, un servicio a la Iglesia a través de nuestros blogs. Al menos esa es nuestra intención. Dios y la propia Iglesia serán quienes determinen si les servimos o nos servimos.
Paco Pepe y yo coincidimos en el análisis de las causas de la crisis que lleva sufriendo la Iglesia desde hace décadas. Y también coincidimos en cuáles pueden ser las medidas a tomar para poner coto a esa crisis. Pero tampoco hay mucho mérito en esa coincidencia. Son miles y miles los católicos que piensan igual. La mayoría de ellos lo manifiestan en los comentarios a noticias y blogs. Otros, desde sus propios blogs.
Durante mucho tiempo, sin duda demasiado, las únicas voces críticas en la Iglesia con repercusión mediática venían del ámbito heterodoxo-progresista o, en el otro extremo, del lefebvrista. En medio había un gran vacío que de ninguna manera podía ocupar el oficialismo, que es ese sector informativo-opinativo que no se caracteriza precisamente por su contundencia apologética. Conste que creo que es necesario que existan medios oficialistas. Pero cuando se trata de “combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre” (Jud 3), hace falta una actitud más enérgica. Y en eso andamos.
Habrá quien nos pregunte a cuento de qué nos hemos puesto a desempeñar esta labor o en base a qué nos creemos con autorización eclesial para hacer lo que hacemos. La respuesta a ambas preguntas viene de lo que el Papa Pío XII dijo en 1950 acerca de la opinión pública dentro de la Iglesia
Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (naturalmente, en las materias dejadas a la libre discusión). Se extrañarán de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la conocen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya censura recaería sobre los pastores y sobre los fieles. Pero también aquí la prensa católica puede hacer un servicio muy útil. A este servicio, sin embargo, más que a cualquier otro, el periodista debe aportar aquel carácter del que Nos hemos hablado, y que está formado por un inalterable respeto y un amor profundo hacia el orden divino, es decir, en el caso presente, hacia la Iglesia tal como ella es, no solamente en los designios eternos, sino tal como vive concretamente aquí abajo en el espacio y en el tiempo, divina, sí, pero formada por miembros y por órganos humanos.
Si posee este carácter, el publicista católico sabrá evitar tanto un servilismo mudo como una crítica descontrolada. Ayudará con una firme claridad a la formación de una opinión católica en la Iglesia, precisamente cuando, como ahora, esta opinión oscila entre los dos polos, igualmente peligrosos, de un espiritualismo ilusorio e irreal y de un realismo derrotista y materializante. Alejada de estos dos extremos, la prensa católica deberá ejercer entre los fieles su influencia sobre la opinión pública en la Iglesia. Solamente así se podrán eludir todas las ideas falsas, por exceso o por defecto, sobre la misión y sobre las posibilidades de la Iglesia en el dominio temporal y, en nuestros días, sobre todo en la cuestión social y el problema de la paz.
Eso, y no otra cosa, es lo que Paco Pepe y muchos otros intentamos hacer. A veces cometemos excesos. No somos seres angélicos. Somos pecadores y en ocasiones algunos de nuestros pecados -por ejemplo, el de la soberbia- salen a la luz en nuestros escritos. Pero sinceramente, creo que si no existiéramos tendrían que inventarnos.
La crítica desde el amor, desde la comunión, desde la fidelidad plena al Magisterio es buena y necesaria. Como dijo Paco Pepe en su post de ayer, no pretendemos gobernar la Iglesia desde nuestros blogs. Somos conscientes de que no tenemos ni tendremos autoridad eclesial alguna. Opinar sobre lo que se debe hacer no es obligar a hacerlo. Y en todo caso, siempre nos atenemos a lo que la Iglesia enseña.
A diferencia de los heterodoxos, que gritan y patalean para que la Iglesia sea algo diferente a lo que siempre ha sido, nosotros pedimos que la Iglesia sea fiel a sí misma y que se cumpla con lo que los apóstoles pidieron que se hiciera con quienes enseñan un evangelio diferente. Los progres dicen “otra Iglesia es posible". Nosotros decimos “Iglesia, sé tú misma”. Habrá quien quiera situarse en medio de unos y de otros. Pero cuando de lo que se trata es de la defensa de la verdad, y la Iglesia es columna y baluarte de la misma, las tibiezas sobran.
A los que nos acusan de falta de caridad, digo que no hay mayor caridad que estar dispuesto a ser usado como instrumento de Dios para la salvación de los que están en el error. Así lo dice la Escritura en los dos últimos versículos de la carta de Santiago:
Hermanos míos, si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro le convierte, sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados.
Stg 5,19-20
A eso nos dedicamos. En eso estamos. Y en ello seguiremos si Dios no dispone otra cosa.
Luis Fernando Pérez Bustamante
27 comentarios
Totalmente de acuerdo. Como siempre borrarás, pero ahí queda la impresión desde un análisis teológico de vuestra posición (que en el fondo es más de política eclesial que de otra cosa).
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LF:
No, mira, esta vez no te voy a borrar. De vez en cuando conviene dejar que se compruebe lo que eres. Eso sí, mira por dónde, me das ocasión para poner el enlace al magistral post que Paco Pepe te dedicó:
http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/miles-dei-20110824
Se puede decir más alto. Más claro, no.
Y sí, a partir de ahora, te volveré a borrar lo que escribas.
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LF:
A Pagola todo lo que le tengo que decir, aparte de que puede comprobar que jamás le he faltado al respeto, es que a mí me daría vergüenza aparecer en el mismo portal donde está un renegado de la calaña del "hermano Cortés". Pero allá cada cual.
Pues sí, justo a continuación usted mismo lo ratifica:
"Pero sinceramente, creo que si no existiéramos tendrían que inventarnos."
Que nunca se nos olvide, la crítica desde el amor, no desde el odio. Que se cumpla lo que decía Newman y que usted cogío como título de su blog, cor ad cor loquitur.
Que sea el corazón y no otra víscera el que hable porque, de lo contrario, poco aprovechará al otro.
Un saludo.
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LF:
Cuando digo que tendrían que inventarnos no me refiero tanto a nosotros como personas concretas sino en cuanto a lo que hacemos. Ese es el sentido de esa frase.
Pocas veces escribo desde la víscera. Y gracias a Dios, tengo a un buen sacerdote por encima de mí pendiente de que no me pase de largo. Aun así, no es fácil guardar el equilibrio.
Mucho ánimo. Fenomenal y muy necesaria la labor que realizas.
Un abrazo en Cristo
Era hora, y bien lo dices, que se terminara con la nefasta ficción de que en la Iglesia o eras progre o eras lefe. Era absolutamente inadmisible de que te vieras obligado a optar entre el mal mayor y el mal menor. (Bueno, algo de eso les pasa a los españoles en política, lo cual es lamentable). Dios es el Sumo Bien, y su religión el medio que Él puso para salvarnos, ¿cómo era posible que hubiese que optar por un mal, aún el menor, para estar en la Santa religión? No, eso era (y es todavía) una trampa diabólica, en la que vosotros dos jamás caisteis y habeis ayudado a otros a no caer.
Mientras tanto,hagamos lo que se nos dijo:"Por eso, animaos mutuamente y ayudaos los unos a los otros, como ya lo venís haciendo". Gracias Luis fernando y ¡Animos!
Seguid, seguid adelante, por favor. Y muchas gracias.
AMDG
«A la sociedad de la Iglesia se incorporan plenamente los que, poseyendo el Espíritu de Cristo, reciben íntegramente sus disposiciones y todos los medios de salvación depositados en ella, y se unen por los vínculos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del régimen eclesiástico y de la comunión, a su organización visible con Cristo, que la dirige por medio del Sumo Pontífice y de los Obispos. Sin embargo, no alcanza la salvación, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien no perseverando en la caridad permanece en el seno de la Iglesia "en cuerpo", pero no "en corazón". No olviden, con todo, los hijos de la Iglesia que su excelsa condición no deben atribuirla a sus propios méritos, sino a una gracia especial de Cristo y si no responden a ella con el pensamiento, las palabras y las obras, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad».
Lo que usted hace como publicista católico, además de ejercer su claro deber carismático, es una rotunda obligación que además sabe le conlleva efectivos derechos.
Dice el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica Romana :
TÍTULO II.
DE LAS OBLIGACIONES Y DERECHOS DE LOS FIELES LAICOS
Canon 224.
" Los fieles laicos, además de las obligaciones y derechos que son comunes a todos los fieles cristianos y de los que se establecen en otros cánones, tienen las obligaciones y derechos que se enumeran en los cánones de este título ".
Canon 225.
1. " Puesto que, en virtud del bautismo y de la confirmación, los laicos, como todos los demás fieles, están destinados por Dios al apostolado, tienen la obligación general, y gozan del derecho tanto personal como asociadamente, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres en todo el mundo; obligación que les apremia todavía más en aquellas circunstancias en las que sólo a través de ellos pueden los hombres oír el Evangelio y conocer a Jesucristo ".
2. " Tienen también el deber peculiar, cada uno según su propia condición, de impregnar y perfeccionar el orden temporal con el espíritu evangélico, y dar así testimonio de Cristo, especialmente en la realización de esas mismas cosas temporales y en el ejercicio de las tareas seculares ".
Y sigue dicho Canon hasta el 231, todos ellos con apreciaciones muy sugestivas y sumamente interesantes.
Le ha tocado a usted, que en esta nuestra época sea llevado a todo ello cabo por medio de la Red Internet.
Un arma muy poderosa ( bien utilizada ), con la que estoy seguro nuestro misericordioso Dios desea se pueda colaborar a transformar el mundo en nuestra nueva modernidad.
En defensa y socorro entrañable de la Santa Madre Iglesia Católica y de nuestro querídisimo Papa S.S. Benedicto XVI, y desde su singular puesto de vanguardia y batalla, que se incluye dentro de la fiel infanteria de la misma.
"Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias y dones de Dios" (I Pedro 1,10).
Resulta muy interesante leer la Exhortación Apostólica de S.S. Juan Pablo II: CHRISTI FIDELES LAICI, SOBRE VOCACIÓN Y MISIÓN DE LOS LAICOS
EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO :
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_30121988_christifideles-laici_sp.html
Donde se escribe ( entre otras muchas cosas ),
" Los laicos, siendo miembros a pleno título del Pueblo de Dios y del Cuerpo Místico, partícipes, mediante el Bautismo, del triple oficio sacerdotal, profético y real de Cristo, expresan y ponen en juego las riquezas de esta dignidad suya viviendo en el mundo. Lo que para quienes pertenecen al ministerio ordenado puede constituir una tarea sobreañadida o excepcional, para los laicos es misión típica. Su vocación propia consiste en "buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios" (Lumen gentium, 31)» (Juan Pablo II, Ángelus [15 Marzo 1987]: Insegnamenti, X, 1 [1987] 561)".
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No deje nunca por lo tanto de ejercer su santo carisma y su preclara, rotunda y legitima laicidad.
Nos esperan muchas batallas, que necesariamente tiene que ganar, y muchas almas que evangelizar, convencer, y salvar.
Le ayudaremos.
La mirada siempre puesta en la Sagrada Cruz:
" In hoc signo vinces ".
Todos los iluminados por el Espíritu Santo deben coincidir y tener los mismos pensamientos de Cristo salvar y fortalecer almas para su reinado en su Iglesia.
Porque tanta resistencia, a no querer ser cuestionado, si Jesús vino para perdonar al que peca, para eso esta el sacramento de reconciliación, sin esta salida nadie seria digno de El.
La reevangelización va a necesitar a muchos como ustedes sigan así Bendiciones
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LF:
Creo que ser profeta es algo mucho más complejo que esto.
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LF:
Hablo de internet. Sólo de internet.
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LF:
Los comentarios de las noticias son moderados por tres personas, a veces cuatro, entre las que me encuentro. No sé exactamente cuál habrá sido la razón por la que te han borrado el tuyo -yo no he sido pero confío plenamente en quienes me ayudan en esa tarea-, pero no es este el lugar para quejarte de eso. Y lo que es seguro es que en ningún caso hay animadversión hacia tu persona.
LF II:
Acabo de ver el comentario que te borramos. En el mismo decías esto ".... a lo que parece por su aspecto, debe sufrir algún transtorno mental". Eso es innecesariamente ofensivo. No sólo hacia la persona objeto del comentario sino también hacia quienes sufren enfermedades mentales. Es lógico que te lo borraran. El problema con los comentarios a las noticias es que no se pueden editar. O se borran o se publican.
Por si te vale de algo, a mí también me han borrado comentarios en las noticias, je je. Las reglas son para todos.
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¿Síiii?
Muy pendiente, muy pendiente, lo que se dice pendiente, no veo yo que esté, eh...
;)
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LF:
No sé si aciertas.
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LF:
No digo que sean comparables. Digo que no existía otra cosa. La web de Radio Cristiandad lleva muchos años funcionando. Y me acuerdo que al poco de regresar a la Iglesia tuve cierto contacto con los responsables de una web que se llamaba "sí sí, no no", o algo parecido. Y no había nada parecido a InfoCatólica o Religión en Libertad.
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