¿Por qué no dejan trabajar a Burillo Azcárraga?
Popular Televisión era, y me temo que puede seguir siendo, un pozo sin fondo de pérdidas económicas. Coronel de Palma debió pensar que el Grupo Cope podía ser un gran multimedia con su cadena de televisión como gran referente. Se metió un dinero enorme en unas instalaciones grandiosas, que en opinión de muchos no correspondían, ni de lejos, con las necesidades de la cadena. La megalomanía es siempre peligrosa, pero cuando quien la ejerce es alguien de estatura -en este caso económica- más bien reducida, pasa a ser una estupidez y una temeridad.
Ante la necesidad de evitar que Popular TV acabara arrastrando al abismo a todo el Grupo Cope, se buscaron soluciones vía entrada de capital ajeno. Y entonces apareció la figura del empresario mejicano Emilio Burillo Azcárraga. Su aterrizaje me lo han descrito de dos maneras muy distintas. Unos me han dicho que ha entrado como un burro en una cacharrería. Otros, que ha significado un soplo de aire fresco en un solar que amenazaba con convertirse en un cementerio. Lo que está claro es que a nadie ha dejado indiferente.
Por supuesto, cuando alguien toma los mandos de una empresa, se trae su forma de trabajar y a sus propios colaboradores. Burillo Azcárraga tiene algunas peculiaridades ciertamente interesantes. Por ejemplo, no hay reunión de trabajo que no empiece con una oración. Tengo para mí que eso no ocurre en ninguna empresa española. De hecho, no me veo yo a Coronel de Palma ni a Barriocanal abriendo una reunión del consejo de administración de Cope con un padrenuestro, un avemaría y un gloria. Pero el empresario mejicano es un hombre de fe, y la fe está presente en todas sus actuaciones. De hecho, me dicen que quiere que todos los que trabajen para él sean gente de Iglesia, creyentes y practicantes.
El estilo de María+Visión parece claro. Se parece mucho más al del canal EWTN (el de la madre Angélica) que al de una televisión generalista con cierto barniz cristiano y unos cuantos programas religiosos. Popular María-Visión es más una Radio María que una Cope televisadas. Burillo Azcárraga quiere una televisión que evangelice y forme a los evangelizados, con un estilo claramente conservador y que denota ciertas tendencias en las formas, que son más propias de allende los mares que de acá, pero eso es lógico siendo de donde es.
A algunos obispos, no nos dicen todavía quiénes, no les ha gustado la propuesta. Y menos les ha gustado a los católicos profesionales oficialistas que ven cómo pierden el control de una televisión que creían suya. Parece que les importa un pimiento que haya quedado patente que no hay lugar para una Popular TV generalista, siendo que el mercado está ya cubierto de sobra con otras ofertas de mayor vigor y prestancia. Los obispos descontentos dicen que el estilo de María-Visión no coincide con la línea pastoral de la Iglesia en España. Lo cual es todo una sorpresa, porque muchos no sabíamos que existía tal cosa. Es más, yo me atrevo a preguntar si alguien sabe cuál es esa línea pastoral. O mejor aún, si alguien sabe si la misma está teniendo buenos resultados en cuanto a la recuperación para la fe de aquellos que han abandonado la práctica religiosa, o en cuanto a la formación de los fieles de cara a que la tan cacareada nueva evangelización, pase alguna vez a ser algo más que una bonita idea plasmada en multitud de documentos eclesiales.
En definitiva, creo que deberían dejar trabajar a don Emilio. Poco se puede perder, pues la otra opción es cerrar Popular TV o entregarla en manos de un proyecto donde la fe no sea siquiera ni la cenicienta maltratada del cuento. Y si, por el contrario, el empresario mejicano consigue hacer una televisión que se acerque, siquiera un poco, al modelo de Radio María en la radio o al de EWTN en la televisión, habrá merecido la pena. Y, por supuesto, todos deben tener en cuenta aquello de que el que paga, manda. Si Burillo Azcárraga salva económicamente esa cadena, es él quien debe marcar las líneas maestras. Si eso va más allá de lo que algunos obispos y ciertos católicos profesionales pueden soportar, que pongan ellos el dinero y se hagan con los mandos de la nave. A ver si son capaces de que no naufrague. Me da que no lo harán. Ni saben ni pueden.
Luis Fernando Pérez