El Papa deja de lado cualquier intento de autocomplacencia
Hace ya bastantes años que descubrí un hecho que se ha repetido a lo largo de la historia. El papado está inscrito en la esencia misma de la Iglesia, de tal manera que la presencia de un Papa “malo” puede sacudir sus cimientos, que no obstante resisten firmes por el cuidado del Señor, mientras que la llegada de un Papa “bueno” implica siempre un derroche de gracia que beneficia no sólo a la Iglesia del momento sino a la de generaciones venideras.
Hoy nuestros ojos contemplan a un Papa bueno, a un sucesor de Pedro que no tiene el menor problema en llamar a las cosas por su nombre, que no parece estar preocupado por el qué dirán. La mal llamada “diplomacia vaticana” -me abstengo de escribir el calificativo que me merece- está quedado hecha añicos de puertas adentro. Benedicto XVI no da la más mínima tregua al pecado en la Iglesia. No busca discursos autocomplacientes, presentes en algunos sectores eclesiales, que miran más los ataques que recibe la Iglesia de fuera, que los que nacen del pecado de muchos de sus miembros.
Cuando buena parte los católicos nos dedicamos a señalar a los medios que buscan el descrédito de la Iglesia debido a los escándalos, el Papa va y nos dice que la mayor persecución viene precisamente de dentro y no de fuera. Es como si nos dijera: “Mirad lo que de mal nace entre nosotros en vez de quejaros de lo que nos viene del exterior”. La batalla principal de la Iglesia en este tiempo no es contra el mundo, sino contra los que desde dentro de ella no entienden que hay que arrancar de cuajo el pecado y los escándalos. La purificación y la penitencia son el camino. En otras palabras, Reforma o Apostasía.
Creo sinceramente que se equivocarían aquellos que vieran en las palabras del Papa un aviso sólo contra los pecados de tipo “sexual". Aunque son los más llamativos, debido a que las víctimas son niños y adolescentes, no son los únicos presentes en las últimas décadas. De hecho, ese tipo de pecados son los más fáciles de tratar, vía tolerancia cero. Pero hay un pecado que, en mi opinión, es infinitamente más peligroso de cara al futuro de la propia Iglesia. Es el del alejamiento de la verdad por parte de gran parte de los bautizados, seglares, religiosos, sacerdotes e incluso algunos obispos. Que un sacerdote abuse sexualmente de un niño se ve como algo espantoso. Y con razón. Que otro sacerdote, o un catequista, abuse espiritualmente de ese mismo niño, enseñándole desde su más tierna infancia la herejía y el error, no se ve como algo espantoso. Pero también lo es. De hecho, como cristianos sabemos que se ha de temer más al que destruye el alma que a quien destruye el cuerpo.
Es hora, pues, de que una vez que la Iglesia, con el Papa a la cabeza, ha marcado el camino a seguir con los escándalos de los abusos sexuales, se ponga manos a la obra y marque también las pautas para poner fin al abuso de quienes, desde dentro, ofrecen el veneno del error envasado en el perfume de la verdad.
Luis Fernando Pérez
25 comentarios
he entendido lo que querias decir, y me parece muy biebn lo que escribes. Pero yo tambien he notado que no ha quedado demasiado clara la idea y puede entenderse como una comparación escandalosa a los ojos de la gente. "la herejía es peor que la pederastia".
Verdaderamente podemos considerarlo así pero debe explicarse muy bien, o bien, matizarlo algo.
Un abrazo
Respecto a los que se escandalizan por este tipo de opiniones, les pregunto: ¿qué es peor para la vida de un crío? ¿abusar de él o meterle en la cabeza ideas xenófobas, racistas, de odio y venganza?
Quizás así se entienda mejor lo que quiero decir.
La pederastia espiritual es PEOR que la carnal. Ya sé que escnadaliza, pero es que estamos hablando de salvar ALMAS, y se han perdido más por la primera que por la segunda.
A ver a quien no "escandalizan" estas palabras del entonces Karol Wojtyla, mu al caso pues Benedicto está en Fátima y de sus mensajes hablaba Wojtyla:
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"La pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y es verdad que esa fe disminuye continuamente en Europa."
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¿Escandaliza?. Pues esa es nuestra Fe.
Millones de niños muertos no valdrían lo que las almas de todo un continente.
5 Os mostraré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os repito: temed a ése."
Jesús de Nazaret.
Nuestra propia fe dice que la falta de ella, y sus obras, condena al infierno a cualquier persona.
Quien de verdad no entienda eso, es que sigue mundanizado.
Y si el Santo Padre decide que ha llegado la hora de coger el látigo y echar del atrio del templo a los que mercadean con los bienes de La Iglesia, y la ensucian con su mera presencia, bendito sea.
Un cordial saludo.
De un solo golpe maestro, Benedicto XVI ha cortado dos nudos: el nudo del encubrimiento y el nudo que ataba el Secreto de Fàtima a una interpretaciòn personal de Juan Pablo II.
Frase del Santo Padre para grabar en mármol y mostrarle a todos los Prelados autocomplacientes, buenistas y recurridores al símil de la mujer adúltera del Evangelio cada vez que aparece un cura pederasta o un obispo encubridor.
LF:
Ambas son malas, ¿no?
Ambas producen víctimas inocentes, ¿no?
Pues eso es lo que tienen que ver.
Ambas son malas, ¿no?
Ambas producen víctimas inocentes, ¿no?
Pues eso es lo que tienen que ver.
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Sí, claro, y una vaca se parece a un buey en que tienen cuernos. Pero no parece que el problema del católico medio -sacerdote o laico- sea hoy la xenofobia o la venganza rcial. Además, ¿es la xenofobia un pecado, o lo es simplemente el odio al prójimo? A ver si es que ahora vamos a incluir en el catecismo los pecados progres.
Tampoco estoy de acuerdo cuando dice que un mal Papa hace temblar los cimientos de la Iglesia. Papas malos los ha habido a patadas en tiempos en los que abundaban los santos, igual que últimamente hay Papas buenos cuando escasean los fieles y los santos.
Y desde luego el problema del católico medio tampoco es el de los abusos. La inmensa mayoría de los católicos y los sacerdotes no los cometen.
Por cierto, tampoco he dicho que todos los papas malos han hecho temblar los cimientos de la Iglesia. He dicho que la llegada de un papa malo "puede" traer esas consecuencias. Pero papas malos han habido que no han provocado tal cosa.
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No, pero entre el clero ha habido abusos y el problema de unos cuántos Obispos no medios, pero sí mediocres, es haberlo permitido. Ahora, la "xenofobia" brilla por su ausencia en el clero y en los laicos. Más bien en la Iglesia hoy se padece el indiferentismo religioso y el multiculturalismo, ese virus inyectado por la progresía de consecuencias fatales.
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LF:
La xenofobia -que yo uso como ejemplo para que un no cristiano entienda que, además de los abusos, hay cosas igualmente graves para el futuro de un menor- brilla por su ausencia en el clero. Lástima que no ocurra lo mismo con la herejía que lleva a la perdición. Por eso digo que el problema de la Iglesia no es sólo la existencia de los abusos y el mal trato dado a los mismos. De hecho, eso va a dejar de ser un problema con la tolerancia cero. Pero hace falta también tolerancia cero con aquellos males que afectan al alma de los fieles.
De un solo golpe maestro, Benedicto XVI ha cortado dos nudos: el nudo del encubrimiento y el nudo que ataba el Secreto de Fàtima a una interpretaciòn personal de Juan Pablo II
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Pues creo recoerdar que fue el propio Ratzinger el que interpretó el tercer secreto como ya acontecido.
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Así exactamente es como se dijo hace años, que los "acontecimientos" del tercer secreto se habían cumplido. Claro, que eso nunca pretende ser Magisterio, sino mera meditación espiritual, sujeta a cambios.
Otra cosa distinta es que el "misterio" y mensaje de Fátima sea siempre actuales, de lo cual no cabe duda.
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