No es casual lo del lobby gay y la asignatura de religión católica
Resulta que la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) ha publicado y está difundiendo una guía didáctica destinada a profesores de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato con el fin de “abordar en las aulas el respeto a la diversidad sexual en el aula para la asignatura de Religión Católica“. Y uno se pregunta: ¿habrá profesores de dicha asignatura que acepten leer siquiera esa guía didáctica? Es más, otro puede llegar incluso a preguntarse: ¿habrá profesores de dicha asignatura que lleven a cabo las indicaciones de la guía de marras? Porque, convendrán ustedes conmigo, es muy raro que los de la FELGTB saquen algo así si no tienen la certeza de que van a tener “destinatarios” dispuestos a leer y asumir sus tesis.
Y entonces un recibe informaciones la mar de interesantes. Por ejemplo, que en el profesorado de religión de una de las diócesis más importantes de España hay elementos que están bastante relacionados con grupos de gays y lesbianas. Incluso me dicen que en uno de los institutos públicos de más solera de todo el país, tienen como profesora de religión a una teóloga muy próxima al lobby gay. Y que el delegado de enseñanza de dicha iglesia local lo sabe. Y que no piensa hacer nada al respecto. Ante lo cual yo ya he sugerido que se informe al pastor de dicha iglesia. Lo que ocurre es que, conociendo al pastor, estoy tan convencido de que se le informará como de que no hará nada con tal de evitarse un cirio mediático.
Todo esto no hace sino incidir en algo que todavía no he abordado en profundidad en este blog, pero que sé que es un problema no pequeño. A saber, ¿qué conocimiento real tienen nuestros obispos sobre el profesorado de religión de sus diócesis? En las que son pequeñas, la cosa es más o menos fácil. Todos se conocen, todos saben de qué pie cojean unos y otros. Pero cuando las diócesis son más grandes, depende en gran manera del delegado de enseñanza. Si el mismo es progre o “medio-pensionista", ya puede tener claro el obispo, que entre los profesores de religión va a tener a personal que enseña cualquier cosa menos religión católica conforme al magisterio de la Iglesia. Y claro, a ver si muchos están partiéndose el rostro para defender la presencia de la asignatura de religión en la escuela y luego resulta que desde las diócesis no se hace lo necesario para asegurar que dicha asignatura es en verdad de religión católica y no de otra cosa. A mí, personalmente, me parece mucho más grave que un profesor enseñe herejías en clase -y hablo con conocimiento de causa- a que sea profesor un divorciado recasado, sobre todo si no presume de dicha condición ante sus alumnos. De éste se podrá decir que enseña lo que no practica. Del hereje no cabe esperar otra cosa que cause un grave daño espiritual a sus alumnos.
Si los obispos quieren ejercer su derecho a decidir la idoneidad de los candidatos para dar esa asignatura, lo mínimo que se les puede pedir es que lo ejerzan de verdad, ya sea directamente, ya sea asegurándose de tener un delegado apropiado para esa tarea. Si no, es preferible que no haya asignatura de religión en nuestras escuelas e institutos.
Luis Fernando Pérez