Monseñor Sáiz Meneses y el "milagro" Terrassa

Terrassa es una diócesis muy joven, fruto de la partición de la sede metropolitana de Barcelona en junio del 2004. Su primer obispo titular, Monseñor José Ángel Sáiz Meneses, cuenta con sólo 53 años de edad, así que, Dios mediante, le queda cerca de un cuarto de siglo por delante para desempeñar su ministerio en primera línea. Su etapa como obispo auxiliar de Barcelona dio todo lo que puede dar la labor de un obispo auxiliar, pero ha sido llegar a Terrassa y empezar a dejar huella. Y no una huella cualquiera, no. Hablamos de una huella fundamental para el futuro de cualquier diócesis: su seminario.

Y es que convertirse en el seminario más importante de Cataluña en tan solo tres años de existencia no debe ser cosa fácil. Pues eso es lo que ha logrado don José Ángel. Obviamente no es sólo cosa suya. Sus colaboradores más cercanos tienen mucho que ver con lo ocurrido. Y en Roma esas cosas se tienen en cuenta. Por ejemplo, su primer vicario general, monseñor Pardo, es hoy obispo de Gerona.

Germinans denuncia hoy el silencio de los medios de comunicación catalanes, incluidos los eclesiales, sobre el “milagro” Terrassa. Es normal. Monseñor Sáiz Meneses, sin tener un perfil ultra-conservador, representa cuál es la línea a seguir por la Iglesia en Cataluña en las próximas décadas, si es que en verdad se quiere que el catolicismo catalán resucite de su actual postración. Y es que por más que el cardenal Sistach esté en un estado de cuasi-levitación tras conseguir que el Papa vaya a Barcelona en noviembre, el futuro de la “iglesia catalana” lo representa mucho mejor el obispo de Terrasa que su arzobispo metropolitano. Y no sólo por una cuestión de edad, que también, sino por la manera de pastorear al rebaño de Cristo en sus respectivas diócesis. No se trata de establecer una rivalidad entre ambos. Se trata de constatar hechos que saltan a la vista. Y el que no los quiera ver, que se tape los ojos.

Luis Fernando Pérez