¡Bono, santo súbito!
¡Bono es grande! ¡Bono es único! ¡Bono es de los nuestros! ¡Bono es nuestra bandera! ¡Deberían ponerle un altar! (no es coña, no… ¡¡LEAN!!). ¡Viva Bono! Y…. ¡Qué malos son los que condenan a Bono! ¡Qué irresponsables son nuestros obispos! ¡Cobardes! ¡Qué gentuza son los ultra-católicos, carcas, tridentinos y cavernícolas!…. la izquierda eclesial ha salido en tromba a defender a su profeta de la Carrera de San Jerónimo. Están dispuestos a dar la cara por él, a atacar a quienes osen negarle la comunión, a darle ellos mismos la comunión aunque el mismísimo Papa lo prohíba, a lo que sea. Desde sacerdotes como el padre Ángel -¡otra vez!- o Pedro Miguel Lamet al periodismo eclesial de extrema izquierda. Incluso desde el blog de las dos mentiras en su título, se defiende a Bono, se ataca a los obispos y, faltaría más, a quienes les apoyamos. Incluso hay una monja que le postula como sucesor de Zapatero al frente del PSOE, lo cual lo mismo disgusta a ese prohombre del catolicismo socialista gallego llamado José Blanco. Sólo falta que el abad montillesco vuelva a decir que lo mismo Bono tiene razón en votar a favor de la nueva ley del aborto.
Pues ya lo ven, señores obispos. Esto es lo que hay. Esta es la cosecha de lo que se plantó décadas atrás. Este es el verdadero rostro de la secularización interna de la Iglesia. Sacerdotes, periodistas y pseudo-católicos que aseguran que el modelo ideal de político católico es quien les llevó la contraria en la cuestión del matrimonio gay y se la lleva al votar sí a la nueva ley del aborto. Y si ustedes osan ir más allá de lo acostumbrado e insisten en que eso no puede ser, en que no se puede ser católico y votar a favor del aborto, toda esa retahíla de desechos del catolicismo post-conciliar se les echa encima cual leones hambrientos sueltos sobre los mártires por la verdad.
Desde luego mi intención es apoyarles siempre que se mantengan fieles a lo dictaminado por Roma en este asunto y resistan la embestida mediática político-eclesial, aunque espero que me permitan darles un consejo: Se les tiene que notar más que están tan en contra de los socialistas que apoyan el aborto, como de los populares que no sólo no hacen nada por acabar con esa lacra sino que la financian con fondos públicos. Sé que en su día sacaron documentos contra la píldora abortiva aprobada por Aznar y tal y cual. Pero… no sé, podrían decir por ejemplo que, de ahora en adelante, desde la Conferencia Episcopal se apoyará explícitamente a cualquier opción política que opte por abolir toda la legislación pro-abortista y que no es lícito votar a quienes han traído el aborto ni a los que lo han mantenido. No hace falta que den nombres ni siglas (hay varias). Todo el mundo les entenderá y así quitarán argumentos a los que piensan que ustedes sólo tienen coraje para denunciar a los paladines de la cultura de la muerte cuando son de izquierdas.
Es hora de aguantar el tirón. La izquierda eclesial sabe que está ante una batalla perdida pero no piensa bajar los brazos. Saben que el episcopado español es cada vez más cercano a la línea que representa el actual papado. Y ellos todavía no han superado que el sucesor de Juan Pablo II haya sido Ratzinger y no Martini o un cardenal similar. Es más, saben que lo más seguro es que hayan perdido el último tren. Su modelo de Iglesia, basado en una interpretación corrupta del Concilio Vaticano II, no tiene futuro. Pero antes que reconocerlo y convertirse en católicos fieles, prefieren arrastrar a toda la Iglesia en su caída. Los obispos no deberían consentírselo. Nosotros no se lo vamos a consentir. Que les quede bien claro. Desde esta trinchera no habrá tregua contra la quintacolumna eclesial de la cultura de la muerte, del laicismo, de la heterodoxia teológica liberal.
Exsurge Domine,
Luis Fernando Pérez